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Teodori Massimo - 1 febbraio 1980
DROGA: UNA LARGA BATALLA CONTRA EL INMOVILISMO PARA UNA NUEVA LEY QUE SALVE VIDAS HUMANAS
Massimo Teodori

SUMARIO: El autor narra las vicisitudes de la batalla llevada a cabo por los radicales para modificar las leyes sobre la droga, los debates parlamentarios al respecto, y los duelos con distintos ministros.

(del libro "La alternativa radical", editorial fundamentos, Madrid, 1981 - a su vez recogido de "Argomenti Radicali, nº 15, feb-mayo 1980).

Cuando este número de Argomenti Radical llegue a los lectores, habrá pasado un año desde que la "cuestión drogas" se impusiera a la atención de la amplia opinión pública. Precisamente durante el verano de 1979, con la secuela frenética de muertes, la mayoría se dio cuenta de que nuestro país estaba invadido por la heroína, que la difusión de las sustancias había alcanzado también las localidades más periféricas y que la muerte golpeaba a ritmo diario.

como radicales siempre nos hemos interesado por las "drogas". Desde el final de los años 60 en y alrededor del PR se han coagulado acciones, propuestas y luchas dirigidas a dar una solución al problema, incluso en términos legislativos, fuera de toda visión represiva y criminalizadora, como las que en aquella época eran corrientes en la opinión y entre los expertos acreditados.

No ha habido congreso radical durante los años setenta que no haya dedicado a esta batalla un grupo de trabajo, con la participación de los interesados directamente, y que no haya concluido con una resolución. En enero de 1973, Marco Pannella abría con una carta a Il Messaggero una discusión sobre la marihuana con el lema "contra la droga de estado y por la despenalización de las drogas ligeras" y para sustraer miles de jóvenes a la "detención por droga". En junio de 1973 se celebraba el congreso Libertad y droga y en julio de 1975, mientras estaba en curso la discusión para la nueva ley (que sería aprobada en diciembre de 1975), Pannella realizó un acto de desobediencia civil fumando públicamente hachís consiguiendo que lo detuvieran.

El inicio de la nueva legislatura - junio-julio de 1979 - coincide con el agravamiento de la "cuestión droga". Pero la situación es bien distinta de la de principios de los años setenta. Entonces la heroína no existía, o casi, en Italia. No había muertes. La difusión era de hachís o de marihuana y la batalla radial y libertaria sólo podía concentrarse contra el prohibicionismo de aquellas sustancias y contra el uso represivo que la ley preveía sobre las mismas para reprimir comportamientos generacionales y contractuales. Ahora en los años más recientes entran en juego los verdaderos estupefacientes. La cuestión droga está obviamente puesta en el orden del día de los trabajos del grupo parlamentario. Sobre las "drogas ligeras", o mejor, sobre las "no drogas" la postura es clara y fácil, conceptual y prácticamente. Sólo se puede liberalizar: es la vieja postura radical sostenida con gran cantidad de documentación y argumentos científicos.

EL DEBATE EN EL GRUPO PARLAMENTARIO EN FAVOR Y CONTRA UNA LEY

Pero en relación con la heroína el razonamiento es más complejo y hay que tenerlo en cuenta también en el parlamento. En agosto de 1979 el grupo me encarga que estudie la cuestión y haga un informe. Nos encontramos el 20 de septiembre para una reunión monográfica sobre el argumento. He estudiado una gran cantidad de material disponible incluidas las experiencias de los centros italianos que se ocupan de tóxico-dependencia. HE discutido largo rato con Giancarlo Arnao y con los que desde hace tiempo se ocupan con autoridad de la cuestión. Llego hasta presentar algunas hipótesis: amén de reforzar la liberalización de las drogas "ligeras", es preciso actuar con un mecanismo para la heroína que reduzca las muertes, evite la criminalización de quiénes están implicados y ataque seriamente el mercado negro. No es ni conceptualmente justa ni prácticamente posible una liberalización de los estupefacientes; hay que llegar a un mecanismo de distribución de cualquier modo controlada, y que sin embargo evite absolutamente

procesos burocráticos e inquisitoriales.

