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Agora' Agora - 28 marzo 1991
LA DISTENSION: LA OTRA CARA DE LA MONEDA

di Georg Thamm

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Cayó el telón de acero. Desde que Gorbachov instauró la Perestroika y la Glasnost todo el mundo puede ver lo que sucede en el Este. Sin embargo, en lo que se refiere a la criminalidad la realidad es más angustiosa. Es lo que nos describe el autor en un artículo publicado por "Enquête sur la drogue - Revue scientifique européenne sur les problèmes de drogue - 5e année - cahier n·1 - Janvier-Février 1991". Berndt Georg Thamm, 44 años, licenciado en pedagogía, profesor en la Escuela Superior de Policía de Berlín, y desde hace veinte años escribe artículos de opinión en el sector de la lucha contra la droga.

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La Europa del Este, nuevo espacio para la droga.

La reunificación de las dos alemanias el pasado 3 de octubre de 1990 ha marcado el final de la postguerra. Tras varias décadas la guerra fría concluye sucumbiendo ante la presión de las primeras experiencias democráticas y de los primeros cambios en los sistemas económicos en vigor hasta ese momento en la Unión Soviética. Pero todos estos cambios positivos también tienen otra cara. En este difícil período, el mercado negro se ha extendido y con él han proliferado, gracias al comercio ilegal, al capital y a las influencias que consienten, numerosas organizaciones criminales. El peligro de la droga amenaza más que nunca. Es por ello que los países del viejo bloque oriental, todos presentes en la sesión extraordinaria de la asamblea plenaria de la ONU, en febrero de 1990, han propuesto proclamar los últimos nueve años de este siglo "Años contra la droga". Una propuesta que ha sido acogida por 159 países miembros de la ONU.

La Europa del Este o la lucha contra la droga y la criminalidad.

A finales del pasado mes de septiembre, en la ciudad canadiense de Ottawa, los delegados de la organización policial internacional Interpool acordaron desde que empezó la sesión aceptar a representantes de la Unión Soviética, de Polonia y de Checoslovaquia como miembros con todos los derechos. Rumania y Hungría ya formaban parte de los 154 Estados miembros. Fue la explosión del problema de la droga a lo largo de los últimos diez años en los países de Europa del Este la que propició una colaboración impensable algunos años antes con las policías occidentales.

Desde 1979, Yugoslavia lamenta el consumo de estupefacientes en su territorio. Polonia le sigue en 1981. La vieja república socialista checoslovaca a partir de 1984, Hungría en 1985 y la Unión Soviética en 1986. Un estudio publicado en junio de 1989 por la Fundación Friedrich-Ebert de Bonn ha indicado las cifras más recientes sobre droga, SIDA y prostitución en la Europa del Este. Se sabe desde ese momento que el número de drogadictos registrados en la Unión Soviética es de 131.000. En Polonia los cálculos oficiosos hablan de 250.000 toxicómanos, en Checoslovaquia 10.000 y en Hungría 50.000. Todo esto teniendo en cuenta que los países de la Europa del Este y las repúblicas soviéticas no forman parte del circuito de tráfico internacional de cocaína y heroína.

La "compota"

La necesidad de opio de los toxicómanos de estos países está en gran parte cubierta por la producción nacional de los mismos. Los toxicómanos polacos, por ejemplo, hierven los tallos de las papaverinas hasta obtener una solución casi negra, de olor dulzón, que se inyectan como "compota". Los drogadictos rusos usan las opiáceas procedentes de cultivos de papaverinas del sur de Ucrania, de las repúblicas Transcaucásicas y de Asia central. Pero la papaverina se cultiva igualmente en los Urales, en Siberia occidental y en las regiones costeras de Extremo oriente. A ello cabe añadir la proximidad geográfica entre las repúblicas soviéticas meridionales y las grandes regiones iranís y afganas del cultivo de papaverinas, conocidas con el nombre de Media Luna de Oro.

Es la Unión Soviética una zona de tránsito para la droga?

