- Señor Presidente de la Comisión, he escuchado con mucha atención su discurso. Nosotros conocemos su voluntad política, pero sabemos que la corresponsabilidad para sacar adelante los objetivos del Libro blanco llega a los Estados miembros y también al Consejo. Creemos que hay signos desalentadores en relación con el cumplimiento de todos los objetivos del Libro blanco. Hemos escuchado recientemente al ministro alemán de Asuntos Económicos decir que no es necesario recurrir a nuevos programas públicos y que lo importante es la moderación salarial. Conocemos la posición de Italia, debido al problema de la cuota láctea que paraliza la puesta en marcha de las decisiones sobre recursos propios adoptadas en la cumbre de Edimburgo. También sabemos que el vicepresidente Sr. Christophersen ha declarado que es muy difícil realizar las redes de infraestructuras por la actuación de los Estados miembros.

Con todo ello, llegamos a la conclusión de que hay una serie de recesiones y recuperaciones en la vida económica europea que siempre destruyen empleo. Y por eso estamos muy preocupados. Porque el Libro blanco se utiliza por muchos gobiernos solamente para aplicar el rigor salarial respecto a los trabajadores, con una política, muchas veces, ultraliberal más que neoliberal. Y nosotros creemos que el Libro blanco es mucho más. Nosotros le pedimos, además de voluntad política, decisiones de la Comisión para corresponsabilizar al Consejo y a los Estados miembros y conseguir un modelo de crecimiento donde pueda aumentar el nivel de empleo. A no ser que debamos resignarnos a perder ese nivel de empleo para siempre.