La discusión entre parlamentarios es cerrada. Dura varias reuniones. La división se sitúa entre los que están a favor de una intervención legislativa y los que están en contra. Y también entre los que aceptan la hipótesis de la distribución de opiáceos y los que se remiten al principio de la absoluta liberalización y autodeterminación. Pannella presenta los principios a los que debería ajustarse una intervención radical: es preciso reafirmarse en la no culpabilización del heroinómano y reducir al mínimo el daño social. Es preciso un tratamiento penal separado para el consumidor y el traficante. Es preciso abolir unilateralmente el prohibicionismo para evitar los mecanismos perversos. Más decididas que otros, Adelaide Aglietta y Marisa Galli subrayan la necesidad de la autodeterminación y por tanto el error que representa cualquier control. Melega y Ajello están a favor de un proyecto de ley. Mellini se pregunta lo que pasaría en el mercado con la distribución de los tóxicodependientes. Spadaccia afirma el c

arácter experimental que debería de tener una intervención legislativa promocionada por los radicales. Pinto anuncia que por vez primera como diputado luchará por una nueva ley. Por lo que a mí se refiere, sostengo la necesidad de preparar, lo más pronto posible una proposición nuestra de ley. Los radicales son una minoría ya no demasiado exigua en el parlamento y tienen el deber - en temas propios - de proponer directamente soluciones. Pueden y deben traducir también sus propuestas en soluciones legislativas concretas. Deben, más que nunca, asumir las funciones de legisladores. Al sostener esta tesis también entra mi forma de ser radical. Siempre he pensado que era importante, por ejemplo, que los radicales se comprometieran en la realización de un "gobierno sombra" ú, desde el momento en que se lanzó esta idea. Gobierno sombra significa tener la capacidad de proponer a propósito de los grandes problemas unos proyectos capaces de agregar las fuerzas alternativas y a la izquierda. Y más, a propósito de las c

ampañas de referéndum, he sostenido que los parlamentarios hubiéramos debido preparar para cada tema de referéndum un proyecto de ley sobre drogas, para organizar en torno a él una campaña de opinión pública, amén que de específico compromiso parlamentario. De este modo sería posible traducir las ideas-fuerza consolidadas en proposiciones tan pormenorizadas como siempre son las legislativas y superar el temor, incluso de algunos compañeros y colegas diputados, de quedarse empantanados en el debate de los detalles y en la indicación de soluciones suyo éxito depende en buena parte de la dirección sucesiva y, por tanto, de los órganos burocráticos de la administración pública.

EL LARGO DUELO CON EL MINISTRO ALTISSIMO

TRAS LAS DECLARACIONES SOBRE EL SUMINISTRO CONTROLADO DE HEROINA

A principios de septiembre, el ministro de sanidad, el liberal Altissimo, en una entrevista para el "Europeo" habla de suministro controlado de heroína a los tóxico-dependientes. Es una hipótesis: "cierto - dice Altissimo, si halláramos los medios para un suministro controlado de la sustancia en estructuras públicas evitaríamos a los tóxico-dependientes la necesidad de hacer prosélitos. Bloquearíamos por tanto la expansión rápida del fenómeno". La entrevista es el centro de un intenso debate durante un par de meses. Algunos concejales regionales de Sanidad, los socialistas y muchos operadores contemplan con interés la propuesta de Altissimo. S ponen en contra los demócratacristianos con el ex-ministro de Sanidad Tina Anselmi a su frente (Il Popolo, 14/9/1979), autorizados exponentes comunistas como Giovanni Berlinguer (en contraste con la FGCI), amén de la federación de Colegio de Médicos. Los radicales no pueden sino mostrar interés para un ahondamiento de los que parece ser por parte del ministro un gesto

de buena voluntad.

La gestión en Sanidad de Altissimo ha sido el blanco de críticas por parte de democristianos y comunistas. Cuál ha sido entonces su verdadero alcance, más allá de las apariencias?. Altissimo, algunas semanas después de su toma de posesión, ya se había interesado en las drogas, y ello ha representado seguramente una novedad comparado con sus antecesores. En octubre de 1989 fue a la mesa de Sanidad de la Cámara y el 14 de noviembre habló en el Senado. Se ha propuesto un programa de trabajo con el fin de obtener elementos de conocimiento: recogida de datos experimentales, verificación de la aplicación de la ley 685, investigaciones de tipo histórico-epidemológico. A finales de su mandato, en el momento de la dimisión del gobierno Cossiga en abril de 1980, el balance del ministro Altissimo no cuenta en su haber con ninguna intervención significativa. Pero, si lo comparamos con los anteriores titulares absentistas, este ministro ha producido por vez primera una "investigación droga" sobre la situación italiana a

partir de los pocos fragmentos dados a conocer por las autoridades sanitarias y las fuerzas de seguridad. También ha preparado una serie de informes sobre las intervenciones posibles tanto por vía legislativa como por vía administrativa a partir del análisis de los datos y de los consejos de los grupos de estudio mandados a Gran Bretaña y a los Estados Unidos.

