Juan AriasSUMARIO: El 24· Congreso del Partido Radical supone un acercamiento de los radicales a los socialistas, tal y como lo demuestra la presencia de Martelli en el congreso, y el apoyo brindado por Pannella a Craxi en su ataque días atrás a la jerarquía eclesiástica y al Papa por la campaña contra la ley del aborto. Cabe destacar asimismo el hecho de que Craxi, en un gesto importante, se acercase personalmente a firmar a una de las mesas que los radicales suelen poner por las calles para recoger firmas. Martelli defendió, en su discurso en el congreso, la política radical, considerada por los socialistas, contrariamente a los comunistas, como un instrumento con dos grandes cualidades: "el espíritu de democracia directa y las exigencias de cambios profundos de la vida institucional para superar los viejos restos del fascismo".
(Juan Arias, "EL PAIS", domingo 2 de noviembre de 1980)
Se está celebrando en Roma el 24· Congreso Nacional del Partido Radical. En el ambiente, como siempre vivaz y característico de este partido de anticonformistas, se rumorean dos noticias importantes: que el líder carismático del partido, Marco Pannella, vuelve como secretario general del partido y que los radicales se están acercando a marchas forzadas hacia los socialistas.
Si no existe certeza por el momento respecto a la vuelta de Pannella a la secretaría, de lo que no hay dudas es del acercamiento de los radicales al partido de Craxi. Lo dijo abiertamente en su mensaje inaugural el actual secretario radica, Giuseppe Rippa, con estas palabras: "Existe un papel fundamental en nuestras relaciones con los socialistas, tanto por motivos estratégicos como por razones culturales". Y el líder radical apoyó al secretario socialista Craxi en su ataque días atrás a la jerarquía eclesiástica y al mismo Papa por la campaña contra la ley del aborto, afirmando que "existe en Italia una recrudescencia del espíritu intolerante y de arcaico fanatismo por parte del ostracismo católico", añadiendo que "el golpe de timón de la revancha clerical apoyada por el Papa constituye una nueva amenaza".
En realidad, el acercamiento de los radicales a los socialistas había empezado a realizarse cuando, en plena campaña de firmas para los diez referendos presentados por los radicales, el partido de Craxi les dio su apoyo con un gesto clamoroso: el mismo Craxi se presentó ante las mesas radicales para firmar personalmente algunos de estos plebiscitos populares.
Si anteriormente los congresos radicales eran considerados como la reunión de un club de anticonformistas un poco al margen de la política oficial, esta vez las cosas están cambiando. Por primera vez, la representación de los diversos partidos al congreso es de peso: el partido comunista ha enviado al presidente de la región del Lazio, Maurizio Ferrara, y los socialistas a tres miembros de la dirección del partido, entre ellos el brazo derecho de Craxi, el joven y brillante diputado Claudio Martelli, responsable de la política cultural socialista.
Martelli puso de relieve hablando al congreso que existe una afinidad entre radicales y socialistas, en el sentido que ambos partidos se están esforzando culturalmente para descubrir una nueva identidad de la izquierda italiana, capaz de preparar una verdadera alternativa de gobierno.
Martelli defendió abiertamente la política radical del referéndum, considerada por los socialistas, en contraste con los comunistas, como un instrumento que reúne al mismo tiempo dos cualidades fundamentales: el espíritu de democracia directa y las exigencias de cambios profundos de la vida institucional para superar los viejos restos del fascismo.