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Agora' Agora - 9 agosto 1991
EL EJEMPLO HOLANDES
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A continuación, ofrecemos un fragmento de la intervención de Henk Van Vliet, responsable del Metropolink de Amsterdam, a lo largo del convenio sobre la droga organizado por la Coordinadora radical Antiprohibicionista de Bruselas (CoRA) y por la Universidad Libre de Bruselas (ULB) en enero de 1991. Demuestra que la aproximación holandesa basada en la tolerancia, abierta y no dogmática al fenómeno de la droga permite ya obtener algunos resultados muy positivos, como en particular una estabilización cuando no una disminución del consumo de droga, una disminución drástica de la delincuencia y de la propagación de las enfermedades contagiosas, resultados que se reforzarían si se aprobase una política internacional básicamente antiprohibicionista. Hen Van Vliet es miembro de la Liga Internacional Antiprohibicionista.

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1. AL PRINCIPIO CUNDIO EL PANICO

Hacia mediados de los años sesenta, cuando el consumo de cánnabis, LSD y otras drogas se convirtió en un elemento que caracterizó a la cultura joven de todo el mundo, las autoridades holandesas reaccionaron en general como las de los demás países occidentales: asustadas por un fenómeno nuevo y desconocido, se refugiaron en la represión, de acuerdo con la legislación prohibicionista internacional. Sin embargo, sectores importantes de la población consideraron esta reacción preconcebida inútil e incluso peligrosa. Hacia finales de la década, en algunos países industrializados y prósperos, como Estados Unidos, Canadá, Holanda y otros, el debate público sobre el consumo de droga y las decisiones políticas con respecto a la misma culminaron con la creación de comités oficiales de alto nivel: la Comisión Shaffer en Estados Unidos, la Comisión le Dain en Canadá, la Comisión Baan en Holanda (1,2,3). Otras naciones como Francia e Inglaterra instituyeron comisiones parecidas en una fase posterior.

Entre 1972 y 73 las comisiones holandesas, estadounidenses y canadienses publicaron sus informes. Las tres habían llevado a cabo un análisis profundo del problema de la droga en sus respectivos países, y las tres indicaban la necesidad de tomar decisiones estratégicas más sofisticadas, que tuviesen en cuenta las modificadas situaciones sociales y culturales y se basasen en la educación y no en la represión. Sin embargo, de los tres países, Holanda ha sido el único en el que las conclusiones y los consejos de la Comisión han cuajado en la política interior sobre la droga de dos décadas a esta parte. Esta sigue siendo una postura única en el panorama mundial.

De las relaciones difíciles con el sistema prohibicionista internacional

Estos dos únicos elementos, una base estratégica no dogmática, y científica, y una postura nacional única e identificable, bastan para provocar relaciones difíciles no sólo con el sistema prohibicionista internacional y sus administradores, sino con los gobiernos, las organizaciones y los medios de comunicación que apoyan la guerra contra la droga. Las relaciones en materia de política sobre la droga entre los Países Bajos y Alemania Federal y Estados Unidos en particular han sido borrascosas, y siguen siendo ambiguas y vulnerables.

Holanda: un laboratorio social.

Pro otra parte, el desarrollo de las estrategias bajo fuertes presiones externas han conducido a un nivel más bien elevado de integración y coherencia del conjunto de la política holandesa en materia de estupefacientes, con el resultado de que actualmente Holanda puede ser descrita como un laboratorio social para políticas a nivel nacional, y su política en materia de droga como una estrategia de control para prevenir y contener los problemas del consumo de droga y para reducir los riesgos sociales e individuales.

No es una política antiprohibicionista

No se trata de una política antiprohibicionista; explora, usa y amplía los márgenes y los espacios vacíos del sistema prohibicionista global: es una política de compromisos. Es una política tributaria por una parte de las leyes y de los valores holandeses, de los criterios tradicionales para la solución de los problemas, especialmente en lo que se refiere a la actitud con respecto al consumo de droga. por otra de la ideología y de la práctica prohibicionista, sobre todo en relación con el narcotráfico internacional y la producción de droga.