El 10 de marzo de 1980, contestando en la Cámara a nuestras preguntas, Altissimo anunciaba un programa de intervenciones concertadas en sus detalles operativos que tal vez habrían sido aplicables, si acto seguido no hubiera caído el gobierno.

Por tanto me parece que el mérito de Altissimo ha sido el de enfrentarse al problema sin moralismos ni prejuicios, con espíritu laico, y haber intentado comprender la dimensión, naturaleza y dinámica del fenómeno. Probablemente no ha tenido bastante tiempo para pasar del análisis a las intervenciones. Y también es probable que sus iniciales buenas intenciones hayan sido bloqueadas por la mayoría de la DC en el gobierno, de cuya orientación han sido testigos los frecuentes pronunciamientos de huella integrista y ultra del subsecretario de la sanidad, Bruno Orsini. También es cierto que, mientras que Altissimo ha prestado mucha atención, al menos en el plano de los conocimientos, a los problemas relativos a los tóxico-dependientes, no ha dicho nunca una palabra clara y explícita sobre el hachís.

UN PROYECTO CON LOS JOVENES SOCIALISTAS

BASADO EN PRINCIPIOS FIRMES

Y SIN NEGOCIACIONES

Entre septiembre y noviembre de 1979, el grupo parlamentario radical se reúne varias veces a discutir sobre las diversas fases del proyecto que progresivamente va tomando forma. Algunos muestran su perplejidad tanto sobre la presentación de una proposición como sobre las soluciones dadas en ella, entre éstos está el portavoz; otros están a favor y empujan hacia una presentación rápida, como el vice-portavoz Cicciomessere.

Durante tres meses me hago cargo de promocionar una serie de discusiones de verificación fuera del grupo. Se trata de traducir el planteamiento conceptual en normas. El camino emprendido es el de una proposición bastante amplia pero bajo forma de modificaciones radicales a la ley 685 de 1975 en la que se mantiene toda parte administrativa bastante compleja pero no sustancial para nuestros fines.

Cómo nace el proyecto?. Se reúne varias veces el grupo radical sobre la droga (Arnao, Aligi Taschera, Angelo Foschi, Marco Sappia) que desde hace tiempo se interesa por el asunto. Y se pasa a la redacción. Se hace frente a toda la parte normativa, se discute y afina progresivamente el texto con el abogado Elena Marinucci y con el juez Pino Salmé. Este último tiene gran experiencia en el asunto como juez de menores que durante muchos años ha medido sobre el terreno todas las cuestiones penales relacionadas con los crímenes por droga de los más jóvenes. La parte conceptual la discuto y la elaboro junto a Giancarlo Arnao. Ninguna duda sobre el hachís que ha de ser excluido de la ley de estupefacientes. Para los opiáceos se prevé una distribución controlada a los tóxico-dependientes y una despenalización también para las eventuales sustancias adquiridas en el mercado clandestino y que duran para tres días (en dosis prestablecidas). Durante mucho tiempo dudamos sobre qué hacer a propósito de la cocaína y de los

ácidos. Estas, en efecto, son sustancias estupefacientes o psicótropas pero no crean hábito. Por fin alcanzamos una solución que de hecho prevé la despenalización para las cantidades consumidas en una semana y un trato penal para las cantidades consumidas en una semana y un trato penal para las cantidades más allá de la semana menos gravoso que el previsto para los opiáceos, sin contemplar ningún mercado legal para la coca y al ácido.

Me preocupo mucho para que esta proposición de ley no pueda dejar dudas sobre los criterios de planteamiento del papel del Estado, en efecto, son sustancias estupefacientes o psicótropas pero no crean hábito. Por fin alcanzamos una solución que de hecho prevé la despenalización para las cantidades consumidas en una semana y un trato penal para las cantidades más allá de la semana menos gravoso que el previsto para los opiáceos, sin contemplar ningún mercado legal para la coca y el ácido.

