PLATAFORMA PARA LA MANIFESTACION DEL 10 DE MARZO DE 1996 EN BRUSELAS.
Los participantes en la manifestación piden que:
1. la invasión de 1949 y la ocupación sucesiva del Tíbet por la República Popular China sean reconocidas por la ONU y sus Estados miembros.
2. la ONU y sus Estados miembros reconozcan que esta invasión y esta ocupación son la consecuencia de una agresión que viola la legalidad y el derecho internacional;
3. la ONU y sus Estados miembros reconozcan que el Tíbet constituye, según el derecho internacional, un país ocupado, y obren en consecuencia;
4. el estatus de observador en la Asamblea General de al ONU le sea reconocido al Tíbet;
5. el mandato del Comité de la ONU para la descolonización se extienda al Tíbet;
6. se abran prestamente negociaciones directas y sin precondiciones sobre el futuro estatus del Tíbet entre el Dalai Lama y el gobierno en el exilio por una parte y el gobierno de la República Popular China por la otra;
7. mientras tanto se ponga fin a las violaciones de los derechos humanos en el Tíbet y todos los prisioneros de opinión en el Tíbet sean puestos en libertad;
8. la libertad de religión se garantice de forma efectiva, y que no se ejerza ninguna presión o intimidación sobre Gedhun Choeky Nyima, en especial en lo que respecta al libre ejercicio de su papel espiritual de Panchen Lama y, en consecuencia el libre acceso a la educación que este papel conlleva.
9. los trasvases de población se interrumpan inmediatamente y se inicie el proceso de descolonización del Tíbet, a través de la restitución a los tibetanos de las tierras y propiedades expropiadas durante los 40 años de ocupación china.
10. las resoluciones (1353, 1723, 2079) votadas por la Asamblea General de la ONU se apliquen y que las resoluciones del Parlamento Europeo se lleven realmente a efecto.
Los manifestantes
- Expresan su apoyo al pueblo tibetano y a todas las víctimas de la ocupación china.
- Apoyan los esfuerzos desplegados por el Dalai Lama para restablecer pacíficamente las libertades políticas, culturales y religiosas del pueblo tibetano.
- Apelan al pueblo chino y a sus representantes a iniciar un proceso de paz, fundado sobre el diálogo y la negociación, única vía de de poner término a la tragedia que vive el Tíbet.