Señor Presidente, señoras y señores diputados, la propuesta de mantener la autorización del uso de las redes de hasta 2,5 km de longitud en la pesca de túnidos en el Atlántico nororiental, con una reducción de los buques que las utilizan hasta el año 1997 no va a contribuir a resolver el conflicto en esta área, conflicto que va a más cada año en una escalada de enfrentamientos en la que ya se han tenido que afrontar problemas serios de violencia ocurridos durante el pasado verano, lo que resulta cada vez más preocupante y exige una rápida respuesta.
Esta voluntad de poner fin cuanto antes a este problema es lo que echamos de menos en la propuesta de modificación del reglamento en cuestión y, en general, en la actitud mantenida por parte de la Comisión. Hay que decir claramente que el mantenimiento del uso de estas artes en aguas internacionales va a ser interpretado por los sectores pesqueros implicados, y por algunas organizaciones no gubernamentales con mucho peso en la opinión pública, como una nueva táctica dilatoria de las instituciones comunitarias, que no pueden o no quieren asumir la importancia que la pesca de la albacora del Atlántico nororiental tiene para los puertos implicados y para la conservación del ecosistema.
En su propuesta, la Comisión hace mención de la falta de informes definitivos sobre la incidencia negativa de la pesca del bonito con redes de enmalle de deriva. Creemos firmemente que contamos con la suficiente información para poder insistir en nuestra petición de que el Reglamento 3094/86 se modifique en el sentido de prohibir definitivamente el uso de estas artes a partir del 31 de diciembre del año 1994.
Pero, cuáles han sido las consecuencias de la utilización de estas artes? En primer lugar, un fuerte incremento del esfuerzo pesquero, lo que, medido en número de barcos y días de pesca, supone un incremento de un 250% y, en el número de capturas, del 900% en los últimos cinco años. Este incremento, absolutamente incompatible con la política pesquera comunitaria, es, en nuestra opinión, fruto de la normativa vigente, que de hecho se ha convertido en una puerta trasera por la que países comunitarios de nula o escasa tradición en esta pesquería están aumentando su flota a espaldas, una vez más, de las directrices comunitarias de la Política Pesquera Común.
En segundo lugar, la garantía del uso correcto de estas artes de pesca tendría que haber implicado un riguroso sistema de control. Pero, por lo mismo que he señalado anteriormente, al ser responsables del control los propios Estados miembros, tal sistema de control ha tenido efectos prácticamente nulos, mientras que el coste, según hemos podido comprobar este verano, ha sido elevadísimo.
En tercer lugar, ningún sistema de organización basado en la autorización del uso de las redes de enmalle de deriva de hasta 2,5 km de longitud podrá ser efectivo mientras se siga demostrando, entre otros, por parte del instituto francés "IFREMER", que la pesquería que nos ocupa sólo resulta rentable con redes de 1 km por tripulante a bordo, teniendo estos buques, como media, 7 tripulantes embarcados. Y de ahí la cifra, que se obtiene en el mencionado informe, de 7,12 km de media de longitud de las redes utilizadas por la flota francesa en el año 1992. Ello explica el fraude generalizado que estamos viviendo, debido a que estas redes, cuanto mayor sea su longitud, más rentables son y especialmente si se sobrepasan los 5 km. Por tanto, hemos de llamar la atención nuevamente sobre la normativa vigente y la propuesta que nos propone la Comisión, ya que suponen una puerta abierta al fraude generalizado.
En cuarto lugar, está suficientemente probada la escasa selectividad en las capturas de estas artes siendo, además, las capturas accesorias principalmente aves y mamíferos marinos. Algunos de ellos son objeto de protección en convenciones internacionales, por lo que la Comunidad está contraviniendo sus propios compromisos internacionales, además de provocar un claro enfrentamiento con la opinión pública, que difícilmente acepta la permisividad de las instituciones europeas ante lo que se califica de desastre ecológico.
En quinto lugar, la incompatibilidad de estas artes con las artes tradicionales de curricán y cebo vivo utilizadas por la gran mayoría de la flota comunitaria. Artes eminentemente selectivas y mucho más conservacionistas. Este aspecto es primordial porque lleva consigo la necesidad de utilización de un solo tipo de artes y entonces cabe preguntarse: cuál elegimos? Y a esta pregunta sólo podemos dar una respuesta razonable: la prohibición de las redes de enmalle de deriva, ya que la solución contraria implicaría tal incremento del esfuerzo pesquero que en las próximas campañas acabaríamos con un recurso tan preciado.
Por ello, el Tratado de adhesión de España y Portugal prohibió el uso de las redes de enmalle de deriva a las flotas de los dos nuevos Estados miembros. Es evidente que tal prohibición tiene un claro espíritu de conservación de los recursos, por lo que cabe pedir a la Comisión que su propuesta sea fiel a su propia filosofía. Teniendo en cuenta estos argumentos, a los que podría añadir muchos más, señor Presidente, pido tajantemente que rechacemos la propuesta de la Comisión y se apruebe el informe y las enmiendas que hemos presentado en esta Asamblea.
Por último, no puedo ocultarles que cualquier decisión de este tipo va a tener consecuencias sociales y económicas negativas en ciertas zonas costeras de la Comunidad. Las medidas que proponemos, y espero que se lleven definitivamente adelante, necesitan de un soporte financiero de cierta envergadura. A este respecto, he elaborado una enmienda, que ha sido aprobada por nuestra comisión, en la que se pide un incremento del total de créditos destinados a la iniciativa comunitaria "Pesca" de 22 billones de ecus, que deberían utilizarse prioritariamente para paliar los efectos negativos que se derivarán de la prohibición del uso de estas artes.
Para terminar, y me dirijo al señor Comisario, le ruego en nombre de este Parlamento Europeo que acepte las enmiendas que han sido aprobadas en el seno de la Comisión de Pesca, y que espero reciban el apoyo de esta Asamblea. Usted, señor Comisario, nos pidió la semana pasada coherencia y responsabilidad en este informe. Creo que ahora puedo ofrecerle ambas cosas. Coherencia con la postura que tradicionalmente ha venido manteniendo este Parlamento, y responsabilidad con lo que creemos debe ser la defensa de una política seria de conservación y gestión de los recursos.
Espero y deseo que las demás instituciones comunitarias sepan asumir su responsabilidad como hoy va a hacerlo este Parlamento Europeo.
(Aplausos)