Me preocupo mucho para que esta proposición de ley no pueda dejar dudas sobre los criterios de planteamiento del papel del Estado. Este no tiene que defender ninguna postura moralista (como por el contrario hace la 685) y represiva, pero tampoco tiene que favorecer, aún de forma indirecta, la propaganda de sustancias y de sus relativas culturas. Esa me parece ser la exacta amplitud laica del papel de un Estado neutral. Quienes consuman drogas de cualquier tipo tendrán que hacer cuentas con su conciencia y voluntad, mientras que la comunidad nacional no tiene que crear condiciones que faciliten la difusión de las sustancias, sobre todo de las opiáceas que crean hábito.

Mientras estamos en fase de formación del proyecto, nos encontramos en más de una ocasión con los jóvenes socialistas de la FGSI (Federación de Jóvenes socialistas). Inmediatamente podemos constatar nuestra identidad de opiniones y planteamiento. Los jóvenes socialistas, con su secretario nacional Enrico Boselli, ya se han comprometido públicamente a sostener la liberación del hachís y la distribución vigilada de los opiáceos. Parcialmente involucrados en una estrategia común con las demás federaciones juveniles, los responsables de la FGSI, ven el proyecto actualmente elaborado la posibilidad de pasar de la fase de discusión a la de las propuestas y de una campaña en el país. Así, Giaime Pintor toma parte en la redacción definitiva de la proposición, tras haber sostenido dentro de la FGSI, con plena ayuda por parte de Boselli, la necesidad de una batalla libertaria por las drogas. Por fin preparo una larga intervención para el proyecto de ley. Dan sus aportaciones Giancarlo Arnao, Giaime Pintor, y Pino Salo

mé para la parte jurídico-penal.

Coincidimos perfectamente con Boselli sobre el método de lanzamiento y dirección política; la proposición no podrá ser objeto de negociaciones entre radicales y socialistas, sino que el texto preparado según nuestros planteamientos comunes será sometido a la firma de los que lo aprueban. Así, a finales de noviembre, tras múltiples verificaciones y discusiones con los operadores del sector, con algunos comités de toxicómanos, con otros juristas, con una vasta gama de personas, incluyendo a los directamente interesados, el proyecto es el presentado en la Cámara. Lo firman diez radicales (Teodori, Ajello, Boaro, Cicciomessere, De Cataldo, Melega, Mellini, Pinto, Rocella) y diez socialistas (Raffaelli, Bassanini, Covatta, Forte, Fortuna, La Ganga, Mancini, Metelli, Spini y Susi). Entre los socialistas es el joven diputado Raffaelli quien se compromete en el grupo del PSI para hacer firmar un proyecto común con los radicales rechazando los orgullos de partido y coincidiendo para una dirección absolutamente común

de la batalla. Además de los jóvenes diputados, llegan autorizadas adhesiones socialistas, como las de Giacomo Mancini, Loris Fortuna, del economista Francesco Forte y de Claudio Mertelli.

TRAS MUCHOS DEBATES EN EL PARLAMENTO,

EL PCI Y LAS FUERZAS MAYORES

HACEN OBSTRUCCIONISMO

En otoño todo el frente de la opinión pública y de las fuerzas políticas se pone en marcha. Parece que nos acerquemos a soluciones legislativas, pero, en realidad, la batalla para una nueva ley es aún muy larga y dura. El 26 de septiembre se celebra el congreso de las federaciones juveniles: FGSI, FGCI, PDUP y MLS. De un congreso rico en debates no salen proposiciones operativas. La FGCI se separará más tarde del frente juvenil para acercarse y desembocar en la batalla inmediatamente operativa puesta en marcha por la ley radical y socialista. La FGCI sostiene buenas posiciones pero se halla prisionera del debate interno del PCI. El 22 de octubre se celebra un congreso del PCI en Milán: tanto con la ponencia del experto Faustini Boioli como con la conclusión política de Giovanni Berlinguer se acentúa el planteamiento moralista comunista contra la liberación del hachís y sustancialmente contra la distribución vigilada de opiáceos a los tóxico-dependientes. El PCI preanuncia de semana en semana una iniciativa l

egislativa propia pero ésta no llega nunca. Hasta hoy, junio de 1980, no se h presentado en la Cámara ningún documento. El 28 de noviembre la UIL convoca un congreso: el secretario general Benvenuto anuncia su apoyo a la iniciativa radical y socialista y la voluntad de la UIL de comprometerse en el asunto.

