Historias corrientes...
Entrevista d Pietro VERNI
a Dawa RATOE (monje budista, 29 años)
Mi nombre en el mundo es Dawa y mi nombre de religión Gyaltsen Woser. Me apellido Zinkag. Soy natural de Chosur Nyethang Ratoe. Nyethang está a una hora de coche de Lhassa. Ahora tengo 29 años. Mi padre, de 54 años, se llama Konchook Tsering y mi madre, de 49, Namgyal Dolkar. Mi familia es de campesinos, siempre hemos estado trabajando los campos.
En 1983 me hice monje en el monasterio de Ratoe.
Los días entre el 27 de Septiembre y el 1 de Octubre de 1987 los pasé en Lhassa tomando parte en varias manifestaciones pacíficas.
El 5 de Marzo de 1988, durante el festival de Monlam, organizado por el gobierno chino, pudimos constatar, los monjes, que todo estaba organizado para dar al mundo la impresión de que había libertad religiosa, pero en la práctica las cosas son al revés. Por ello, algunos de nosotros decidimos manifestar nuestros sentimientos. Nos manifestamos pacíficamente por la libertad de conciencia. Al mismo tiempo, recordamos a todos los prisioneros políticos muertos a consecuencia de las torturas dentro o fuera de las cárceles, pedimos la liberación inmediata de todos los pisioneros políticos gritando "Libertad para el Tíbet" y "China fuera del Tíbet".
5 de Junio de 1988. Cuatro de nosotros organizamos un pequeño grupo y escribimos tres textos con los sucesos históricos. Conseguimos escribir doscientos panfletos que pegamos por la noche en las paredes de Neythang.
25 de Agosto de 1988. Aquel día llegaron a nuestro monasterio 15 personas enviadas por el gobierno chino. Los chinos les llaman "Lethon-mi-na", literalmente "varias personas con cargos". No son militares, policías ni soldados. Se les considera intectuales cuya función es la reeducación de los monjes y de los tibetanos en general. Sus consignas son "protestar contra la facción del Dalai Lama y contra los demonios extranjeros que urden complots para dividir la madre patria, y por la protección y salvaguarda de la religión". Invitaron a todo el mundo, monjes y laicos, hombres y mujeres a una reunión, y les hicieron repetir que el Tíbet pertenece a la gran madre patria China, y que la secta del Dalai Lama no tiene ningún derecho a interferir, a proteger o a salvaguardar la religión ni los monasterios, que se debían oponer a los separatistas. Que todos tenían que condenar a los enemigos extranjeros y a las organizaciones que apoyasen a los separatistas. Que el Tíbet, parte integrante de la Gran China, nunca podrá
ser separado de la madre patria. Por último, preguntaron a todos, religiosos y laicos, si el Tíbet era un país independiente o no. A mí me tocaron dos meses de reeducación, durante los que nuestras salidas fuera del monasterio fueron bastante limitadas, en especial hacia Lhassa, y particularmente si allí se celebraban ceremonias religiosas. Convocaron reuniones sólo para monjes con cerca de 70 de los nuestros para anunciar sus éxitos en disciplinarnos. Durante esas reuniones siempre anunciaban que de entonces en adelante ningún monje podría ir a Lhassa ni podría gritar slogans como "Tíbet, país independiente" o mostrar actitud de reproche hacia China en modo alguno. El monje Tsering Dhondup se levantó y dijo: "El Tíbet era un país independiente y el Dalai Lama era nuestro jefe político y espiritual. Los chinos deben abandonar el Tíbet. Larga vida a Su Santidad el Dalai Lama". Apenas Dhondup acabó su discurso, los 70 monjes repitieron a coro sus palabras. Aquel día, los chinos no hicieron ni dijeron nada.
26 de Agosto 1988, seis de la mañana. Tsering D. fue detenido y encarcelado en un puesto militar local. Al resto de los monjes se nos convocó a una reunión. Al entrar en ella, vimos a Tsering esposado. Nos ordenaron calma, ya que Dhondup únicamenta debe ser interrogado.