El jefe de la brigada holandesa antidroga, Erik Nordholt, nos avisaba de que existía una nueva vía de tráfico de heroína que partía del Triángulo de Oro del Asia del Sur a través de la República Popular China y la Unión Soviética.

Miles de bandas criminales

Pero lo que inquietaba no era sólo el número cada vez mayor de toxicómanos, de cultivos nacionales de droga y la existencia de una nueva ruta para el narcotráfico. El hecho de que se estableciese una jerarquía y la creación en el seno de estas organizaciones de grupos cuya acción se basa en la conspiración y la división del trabajo, en la ley del silencio y en la estrategia de la intimidación son otras características de la criminalidad organizada que hallamos actualmente en este sector. A mediados de septiembre del mismo año, los corresponsales escribían que el tráfico de droga hallaba sus fuentes de aprovisionamiento en materias primas no sólo en Afganistán, a través de los países de Asia Menor, sino en los cultivos nacionales de droga. Y añadían que este tráfico se veía favorecido sin lugar a dudas por la formación de bandas en la Unión Soviética.

La lucha contra la criminalidad en la Unión Soviética y en los países de la Europa del Este es más que difícil. La policía era, hasta hace poco tiempo, el brazo armado del aparato estatal comunista; los servicios secretos como el KGB constituían órganos del Partido y no del gobierno. La desconfianza de los ciudadanos

con respecto al poder ejecutivo de su Estado no ha desaparecido con los cambios que se han producido. A ello cabe añadir que, por lo general, el entrenamiento de la policía deja mucho que desear y el sueldo es muy bajo.

El ejemplo de Polonia.

En abril de 1990, la policía se sentía numéricamente inferior en su lucha contra el aumento cada vez mayor de la criminalidad en Polonia. Faltaban reclutas. En la policía de Varsovia había 3.2000 puestos vacantes. El salario de un policía oscilaba entre 6.000 y 6.500 pesetas. Los grupos criminales, por el contrario, viven bien, no les falta de nada, ni dinero ni bienes de consumo. El comercio de la droga es rentable. Tanto si se trata de las anfetaminas de importación o de la "heroína polaca" (la compota). De hecho, la demanda es importante. En enero de 1990, el ministerio polaco de la juventud y del deporte calculaba que más de medio millón de polacos habían tenido algún tipo de experiencia con la droga, sobre todo el cannabis y las sustancias que se inhalan. El número de jóvenes que se drogan con la papaverina está calculado en 120.000.

El ejemplo de la Unión Soviética

Es difícil hacer un cálculo acertado sobre el número de personas, excepto los alcohólicos que se drogan actualmente en la Unión Soviética. Lo que está claro es que supera con creces las 200.000. Su crecimiento galopante a lo largo de los últimos años se debe principalmente a dos factores, el primero la ley contra el alcohol de 1985. La campaña lanzada por Gorbachov contra el alcoholismo ha comportado una penuria de alcohol tal que, a su vez ha provocado un crecimiento del abuso de droga en edades comprendidas de los 10 a los 20 años. El segundo factor es la guerra de Afganistán (1979-1988). Según los datos a disposición, el 70% de los soldados han tomado droga durante dicho período.

Estas consecuencias de la guerra desempeñan un papel significativo en la vida "civil". Según cálculos realizados en 1989, uno de cada tres drogadictos era menor de treinta años y aproximadamente 20.000 eran menores de edad.

Aproximadamente 300 koljós y soljós tienen permiso para cultivar cannabis y papaverina en plena legalidad. A pesar de ello los cultivos ilegales, como por ejemplo los de cannabis silvestre que cubren millones de hectáreas en las regiones del sur de Kazajstán, son, a falta de dinero y de personal de policía, florecientes e incontrolables. En junio de 1990, se anunciaba la destrucción de los campos de papaverinas a lo largo del río Serawsjan, en la república soviética de Tajikistán, por un valor de 18 millones de rublos (aproximadamente tres mil quinientos millones de pesetas). Pero estos comunicados que hacen alarde de los éxitos logrados por la policía son excepciones. Los responsables de las investigaciones sobre la droga del ministerio del Interior lo saben muy bien. Por lo general los que manipulan la droga en la zona trabajan con las autoridades locales.