Mientras tanto se intensifica la batalla de la opinión. El concejal municipal radical de Roma, Angiolo Bandinelli, reparte "porros" en el Capitolio y el secretario nacional del PR Jean Fabre hace lo mismo en una rueda de prensa. Detenidos ambos, pasan algunos días en Regina Coeli y afrontan el proceso incoado por un acto de desobediencia civil que exige el cambio de una legislación no adecuada a los comportamientos. El 7 de noviembre Il Manifesto publica un suplemento sobre la heroína. La Repubblica oscila entre una campaña civilizada de información realizada sobre toso por la pluma de Carlo Rivolta y un alarmismo injustificado con la publicación en su primera plana de algunos reportajes sobre Suecia por Natalia Aspesi llenos de inexactitudes sobre la situación de las drogas en aquél país.

Nosotros nos preocupamos de que el debate en la opinión pública sea capaz de provocar también cambios concretos: empezamos a temer que alas palabras no sigan los hechos. En el Parlamento no se mueve nadie, no se han presentado otras proposiciones de ley. Los comunistas, los jóvenes también, están paralizados. Los comités contra la tóxico-dependencia que actúan en varias ciudades realizan una acción de mucho mérito pero no consiguen ir más allá de algunas conquistas a nivel local, de las cuales la más significativa es la de la región Toscana.

Con Arnao, Giaime Pintor, Aligi Taschera y los jóvenes socialistas fomentamos inmediatamente un llamamiento: "Pronto: una ley para no morir" publicado el 14 de enero de 1980 por La Repubblica, Il Messaggero, Lotta Continua, Il Manifesto y L'Avanti!. Entre los cien firmantes: Leonardo Sciascia, Adriano Buzzati Traverso, Giorgio Benvenuto, Franco Ferrarotti, Luigi Pintor, magistrados, operadores, socialistas y radicales.

"El problema de la heroína corre el riesgo, como muchos temían y algunos preveían, de convertirse en un problema marginal: se ha hablado mucho de él, nada se ha hecho para solucionarlo, y por último no se vuelve a hablar. El Ministro de Sanidad tras las sensacionales declaraciones de finales de verano sigue estudiando el problema sin tener el valor de hacer frente seriamente. La propia prensa tras la alarma de otoño ahora dedica a la cuestión unos crudos partes de guerra anunciando muertes cada día más numerosas.

"La opinión pública y los partidos tienen tendencia a olvidar y a exorcizar el problema escondiéndose tras otras más graves preocupaciones: el problema de la heroína pasa de esta forma a integrar la serie de males menores, endémicos.

"En realidad un Estado que demuestra ser indiferente (pero tal vez no es impotente) ante el fenómeno que se refiere a más de cien mil personas y empieza a matar ya no por decenas sino por miles, pone de manifiesto, en este "pequeño" problema, su incapacidad de estar al servicio de los ciudadanos, sobre todo de los más débiles,

"Por esto opinamos que la actual ley 685 ha de ser inmediatamente sustituida o radicalmente modificada y entendemos que es importante la iniciativa tomada por un grupo de diputados radicales y socialistas.

"Esta iniciativa rompe de forma concreta el silencio que se quiere crear alrededor del problema de la droga; y lo rompe con un hecho capaz de poner en movimiento un cambio de la situación, con una proposición de ley.

"El proyecto de ley presentado, abierto a modificaciones y aportaciones constructivas, contiene algunos principios originales y sustanciales: la defensa contra la muerte; el ataque al mercado clandestino; el derecho a la salud y a la libertad de elección; la puesta en libertad de cientos de jóvenes condenados por usar sustancias (como las derivadas de la grifa) bastante menos dañinas que otras, que en cambio, son legales.

"Pedimos que las fuerzas políticas asuman sus responsabilidades. Exigimos, con independencia del juicio en mérito, que el parlamento discuta inmediatamente la proposición de ley sobre droga".