El pensamiento holandés en materia de estupefacientes y la manera de afrontarla se ha desarrollado en una nación acomodada de Europa septentrional en la cumbre de su potencia, de las pretensiones y capacidad de experimentación; tanto la ideología que la política con respecto a los consumidores de droga apuntan a la integración social del fenómeno de la droga y de quién la consume. La política interna en materia de droga tiende a ser económicamente eficiente (lo que no quiere decir poco cara): apunta a resultados a largo plazo y de larga duración insistiendo en la educación y la salud pública. La represión policial y judicial a pesar de ser considerablemente más barata y espectacular a corto plazo, no ha sido nunca el instrumento preferido de los holandeses para resolver los problemas nacionales.

Alta colaboración entre política de recuperación y justicia

Por otra parte, Holanda ha ratificado la Convención única sobre narcóticos de 1961, está preparando la ratificación de la Convención sobre Sustancias psicotropas de 1971, y ha firmado la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilegal de narcóticos y sustancias psicotropas del 1988. Holanda forma parte de la estructura internacional de control y agentes holandeses son miembros de la creciente burocracia un lucha global contra productores, traficantes y consumidores de represión penal y policial es un elemento importante de la política holandesa en materia de droga.

Gran parte de las estrategias holandesas sobre la droga no difieren mucho de las de la mayoría de los demás países aunque los mecanismos represivos pueden ser distintos. La flexibilidad del código penal, las decisiones estratégicas de escasa calidad y el alto nivel de colaboración entre quienes se ocupan de recuperación y los órganos judiciales han contribuido a las características específicas de la política holandesa sobre la droga. Algunos de los altos órganos de la policía holandesa figuran entre los mayores promotores de la legalización de la droga.

En esta ponencia menciono tres conceptos de base sobre la cuestión educativa y de salud pública que caracteriza a la política holandesa en materia de droga, conceptos que pueden ser de ejemplo para los demás: el Criterio del Riesgo, la idea de la Reducción del Daño, y el concepto de Normalización del Problema de la Droga. Cada uno de ellos, y los tres en su conjunto, han provocado experimentos sociales a varios niveles: ciudadanos y nacionales; en la prevención, en la cura y en los problemas relacionados con la droga.

2. EL CRITERIO DEL RIESGO

El primer concepto, que actualmente sigue siendo el básico, es el Criterio del Riesgo, introducido en el informe de 1972 de la Comisión Baan: "Antecedentes y riesgos del consumo de droga" (3). Según la opinión de la Comisión, el punto de partida para desarrollar una política al respecto debería ser la consideración de que no todas las drogas ni todos los consumidores de drogas son igualmente peligroso; se deben tomar en consideración sus riesgos relativos. Bajo este punto de vista la Comisión ha estudiado sobre todo la cánnabis, siendo la marihuana y el hachís las drogas ilegales más difundidas en los países occidentales, y ha sentado las bases científicas para la despenalización de la posesión y de la venta al por menor de la cánnabis que tuvo lugar en 1976, y para el desarrollo de los programas educativos aún en curso.

Distinción según los riesgos

La revisión de la Ley sobre el Opio en 1976 estaba destinada principalmente al objetivo de prevenir los riesgos asociados al consumo ilegal de droga. Tomando en consideración los riesgos relacionados con el consumo de cánnabis con respecto a las demás drogas, la ley distingue entre "productos de la cánnabis" y "drogas que presentan riesgos inaceptables" (heroína, cocaína, anfetaminas, LSD, etc.).

Mientras estas últimas se afrontaban sobre todo a través de la represión legal, los primeros se transferían, en la medida posible (puesto que se quedaba fuera de la ley) del ámbito criminal al educativo y sanitario.

La despenalización legal de la cánnabis comprendía una importante disminución de las condenas por posesión y venta al por menor hasta 30 gramos. En el mismo periodo, el Ministerio de Justicia emitió "Directivas para la investigación y procedimientos para las ofensas mencionados en la Ley sobre el Opio" (4). Estas directrices establecían las prioridades que debían ser observadas por la policía y por el Departamento de acusación del Ministerio, y contenían recomendaciones sobre las condenas que debían solicitarse al Tribunal. La posesión y la venta de pequeñas cantidades eran a niveles más bajos que la prioridades establecidas por las Directrices.

