SUMARIO: Expertos internacionales y españoles acudieron a la invitación del Grupo 16 para analizar las diferentes posiciones ante la despenalización de la droga. El gran ausente fue el Gobierno que, se negó a a explicar su política sobre el tema.

(Cambio 16, 19 febrero 1990)

ESCENARIO número uno: se legaliza la distribución y consumo de droga. El precio baja de forma drástica. Derribada la inhibición del castigo legal, millones de ciudadanos se deciden a probar las sustancias tóxicas, antes prohibidas. Las mafias productoras y distribuidoras de la droga controlan rápidamente el mercado. El número de adictos se multiplica tres y cuatro veces. Sube la cifra de muertes y familias destrozadas. Se desborda la capacidad de asistencia sanitaria. El problema social se agudiza al máximo.

Escenario número dos: se legaliza la distribución y consumo de droga. El precio baja de forma drástica. Se arruinan las mafias. Desaparece la delincuencia que robaba para comprar droga. Organismos oficiales y servicios sanitarios controlan la calidad de la droga y asisten al drogadicto. El vigor del Estado se aplica a campañas educativas y no a represión policial. Desciende la cifra de muertes y de familias destrozadas. El problema social se reduce al mínimo.

Inspirados por la misma intención - luchar eficazmente contra la droga -, pero partiendo de caminos distintos a la hora de proponer soluciones, un grupo de especialistas en el tema planteó el 18 de febrero estos dos escenarios en una jornada promovida por el Grupo 16. El tema de debate: la legalización parcial o total de la droga. Los ponentes: destacados personajes internacionales y españoles. El gran ausente: el Gobierno que, a pesar de los repetidos intentos de los organizadores por conseguir la asistencia de algunos de sus representantes, se negó a explicar su política. Las conclusiones: la necesidad de afrontar el tema con franqueza y sin prejuicios. El dato curioso: la existencia de un arsenal de estadísticas acomodaticias que permiten sostener con igual vehemencia puntos de vista opuestos.

EN FAVOR Y EN CONTRA. Durante más de tres horas se esgrimieron en la comida-debate organizada por el Grupo 16 las razones a favor y los argumentos en contra de la legalización (producción, distribución y consumo) y despenalización (sólo consumo) de la droga. Para Emma Bonino, presidenta del partido Radical italiano, la guerra contra la droga »ya está perdida y lo único que esperamos es que algún Estado tenga el valor de declararlo así . La diputada italiana afirma que »la droga no está prohibida porque es peligrosa, sino quie es peligrosa por lo que está prohibida . La única solución: cortar la relación entre el drogadicto y el traficante, encauzar la tóxico-dependencia hacia el ámbito de la asistencia social y sanitaria y desalentar el consumo de droga con campañas educativas.

El ex ministro colombiano Enrique Parejo González, sobreviviente de un atentado de la mafia, está convencido de lo contrario. Como es imposible la legalización absoluta de la droga, toda limitación abrirá un lugar a las organizaciones criminales. Según él, proyecciones estadísticas muestran que poner fina a la prohibición podría multiplicar por tres o cuatro veces el número de drogadictos y crear una situación social insostenible. »Hay que insistir en el actual modelo represivo, que ya empieza a rendir frutos , sostuvo Parejo. La única solución: castigar a los delincuentes y reducir la demanda con campañas educativas y preventivas.

Nicholas Harman, editor de temas de drogas del seminario británico "The Economist" - pionero de la legalización - cree que el problema central es si la droga legal extendería o no el consumo. »Estadísticas sobre experimentos realizados en tres países demuestran que la tolerancia ha traído un descenso del consumo , afirmó. La única solución: legalizar, controlar y prevenir.

»Al apoyar cada vez más la legalización, el sistema judicial quiere quitarse el muerto de encima , señaló Domingo Comas, director técnico de CREFAT, la fundación de la Cruz Roja contra la droga. Comas se manifestó partidario de despenalizar el consumo y »enemigo absoluto de legalizar la producción y la distribución de la droga. También propuso la paulatina ilegalización del alcohol, tóxico que »debe recibir el mismo tratamiento que los narcóticos .

Antonio Pedrol Rius, presidente del Colegio de Abogados, es pesimista: »Creo que el Estado tiene perdida la guerra. Según él, la ley no debe regular la conducta privada de los ciudadanos, pero sí debe proteger a la sociedad, que está afectada por la delincuencia vinculada a la droga, como lo muestran las estadísticas: abandonar la represión y permitir la droga legal, con lo cual se acabará esta forma de delincuencia.

No hubo acuerdo, ni se trataba de que lo hubiera. Otros invitados aportaron opiniones. La escritora Helena Soriano cree que será preciso »sacrificar una o dos generaciones en la lucha contra la droga . El sacerdote Enrique de Castro se mostró amigo de la legalización y dijo que »el problema no es la droga sino la esclavitud en la que hemos caído por falta de alternativas para la juventud . La socióloga Mary Pepa García-Mas rechazó la »asociación inmediata y gratuita entre drogadicto y delincuente.

Al final, todos estaban unidos - como al principio - por su preocupación ante la necesidad de detener el avance de la droga y las mafias asociadas a ella. Y habían aprendido a odiar las estadísticas casi tanto como a la droga.