El 22 de febrero, consciente del inmovilismo que se cierne sobre la batalla en favor de la nueva ley, Radio Popolare de Milán hace un llamamiento público: "nos sentimos obligados a apelar a todos quienes se han comprometido en este período... para que se alcance la constitución de una coordinación unitaria de las iniciativas para fomentar una campaña pública de información y de apoyo a las proposiciones de ley para modificar la 685". Contesto el 28 de febrero en Lotta Continua: de acuerdo con las batallas unitarias, pero es necesario realizar presiones sobre las fuerzas políticas y sobre todo sobre el PCI que, con su paralización parlamentaria, no permite que el asunto sea puesto en el orden del día de las Cámaras.

ACOSANDO AL MINISTRO ANIASI,

EXIGIMOS EL PROCEDIMIENTO DE URGENCIA

EN LA CAMARA.

Es preciso presionar al ministerio para que se apliquen intervenciones incluso administrativas de urgencia. Es preciso pasar del debate a la puesta en marcha de los mecanismos de transformación con proposiciones de ley en el Parlamento y con la recolección de firmas para el referéndum para el hachís. En estos tres puntos concretos se mide efectivamente la voluntad de las fuerzas políticas, de los comités de tóxico-dependientes y demás grupos juveniles. Es el momento de las iniciativas sobre objetivos y no sólo del simple debate de opiniones.

Ante nosotros el parlamento languidece. Desde principios de 1980 durante tres meses en cada sesión he presentado una pregunta sobre el asunto de la droga y especificando nombre, apellidos y circunstancias de los jóvenes muertos durante esos días por heroína. Un colega me dice: "quien en el futuro quiera tener un diario de la masacre de la heroína, tendrá que consultar las actas parlamentarias con tus preguntas. Esperemos que sirva para algo". El 21 de febrero, tras varios meses de preaviso, el PDUP presenta una proposición de ley de modificación de la 685. Contempla la liberalización del hachís y, por lo demás, se inspira en criterios ideológicos para "luchar contra las causas generales de naturaleza social que están tras el fenómeno". Es de cualquier modo un hecho positivo que junto con nuestra proposición empiecen a aparecer otras. En febrero se anuncia una proposición de ley de iniciativa popular. Esta es mi reacción en una declaración pública.

"Es un hecho positivo la presentación de un proyecto de ley de iniciativa popular para las drogas que subraya la propuesta de liberalización de los derivados de la grifa y para la distribución vigilada de heroína a los tóxico-dependientes en la Cámara firmada por radicales y socialistas. la iniciativa popular se configura de hecho como un apoyo externo para nuestra proposición de ley: y el apoyo que le ha dado la FGCI se presenta en un objetivo y saludable conflicto con el irresponsable inmovilismo del PCI, paralelo al de la DC y del ministro Altissimo". El 10 de marzo viene a la Cámara el ministro que responde a mis 18 preguntas y a las de todo el grupo radical, 17, y avanza algunas intervenciones posibles de inmediato. Pero, pocos días después, se irá con todo el gobierno, El 23 de abril, el Ayuntamiento de Roma y la Región organizan un encuentro internacional con gran alarde de medios. Hacemos saber al alcalde Petroselli el por qué de nuestra no participación en el encuentro en una situación como la roman

a en la que los entes locales han brillado por su ausencia en todos los frentes. Abro una polémica pública en el encuentro de la Región Lacio, y particularmente con el experto en droga, el concejal Cancrini, que ha presupuestado mil millones para la "recuperación" de los tóxico-dependientes, disipándolo en relaciones de clientela en centros y grupos inexistentes. Entre ellos, l400 millones le han tocado al Centro italiano de solidaridad el P.Picchi que pretende dedicarse clandestinamente a la "recuperación". Es una iniciativa sobre la que habrá que investigar porque, con el pretexto de ocuparse de algunas decenas de tóxico-dependientes, el P.Picchi hace que los organismos públicos de izquierdas le den subvenciones por cientos de millones, probablemente con el consenso entre éstos y la Vicaría de Roma.

En una confrontación televisiva en un especial del Telediario 1, organizado como operación de relaciones públicas por el emprendedor cura "empresario" de "drogadictos", denunció el vacío y lo intranscendente de la iniciativa a la que se destinan tantos millones públicos. Esta parte del programa grabado en TV es censurada y cortada.

