SUMARIO: Reproducimos amplios fragmentos de un artículo de Marco Pannella publicado en el "Corriere della Sera" la víspera de la discusión de la resolución Piccoli-Pannella, como así mismo el texto de la resolución.
(Por los Estados Unidos de Europa, a cargo de Roberto Cicciomessere, Gianfranco Dell'Alba, Gianfranco Spadaccia - Suplemento de Noticias radicales nº 68, 5 de abril de 1988).
A pesar del número de parlamentarios que se adhirió al texto de la resolución surjieron algunas reservas por parte del Partido Comunista Italiano y por parte de algunos diputados de la Izquierda independiente, mientras que la prensa guardó silencio sobre el alcance de la iniciativa. Para contribuir a superar las resistencias y el muro del silencio, Marco Pannella escribió en el "Corriere della Sera" un artículo del que mostramos algunos fragmentos:
"El coste de la "no-Europa" es históricamente inmenso, e hipoteca el porvenir de gran parte de las sociedades europeas, mediterráneas y de gran parte de Africa.
Es un coste excesivo para el mundo entero y para sus perspectivas: el mundo de la democracia política, del derecho a la vida y de la vida del derecho no puede seguir siendo tributario y dependiente única y exclusivamente del pueblo americano y de sus instituciones, sopena la muerte de los valores comunes.
La democracia es también una tecnología, un modo de ser de las transformaciones y de las revoluciones tecnológicas y sociales, históricas y científicas.
La democracia exige hoy en día mercados e instituciones que estén a la altura de los problemas históricos del mundo y que sepa pagar el precio aparentemente altísimo del respeto a la humanidad y de todos sus miembros. El mito "romántico" de los Estados nacionales se ha convertido en un abismo mortal en el cuál se está precipitando desde hace varios decenios nuestro siglo. Es necesario que esta conciencia se traduzca inmediatamente en conciencia y voluntad política, que se haga constitutiva por una "parte", de un "partido"; tal vez esté sucediendo ésto.
La moción parlamentaria que se deberá votar pasado mañana, el 10 de febrero, que tiene como primer firmatario al presidente de la Comisión de asuntos Exteriores, Flaminio Piccoli, firmada por casi 250 diputados, constituye un paso fundamental en la dirección justa. Sólo la naturaleza y la sub-cultura de una gran parte del quinto poder, sobre todo el audio-visual, han podido ignorar y hacer que se ignorase todo sobre dicha iniciativa, a la cual el ministro de asuntos exteriores italiano Andreotti se adhirió automáticamente, a pesar de hallarse en vísperas de una "cumbre europea" en la cual los temas y los posibles compromisos parecen ser obstáculos insuperables para la construcción de los Estados Unidos de Europa (...)
(...) El lenguaje del documento, por lo menos en lo que se refiere al contenido, muestra su fuerza: la petición de crear los "Estados Generales de los pueblos europeos" con elección de los presidentes del Consejo y de la Comisión además de los seis mil parlamentarios de los doce países y de los del Parlamento Europeo, en Julio de 1989, proporciona a la memoria histórica y a la imaginación de todos nosotros lo que Faure en su mensaje de apoyo enviado al presidente Piccoli y a la Cámara de los Diputados recuerda: que hace más de cien años, Auguste Comte afirmó el carácter "europeo" de la revolución de 1789, y en la escasa conciencia de ello sus límites y sus fracasos respectivos. La política italiana es muchas veces mucho más rica y viva de lo que de ella se sabe y se refiere, y ese es su gran riesgo de muerte.
Esperemos que no sea así, al menos en este caso."
La resolución se aprobó en el texto definitivo del 10 de febrero de 1988 por unanimidad, con la única abstención del diputado del Msi (Movimiento Social Italiano) Rauti y del diputado democristiano Malfatti.
