Señor Presidente, quiero agradecerle a la Sra. Palacio su intervención y señalarle las razones por las que entendemos la necesidad de seguir progresando en esta línea de creación de empleo y de apoyo a las pequeñas empresas y microempresas en los países del Magreb.
A pesar de los progresos alcanzados en esta zona en el plano macroeconómico, la situación del empleo en el Magreb sigue siendo muy precaria y no ha cambiado desde el año pasado. La tasa de desempleo supera la cifra del 20% de la población activa y, lo que es más grave, en lo que concierne al empleo juvenil, supera también el 30%.
Habida cuenta del crecimiento demográfico -1,8% en Túnez, 2,4% en Marruecos y casi un 2,8% en Argelia- en relación con las pirámides de edad, se llega a un incremento de la población en edad de trabajar del 4% anual. Estos porcentajes son muy elevados y preocupantes. Además, la presión sobre el empleo amenaza con agravarse a medio plazo, teniendo en cuenta la voluntad expresada por Marruecos y Túnez de iniciar una negociación -que naturalmente será larga- sobre la creación de una zona de libre comercio con la Comunidad.
Desde 1992, la Comisión está realizando un esfuerzo para superar la lógica de la asistencia y establecer un proceso de cooperación basado en un espíritu de colaboración más amplio. En el Magreb, esta política ha desembocado en negociaciones encaminadas a celebrar nuevos acuerdos con Marruecos y Túnez y desarrollar nuevos instrumentos de cooperación orientados, con una mayor flexibilidad, hacia la descentralización.
Asimismo, la Comisión acaba de aprobar una comunicación de carácter estratégico sobre el futuro de la política mediterránea de la Unión Europea, que contiene orientaciones fundamentales respecto de lo que van a ser nuestras relaciones políticas y económicas en el futuro.
El proyecto de reglamento que nos ocupa sobre la creación de puestos de trabajo y apoyo a las pequeñas empresas y microempresas se inscribe, precisamente, en este contexto. Ofrece una base jurídica a una línea presupuestaria, creada por primera vez en 1993, y supera las medidas financieras previstas en los protocolos, parte integrante de los acuerdos con estos países, lo cual nos va a permitir dar a este tipo de trabajo un carácter prioritario.
Creemos que, gracias a esta línea presupuestaria, es posible trabajar conjuntamente con los agentes económicos y las organizaciones no gubernamentales locales. Asimismo, quisiera poner de relieve que la flexibilidad constituye una ventaja fundamental de este reglamento desde la perspectiva del establecimiento gradual de una zona de libre comercio entre las dos riberas del Mediterráneo.
La Comisión valora también las enmiendas propuestas por el Parlamento, que destacan la importancia de la creación de puestos de trabajo para las mujeres y los jóvenes del Magreb. Opinamos, por el contrario, que conceder en este momento, y en relación con este reglamento, cuyo objetivo prioritario es la creación de puestos de trabajo, otra prioridad a proyectos de energías renovables puede poner en peligro la eficacia de la medida contemplada, sin que ello signifique negar la necesidad de utilizar este tipo de energía, pero en mi opinión en la situación actual, deberemos concentrar nuestros esfuerzos en realizar un programa de creación de empleo y -no forzosamente a través de este programa- ir introduciendo paralelamente otras ideas que son necesarias, pero que podrían reducir el valor financiero de la medida.
Por último, para mantener la coherencia con los demás instrumentos que hemos desplegado en la región del Mediterráneo, la Comisión considera más oportuna la fórmula propuesta sobre el Comité MED para la aplicación de este reglamento.
Señor Presidente, la Comisión acepta las enmiendas nº 2, 5, 6; no somos favorables a la enmienda nº 3. En cuanto a la enmienda nº 1, la Comisión acepta el hecho de conceder una importancia particular a la creación de empleo para las mujeres y la Comisión puede aceptar también la enmienda nº 4, en la medida de lo posible, debido al carácter confidencial de ciertas informaciones.