hace algunos días escribí en la Conferencia del Partido radical sobre las inscripciones dirigido a "quién posee el privilegio de saber" (si a alguien se le hubiese escapado, aconsejo vivamente que se lo lea). Pocos días después de la celebración del 2º Congreso "italiano" del Partido radical, voví a la conferencia llena de esperanzas confiando encontrar reacciones posiblemente positivas. Me hubiese conformado incluso con leer reacciones polémicas, a falta de pan buenas son tortas.En cambio, nada de nada. La intervención pasó inadvertida. La única reacción tangible fue la de la indiferencia. Envidié a quién sabe suscitar debates acaloradísimos sobre la ley Gozzini, sobre la no violencia, sobre los países del Este y sobre la política internacional.
Vaya, que os da exactamente igual la propuesta política (transnacional y transpartídica) del Partido radical, las iniciativas italianas que no se están llevando a cabo, la existencia misma del Partido, la existencia de Radio Radical o de Agorá?
Pues, tal y como sabéis (al contaros vosotros entre aquellos que poseen el privilegio de saber a través de Agorá) todo depende de la posibilidad de encontrar energías humanas y recursos financieros, con otras palabras: 50.000 inscritos en Italia y fuera de sus fronteras.
Si todo ésto y más os deja indiferentes u os "cae bien" y os resulta "agradable" mientras no cueste nada, decídnoslo.
O tal vez, creéis que no es urgente: "ya me lo pensaré dentro de algunos meses, en fin que algún Santo se apiadará, alguien hará un milagro y el Partido saldrá adelante sin mí".
Desde luego, si así es, os arriesgaís en demasía. Y más aún se arriesgan los compañeros de Praga, Moscú, Budapest y Bruselas para los que Agorá es el único medio de comunicación. IASNET, RTT, ITAPAC, IBERPAC... cuestan ...
Podéis decirme si queréis: "«y yo qué tengo que ver con Pronozin, Debrianskaia...; yo me he abonado a Agorá y no al PR!". Es indiscutible, de la misma manera que es intangible la autonomía de este medio de comunicación que quiere convertirse, según creo haber entendido, en un servicio para distintas experiencias políticas. No por nada escribo en la Conferencia del Pr y no en otra parte.
El hecho de ser ajenos e indiferentes, incluso en Agorá, a la cuestión radical, es un derecho que nadie discute. Que, en general, se pueda contar con el privilegio de saber y a pesar de ello no mover ni un dedo para hacer lo que la inteligencia o el sentido común nos aconsejarían, también es un derecho inalienable. Permitidme simplemente que no me sienta, por así decirlo, en sintonía con quienes ejercen sus derechos y privilegios de esta manera. Pido disculpas por el desahogo y «««««buena suerte a todos!!!!!
Emma