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Pannella Marco - 28 aprile 1988
Israel y Europa
de Marco Pannella

SUMARIO: Partiendo de un juicio positivo de la propuesta de Bettino Craxi de confiar a la Comunidad europea la administración de los territorios ocupados por Israel, el autor delinea los obstáculos para la realización de dicha propuesta. El primero de todos es la ausencia de instituciones supranacionales europeas capaces de llevar a cabo una política exterior cabal y unitaria.

(Noticias Radicales nº87 del 28 de abril de 1988, del periódico "Il Giorno" del 25 de abril de 1988)

Con su propuesta a Europa, es decir a la Cee, de administrar los territorios ocupados por Israel, Bettino Craxi lleva a cabo un salto de calidad en el debate y la atención - que desde hace años se anquilosan purulentos e inútiles - centrada en Oriente Medio.

La propuesta, absolutamente positiva, es, sin embargo, de difícil realización a causa de ese »euro-optimismo que ha predominado desastrosamente a lo largo de los últimos lustros, que habla sólo en términos de »mercado único (en 1992); nada más, salvo una jungla salvaje y destructora, en la que la autoridad política, constitucional y democrática de los Estados Unidos de Europa o Unión Europea como más guste, - garantizadora de los mecanismos, brilla por su ausencia.

Comprobamos una vez más que el coste de la no-Europa ha sido y es inmenso. Desde el punto de vista histórico, político, económico, tecnológico y social. Este vacío sustancial de poder y de política, impuesto por los anacronistas y funestos »poderes reservados de doce administraciones estatuales nacionales, desestabiliza directa o indirectamente a Oriente Medio y a Africa, dejando campo libre a los mortíferos intereses creados de las multinacionales del complejo »militar e industrial así como »agro-alimentício y de sus elementos nacionales, favoreciendo al mismo tiempo la acción de cualquier otra fuerza que esté interesada en desestabilizar ésta y otras zonas del mundo.

Será indispensable, así pues, que nuestro gobierno actúe inmediatamente, movilizando las estructuras y los aparatos diplomáticos, que progresivamente languidecen y a los que, según parece, se les ha privado de su función natural, para que en el Consejo europeo de Hannover la propuesta de Bettino Craxi sea aceptada por la mayoría, tal y como esperamos, y se incluya en la agenda de trabajo que se prepara para el 12 o el 13 de mayo.

Aprovechamos la ocasión para expresar al ministro Andreotti toda nuestra preocupación porque parece ser que no se ha realizado nada en concreto para que en Hannover se discutan los objetivos y los temas fijados con el pleno apoyo del gobierno, por la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara, y que el Parlamento europeo está a punto de adoptar con »declaración solemne . Es necesario ser coherentes con el trabajo, respetar las urgencias proclamadas, aun yendo contra corriente, cuando se asumen iniciativas nuevas, aunque los demás no consideren su valor de urgencia. La Comunidad europea vive en estos momentos fuera de la ley, como un »poder de hecho , y no ha conseguido realizarse según las predicciones de los dictámenes que la constituyeron. Los tratados ignorados una y otra vez y fraudulentamente reformados según nuevas normas o la adopción de praxis han creado una no-Europa política, una no-Europa desde el punto de vista de la sociedad de derecho. Europa no existe desde el punto de vista de una política d

e defensa común, de seguridad militar.

Esta realidad no dejará de ser opuesta, en Hannover, por lo menos por los gobiernos como el danés y el británico, para los que el »mercado común del 1992 es un objetivo aceptado con reticencias y reservas clarísimas para todos, aunque no siempre expresadas formalmente.

Gran parte de ello dependerá por una parte de la actitud alemana y de la francesa, (que en caso de reelección de Miterrand, debería ser positiva) y por otra de la capacidad de iniciativa política de nuestro gobierno; que se mueva, así pues, añadiendo al »paquete que el gobierno Goria se comprometió con el Parlamento italiano a sostener en Hannover (correspondiendo al inminente mandato del Parlamento europeo) la propuesta de una administración europea controlada de los territorios palestinos ocupados.

Hay que confiar en Israel, en su opinión pública democrática, en la fuerza de los judíos de la diáspora, sin lugar a dudas leales hasta el final con respecto al destino democrático y cívico de su madre patria. Como mucho, podría temerse que por parte de la actual clase dirigente israelí, esclerótica, impotente y violenta, que cabalga sólamente gracias a los comprensivos reflejos de miedo que ella misma contribuye a reterner en la opinión pública, se manifieste una especie de guerra de desgaste contra la propuesta misma, rechazando las modalidades de actuación. Eso es todo.

Nosotros los radicales desde hace años repetimos incesantemente en todas partes, en todas las sedes, institucionales o no, que el destino democrático de Israel debe ser considerado »intrínseco al de los Estados Unidos de Europa y que la adhesión de Israel a la Unión Europea es la condición sine qua non para solución de la cuestión palestina y para afrontar los realmente trágicos problemas de oriente medio (que fundamentalmente son otros).

En repetidas ocasiones hemos manifestado formalmente esta convicción y esta voluntad nuestra a los jefes de Estado, a los presidentes de Gobeirno, a los ministros de asuntos exteriores, a los diputados de la Knesset, a la prensa israelí. Nuestros compañeros inscritos en Israel al Partido radical, simples militantes o diputados, comparten esta aproximación y esta meta. La iniciativa adoptada por Bettino Craxi nos encuentra más que atentos: estamos totalmente de acuerdo; vemos esta propuesta como una parcial y oportuna iniciativa que desde hace años venimos deseando. Confío en que se supere el disentimiento que constatamos más enérgicamente ahora que hace tiempo, sobre el reconocimiento de la Olp. La Olp es una organización político-militar, es decir, no es un gobierno provisional. Es - para decirlo a la argelina - la Fln, no el Gpra. Si esta es la situación, no es pura casualidad. La Olp ha crecido, ha actuado a lo largo de estos últimos años rechazando toda posibilidad de inserción como clase dirigente pales

tina de miles y miles de ciudadanos procedentes de dichos territorios, que se han integrado en otras partes - porque se hallaban sin altermativas - en las sociedades nacionales que los albergan, como profesionales, hombres del mundo de la cultura, a menudo como demócratas para los que los derechos humanos fundamentales, de pensamiento, de opinión, políticos, sociales, y más simplemente »jurídicos y legales, constituyen no un lujo, sino los atributos imprescindibles de cualquier pueblo e individuo, junto con el derecho a la »independencia nacional y no después de ésta.

Existen, además, en los territorios ocupados por Israel muchos exponentes y dirigentes de aquellos países que estarían mucho más cerca de la clase palestina que participa en posición de primera fuerza en el gobierno de Jordania, pero no son libres de expresarse, gracias al mútuo juego de la masacre querida por la Olp y por un Sahmir que siente la llamada de la jungla de la política violenta de liberación de sus años mozos, incapaz de gobernar la actualidad feliz e idóneamente.

Así pues, reconocer la Olp constituiría un error imperdonable, una atribución de representación arbitraria a una organización cuyos »méritos son la guerra y la lucha, no de gobierno, que se ha constituido basándose sólamente en eso y que sólo es capaz de eso.

Confundir ambas propuestas, así pues es como mínimo inoportuno.

El reconocimiento de la Olp debilita la »europea , y esperamos que también Craxi quiera admitirlo.

 
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