Desarrollo de la responsabilidad individual

La educación sobre la droga en Holanda, no está basada fundamentalmente en la prevención, es global e integrada. Ello significa que la educación no está destinada a poner de manifiesto los peligros de las drogas sino al desarrollo de la responsabilidad individual, del autocontrol y d los estilos de vida saludables. Las escuelas y los servicios antidroga desarrollan la mayor parte del trabajo relacionado con la educación al respecto: la policía ha aprendido a desarrollar un papel solo minoritario.

Sentencias mediocres, intervenciones de la policía limitados y educación, estos elementos en su conjunto han permitido que a lo largo de los años se desarrollase un mercado de cánnabis al por menor separado, visible, despenalizado y, en el mejor de los casos, controlado, totalmente al margen del anterior mercado de la droga, incontrolado y clandestino. Actualmente el mercado al por menor de la cánnabis en Holanda es una situación segura, abierta y administrable para los jóvenes que desean experimentarlas; un terreno de juego en el que se pueden desarrollar las tendencias personales de cada cual con respecto a las drogas y su consumo, y los mecanismos de autocontrol. Todo ello de acuerdo con los objetivos de la política.

Una legalización, en la práctica, de la cánnabis

Al mismo tiempo esta situación implica una legalización de hecho de la cánnabis a nivel de consumo y venta al por menor, especialmente en Amsterdam y en la parte occidental del país. Los aproximadamente 250 "coffe-shop" de Amsterdam son visitados cada año pro diez mil turistas jóvenes y no tan jóvenes. No deben preocuparse por la mala calidad o la dilución de la droga, ni tomar drogas distintas de las que escogen, ni que la policía les persiga ni les arreste. En práctica, se les permite echar una rápida ojeada en una especie de "mundo mejor", una situación que hace tiempo podía ser una realidad mundial: este hecho constituye de forma particular una gran preocupación para gran parte de los gobiernos y de los que hacen apología de la Guerra contra la Droga.

3. REDUCCION DEL DAÑO

Un segundo concepto base de la política sobre la droga consiste en la Reducción del Daño, o su minimización, como fundamento de los sistemas de ayuda y tratamiento.

La experiencia de Liverpool

La expresión "reducción del daño" ha sido acuñada en Liverpool, en Inglaterra, y no en los Países Bajos. Los Holandeses, a finales de los años sesenta y a principios de los ochenta han desarrollado un concepto y una práctica llamados "intervenciones a bajo límite", en contraposición a los tratamientos a "alto límite", totalmente exentos de droga. Bajo muchos aspectos, cuando no todos, los conceptos de bajo límite y de reducción del daño son similares o idénticos. La reducción del daño es una estrategia de intervención social más coherente y comprensiva. Desarrollada en el laboratorio social relativamente pequeño de la región de Merseyside, de la que Liverpool es el centro más importante, ha sido ilustrada y promovida internacionalmente de forma más bien eficaz y ha sustituido en Holanda la idea de las intervenciones de ayuda a bajo límite.

El principio fundamental del modelo según las palabras de Liverpool es que "la abstinencia (prevenir que la gente empiece a consumir droga y hacer que los consumidores de droga dejen de usarla) debería ser el único objetivo de los servicios para los toxicómanos, puesto que excluye una parte esencial de personas que siguen un estilo de vida vinculado al consumo de droga a largo plazo"; "la abstinencia debería ser concebida como el objetivo final en una jerarquía de objetivos de reducción del daño - como una serie de redes de seguridad" (5).

Los principios más importantes que sobrentienden el concepto holandés son:

a) una red multi-función de servicios sociales y médicos, (...) que debería ser constituido a nivel local y regional;

b) la ayuda debería ser fácilmente accesible;

c) debería ser promovida la rehabilitación social de los toxicómanos;

d) debería usarse totalmente los servicios no estrechamente relacionados con el problema de la droga, como médicos de cabecera y servicios para el bienestar juvenil". (6).