Cerca de las ocho, cuando aún no habían liberado a Dhondup, todos los monjes empezamos a gritar simutáneamente condenando el arresto de Tsering. Pero la puerta se cerró en nuestras narices y con Dhondup dentro. Sólo pudimos ver a cinco miembros del ejército. Estos cinco soldados, cuando empezamos a gritar, dispararon a bulto, aunque por fortuna ninguno de nosotros resultó herido, y nuestros monjes se impusieron a los soldados.
27 de Agosto. Aquel día llamaron al TAR de Lhassa y de allí salieron cuatro camiones con soldados, armas y municiones. Por la noche, los soldados rodearon el pueblo y el monasterio. Los chinos convocaron dos reuniones, ambas para monjes y laicos, y en ellas condenaron la actitud de los monjes. Además arrestaron a Chojor, de 37 años, a Bu Ane, de 25 años, a Lobsang, de 27, monjes todos, y los mandaron a la prisión de Chusur Zong por seis o siete meses. Lobsang fue condenado a dos años y enviado a Sangyipn, celda número cinco.
4 de Marzo 1989, sobre las diez de la noche. Junto con algunos amigos, salí para Lhassa. A medianoche izamos una bandera tibetana en la plaza principal y pusimos alrededor de la bandera posters pidiendo la independencia para el Tíbet. Bajo la bandera, pusimos una declaración que decía: "Esta es una bandera tibetana, nadie puede dejar de recordarla porque el Tíbet fue y será un país independiente". Del 4 al 7 de Marzo el pueblo tibetano se manifestó en Lhassa. Durante las manifestaciones encontré a mi amigo Namkha y a otros cuatro monjes con los que me encontré el 7 de Marzo.
(1989: el día 28 del cuarto mes del calendario tibetano es arrestado)
17 de abril 1989, cinco de la mañana. El abad del monasterio, Tsering Norbu, Migmar Tenzin, Tsering Tempa, Phurbu, Nhama y yo fuimos detenidos en el monasterio de Ratoe. Me enviaron a Sangyip por cinco meses, a Sigrung por dos, y a Drapchi hasta el fin de la condena. En la prisión política de Drapchi me reuní en la celda número cinco con Palden Gyatso. Me retuvieron durante más de un año sin cargos.
La justicia popular de Lhassa.
Los tribunales, el Tribunal Popular de Lhassa y el Shibchoe Khang popular de Lhassa garantizan al acusado la ocasión de apelar a los tribunales para verificar la verdad o falsedad de las acusaciones y para cualquier queja contra la ley. Tal procedimiento está previsto por la Ley, pero no hay procesos, ni abogados ni oportunidad de apelar, declarar la verdad o presentar queja, etc.
20 de Septiembrre 1990. Nos llevaron al el Tribunal Supremo y nos declararon que, según el veredicto del Tribunal Popular de Lhassa, los acusados éramos culpables de haber incitado actitudes moralmente perversas y de habernaos manifestado distribuyendo panfletos declarando al Tíbet país independiente, etc. Según Trung-ha Mimang Chitue Gyalkhab sección 102, me condenaron formalmente a cuatro años de prisión, y a mi amigo Namkha a tres por ser mi segundo. A mí se me acusó de ser el líder. En aquel momento habría que haber esperado oficialmente diez días para alegar alguna discrepancia a la sentencia por nuestra parte, y para presentar apelación en el caso de que entendiésemos injustas las condenas. Así y todo, el décimo día escribieron al dorso de su expediente que los acusados no habían manifestado ninguna discrepancia o planteado apelación.
5 de Enero de 1991. Me trasladaron a la celda 1 de Drapchi. Me encargaron de plantar legumbres. Aquel día se inauguró la celda 5 de Drapchi con objeto de alojar prisioneros políticos, con el fin de someterlos a más rigurosa vigilancia.