El tráfico de droga, al revés de los demás tipos de comercio, aumenta constantemente sus ingresos. En agosto del pasado año la agencia de prensa Tass publicaba el primer cálculo comunicado por el jefe del KGB, Vladimir Jrushev. Según este cálculo, el negocio del mercado de la droga oscila entre los 920 millones de liras. Este tráfico se abre camino en el ambiente cada vez más extendido de la "economía negra". Un espacio que se ha ampliado debido a la instauración de la economía de mercado y que ha actuado de forma mágica en el incremento de la criminalidad organizada. Según cálculos prudentes del jefe del KGB, en agosto de 1990, 150 mil millones de rublos se hallaban en circulación en el sector del mercado negro. Grupos de la criminalidad organizada trabajaban en particular con comerciantes procedentes de los sectores de las cooperativas de las empresas soviético-extranjeras que, para enriquecerse, venden al extranjero materias primas y alimentos a precios inferiores a su valor.

No existen sistemas de control eficaces.

Las primeras encuestas han puesto de manifiesto que más del 50% de las cooperativas creadas a lo largo de los últimos tiempos se ocupan sólo de "servicios intermediarios", que son más rápidamente rentables desde el punto de vista pecuniario. Puesto que hasta el momento presente no ha sido activado un sistema de control más rígido de las actividades financieras y económicas, no existe por consiguiente un sistema de control eficaz de estas actividades en particular. El aumento de este tipo de empresas es fatal para la Unión Soviética, en donde más de 40 de los 280 millones de ciudadanos viven por debajo del umbral oficial de pobreza (véase tabla adjunta sobre "La pobreza, desórdenes y cultura de la droga en las repúblicas soviéticas del sur 1988/1990"). Ello explica que un número cada vez mayor de estos pobres se trasladen a las repúblicas soviéticas meridionales con el fin de garantizar su propia subsistencia. En las grandes ciudades lejanas, un kilo de opio en el mercado negro se vende a 70.000 rublos. Una c

ifra que no corresponde evidentemente con la ganancia del cultivador de papaverinas en Turkmenistán, Uzbekistán, Tajikistán o Kazajstán. El beneficio va a las organizaciones de carácter mafioso, puesto que son ellas las que controlan el mercado negro en casi todas las repúblicas soviéticas. Y cuanto más se desarrollan, más se agrava el estado general de los aprovisionamientos en la Unión Soviética. Y, de hecho, el estado del mercado del aprovisionamiento - ya de por sí deplorable - no ha sido nunca tan grave como a lo largo del invierno de 1990-91.

Los efectos negativos de esta reforma no son visibles sólo en La Unión Soviética. La política de reforma (Perestroika) y de apertura (Glasnost) llevada a cabo por Gorbachov desde 1985 posee efectos directos e indirectos en los Estados de Europa del Este.

El ejemplo de Checoslovaquia

(...) La herencia recogida por la República Federativa Checa y Eslovaca democrática comprende el consumo de drogas por parte de la juventud de dicho país. A principios del mes de diciembre de 1983, el órgano del partido de Praga, "Rude Pravo", refería que la toxicomanía había aumentado y que era imposible ofrecer asistencia médica a todos los toxicómanos. En 1983, en Bohemia solamente, 280 personas fueron condenadas por toxicomanía. En junio de 1886, se hablaba incluso de una "oleada de estupefacientes que se cernía sobre una sociedad desarmada ante un fenómeno semejante". En el año de los grandes cambios, el número de toxicómanos ha sido calculado en 100.000.

El ejemplo de Hungría

(...) En octubre de 1985, la agencia de prensa húngara MTI hacía alusión al problema de la droga en el país. Mientras en 1970 había un máximo de 200 toxicómanos, en 1984/85 el número se había multiplicado por tres. En el año de los grandes cambios, el número de toxicómanos se calculaba en 50.000.

