ESPANA ESTADO FEDERAL?
Juan Altable
SOMARIO: Socialistas y populares coinciden en que la reforma del Senado convertirá España en un Estado con un funcionamento casi federal, ante la oposición nacionalista.
(Cambio 16, 17 octubre 1994)
No ha sido un buen día para Gorka Goyeneche. A mitad de la autopista entre Bilbao y Behovia un ertzaintza motorizado le ha colocado una multa por exceso de velocidad. Por la tarde, su hijo Aitor regresó a casa con nuevos problemas en la 'ikastola'. Y, para colmo, su esposa le ha recordado que se les agota el plazo para pagar a la Diputación de Vizcaya el impuesto sobre la renta.
El Estado autonómico no ha traído la felicidad a Gorka, aunque sí le proporciona un apego mucho mayor a sus instituciones... incluso a las que le complican la vida de vez en cuando. Ahora la policía es »su policía . La escuela, »su escuela. Y los impuestos, todos los impuestos, le llegan a »su gobierno.
Diecisiete años después de iniciarse la democracia, Gorka Goyeneche vive en un Estado, el autonómico, muy distinto del que conoció de joven. Un tipo de organización, invención española, que se ha convertido en el más formidable descentralización realizada nunca en la historia de este país.
El invento lo es sólo a medias. Desde la redacción de la Constitución, los políticos miraron siempre de reojo una guía: el Estado federal. No se llamó así para no despertar los fantasmas del pasado, pero su modelo vuelve a ponerse sobre la mesa cuando comienzan los cañonazos sobre la primera gran reforma de la Constitución, la reforma del Senado.
Puede ser España un Estado federal? Influyentes dirigentes socialistas lo afirman sin tapujos. Joan Lerma, presidente de la Generalitat valenciana, indica a esta revista que » ya somos casi un Estado federal . Sus compañeros catalanes lo llevan diciendo algún tiempo. Y según Josep María Sala, uno de los líderes del PSC: » La propia Constitución permite la evolución del Estado autonómico, que ya ahora contiene muchos elementos federalizantes .
Felipe González acaba de dar un paso que se llevará por delante un título entero, el tercero, de la carta magna. No está solo. Recibe el apoyo de numerosos políticos, algunos de ellos pertenecientes al partido que siempre miró con desconfianza la quiebra del viejo Estado unitario: el Partido Popular. Mariano Rajoy, responsable de asuntos autonómicos del PP y uno de los hombres de confianza de Aznar, no se arruga: » Espana es una nación, plural, que en su diseno final tendría un funcionamiento similar al de los Estados federales , afirma.
Naturalmente la actitud de Rajoy no es compartida por todos los electores del PP. La unidad de Espana, asociada por los sectores más conservadores a una forma particular de Estado, no deja de provocar reacciones de elevada tensión en una parte de los ciudadanos. El más reciente ocurrió hace sólo unos días, cuando se utilizaron por primera vez en el Senado todas las lenguas de Espana.
Aunque los manuales indican que este país no puede ser un Estado federal puro, los datos prácticos indican que el Estado autonómico se parece cada vez más al sistema federal. El ejemplo más evidente, y al que todos los técnicos y políticos vuelven sus ojos, es Alemania, el Estado más descentralizado de Europa, el ejemplo más cercano de federalismo. Hacia allá se van los técnicos, y de allí regresan con una vision visión muy clara: Baviera tiene similar nivel de autogobierno que Cataluña. E incluso menor que Euskadi.
Qué falta? Convertir al Senado en una cámara territorial, como el Bundesrat. Y de repente han crecido decenas de expertos en el Bundesrat. Fraga es uno de ellos. Es más, propone un plan completo para cambiar la elección de los senadores (elegidos por los parlamentos autonómicos y no por sufragio directo en las provincias como lo son ahora la mayoría). Y convertir a la cámara alta en el primer escenario de los debates territoriales.
Curiosamente, quienes más se oponen al sistema federalizante, junto a los ciudadanos más conservadores de Espana, son los más nacionalistas de Cataluña y Euskadi. En este caso por razones opuestas: el modelo federal acaba el diseño del Estado. Se acabó la reivindicación permanente y el agravio comparativo. Algo que asusta a Ardanza y Pujol. En los sueños de Ardanza aparece siempre otra opción: el pacto con la Corona, un acuerdo bilateral entre el Gobierno vasco y el monarca, por el que Euskadi disfrutaría de una soberanía prácticamente plena. El federalismo, no es, pues, trago querido en los batzokis.
El rechazo de Pujol es diferente. Cuando mira a lo lejos, el 'president' ve una federación, o más bien una confederación, entre cuatro naciones soberanas: Cataluña, Euskadi, Galicia y... el resto. Estas son las miradas al horizonte, claro. Hoy por hoy las necesidades son otras. Con el rostro todavía satisfecho por el resultado del primer gran debate autonómico en el Senado, Joaquim Ferré, portavoz del grupo catalán en la cámara alta asegura: » En estos momentos no nos planteamos la cuestión federal. Cualquier solución futura habrá que inventarla entre
todos .
Juan ALTABLE
