de Romsauer Lajos(pres. de la Asociación Homeros Lambda)
Actualmente en Hungría viven aproximadamente 500.000 homosexuales. La ley no castiga a los que poseen la mayoría de edad. Aunque la homosexualidad ya no se castigue con la cárcel, el miedo, la inseguridad, las amenazas y las humillaciones siguen existiendo. En Hungría, al igual que en el mundo occidental, con la llegada de los años setenta la opinión pública dejó de juzgar tan severamente a los homosexuales. Muchos fueron los periódicos que publicaron artículos sobre el tema de la homosexualidad que empezó a considerarse enfermedad y no delito. A principios de los años ochenta el WHO (Organización Mundial de la Sanidad) se refirió a la homosexualidad como un "status" y no como una "enfermedad". Lo cual fomentó que la opinión social se hiciese menos intransigente al respecto. Se adoptaron nuevas medidas, como por ejemplo eliminar la ley por la que los homosexuales no podían prestar el servicio militar; o la de las iglesias protestantes que estaban dispuestas a consagrar a aquellos teólogos que habían declarad
o su homosexualidad. Igualmente, el derecho de familia húngaro preveía la posibilidad de formar pareja con otra persona del mismo sexo y mantener los derechos de herencia.
Parecía que este tabú estuviese llegando paulatinamente a su ocaso.
En otoño de 1986, considerando la nueva coyuntura social, pensamos por vez primera en crear una asociación. Pero las reticencias de los órganos oficiales, las amenazas y el "extravío" de nuestra petición oficial, impidieron que este proyecto arribase a buen puerto. Los tabús seguían existiendo y pudimos constatar que, en realidad, la opinión de la gente no había cambiado.
A principios de 1988, con la nueva estructuración interna del Ministerio de Sanidad éste reconoció la "autoridad suprema" de la asociación, y al cabo de dos años de presentar la solicitud obtuvimos la aprobación de crear la primera organización de estas características en Hungría.
En medio de esta tolerancia social, estalló inesperadamente el problema del SIDA que súbitamente frenó dicha actitud de benevolencia. Al igual que en todas partes, los homosexuales cargan con la culpa de ser portadores de la peste de nuestra época y los religiosos han hablado de castigo divino.
Por este motivo, nuestra organización ha decidido colaborar con los órganos sociales y combatir esta enfermedad mortal. Hemos fundado el primer y único "SOS SIDA" anónimo, en el que la gente no está obligada a revelar su identidad, aun cuando los resultados de los análisis indiquen la sieropositividad del individuo. Hemos organizado un curso para asistir a los enfermos de SIDA. Las personas que "instruimos" ayudan a los enfermos, independientemente de los motivos por los que hayan contraído la enfermedad, es decir no sólo a los gays, como igualmente a aquellos que todavía no se hallan en un estado grave como para ser internados en un hospital, pero que necesitan que alguien les ayude. Intentamos explicar a la gente que el SIDA llegó a Hungría a través de los órganos de la sanidad, es decir con sagre infectada, y no por culpa de los homosexuales. Actualmente el 60% de los homosexuales son siero-positivos.
A pesar de ello, cada vez es más intensa la intolerancia de la sociedad para con nosotros. Critican nuestra publicidad, nuestras actividades e incluso nuestra existencia. Y los órganos oficiales, la policía y el ayuntamiento añaden leña al fuego.
Para nosotros es un problema muy grave, queremos modificar la ley familiar que en 1986 cambió la palabra "consorte" por "consorte de sexo opuesto", en detrimento considerable de las parejas homosexuales con una "relación estable". Hemos decidido luchar, proteger los derechos de la minoría gay y luchamos en pro del derecho a vivir juntos, para poder ser, legalmente, pareja.
A principios de septiembre de 1988 entramos a formar parte de la ILGA, de la que recibimos una aportación meramente "ideal", pero ante los problemas financieros nos tenemos que sacar las castañas del fuego solos, lo cual no es nada fácil. Con grandes dificultades logramos crear un centro de diversión cultural, el "Local", pero desgraciadamente, a diario nos vemos obligados a afrontar numerosos ataques y amenazas.
Este año, hemos organizado el segundo Consejo de Homosexuales del Este de Europa. La importancia que reviste este organismo es incalculable puesto que en la mayoría de los países del este europeo la homosexualidad está prohibida. A través de la ILGA hemos emprendido acciones legales a favor de los gays encarcelados en Rumanía. Nuestro objetivo consiste en luchar contra el SIDA para garantizar la aplicación del derecho y de leyes realmente democráticas que acepten nuestra existencia. La homosexualidad es un grave problema que afecta a toda la Europa Oriental, es más, a toda Europa. Por ello creo, creemos, que la creación de los Estados Unidos de Europa es importante y urgente. Tal vez, para nosotros sea especialmente importante porque este proyecto, que en estos momento debe realizar el Partido Radical Transnacional, aunque para nosotros sea un sueño débil todavía, confiamos que se cumpla en un futuro no muy lejano. Es el sueño de una Europa en la que la minoría - sea cual fuere - posea idénticos derechos e i
déntico trato, independientemente del Estado o de la nación. Hasta el momento presente, nuesra Asociación en Hungría es la única asociación gay que representa los intereses de todos los homosexuales húngaros. En estos momentos somos aproxiamadamente 400. La mayoría de nuestros miembros son jóvenes.
Quisiera que este sueño se hiciese realidad y que estos jóvenes, el día de mañana, puedan vivir sin miedo, abiertamente, de forma más humana y en una Europa más humana.
Dirección de la Asociación: PF 22 - 1387 Budapest.