La Metadona

En Holanda, las ideas sobre la mejora del bienestar físico y mental de los toxicómanos y sobre la accesibilidad de los servicios sobre la droga comprendidos en las estrategias de la intervención de ayuda a bajo límite y/o de la reducción del daño son la base de los programas de mantenimiento con metadona, desarrollados a partir de los años Setenta y dictados por el gobierno gracias a un nuevo planteamiento de la política sobre la droga a principios de los años ochenta. (7) La prevención y el control de los riesgos relacionados con el consumo de droga para el consumidor particular, la comunidad y la sociedad en us conjunto se han convertido en los objetivos de la nueva política. Los programas de mantenimiento con metadona, integrados casi en todas partes en servicios de droga accesibles bastante fácilmente. han sido financiados y desarrollados como modalidades standard del tratamiento de la droga en todo el país. La distribución de metadona está vinculada o integrada con otros programas, como formación profes

ional y proyectos sociales, tratamiento ambulatorial, y centros de asistencia diurna. De forma lenta y parcial, la metadona ha penetrado en la comisarias de policía, en las prisiones, y en los primeros puestos del sistema de las comunidades terapéuticas que practican la abstinencia total de la droga.

Intercambio de jeringuillas

El dato nuevo más importante de este conjunto de servicios para la reducción del daño ha sido introducida a mediados de los años ochenta cuando organizaciones de toxicómanos y autoridades sanitarias locales han promovido programas de intercambio de jeringuillas para frenar la difusión de hepatitis, HIV y SIDA. El gobierno ha seguido inmediatamente este camino declarando el intercambio de jeringuillas como una tarea de importancia primordial no sólo para el servicio sanitario público sino para los servicios privados antidroga. Actualmente, existen por lo menos 125 programas distintos de intercambio de jeringuillas, que distribuyen cada año desde un número limitado hasta un millón de jeringuillas, y están integrados en programas antidroga, o autónomos, o en las farmacias o en lugares de expendeduría o funcionan mediante envío postal; la mayor parte de ellos está claramente indicada en un opúsculo a disposición de los toxicómanos.

El sistema holandés de asistencia y tratamiento para la droga puede ser definido como un experimento social puesto que está destinado a ayudar y controlar la mayoría de los consumidores activos de droga del país, en colaboración con los mismos consumidores manteniéndoles claramente visibles para la opinión pública. Trabajando para lograr estos objetivos los promotores de dicha política, el sistema de asistencia y los consumidores mismos han preparado el terreno para poner en práctica el tercer concepto base de la política antidroga.

4. NORMALIZACION DE LOS PROBLEMAS DE LA DROGA

El desarrollo del concepto de Normalización de los Problemas de la Droga basado en un proyecto de investigación promovido por el gobierno. En 1982, algunos investigadores de la Universidad de Groningen han completado una encuesta detallada bajo el título: "Consumidores de heroína en Holanda: una Tipología de Etilos de Vida" (8). Ese mismo año, el Parlamento holandés aprobó una moción que instigaba al gobierno a reconocer las llamadas "Junky Unions" ("los sindicatos de los toxicómanos") como las organizaciones de los padres de los toxicómanos como partners importantes en la formación de las decisiones políticas sobre la droga a nivel nacional.

"Integración cultural del consumo de droga"

La idea de "integración cultural del consumo de droga", que era el concepto estratégico de base del estudio, no ha encontrado fácil aprobación en los distintos niveles gubernamentales. Tras largas discusiones, en el 1985 la Comisión Interministerial para el Alcohol y la Droga ha publicado un informe ("Desarrollos de la Política sobre la Droga") (9). en la que se acogen muchas de las conclusiones y de los consejos de la investigación "Consumidores de heroína en Holanda". La idea de integración del consumo de droga, en cualquier caso ha sido modificada, o diluido, en el concepto de integración, o normalización de los problemas de droga: otro ejemplo de cómo la política holandesa se hace por compromisos.