27 de Abril 1991. Cinco prisioneros políticos, Tempa Wangdak, Gyalthar, Lobsang Tenzin, Tempa Phuljung y Penpa fueron llevados en secreto a la cárcel de Kangpo Tamo. En la celda número cinco había dos tibetanos, Tsering Rinchen y Pema Rinzin, famosos por su rudeza. Cuando llegaron allí los cinco precitados, todos destinados a la celda cinco, cerca de ochenta de nosotros pedimos ser informados acerca del porqué de que les llevasen allí. Los dos tibetanos encargados del control de la celda cinco respondieron que no era asunto nuestro. Respondimos nosotros que sí lo era, ya que eran tibetnos y que nosotros estábamos allí por motivos políticos. Ante esta respuesta, los dos centinelas llamaron a 20 soldados armados con carabinas y se dirigieron hacia nosotros. Nos metieron en una sala, nos convocaron e interrogaron uno por uno.
Cuando me llegó el turno dije que sí, que estuve entre los que preguntaron sobre la suerte de nuestros cinco compañeros, porqué los habían detenido y porqué tanto secreto. Hay en la prisión aquella un cuarto pequeño dedicado a la tortura. Por primera vez entré en aquel cuarto. Apenas había metido la cabeza por la puerta cuando tres soldados que me estaban esperando me dieron una patada, me abofetearon y me golperon con las culatas de sus carabinas. Dos hombres me agarraron de las manos mientras el otro me daba patadas hasta hacerme caer de cara. Luego enseguida vino Pema Rinzin, el carcelero de la celda, y me ató las manos a la espalda y luego empleó un bastón eléctrico de extremo muy agudo para torturarme en las partes más sensibles, en la boca y en el cuerpo. Me lo aplicaron por todo el cuerpo y la punta aguda me hizo sangrar en varios sitios. Entonces dejaron de pegarme, no podía tenerme en pie de dolor y de ese modo me quedé acuclillado en un rincón. El cuarto es verdaderamente pequeño. Entonces metieron
allí a Yeshi Nawang, un monje, esposado. Le pegaron de la misma forma. 12 personas en total pasamos porla cámara de tortura. Todavía nos pegaron durante otra hora, esposados. Hay 12 calabozos de seis pies por seis, donde nosotros doce fuimos encerrados, esposados. Usaron esposas dobles, un par que se quitaba para comer y otro puesto día y noche. El calabozo no tiene ventana, con lo que ni el aire fresco ni el sol pueden entrar. De estos 12 calabozos uno es particularmente horrible, y allí pusieron a Lobsang Bumdu, anciano de setenta años. En este calabozo el poyo de mampostería que hace de banco y lecho está bajo dos dedos de agua.
Esos eran nuestros lechos. Tal vez él estaba, como yo, esposado. En este cubículo de seis por seis pies debíamos evacuar, comer y dormir, sin ventanas. Pasé allí en mes, otros quince días. Un mes entero orinando, evacuando, durmiendo y comiendo en esta celda sin aire y siempre con las esposas. Dos comidas al día, a la mañana y a mediodía. La comida es un tazón de agua hervida, dos trozos pequeños de pan duro, viejo de dos o tres días. La calidad de la comida empeoró gradualmente con la visita de Paljor, jefe de la cárcel, a la celda cinco. Algunos de mis amigos estuvieron dos meses. Por duras que fuesen las condiciones nunca acepté compromisos ni admití culpabilidad alguna.
A principios del invierno hay sesiones de reeducación. Los presos políticos son desde chavales de 14/16 años hasta ancianos de 70. Nunca en el curso de sus sesiones de reeducación ninguno de nosotros puso en entredicho que el Tíbet fuese un país independiente.
Tras la puesta en libertad de Palden Gyatso pusieron en práctica un nuevo tipo de trabajo. Lo estaban preparando durante la detención de Palden. Es un invernadero de plástico. El mayor debe producir legumbres, por valor de 16-18.000 yeng al año. El más pequeño 13-14.000 yeng, la media pues, 16.000 yeng/año. El salario de los presos que trabajan en estos invernaderos es de 35 yeng/mes, que no se pagan en efectivo. De estos 35 yeng hay que restar la comida, electricidad, agua, ropa, hasta la sal, y esta suma no llega para comprar carne. El invernadero de Wangdu se rompió a causa del viento y le imputaron mala actitud hacia el trabajo. Su condena aumentó, y aún se halla detenido.