El ejemplo de Albania

En 1985, a la muerte de Enver Hoxha, jefe de la República popular (...) el país conoció una gran apertura en el sector del tráfico clandestino de cigarrillos desde Italia cruzando el Adriático hasta Albania. Este "puente del cigarrillo" funciona desde hace años. El desembarco tiene lugar en el puerto de Durazo. La entrega procede del puerto italiano de Brindisi, a 140 kilómetros de distancia. Esta "Albanian connection" comprende hasta nuestros días cigarrillos americanos e ingleses fundamentalmente. En Roma, la federación de tabaqueros ha evaluado que, en 1990, los italianos implicados en la "Albanian Connection" ganaban al año aproximadamente 3 millones de dólares y que unos 20 millones de dólares escapaban a hacienda. Además no hay que desechar la idea de que durante los años noventa, este tráfico ilegal hacia el exterior se limite todavía al tabaco pero se pueda extender a la droga.

El ejemplo de Bulgaria

De Bulgaria se conoce el amenazante ejemplo de los años ochenta, cuando el comercio de la droga fue objeto de una siniestra alianza, conocida como "Bulgarian Connection", entre una empresa comercial de Estado (controlada por los servicios secretos) y una familia de la mafia siciliana.

Los países europeos están a punto de construir una gran casa común. Los acontecimientos de la Europa del Este no pueden dejar indiferentes a los países de la Europa occidental.

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Pobreza, desórdenes y cultivo de droga en las repúblicas soviéticas meridionales 1988/90.

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República |Pobl. |Religión |Porcent. |Porcent.|Conflictos

soviética |total |principal |pobl. |de |revueltas

|(mill.) | |rusa |pobres |desórdenes

| | | |en 1990

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Tajikistán | 4,8 |islámica | 11,9% | 58,6% | no

Uzbekistán | 19,0 |islámica | 10,8% | 44,7% | sí

Kirguizistán | 4,1 |islámica | 25,9% | 37,1% | no

Turkmenistán | 3,3 |islámica | 12,6% | 36,6% | no

Azerbaiyán | 6,8 |islámica | 7,9% | 33,3% | sí

Armenia | 3,4 |católica | 2,3% | 18,1% | sí

Georgia | 5,2 |católica | 7,4% | 16,3% | sí

Kazajstán | 16,2 |islámica | 40,8% | 15,9% | sí

Moldavia | 4,1 | | 12,8% | 13,0% | sí

Ucrania | 51,2 | | 21,1% | 8,1% | sí

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Estadísticas sobre la pobreza publicadas en el "Noticias de Moscú" (Lancio Reuter 9.3.1990). En la Unión Soviética se considera pobre quien gana menos de 78 rublos (unas 13.000 ptas.) al mes. El salario mensual medio de un ciudadano es de 250 rublos (aproximadamente unas 47.000 pesetas).

De los aproximadamente 118 millones de habitantes de las 10 repúblicas soviéticas meridionales, el 28% vive en la pobreza. El cultivo de plantas que producen droga, a menudo, supone para la mayoría de ellos una cuestión de supervivencia. ==================================================================

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En dónde se esconden la papaverina, el cannabis y la criminalidad organizada...

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En la siguiente tabla se pueden apreciar las regiones de cultivo de las plantas que producen droga y las regiones en las que el índice de criminalidad es particularmente elevado. Las cifras corresponden a los casos de consumo de estupefacientes.

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República | Cultivo de droga Desórdenes

soviética |

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Tajikistán | de la papaverina al opio /

Uzbekistán | de la papaverina y

del cannabis al opio sí

Kirguizistán | papaverina, cannabis /

Turkmenistán | papaverina, cannabis /

Azerbaiyán | cannabis sí

Armenia | cannabis sí

Georgia | papaverina, cannabis sí

Kazajstán | papaverina, cannabis sí

Moldavia | ? sí

Ucrania | papaverina, cannabis sí

 
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