"Normalización de los problemas de droga"

El presupuesto de base del concepto de normalización es que la búsqueda de un mundo completamente libre de las drogas es una falacia tal y como se puede comprobar en el caso del alcohol y del tabaco. "Normalización de los problemas de la droga" significa así pues que la sociedad debe aprender a hacer frente a una cierta cantidad de consumo de drogas ilegales, tal y como ha hecho con el alcohol, el tabaco y las drogas prescribibles médicamente, y que debe aceptar el Problema de la Droga como un problema social normal y no como un problema especial. El Secretario de Estado Joop van der Reyden ha afirmado que "es necesario que se produzca un proceso paulatino de integración del fenómeno de la droga en nuestra sociedad". La sociedad debería adoptar "un punto de vista más práctico" con respecto a los problemas relacionados con la droga, y debería "hacer hincapié en los aspectos pragmáticos de la política de la droga en vez de los morales" (10). Ello comporta: lucha contra el narcotráfico internacional, contra la

criminalidad organizada y la invasión de venta al por menor de drogas, pero paralelamente integración, introducción, de los consumidores de drogas en el amplio cuerpo social. La sociedad, en sus distintos niveles, al igual que los consumidores de drogas en cuanto miembros de las sociedad, deberían tener sus opiniones personales con respecto a lo que puede ser y lo que no puede ser o no será nunca tolerado, y sobre los derechos y los deberes de los consumidores de droga.

La misma relación sobre la "Política de la Droga", y su viaje a través de las instituciones y la opinión pública, puede ser visto como un ejemplo de normalización.

El Secretario de Estado van der Reyden lo presentó en el Parlamento expresando su deseo de que suscitase un debate, cosa que tuvo lugar aunque no en el Parlamento sino por parte de la opinión pública y en la administración pública. El Parlamento no ha discutido nunca el informe, incluso ha abandonado su comisión especial sobre las drogas: a nivel político nacional, muchos de los problemas relacionados con la droga parecen normalizados; el "Problema De la Droga", ha sido despolitizado en la medida en que ha sido posible para confiarlo a las autoridades judiciales y locales y a los sectores públicos y privados.

Evidentemente, existía y existe un consentimiento general en torno a la necesidad de normalizar tanto en el gobierno como en la sociedad a través del abanico político, social, cultural y religioso al completo. Así pues, en estos momentos, su realización, la integración en la sociedad del problema de la droga y de los consumidores de droga constituyen un experimento social importante. El concepto ha sido definido a grandes rasgos a nivel político, pero debe ser continuamente replanteado a medida que se va aplicando en los distintos estratos de la sociedad y en las distintas circunstancias sociales.

Evitar la estigmatización de los consumidores de droga

Uno de los aspectos de la normalización ya ha sido citado en los principios que informan la versión holandesa del concepto de reducción del daño: incitar a la colaboración a los servicios médicos y sociales en general para afrontar el problema de la droga. El punto de vista gubernamental es que "los servicios específicamente destinados a los toxicómanos deben estar limitados a lo justo indispensable para evitar restricciones en la accesibilidad a los servicios de asistencia y para evitar la estigmatización de los consumidores de droga" (11). En Amsterdam, por poner un ejemplo, ello ha comportado que los médicos de cabecera pusiesen de su parte en la asistencia en casos de droga, sobre todo en lo que se refiere a la distribución de metadona; aproximadamente un tercio de toda la metadona de Amsterdam lo distribuye el médico de familia. Una importante aplicación institucional de la normalización procede de la política holandesa en materia de SIDA. Desde que apareció la epidemia del SIDA; cuando la enfermedad pa

recía limitada a la comunidad gay, representantes de los demás grupos a riesgo participaron en la creación de una estrategia de prevención de SIDA y de una estructura de control del morbo. Se solicitó la participación de los bancos de sangre, del sistema de asistencia para la droga, de las organizaciones de las prostitutas y de otros grupos interesados. En 1985, tras detectar los primeros casos de SIDA relacionados con la toxicomanía, la federación holandesa de las Junky Unions, se acercó a la estructura política y de control, que se ha convertido en el primer sector de la administración pública en la que los consumidores de droga tienen voz y voto.

5. OTRAS CONSECUENCIAS POSITIVAS

Otras consecuencias de la política holandesa en materia de droga y de la experimentación social que han logrado buenos resultados y aún no han sido discutidas:

* Se ha sacado a relucir un aspecto importante de la cultura del consumo de droga, requisito básico para la gestión y la reglamentación del mal uso de la droga y de los problemas que ésta provoca.

* A la mayoría de los jóvenes no les interesa la droga que ha sido desmitificada. En el grupo de edades inferiores a los 19 años, sólo el 1,8% había consumido droga el mes anterior, con un predominio de heroína y cocaína inferior al 0,5%. A pesar de la alta "visibilidad" y de la facilidad de procurarse cánnabis en Amsterdam, menos del 25% de los residentes de la ciudad en torno a 16 años no la habían probado nunca: menos del 10% había consumido la cánnabis en 1987 (12).

