El proyecto consiste en mandar una carta a todos los miembros electos de todos los países democráticos del mundo. Aproximadamente: 60.000. A lo largo de un debate celebrado en Radio radical, Marco Pannella explica el por qué de esta iniciativa.
El programa, el documento, la razón para inscribirse al Partido radical de 1991, es una especie de programa editorial. En realidad, se trata de hallar un medio de comunicación adecuado para resolver en la actualidad, dentro de algunas semanas, meses, años, y no con planes quinquenales, los problemas más importantes de la vida de nuestro planeta y de la vida de cada uno de nosotros.
Como pueden ver, es un proyecto de lo más ambicioso. Una ambición sin par, y lo digo totalmente consciente de lo que una afirmación semejante comporta, porque es cierto que el Partido radical de 1991 se forma en el intento de superar a nivel de instrumentos, y no sólo en lo que se refiere a la conciencia de cada cual, el divorcio entre el saber (la ciencia) y la conciencia, por una parte y de la política y el poder por otra.
El proyecto consiste en otorgar un medio de comunicación a un programa político que tiene como objetivo inicial lograr constituir, a través de varios miles de inscripciones italianas - porque a nosotros nos resulta más fácil llegar hasta los italianos puesto que es en Italia en donde el Partido radical echó sus raíces y los italianos ya conocen nuestra historia - un partido de acción. De hecho, en la actualidad, todos somos conscientes de que el problema estriba en utilizar las toneladas de nociones, ciencia, de saber, que hemos adquirido a lo largo de los últimos cuarenta años - y que superan con creces a las que la humanidad acumuló durante milenios - para lograr una mejor calidad de vida y si es posible, subsanar las heridas que muyos científicos ya consideran mortales de la biosfera, de la atmósfera, de las aguas y de la tierra.
Cuál es el proyecto demencial?. El de conseguir en pocas semanas - imaginamos, por el momento, a través de una aventura editorial que no puede afrontar cualquier editorial ni cualquier fuerza, tal vez sólo un Estado podría realizarla - que todos los electos de todos los países democráticos (aproximadamente unos 50 o 60 mil), que hablan unas cuarenta lenguas, proponiéndoles textos legislativos, objetivos tanto de carácter general como concretos, y de derecho positivo, que en la misma hora y en el mismo día se depositen en los mismos lugares en los que se toman decisiones institucionales, para que finalmente se les permita a los no violentos gandhianos en pro de la vida que somos volver a empezar o empezar a nivel de masas, ante cientos de capitales del mundo (en primer lugar las europeas), nuestras manifestaciones, huelgas de hambre e iniciativas no violentas, para que se voten dichas medidas y dichas leyes.
Se trata, por ejemplo, de construir una asociación radical de parlamentarios contra la pena de muerte, contra la tortura, que actúe como el CORA (COordinadora Radical Antiprohibicionista), porque es necesario un instrumento de coordinación, de información y de animación. Hay que escoger dos o tres puntos concretos sobre la salvación ecológica. Es necesario dar un nuevo impulso a nuestra propuesta, que cuenta ya con quince años de edad, darle fuerza al derecho internacional y a la reforma de la ONU.
Tenemos que hacer lo que hicimos en su día con el divorcio, pero esta vez con respecto a la vida del mundo. Por aquel entonces todos sabían lo que era el divorcio y nadie creía que pudiese convertirse en una realidad institucional y política en Italia y no lo hubiese sido sin el Partido radical.
