(Cambio 16, 19 febrero 1990)La prensa ha denunciado cumplidamente que el problema de la droga desbordó a la policía, a los jueces, al sistema penitenciario, a la red de asistencia social y sanitaria, a los gobiernos, a los estados... Lo que pocas veces reconoce es que también desbordó a la prensa. Esta, sin embargo, es la conclusión general a la que llegó una mesa redonda promovida por el Grupo 16 sobre los aspectos relativos a información y droga.
Presentaron y examinaron el problema cinco invitados: la socióloga Pepa García-Mas, autora de varios trabajos sobre la materia; Pere Oriol Costa, director de un premiado estudio sobre televisión y droga; Nicholas Harman, editor de "The Economist"; Pedro Sánchez Quintana, de TVE; y Antonio Caballero, redactor de CAMBIO 16.
Con rigor autocrítico digno de jesuitas y humildad digna de franciscanos, los participantes llegaron a conclusiones poco alentadoras. Buena parte de la información sobre la droga que reciben los españoles adolece de los siguentes defectos:
- Colonizada por el espectáculo, prefiere presentar acciones represivas tipo Miami Vice, con omisión de los asuntos relacionados con rehabilitación y asistencia social.
- Apoyada en estereotipos simplistas, en ocasiones difunde mensajes de estirpe racista o hace una apología indirecta e involuntaria de la droga.
Incompleta y no especializada, soslaya los aspectos complejos del problema.
- Con frecuencia ingenua, devora falsos datos, como el de que es imposible rehabilitar heroinómanos.