Señora ministra, creo que su respuesta es tibia y que las instituciones europeas deben tomar posición ante manifestaciones muy representativas que pueden causar alarma entre los ciudadanos. Las manifestaciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, en la que se recomendaba el despido libre y la reducción de los gastos sociales, precisamente cuando aún no se han restañado las graves heridas sociales provocadas por la crisis de los 90, podrían recibir, desde mi punto de vista, la calificación de provocación. En estos momentos en que se comienza a recuperar la confianza por la marcha ascendente de la economía, el mensaje del Fondo Monetario Internacional es demoledor y resulta incomprensible para la población.
El Parlamento Europeo debe reaccionar ante dichas declaraciones. Las instituciones europeas, haciendo honor a la tradición y a la personalidad de la Unión, moldeadas en su esfuerzo por consolidar el Estado del bienestar, deben hacer una advertencia al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial en el sentido de que sus planteamientos economicistas son socialmente miopes, y de que uno de los ingredientes claves del proyecto europeo para superar la crisis con solidaridad es la cohesión social, contra la que atentan el despido libre y la reducción indiscriminada de los gastos sociales.
Hablo como miembro del Grupo Socialista, pero creo representar el sentir de la inmensa mayoría del Parlamento y de la sociedad europea. No me ha respondido hoy a la pregunta. Se la volveré a formular apoyándome en otro artículo del Reglamento de la Asamblea.