Radicali.it - sito ufficiale di Radicali Italiani
Notizie Radicali, il giornale telematico di Radicali Italiani
cerca [dal 1999]


i testi dal 1955 al 1998

  RSS
ven 09 mag. 2025
[ cerca in archivio ] ARCHIVIO STORICO RADICALE
Notizie Transnational Fax
Agora' Agora - 25 maggio 1990
EDITORIAL - El valor de la inscripción

de Paolo Vigevano

Tesorero del Partido Radical

Dos son las razones que me impulsan a afrontar de nuevo el problema de la inscripción al Partido Radical: no haber logrado los objetivos "intermedios" que nos habíamos propuesto para este año en lo que a inscripciones se refiere y los numerosos interrogantes procedentes de casi todas partes, especialmente de los países de la Europa Central y del Este, con respecto al valor de la inscripción, su significado, el motivo de la cuota, etc.

Como muchos de vosotros sabréis, el Estatuto del Partido prevé la inscripción al Partido federal y no la inscripción a las asociaciones radicales. La única condición para inscribirse al PArtido es pagar la cuota. Lógicamente, el estatuto prevé el compromiso de cada cual a sumarse a una asociación determinada o a crearla, y obviamente la aceptación del estatuto, pero, insisto, la condición sine qua non es sólo una: pagar la cuota de inscripción. Es la primera regla, la regla fundamental del Estatuto del P.r.; es decir un partido libertario, que no prevé ninguna forma de selección con respecto a los que solicitan el carnet, y que tampoco prevé la existencia de ningún tipo de órgano de control ni la posibilidad de expulsar a nadie. La inscripción está abierta a todo el mundo y es anual.

Las combinaciones de estas dos dipsosiciones - pagar la cuota de inscripción al partido federal y la anualidad de la misma - garantizan indirectamente otro aspecto de la democracia interna del Partido: la posibilidad por parte del Congreso (en el que pueden participar todos los inscritos) de conocer y prever los ingresos de autofinanciación con respecto a los costes del programa político del año sucesivo. De hecho, es el Congreso el que determina cada año la cuota de inscripción. Elige directamente al Primer secretario, al Tesorero y a los Miembros del Consejo federal. Aprueba las mociones (es decir, los objetivos prioritarios). Más que un inscrito, se trata realmente de un auténtico accionista de una sociedad privada.

El problema de la inscripción y de la cuto hay que encauzarlo desde este punto de vista. En todos los países occidentales (aunque, en realidad, se trata de un fenómeno que atañe igualmente a los países de la Europa Central y del Este) inscribirse o afiliarse a un partido es casi gratis. Por dos motivos: porque los partidos en cuestión cuentan con otras fuentes - más o menos concocidas - de autofinanciación. Y porque de esa manera pueden contar con gran número de inscritos (que, entre otras cosas, no cuentan con casi ningún tipo de poder). En cambio, en el Partido radical, la inscripción significa que cada inscrito se compromete a depositar en el Partido una parte del dinero necesario para lograr los objetivos del mismo. Para hacerlo más evidente todavía, en 1981 se decidió calcular este compromiso financiero cotidianamente. Es decir, cuánto podría dar al día un ciudadano para sostener las actividades del Partido. Tomando como parámetro el equivalente de un gasto determinado, gasto que incluso una persona en

paro o un estudiante se puede costear: un billete de matro, la mitad de lo que cuesta un periódico.

Al no ser posible organizar la recogido diaria de las inscripciones, hemos mantenido el criterio de pagarlo todo de una vez, o como mucho en tres o cuatro plazos (en cualquier caso, la inscripción se considera en el momento en el que se ha pagado la cuota entera). De esta manera, se afirma el carácter de "accionista activo" del inscrito radical, es decir lo que es capaz de encontrar, de pedir prestado el dinero necesario para pagar la inscripción de un año. Cabe seguir recordando que la cuota de inscripción es libre, a partir de una cuota mínima. Por consiguiente, los más ricos deberían pagar cuotas proporcionales a sus posibilidades efectivas. Y si bien es verdad que existen cuotas de inscripción cien veces más altas que la mínima, también es verdad que todavía son pocas las personas que las pagan.

 
Argomenti correlati:
stampa questo documento invia questa pagina per mail