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Conferenza Tibet
Partito Radicale Centro Radicale - 17 settembre 1997
LIBERTAD PAR EL TIBET/DEMOCRACIA PARA CHINA-FAX ! - N.64

( LIBERTAD PAR EL TIBET/DEMOCRACIA PARA CHINA-FAX ! - N.64 )

Boletín informativo sobre las campañas del Partido Radical Transnacional por la libertad del Tíbet y por la democracia en China.

"I truly believe that individuals can make a difference in society. Since periods of great change such as the present one come so rarely in human history, it is up to each of us to make the best use of our time to help create a happier world".

Tenzin GYATSO, el XIV Dalai Lama, 1992

Número 64 del 16 de Setiembre 1997

Redaccion: Tiziana Falletti

Tel: +32-2-2304121 - Fax: +32-2-2303670

mailto:T.Falletti@agora.stm.it

http://www.agora.stm.it/pr

telnet:Agora.stm.it

Distribución: Alberto Novi

Rue Belliard 89, Rem 5.08 - 1047 Bruselas (B)Tel: +32-2-2304121 - Fax: +32-2-2303670

Publicado en inglés, francés, español, italiano, húngaro, croata y rumano.

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EDITORIAL

Queridos amigos:

Una noticia inesperada nos ha llegado de Nueva Delhi junto con una carta de Nirmala Deshpande, presidente de la asociación "Akh'il Bharat Rachanatmak Samaj", confirmada posteriormente por una carta de Samdhong Rimpoché, presidente del parlamento tibetano en el exilio. Más allá de la extrema sorpresa, creemos que lo más efectivo que podemos hacer, no sólo en general, sino mirando a la economía del debate sobre el Satyagraha, es dar a cuantos lo siguen la posibilidad de enterarse de los términos exactos de ambas cartas. Por lo que respecta a nuestras reacciones y a las de quien quiera opinar, las publicaremos a partir del próximo número del Tibet Fax. Mientras tanto, continuamos el debate sobre el Satyagraha con una colaboración de Paolo Pietrosanti.

Que aproveche la lectura.

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CARTA DE NIRMALA DESHANDE

Akh'il Bharat Rachanatmak Samaj

GANDHI ASHRAM

KING'S WAY CAMP

DELHI - 110009

TEL: 7434514

Nueva Delhi, 1 de Septiembre 97

Queridos amigos:

Siguiendo con lo tratado en la carta fechada el 1 de Agosto 1997 con copia anexa de nuestro llamamiento dirigido al presidente de la República Popular China, tenemos que comunicaros con pesar que las autoridades chinas aún no han respondido hasta la fecha, 1 de Septiembre, término del plazo señalado por nosotros en la citada carta. Como consecuencia de dicha circunstancia, se ha decidido dar comienzo a nuestro Satyagraha entrando en el Tíbet a partir del 2 de Octubre de 1997, aniversario del nacimiento de Gandhi.

Emprendemos este Satyagraha con amor y comprensión por el pueblo del Tíbet así como por el de China, y con absoluta determinación, cualesquiera que sean las consecuencias. Dirigimos un llamamiento a todos los "Grupos de apoyo al Tíbet" (Tibet Support Groups), a los simpatizantes del Tíbet y de la justicia, a todas las personas del mundo, para que apoyen nuestro Satyagraha. Nos complacería en extremo acoger a todos los 'satyagrahis' del mundo salidos de los diferentes 'Tibet Support Groups' que puedan unirse a nosostros desde el 2 de Octubre de 1997 para que este Satyagraha sea un éxito. Estáis además invitados a hacer llegar esta noticia a otros grupos de apoyo al Tíbet con los que nosotros no podamos comunicar directamente. Esperamos recibir el más amplio apoyo a esta iniciativa. Todos los que tengan intención de participar en este Satyagraha están invitados a presentarse en Delhi el 28 de Septiembre de 1997.

Con nuestros mejores saludos.

Nirmala Deshpande

Presidente del Akh'il Bharat Rachnatmak Sarmaj

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CARTA DE S. RIMPOCHE

ASAMBLEA DE LOS DIPUTADOS DEL PUEBLO

PRESIDENCIA

Dharamsala, 2 de Septiembre 1997

Queridos amigos:

Supongo que habréis recibido la comunicación del 1 de Agosto de 1997 de parte de Sirga Nirmala Deshpande, miembro de la Rajya Sabha y presidente del Akh'il Bharat Rachanatmak Samaj en la que expresaba el deseo de recibir vuestra ayuda al Movimiento Satyagraha para hacer presión en su solicitud a las autoridades chinas de dar inicio a un diálogo con el Dalai Lama.

