Señor Presidente, en 1992, la Comunidad Europea concluyó un acuerdo de pesca con Marruecos con generosas contrapartidas económicas. Ese acuerdo tenía una vigencia hasta 1996 pero, en septiembre de este año, el Gobierno de Marruecos se negó a entregar las licencias, a pesar de haberse abonado su pago y a pesar de que la Comunidad había aportado también su compensación financiera. Esto produjo un parón en la actividad pesquera, con incidencia social, y fue lo que dio lugar a la pregunta oral formulada por la Comisión de Pesca.
La Comisión parece que consiguió, tras azarosas negociaciones, que el Gobierno de Marruecos entregara las licencias ya pagadas y que se abordara la renegociación del acuerdo, pero reduciendo en un año la vigencia del acuerdo anterior. La propuesta de resolución común que hemos presentado los socialistas, juntamente con otros Grupos, refleja la preocupación por el mantenimiento del sector pesquero comunitario, que depende de ese acuerdo.
En los diferentes acuerdos celebrados hasta la fecha se ha ido reduciendo la capacidad de captura de nuestros buques y se han extremado los controles biológicos. Es, desde luego, correcto el control de la sobrexplotación y la eliminación de los medios de pesca poco conducentes al mantenimiento de los recursos, pero también es importante mantener la estabilidad de un sector muy castigado y en franca decadencia. Se ha hablado de subdesarrollo y se olvida que el sector pesquero comunitario es un sector subdesarrollado. En las zonas comunitarias en las que las embarcaciones comunitarias ejercen esa actividad, los niveles de paro son muy altos y no podemos permitirnos el lujo de seguir reduciendo sectores y creando paro.
Esperamos, por tanto, que la Comisión pueda defender eficazmente esos intereses legítimos de nuestros pescadores, que aspiran a continuar desarrollando su actividad, consiguiendo, al mismo tiempo, el mantenimiento de los recursos biológicos que son importantes para todos.