Inmediatamente después del nombramiento del nuevo ministro de Sanidad, Aniasi, me preocupo por tomar contacto con él para saber qué es lo que tiene intención de hacer. El ministro socialista se demuestra falto de ideas, incierto o sin voluntad. En coloquios informales le hago notar la necesidad de por lo menos volver a tomar el asunto por donde había sido abandonado por Altissimo y de provocar inmediatamente un debate parlamentario. Aniasi lo aplaza todo a después de la campaña electoral. El 5 de mayo, con Mario Raffaelli, diputado primer firmante de nuestra proposición de ley, del partido socialista, escribimos a Aniasi:

"... Nos dirigimos a Vd., Señor Ministro, no para que adopte nuestra proposición, aunque entendemos que es el resultado más avanzado en el campo y la vía correcta para poner fina a la muerte y degradación, sino para que se apliquen inmediatamente aquellas medidas de carácter administrativo y legislativo que son precisas en el momento actual. En efecto no es posible hacer frente a una situación excepcional con los instrumentos de ordinaria administración.

"Por nuestra parte, en calidad de diputados, aplicaremos todos los instrumentos parlamentarios viables para que con urgencia las Cámaras debatan y decidan. Pero sabemos que el obstruccionismo de las fuerzas mayores en el Parlamento puede vencer si el Ministro no asume sus responsabilidades: dictando aquellos decretos administrativos que están en su facultad; inscribiendo la heroína en la farmacopea; solicitando de los organismos locales la aplicación de las disposiciones previstas ya por la leyes vigentes; y convocando inmediatamente las Comisiones Parlamentarias de Sanidad...".

El ministro es contumaz, los comunistas vuelven a anunciar una vez más en la Unitá del 9 de mayo su proposición que sin embargo no es presentada en el Parlamento. Así, el 15 de mayo nos decidimos a aplicar algunos instrumentos parlamentarios. Pido, con otros firmantes, que a nuestra proposición de ley se aplique el "procedimiento de urgencia". La Cámara vota en favor de modo que antes de 40 días habrá de ser puesta a discusión. Contemporáneamente, con los colegas Raffaelli (PSI) y Pinto, escribimos a la Comisión de Sanidad para que le exija formalmente al ministro su comparecencia ante el órgano legislativo. La presidencia de la comisión no puede rechazarlo, con lo que se cursa la invitación al ministro. Aniasi comunica que está dispuesto a presentarse ante las Cámaras después de las elecciones.

ES PRECISO ACTUAR RAPIDAMENTE,

SI NO TODO SERA VANO

Y estamos a últimos de junio. Hemos planteado algunos plazos parlamentarios que tendrían que ponerse pronto en marcha. La confrontación habida en el país ahora tendría que trasladarse a las aulas parlamentarias sobre propuestas concretas. Se han recogido las firmas para cancelar el hachís de la ley sobre estupefacientes. Excepto si el control de firmas fuera negativo, esto tendría que ser un estímulo más para cambiar la ley. La DC anuncia su propia proposición. La del PCI aún no depositada es claramente muy atrasada y en contradicción con la propuesta popular apoyada por la FGCI. Mi actual sentimiento es que en el Parlamento se puede llegar a algo, esto es a cambiar para mejor la ley actual, con tal de que se vuelva a organizar una campaña de opinión que ante todo coloque al PCI ante las responsabilidades que la trágica situación presenta.

Conozco, incluso por vía directa y personal, la situación desesperada de los tóxico-dependientes, En un año largo de trabajo político y parlamentario sobre el asunto he escrito decenas de artículos, cartas, ponencias y declaraciones. HE recorrido del todo la península para celebrar debates en las ciudades principales, siempre con gran concurrencia y mucho interés. He planteado y debatido la cuestión en la radio y en la televisión. El problema es sentido, el tema arde. El 15 de mayo han detenido en Florencia a la doctora Tretola que ha recetado muchas veces morfina, y otros nueve tóxicos dependientes han sido acusados precisamente porque en lugar de abastecerse de heroína en el mercado clandestino, hacían que se la recetara un médico voluntario.

Cada vez estoy más angustiado y convencido de que es preciso darse prisa sino toda la batalla se expone a quedarse en papel mojado. Sin una ley nueva, también se exponen a ser vanas las iniciativas experimentales, públicas o voluntarias. Tras las elecciones de junio de 1980 y con los referéndums firmados, me preparo a reemprender una acción intensa en el frente parlamentario, que hoy me parece decisivo.

 
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