* Los consumidores de droga que deseen asistencia o tratamiento pueden obtenerlos casi inmediatamente; el cálculo de los toxicómanos conocidos y controlados por los distintos servicios de droga es del 70-80%.

* A partir de 1980, el número de problemáticas relacionadas con la droga en el país se estabilizó entre 15.000 y 20.000- Incluso Amsterdam, a pesar de que tenga una política local con una orientación, más bien disciplinaria y de orden público, muestra una tendencia descendiente, de aproximadamente 90.000 casos en 1984 a los aproximadamente 6.000 de 1989. (13).

* Por lo general, las condiciones de salud de los toxicómanos holandeses son buenas; a parte de HIV/SIDA en Amsterdam el predominio de la enfermedad epidémica es bajo, al igual que el número de muertos debidos a la droga en el conjunto del país. El Servicio sanitario del ayuntamiento de Amsterdam ha contado con 42 muertes por sobre dosis en la ciudad en 1989, 28 de las cuales de toxicómanos procedentes del extranjero (principalmente de Alemania) y sólo 14 ciudadanos holandeses. A partir de 1985, se registró un decidido y estable descenso de las muertes por sobredosis (14).

* La incidencia del HIV/SIDA entre los toxicómanos fuera de Amsterdam ha descendido increiblemente. Hasta julio de 1990, sólo 120 del total de los 1313 casos de SIDA estaban relacionados con la droga, equivalente a un porcentaje de 9% (15). El porcentaje de consumidores de droga con SIDA no ha crecido en absoluto tras el inicio de la epidemia.

6. Qué características de la política holandesa en materia de droga y de la experiencia holandesa podrían ser relevantes desde el punto de vista europeo y antiprohibicionista?

Cada nación, región o ciudad debe en cierta medida desarrollar una política personal en materia de droga, preferiblemente en relación con su situación y tradición social, cultural y de consumo de droga. El hecho de no tener en cuenta este concepto básico explica gran parte del desastroso fracaso de la política prohibicionista de la droga dirigida a nivel mundial e internacional. No tener en cuenta este concepto mientras se explica la política holandesa, tomándola como ejemplo comportaría un error de la misma magnitud.

El inicio de un movimiento europeo par ala reducción del daño.

Así pues, muchos países de Europa occidental pueden ser definidos "Welfare states", y muchos de ellos poseen estructuras de seguridad social, asistencia sanitaria pública y sistema escolástico bien desarrolladas. Según mi opinión, este es un elemento fundamental de territorio común, necesario para el desarrollo de políticas de normalización diseñadas con exactitud para las situaciones específicas locales y nacionales. De hecho, en muchas naciones de la Comunidad europea, así como en otras, están creciendo los servicios antidroga orientados hacia la intervención a bajo límite o la reducción del daño. Tanto la crisis del SIDA como los ejemplos holandés y de Merseyside han contribuido a que tuviese lugar. Actualmente es posible hablar del inicio de un movimiento europeo para la reducción del daño.

La crisis del SIDA ha reforzado igualmente la necesidad de desarrollar la normalización como elemento básico de las políticas en materia de droga de otras naciones: para las autoridades de todos los países occidentales es crucial poder alcanzar el máximo número posible de consumidores de droga. Para poder obtener este resultado, las autoridades y los ciudadanos deberán aceptar a los consumidores de droga como componentes adultos de la sociedad, que deben ser involucrados activamente en los esfuerzos de la sociedad misma para prevenir toda difusión ulterior de HIV y de SIDA. Será necesario educar a los toxicómanos para prevenir tanto su contagio como el de los demás. Di las autoridades y los ciudadanos no aceptan y ponen en práctica dichos puntos de partida, están conscientemente creando bombas de reloj no sólo para sus comunidades sino para los demás países, como si el libre movimiento de consumidores de droga a través de Europa precediese a la unificación económica de 1992.

