Señor Presidente, votaré no y pediré a nuestros colegas que voten que no a la resolución encabezada por el Sr. Robles Piquer porque, lejos de facilitar el diálogo que comenzó en La Habana y continuó en Madrid, ahonda en la herida abierta entre cubanos. Apoya a Estados Unidos en su ilegal acción contra Cuba y, sobre todo, supone un enorme retroceso con respecto al avance que supuso el informe Melandri.
Votaré a favor de la resolución de la "izquierda" -para entendernos-, por muchas razones. La más importante: su condena al bloqueo. Un bloqueo criminal, ilegal, contrario a todo Derecho internacional, a la resolución de las Naciones Unidas, a la opinión de este Parlamento, a la resolución de este año del Parlamento Latinoamericano e, incluso, a la opinión de los presidentes de las comisiones de exteriores del Senado y de la Cámara de Representantes norteamericanos. Somos aquí más papistas que el Papa. Se han pronunciado todos a favor de su levantamiento.
Permítame, señor Presidente, desdramatizar al final. Si nosotros actuáramos como el Gobierno norteamericano ya deberíamos haber invadido Estados Unidos. Afortunadamente, nuestra arma son las palabras, no los infantes de marina. Espero que ese bloqueo se levante ya porque constituye un crimen contra el pueblo cubano. El que no lo reconozca así está muy equivocado.
(Aplausos)