27 de Abril 1993. Por suerte para mí, que no siempre la tengo, se cumplió mi condena. Como he dicho, fui condenado a cuatro años y el primero, trascurrido sin proceso, lo computaron. Para muchos no es así. La detención empieza a contarse desde que uno es acusado formalmente. Ese día me pusieron en libertad. Cuando salí de la cárcel algo me dió en la nariz. Durante aquellos cuatro años habían cambiado muchas cosas. Había más guarniciones militares, muchas más casas chinas, se veían muchos más chinos en general. En la carretera hacia mi pueblo, los terrenos vacíos estaban todos ocupados con construcciones chinas o unidades militares. Ningún preso político puesto en libertad puede volver a su trabajo anterior, si antes tenía empleo, y en el caso de un monje, los monasterios son disuadidos de readmitirlo. A mi monasterio, mientras cumplía condena, fueron soldados chinos y obligaron a los monjes a desprenderse de todas mis cosas. Desde el momento que no podía volver al monasterio, pasé algún tiempo con mis padres
, en los pueblos de los alrededores y en Lhassa en busca de algún trabajo, pero no encontré empleo.
25 de febrero 1995. Escapé de Lhasa sin informar a mis padres ni a mis amigos. Abandoné Lhasa entre muchos peligros y con mucho miedo. Tardé 2 meses
19 abril 1995, alcancé Nepal y fui detenido por la policía. Eramos 31, con un niño de 6 años y monjes (mis compañeros de prisión de 70 y 65 años)
El 20 fuimos conducidos a la comisaría de policía de la frontera china en Dham. El 21, mientras nos conducian desde Dham hacia el Tíbet, después de diez minutos de camino, salte del camión a un denso matorral, y caminé durante dos dias entre el espeso bosque y los matorrales, sin comer durante 2 días.
Apelé a la comunidad internacional
Cuando llegué aquí me llevé una agradable sorpresa y me animó mucho el encontrar que muchos occidentales habían hecho muchas investigaciones y que las pocas informaciones que habían conseguido eran muy cuidadosas, por ejemplo nombres de los prisionero políticos, años de condena, etc. Esto era señal de un profundo y duro trabajo de investigación. Me animó verdaderamente mucho, porque pensé pensé, yo soy tibetano, así que debo luchar por mi derecho a la libertad, pero estas personas del mundo libre han trabajado para ayudarnos, y sus esfuerzos han sido intensos.
(La oficina de la Prisión llamada Tru-yang Siphang ting fue acusada de haber filmado videos en la cárcel para hacer propaganda. Montaron estas tomas especialmente con ocasión de los entrevistas de los prisioneros con sus familias. Oficialmente las entrevistas duran 15 minutos, pero en realidad no más de cinco. Asi nuestros padres o parientes que nos visitaban preparaban la comida y el te en alguna taza para permitirnos comer y beber lo más posible en menos tiempo. Los chinos aprovecharon esto para para filmar y preparar "khatak"que hcen ponerse a los prisioneros alrededor del cuello y filman estas escenas para mostrar fuera que los prisioneros pueden acoger libremente a sus familias y que disfrutan de la vida en la cárcel.)
Mi-wang (auto-determinación)
El Tíbet y China son dos naciones diferentes. En Drapchi, el 27 de abril de 1989, Sonam Wangu fue golpeada con una barra de hierro tan grande que podía romper otro hierro. Dawa Tsering y Migmar Tsering fueron ejecutados. Lhakpa Tserin y Lobsang Tenzin fueron ajusticiados dos años después. La detención de Tashi se prolongó durante 9 años. Durante los interrogatorios y en la prisión, el uso de picanas de variados tamaños y diseños, barras de hierro, puñetazos y patadas, golpes con la culata del fusil, aplicaciones de varios instrumentos de tortura en las zonas sensibles del cuerpo fueron habitaules. Dificilmente se encuentra a alguien que no tenga cicatrices.
Thupten Tsering, viejo monje de 70 años, de Sera, y Tsewang Palden, monje de 64 años de Tago Rabsay, Lhasa, estaban entre los 29 deportados. Ambos son dos prisioneros políticos compañeros de Dawa Ratoe.