En pro de una actitud más madura de la sociedad

La despenalización del consumo de cánnabis y la creciente educación integrada a la droga, pueden contribuir eficazmente para disminuir la atracción de los jóvenes hacia la posibilidad de convertirse en un "héroe de la droga", sentando de esta manera las bases para una actitud más madura de las sociedades y de los ciudadanos de Occidente con respecto a las que son todavía las droga ilegales. Tanto el ejemplo holandés como los parecidos de varios estados norteamericanos, sobre todo Alaska, son el botón de muestra de esta afirmación. Además, el experimento de despenalización de cánnabis ha creado uno de los pocos "modelos de legalización" existentes en la actualidad en todo el mundo

Si otros países desean poner en práctica los conceptos básicos de la política holandesa en materia de droga, tanto a nivel local como nacional, existen naturalmente varios obstáculos por superar y algunos reajustes.

Rendirse ante la fuerza de la razón

Particularmente cruciales y difíciles de realizar, por ejemplo, son la implicación por lo menos de un parte de las estructuras judiciarias en los distintos países, y los cambios en los principios y en las prácticas policiales y penales. De todas maneras, en toda Europa, la policía y el personal operativo de la estructura represiva judicial, que a menudo son los soldados de trinchera en la guerra contra la droga, están empezando a rendirse ante la fuerza de la razón. Muchos de ellos no están "conviertiéndose en holandeses", sino que a partir de su experiencia práctica han llegado a la conclusión de que esta especie de guerra civil en sus calles y ciudades es un precio demasiado alto por la falacia de un mundo libre de la droga. Muchos de ellos, tienen en común el hecho de haber estudiado atentamente las experiencias holandesas.

En el día de hoy, Holanda constituye (relativamente) el único experimento mundial de política en materia de droga a escala nacional, y este es un factor político de gran importancia. Este experimento es estudiado por muchos investigadores holandeses y extranjeros, y es visitado por un número cada vez mayor de gente interesada, desde profesionales y políticos como turistas que desean gozar de los frutos del experimento holandés.

Todos ellos tienen acceso a nuestras fuentes y aprenden de nuestros errores y de nuestros éxitos. Sin embargo, no deberían querer copiar nuestras decisiones políticas, porque éstas han sido definidas específicamente para la situación holandesa y no son perfectas ni tan siquiera bajo este punto de vista. Lo que realmente necesitan otros países no es de las decisiones de Holanda, sino decisiones políticas mejores que las que poseen en la actualidad, ello no es óbice para que la experiencia holandesa les sea de gran utilidad para alcanzar este resultado.

Notas.

1. Comisión Shaffer

2. Comisión Le Dain

3. Vaan Working Party: "Background and Risks of Drug Use"; The Hague, Government Printing Office, 1972.

4. Ministerie van Justitie: "Ritlinjnen voor het opsporings- en vervolgingsbeleid inzake strafbare feiten van de Opiumwet"; The Hague, Staatscourant, 18 July 1980.

5. Allan Parry & Russel Newcombe:...

6. Ministerie van WVC: "Fact Sheet on the Netherlands; Drug Policy"; Rijswijk, 1989, p. 3.

7. Leon Wever:...; The Hague, Staatscourant,

8. Otto Janssen & Koert Swierstra: "Heroinegebruikers in Nederland; een typologie van levensstijen"; Groningen, 1982, and Otto Janssen en Koert Swierstra; "Uitgangspunten voor een integraal heroinebeleid"; Groningen, 1983.

9. Interministeriele Stuurgroep Alcohol en Drugbeleid: "Drugbeleid in Beweging"; Rijswijk, 1985.

10. J.W. van der Reijden: "Speech of the State Secretary of WVC", Conference 'Local Authorities and Drug Policy'; The Haghe, 23 october 1985.

11. Minsterie van WVC: "Fact Sheet", p.4.

12. E.L. Engelsman: "Het Nederlandse drgugbeleid in West Europees perspectief", in M.S. Groenhuijsen & A.M. van Kalmthout: "Het Nederlands Drugbeleid in West Europees PErspectief"; Arnhem, 1989, p. 18.

13. E.C. Buning: "De GG en GD en het drugprobleem in cijfers, deel 3"; Amsterdam, 1989, p.

14. Bunig: "De GG en GD...", p.

15. Central Bureau voor de Statistiek:...

 
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