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La moción, aprobada con un sólo voto contrario por el Consejo federal del Pr reunido en Zagreb del 31 de octubre al 3 de noviembre, denuncia el comportamiento de la Comunidad europea y de Italia con respecto a la situación de la ex-Yugoslavia, es decir que hayan tomado nota sin protestar sobre la opresión de los habitantes del Kosovo, que hayan defendido la unidad federal yugoslava y por consiguiente fomentado de la agresión serbia y que no hayan reconocido las repúblicas que han declarado su independencia.
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El Consejo federal del Partido radical, reunido en su segunda sesión en Zagreb del 31 de octubre al 3 de noviembre de 1991,
con motivo de los últimos acontecimientos constata que se refrendan los análisis y los juicios formulados en la moción aprobada a lo largo de la primera sesión, y en particular:
insiste en que las instituciones federales yugoslavas ya no tienen ninguna base jurídico-constitucional, y que el conflicto actual manifiesta cada vez más su carácter de guerra de agresión por parte de un poder militar que ya no es federal sino que, ahora ya de forma totalmente explíctia, está únicamente al servicio, en calidad de dominador, del régimen serbio autoritario, militarista y expansionista.
constata con angustia las consecuencias tremendas de estas guerra: no sólo el luto, el sufrimiento, las negaciones de humanidad que comporta, sino también el precedente que sienta con respecto al resto de los conflictos nacionales que están brotando y al desmembramiento del universo comunista. Esta guerra pone de manifiesto lo inadecuadas que son las actuales instituciones supranacionales para dar una solución política pacífica, en el ámbito de un sistema de garantías democráticas, a los conflictos nacionales que cada día estallan en el mundo:
afirma que las víctimas de esta guerra de agresión no son sólo los ciudadanos de Croacia sino también las poblaciones serbias y las de las demás repúblicas de la ex Yugoslavia obligadas a llevar muerte, a morir y a embrutecerse en la violencia por un régimen que les ha negado toda posibilidad de elección y de desarrollo democrático;
pide a todo el mundo que sea consciente de que la tragedia que está teniendo lugar en el corazón de Europa es responsabilidad primordial e ineludible de toda Europa y de toda la Comunidad europea, a la que en vano se han dirigido y se siguen dirigiendo los pueblos de la ex-Yugoslavia, y cuya inercia, hecha de tolerancia cómplice y de miopía ante el báratro que prepara, evoca la declaración europea de los años treinta ante las agresiones nazis y fascistas:
De hecho:
a) Europa ha tomado nota sin rechistar de la ocupación y de la sistemática y feroz opresión de la población albanesa del Kosovo, así como de la violación de las normas constitucionales que debían garantizar a dicha región la autonomía política y administrativa sacrificando de esta manera a ese pueblo a las razones de un "realismo político" cuyas consecuencias son actualmente evidentes;
b) el empecinamiento con el que la Comunidad europea, contra lo que salta a la vista, defiende la unidad federal yugoslava ha de hecho fomentado y legitimado el extremismo y la agresión del ejército serbio;
c) el hecho de que internacionalmente no se hayan reconocido las repúblicas que democráticamente han proclamado su propia independencia, en primer lugar por parte de la Comunidad europea y de sus Estados miembros, ha impedido que se dictaminase, incluso formalmente, el carácter internacional del conflicto y que se solicitase la ineludible intervención, del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas.
Además, aún a sabiendas de los nuevos términos de la situación:
1) la Comunidad ha seguido garantizando las treguas regularmente violadas sin adoptar las necesarias y consiguientes sanciones contra los agresores;
2) nuevas proclamaciones de independencia y de separación de la política de Belgrado han puesto de manifiesto, más todavía, la disolución de la federación yugoslava;
3) el Gobierno italiano, en el ámbito de las decisiones adoptadas por la CE en la Conferencia de la Haya, ha finalmente anunciado la voluntad de proceder al reconocimiento de la República de Eslovenia y Croacia pero sólo para principios del próximo año;
el Consejo federal
denuncia la contradicción irreparable del comportamiento de la Comunidad europea y en particular de Italia que por una parte ahora reconocen el derecho a la independencia de las Repúblicas ex-yugoslavas, pero por otra, dilatando el reconocimiento, autoriza de hecho al ejército golpista para que prosiga con su tarea de muerte y de destrucción y para que siga completando la anexión militar de una parte del territorio croata;
se identifica plenamente con el método y los objetivos de las acciones no violentas de ayuno anunciadas a lo largo del Consejo federal;
declara reconocer el Parlamento y el gobierno de Kosovo como representantes legítimos de dicho pueblo y propone que a dicho Parlamento y a dicho Gobierno se le asigne el premio Nobel de la paz considerando su respuesta ejemplar no violenta a la dominación y la opresión;
pide a sus militantes y a los miembros electos en las distintas instituciones parlamentarias que lleven a cabo todas las iniciativas necesarias, a partir de las que recurren al ejercicio estricto de la fuerza de la no violencia, para que:
- se proceda al inmediato reconocimiento de las repúblicas de la ex-Yugoslavia que han proclamado democráticamente su propia independencia, se garantice a las demás repúblicas y regiones autónomas la posibilidad de decidirlo y se sume a la Conferencia de la Haya el representante legítimo de Kosovo;
- se efectúe inmediatamente la congelación económica y política de Serbia si no interrumpe sus acciones militares, en particular contra Dubrovnik y Vukovar, si no procede inmediatamente a la retirada del ejército de los territorios ocupados de la República de Croacia;
- se actúe para que se anule el escaño de la ex-Yugoslavia en la ONU y se retiren de Belgrado los embajadores en la ex-Yugoslavia;
- el Consejo de seguridad de las Naciones unidas asuma su autoridad con respecto a la grave amenaza que representa para la seguridad y la paz la agresión a Croacia y la opresión y persecución de la población albanesa de Kosovo:
- la Comunidad europea proponga un sistema supranacional de garantías en pro de los derechos humanos y las minorías nacionales, étnicas y religiosas.
El consejo federal, por último, confía a los órganos del partido y a sus militantes, en sus distintas responsabilidades, la evaluación de la posibilidad de llevar a cabo las siguientes iniciativas:
Organización de una asamblea y manifestación de los electos inscritos al Pr con motivo de la cumbre de Maastricht del 12 de diciembre de 1991;
Promoción de una jornada de movilización y de manifestaciones en las distintas ciudades y países ante las sedes diplomáticas de la ex-Yugoslavia y de los países de la CE;
Organización de una delegación de parlamentarios radicales de distintos países para forzar el cese militar en Dubrovnik;
Envío de un documento a los parlamentarios destinatarios del periódico "El Partido Nuevo" para que se dirijan inmediatamente a Lord Carrington solicitando la aplicación por parte de la Comunidad europea de las medidas contenidas en la presente moción;
Adhesión y participación a la marcha por la paz prevista para el 14 de noviembre;
Difusión de un llamamiento dirigido a las fuerzas democráticas serbias para que manifiesten su objeción de conciencia con respecto a la guerra de agresión en acción y den voz y voto a las instancias de libertad y de democracia del pueblo de la República serbia y organización de una delegación de parlamentarios radicales en Belgrado, en apoyo a la resistencia de los demócratas de Serbia;
recogida de firmas para una petición popular transnacional para el reconocimiento de las Repúblicas de Croacia y Eslovenia y para la restauración de la legalidad en Kosovo.