He aquí el texto de la resolución
La III Comisión de Asuntos exteriores de la Cámara de los diputados
recordando y subrayando el contenido de las órdenes del día aprobadas por el Senado de la República el 1 de octubre de 1986 (9.175551.3) y acogidas en la Cámara de los diputados el 17 de diciembre de 1986 (9/4029/1;2;3) con motivo de la discusión del proyecto de ley de ratificación y ejecución del Acta Unica Europea en los cuales, en especial, se invitaba al gobierno a apoyar la propuesta de confiar un mandato explícito constituyente al Parlamento Europeo que se elegirá en 1989;
recordando y subrayando las posiciones más encaminadas a apoyar el proyecto de Tratado de la Unión aprobado por el Parlamento Europeo el 14 de febrero de 1984 en especial con la resolución aprobada por la Cámara el mismo 14 de febrero de 1984 (6-00018);
recordando que el pensamiento y la obra de Altiero Spinelli y en especial la convicción de que "no existe en la actualidad ningún gran problema concerniente a la economía, a la moneda, a la unión solidaria de nuestro desarrollo con el de los países más pobres del mundo, la defensa, la ecología, el desarrollo científico y ecológico, la universalidad de la cultura, que aún se puedan afrontar con seriedad única y exclusivamente con criterios e instrumentos nacionales" se han convertido en patrimonio histórico y político en la mayoría de las fuerzas políticas y sociales en los países de Europa;
recordando el coste de la "no-Europa" que se deriva de la falta de eliminación de los controles aduaneros en las fronteras intercomunitarias, de la falta de armonización de las leyes y los standards, de los efectos de escala en los costes debidos a las dimensiones reducidas de los mercados nacionales, de la duplicación de las medidas de control y de vigilancia, de la duplicación de los programas de investigación y de inversión y la necesidad de cubrir los riesgos de cambio en el caso de transacciones en los mercados de la comunidad y sobre todo de la falta de una política institucional comunitaria de los asuntos exteriores y también de la defensa;
recordando la existencia de un "déficit democrático" en las instituciones comunitarias que se deriva de la transferencia a nivel comunitario de competencias que pertenecían anteriormente a los parlamentos nacionales al que no ha correspondido la atribución de poderes legislativos y de control efectivo al Parlamento Europeo elegido por sufragio universal;
subrayando que mientras que el mundo económico y financiero ha puesto en marcha por su cuenta formas de integración europea. las instituciones comunitarias se muestran incapaces de adaptarse a las necesidades de gobierno del mercado único previsto para 1992;
considerando que, a pesar de lo dicho anteriormente, la crisis de las intituciones comunitarias y la parálisis de la integración política y económica de europa corren el riesgo de poner en duda los resultados alcanzados con tanto esfuerzo en los últimos años;
considerando la inmediata necesidad de reforzar desde un punto de vista democrático las instituciones comunitarias y en especial la urgencia de volver a impulsar el proceso de revisión de los tratados;
considerando además la necesidad de que Europa pueda hablar oficialmente, en especial en el difícil escenario internacional, con una sóla voz acreditada;
subrayando por último que en espera de la definición por parte del Parlamento Europeo de un nuevo grupo institucional de las Comunidades realmente democrático, es necesario y urgente que en calidad de momento de transición se pida a los miembros elegidos del Parlamento Europeo y a los de los parlamentos de los doce Estados miembros la tarea de elegir a los presidentes del Consejo y de la Comisión;
compromete al gobierno
a actuar para que el Consejo Europeo adopte las siguientes medidas para la ejecución y la ratificación por parte de los órganos competentes;
1. Otorgar al Parlamento Europeo que se elegirá por sufragio universal en junio de 1989, la tarea de poner al día en el mismo año la propuesta de nuevo Tratado para la Unión Europea, osea para los Estados Unidos de Europa, ya aprobado por el Parlamento Europeo.
2. Elección del Presidente del Consejo Europeo, que desempeñe al mismo tiempo las funciones de co-presidente del Consejo de Ministros de las Comunidades europeas, en julio de 1989, por parte del Parlamento Europeo y los elegidos en los parlamentos de los doce países miembros, reunidos en Estados Generales de los pueblos europeos, unidos bajo la presiencia del Presidente del Parlamento Europeo.
El Presidente del Consejo europeo desempeñará su cargo durante tres años no prorrogables.
3. Elección del Presidente de la COmisión por parte del Parlamento Europeo y los miembros elegidos en los parlamentos de los doce países miembros, reunidos en Estados Generales de los pueblos europeos bajo lapresidencia del presidente del Parlamento Europeo.
La Comisión que él formará deberá obtener la confianza sobre su programa por parte del Parlamento Europeo y desempeñará su cargo deurante tres años.
4. Estudio de la posiblidad de implicar simbólicamente en ambas elecciones a los miembros de la Asamblea del Consejo de Europa de los Estados que no pertenecen a la Cee y que así lo solicitasen.
5. Intento de destinar el 2% de los preupuestos nacionales de defensa de los doce Estados miembros a partir de 1990 para una acción comunitaria encaminada a promocionar y defender los derechos civiles y humanos en Europa y en el resto del mundo, previstos por el "III paniere" de los acuerdos de Helsinki.