Señor Presidente, para apoyar tanto la resolución de Rwanda como la de Burundi quiero centrarme justamente en la de Burundi. ltimamente hemos vertido muchas palabras y muchas letras hablando de los acontecimientos de Rwanda. El caso de Burundi todavía no merece en los medios de comunicación los titulares que ha merecido Rwanda. Pero es previsible, absolutamente previsible, que dentro de poco, si no hacemos algo, va a ocurrir. Va a ocurrir porque hay una similitud prácticamente exacta.

Se han producido desastres en Burundi -ocurren en pequeñas dosis, si se puede hablar de pequeñas dosis- y la situación va a desembocar en un gran desastre. No tenemos en este caso ningún tipo de excusa, señor Presidente. La previsión está delante de nuestros ojos, está también el ejemplo clarísimo de lo que ha ocurrido en el país vecino y, en este caso concreto, tenemos incluso la ventaja de contar con un Gobierno que, como el Sr. Pradier acaba de anunciar hace unos instantes, está haciendo esfuerzos desesperados por salvar la situación; un Gobierno que lo único que necesita son medios y esta Comunidad tiene medios para utilizar. Por lo tanto, pido una acción inmediata para no tener que sentirnos corresponsables de lo que va a ocurrir en un futuro inmediato.