Este se presenta como uno de los movimientos originados en la comunidad india por la causa del Tíbet, consciente de los graves riesgos a los que eventualmente se expongan sus participantes. Como podéis constatar en las dos últimas comunicaciones, la petición presentada por ellos era bastante razonable y no era de contenido que impidiese ser tomada en consideración por las autoridades chinas.

Por otra parte, me dirijo a todos vosotros para que acojáis favorablemente su llamamiento y déis todo el apoyo posible, espiritual y material, sin olvidar asistirlo mediante el fomento de la pubilicidad del mismo en medios de comunicación de vuestras respectivas áreas. Os agradeceré mucho cuanto apoyo querráis otorgarle.

Con mis mejores saludos

S. Rimpoché

Presidente

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LA VIA DE LA LEGALIDAD AL ATAQUE

de Paolo Pietrosanti,

miembro del Consejo Federal del Partido Radical

El término Satyagraha fue una novedad que introdujo Gandhi porque noviolencia o 'ahimsa' contienen una negación, y, semánticamente, exigen la definición de un concepto a través de la negación del concepto opuesto. Pero Satyagraha es sinónimo de noviolencia: expresa mejor el concepto, pero no expresa uno distinto.

Si la etimología de Satyagraha - término formado por dos palabras sánscritas- se puede interpretar de forma diferente, no hay duda de que esto se debe a la presencia del concepto de verdad. Creo que el problema principal -en el laberinto del comprenderse y del incomprenderse- está en no olvidar que el respeto a la verdad es algo que jamás dejó Gandhi de subrayar en toda su vida, por ende en toda su singladura política siempre habló de experimentos con la verdad. De experimentos. La vía experimental a la verdad constituye la negación profunda de cualquier concepto de la verdad cargado de connotaciones axiomáticas, ideológicas, firmes y fijas. La noviolencia no es una ideología. Pero tampoco es una panoplia de instrumentos de acción, una rocanola de la que sacar a elección una sentada o un ayuno, una marcha o un hartal.

El fundamento intelectual y cultural de la noviolencia, y por ende del Satyagraha, está en la relación estrechísima entre medios y fines. Los medios en realidad son fines, y los medios prefiguran los fines y los condicionan: la literatura y la historia de la noviolencia política sobre este punto son enormes.

Por ello no me parece útil el debate sobre métodos violentos y noviolentos a poner en práctica. Conviene partir de los fines que nos proponemos, sólo por consecuencia lógica, y para alcanzarlos será preciso poner en juego los medios más adecuados, más eficaces. El discurso es muy complejo, y la búsqueda de la simplicidad en muchos casos lleva a caer en la simpleza. De cualquier forma es evidente que frente a uno de los regímenes más autoritarios del mundo, que dispone del ejército más numeroso del planeta, parece desaconsejable y cuando menos imprudente emprender una confrontación armada; por no decir que esto haría perder probablemente amplias zonas de consenso entre la opinión pública internacional. En pocas palabras, el combatiente inteligente (violento o noviolento, tanto da) intenta llevar al adversario a un terreno de lucha en el que haya alguna esperanza de victoria en lugar de ninguna.

Pero hay una característica muy frecuentemente olvidada de la lucha política e incluso de la teoría política noviolenta, que sin embargo es evidentísima tanto en Gandhi como en King: en los escritos y obras de estos dos líderes políticos noviolentos. El fin coincide siempre con la voluntad de puesta en práctica de una legalidad nueva. De leyes, de derecho, es decir, de ordenamiento, reglas, instituciones, poderes y autoridades democráticas, es decir, del marco - por mutable que sea en un proceso de experimentaciones sucesivas - , del ámbito en que la confrontación y el diálogo entre los individuos pueda llevarse a cabo, pueda por tanto llevarse a cabo y desarrollarse el procedimiento y el discurrir de la democracia política.

El defecto y la ausencia de legalidad son hoy los verdaderos y más importantes problemas del sistema que rige el planeta, de los que son víctimas los individuos y pueblos más débiles.

