Señor Presidente, he sido objeto de tantas alusiones personales que no tengo más remedio que contestarlas, porque no se trata, en mi caso, de una toma de posición personal. Yo represento aquí a un importante Grupo político, que ha votado una resolución, que se ha sumado y ha consensuado ese texto con otros Grupos políticos y, por lo tanto, no ha habido en medio nada de personal mío, aunque me toque defender la posición de mi partido político.
Querría aclarar al Sr. Bontempi que yo también creo que debe terminar el embargo y hemos votado siempre en esa dirección, la dirección de suprimirlo. Hay que recordar que el embargo tiene su origen en una confiscación de propiedades norteamericanas en Cuba, sin indemnización de ninguna especie, lo que explica la reacción norteamericana.
Querría decir también a la Sra. Miranda que no tengo ningún inconveniente en que nos pongamos algún día juntos a estudiar nuestras respectivas biografías. Creo que la transición española, felizmente, se ha hecho sobre la negociación democrática y sobre la convergencia de posiciones muy distintas.
Finalmente, querría decir a doña Laura González que me entusiasma el deseo que ella tiene de invadir los Estados Unidos -nada menos-, pero que creo que no es ése el camino que debemos seguir, porque de lo que estamos tratando aquí no es de resolver un problema entre Estados Unidos y Cuba, sino de resolver un problema interno de los cubanos, que son los que tienen que negociar entre ellos.