Señor Presidente, el Parlamento aprobó el 26 de mayo pasado, basándose en un informe de la Comisión de Desarrollo y Cooperación, una resolución en la que insistía en la importancia de las relaciones entre la Unión Europea y el Magreb. En esta resolución se proponía reforzar la cooperación económica entre las dos orillas del Mediterráneo, a la vez que se expresaba la inquietud por los riesgos que supone, para los países del Magreb y para las relaciones entre la Unión Europea y estos países, una victoria del integrismo. Formulaba, además, propuestas detalladas para desarrollar entre la Unión Europea y el Magreb relaciones culturales y sociales, el diálogo político, el comercio, la cooperación financiera, la cooperación en asuntos de formación, empleo, inversiones y medio ambiente y, también, formulaba, en resumen, una nueva actitud de la Unión Europea respecto de la deuda y el ajuste estructural.
El informe que me honro en presentar y cuyo objetivo es favorecer el empleo en las pequeñas empresas y en las llamadas microempresas, se inscribe, por lo tanto, en la línea de actuación propuesta por esta Asamblea. Por otra parte, esta Asamblea ha venido aumentando, regularmente -y esto ha de tenerse en consideración- los créditos en el ámbito presupuestario, tal y como proponía el Consejo. Pues bien, la propuesta de la Comisión responde, en términos generales, a la evolución de las relaciones de desarrollo con los países mediterráneos, caracterizada particularmente por tomar en consideración a colaboradores descentralizados. Esto es, se trata de canalizar la cooperación no a través de las instituciones oficiales ni a través de las administraciones públicas, sino directamente de los agentes sociales, tanto en la vida económica como en la sociedad civil.
La experiencia ha demostrado que éste era el mejor y el más eficaz modo de cooperación, en particular, en materia económica. En el sector de las pequeñas y muy pequeñas empresas es donde existe la mayor posibilidad de creación de empleo, sobre todo de empleo dirigido a los grupos menos favorecidos, constituidos en estos países por la juventud -con una proporción de población juvenil importantísima- y por las mujeres.
El Parlamento Europeo tiene que manifestar su satisfacción por los primeros resultados obtenidos, tal como figuran en el anexo a la propuesta de reglamento de la Comisión. Sin duda, hay que destacar el desigual reparto de estos fondos en detrimento de Argelia, el cual se explica -y hoy no hace falta insistir más en ello, puesto que, por desgracia, ha de señalarse un nuevo hecho luctuoso- por la situación de inestabilidad política en este país, que hace mucho más difícil cualquier planificación de cooperación con los interlocutores sociales.
En nombre de la Comisión de Desarrollo, me honro en proponer seis enmiendas de modificación del Reglamento referido, que tienen por objetivo mejorar la información de la autoridad presupuestaria en lo que se refiere a la evaluación de los distintos proyectos y verificar la actualización de las fichas de financiación, garantizando la ejecución del presupuesto y marcando el énfasis en esos dos sectores que más necesitan nuestra atención: los jóvenes y las mujeres.