La construcción y organización de esta identidaad entre fines y medios es una de las claves fundamentales del Satyagraha por el Tíbet, si no la clave fundamental.

Incluso el régimen más asilvestrado tiene una legalidad, por perversa que sea. Es preciso ponerla en tela de juicio, y sobre todo es preciso agudizar y hacer estallar las contradicciones entre el poder de Pekín y su propia legalidad. Pekín ha suscrito tratados internacionales sobre derechos humanos, y sobre todo, tiene una Ley Fundamental (Constitución) respecto a la cual una enormidad de actos normativos, gubernativos, administrativos y una enormidad de leyes chinas están en palmaria contradicción. El movimiento Satyagraha será el movimiento del diálogo en la firmeza para que Pekín respete su propia legalidad.

El noviolento provoca contradicciones insuperables en el adversario enfrentándole a sus propias violaciones de las reglas de las que él mismo se ha dotado. Pero esto es un marco, y no basta. Es necesario que en este marco nos movamos y actuemos en la perspectiva de "invadir" el Tíbet.

Podemos y debemos imaginar un itinerario con plazos prefijados que prevea por ejemplo jornadas internacionales dedicadas al artículo "N" de la constitución china o a la ley "Y" en su relación con la convención "Z" sobre derechos humanos...

Preparándonos para ponernos en marcha desde el mundo entero hacia el Tíbet o Pekín, en número de muchos miles. Para ser allá arrestados, deportados, golpeados, frente a los medios de difusión del planeta, en tanto en el resto del mundo muchos otros pidan a sus respectivos gobiernos cuentas de su política de complicidad.

Ayunos, marchas, manifestaciones, vigilias, banderas, iniciativas parlamentarias o en la sede de la ONU no sólo son útiles, y necesarias, siempre que se hagan con un propósito y en un momento planificados. Es preciso encontrar y disponer sedes de organización y planificación de la campaña mundial. Sin abrir una reiteración de la voluntad no creo que podamos tener posibilidades de ello.

Sobre todo, además, es preciso que el problema del Tíbet pase a ser contemplado de una manera que hasta ciero punto puede parecer la inversa a la habitual. La libertad del Tíbet y la democracia en China son intereses de los tibetanos como son también intereses de los tranquilos, protegidos y cómodos ciudadanos occidentales. No creo que en ausencia de esta certidumbre se pueda movilizar gran cosa. Y no es verdad en absoluto que los intereses de este tipo sean exclusivamente de tipo ideal.

Es cierto que libertad y democracia son indivisibles y no son siquiera concebibles si en zonas tan amplias del planeta no existen o se reducen a meras enunciaciones vacuas: por esto muchos radicales - incluyéndome a mí - hemos conocido las cárceles de diferentes países. Pero también es cierto que la globalidad de la economía no acompañada de una progresiva y rápida globalización de las instituciones y las normas, del Derecho internacional y de su transformación no llevará a ningún sitio bueno, exponiéndonos a nosotros los habitantes del Norte rico a la competencia ingobernable (porque no sujeta al mercado real, que es asunto de reglas) de economías en las que el costo del trabajo de millones de virtuales esclavos incide en le precio de las mercancías en la centésima parte de lo que incidiría en países de altos estándares salariales y de protección social.

En China - quizá más que en cualquier otro sitio - es justo esto lo que está en juego. En suma, los tibetanos deben realizar un esfuerzo para entender que trabajan por nuestros intereses al menos tanto como nosotros trabajamos por los suyos, y nosotros, los habitantes de países de una opulencia en decadencia, que entendamos algo muy semejante.

Para quien toca la campana del Tíbet es una demanda actualísima. La campana que llama a rebato a las mejores inteligencias para lo que no deberá ser el Satyagraha por el Tíbet, sino el Satyagraha por el reforzamiento del derecho y de la legalidad. Con los tibetanos antes que por los tibetanos.

Estoy firmemente convencido de que se puede imaginar -sin diletantismos, sino dotándonos de los mejores profesionales- la convergencia hacia el Tíbet de miles y miles de hombres y mujeres de decenas de países del mundo, y pedir allí la aplicación de propia legalidad china junto a la de las Naciones Unidas. No estoy sin embargo seguro de que seamos capaces.

 
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