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Parlamento Europeo - 29 settembre 1994
Conferencia internacional sobre la población

B4-0063, 0070, 0071, 0072, 0073, 0077 y 0084/94

Resolución sobre los resultados de la Conferencia Internacional sobre Población

El Parlamento Europeo,

-Vista su resolución de 11 de marzo de 1994 sobre la situación demográfica y el desarrollo,

-Vistas la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales y el proyecto de convenio de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño,

-Considerando el programa de acción aprobado el 13 de septiembre de 1994 por la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo,

-Visto el informe de 1993 de las Naciones Unidas sobre la situación social mundial, en el que se presenta el balance especialmente grave de un decenio marcado por el avance de la pobreza, el recrudecimiento de las hambrunas, la propagación o el resurgimiento de determinadas endemias, el aumento del analfabetismo y la extensión del paro y el subempleo,

A.Considerando que el problema demográfico está indisociablemente ligado a la lucha contra la pobreza y a las políticas de desarrollo,

B.Considerando, por una parte, los graves problemas que origina el rápido incremento de la población en muchos países en desarrollo y, por otra, las relaciones complejas entre población, tradiciones culturales y desarrollo, puestas de manifiesto por el hecho de que en la Unión Europea, aun existiendo un elevado nivel de consumo por persona y una densidad de población entre las más altas del mundo, se registra asimismo un exceso de producción agroalimentaria,

C.Lamentando la ausencia en esta Conferencia de un Comisario de la UE y esperando que en futuras conferencias internacionales la Comisión y el Parlamento garanticen una participación equitativa de mujeres y hombres en sus delegaciones,

1.Se congratula de los progresos alcanzados en la tercera Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo, con respecto a las dos anteriores conferencias, celebradas en México (1984) y Bucarest (1974), en particular en lo que se refiere al papel esencial de la mujer en el proceso de desarrollo;

2.Manifiesta su satisfacción por el hecho de que la lucha contra la pobreza haya reunido en la Conferencia a representantes de casi todos los Estados del mundo y de que el documento final elaborado en El Cairo haya recabado un consenso unánime en la mayoría de sus partes;

3.Considera que la Conferencia de El Cairo constituye un signo de la solidaridad universal y una prueba de la toma de conciencia con respecto a un destino común de todos los pueblos de la Tierra;

4.Recibe con enorme satisfacción la noticia del reconocimiento por parte de la Conferencia del papel crucial de la mujer en este debate, de la importancia de la posición social de la mujer en el desarrollo, de la necesidad de autodeterminación ("empowerment") de la mujer para que pueda hacerse cargo de su propia fertilidad, su educación, su acceso a los servicios y atenciones relacionados con la salud y su derecho a un medio ambiente físico seguro;

5.Lamenta, sin embargo, que no se hayan tomado decisiones sobre la financiación urgente de medidas destinadas a fomentar la autodeterminación ("empowerment") de la mujer;

6.Afirma que el desarrollo de los pueblos depende en gran medida del reconocimiento real de la dignidad y la igualdad de la mujer, con su personalidad específica, a la que se deben garantizar y fomentar todos sus derechos, desde la educación al trabajo y a la participación en la vida pública;

7.Denuncia la persistente discriminación con respecto a la mujer y la violencia de que es víctima incluso en el ámbito familiar;

8.Reitera que el mundo desarrollado debe reconocer su papel en este proceso y afrontar sus responsabilidades por los daños sociales, económicos y medioambientales causados por el consumo excesivo y el fomento de tecnología inadecuada y modos de vida despilfarradores; reitera además su compromiso frente a la tarea de equilibrar las cuestiones demográficas, los modelos de consumo y la tecnología a fin de crear un mundo justo y sostenible que merezca ser legado a los descendientes de la población mundial actual;

9.Reitera su opinión de que es un derecho fundamental e inalienable de las mujeres en todos los países, cualquiera que sea el ambiente cultural y religioso en el que viven, el decidir por sí mismas si quieren tener hijos y, en caso afirmativo, cuántos quieren tener, y contar, a tal fin, con todo tipo de métodos de contracepción seguros y eficaces;

10.Expresa su adhesión a la afirmación de que el aborto no puede considerarse en ningún caso un medio de planificación familiar, aun cuando debe reconocerse como un problema de salud pública en determinadas condiciones debiéndose mejorar la educación familiar a fin de evitar embarazos no deseados; en consecuencia, convendría tomar, antes y después de la concepción, medidas de educación y de salud pública así como iniciativas de ayuda a la maternidad difícil o no deseada;

11.Lamenta que en la Conferencia de El Cairo la cuestión del aborto, tal como la han planteado el Vaticano y los integristas musulmanes, haya logrado desviar el debate en detrimento de una reflexión más profunda sobre las cuestiones del desarrollo y de la superpoblación;

12.Opina que los programas de planificación familiar no han de constituir un sucedáneo de los cambios radicales que se requieren en el Norte para resolver los problemas ecológicos en todo el mundo;

13.Observa que, pese a las diferencias culturales, religiosas e ideológicas, la Conferencia ha aprobado un programa de acción que constituye una base para llevar a la práctica unas políticas de planificación familiar, favoreciendo al mismo tiempo el desarrollo económico y los derechos de la mujer;

14.Deplora que no se hayan incluido en la declaración final las propuestas sobre derechos sexuales y modos de vida distintos a la familia nuclear;

15.Solicita que las disposiciones en materia de planificación familiar se incorporen a los programas de cooperación al desarrollo, reconociendo que son los países en vías de desarrollo los que habrán de definir sus propios programas y estrategias en materia de política demográfica;

16.Subraya la importancia que deben conceder las políticas de desarrollo a la inmigración, a la acogida y a la reunificación familiar;

17.Insta a la UE a que, como mínimo y a modo de primer paso en ese sentido, desbloquee lo antes posible los 3.000 millones de ecus prometidos en el marco de la Agenda 21 de Río y a que asigne los créditos prometidos en El Cairo no como transferencia del presupuesto de ayuda al desarrollo sino como "nuevos créditos";

18.Pide que, en los créditos que dedica el proyecto de presupuesto a la planificación familiar, se tenga en cuenta la financiación de la información sobre todos los métodos de control de la fertilidad, incluidos los métodos naturales;

19.Lamenta que el Presidente en ejercicio del Consejo de la Unión Europea no haya hecho referencia en su discurso inaugural a las causas fundamentales de la crisis global medioambiental, como el injusto orden económico mundial y la desigual distribución de los recursos naturales entre el Norte y el Sur, incluido el problema del endeudamiento;

20.Constata que la Unión Europea ha tomado ya posiciones sobre las cuestiones básicas, apoyada por una gran mayoría de los Estados miembros, y observa con satisfacción el notable grado de cohesión en el interior de la Unión a este respecto; lamenta, sin embargo, que la Unión Europea no haya desempeñado un papel político destacado durante los debates de la Conferencia;

21.Reitera su opinión de que en las nuevas negociaciones sobre el Tratado de la Unión Europea se deberá aprobar una resolución que garantice al Parlamento Europeo su participación efectiva en conferencias internacionales;

22.Desea que el primer paso dado en la Conferencia de El Cairo, en el sentido de reconocer el papel de la mujer en el desarrollo, se prosiga con ocasión de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer que se celebrará en octubre de 1995 en Pekín y tenga resultados concretos en una serie de medidas en el ámbito de la independencia económica de las mujeres;

23.Encarga a su Presidente que transmita la presente resolución al Secretario General de las Naciones Unidas, a la Comisión, al Consejo y a los Gobiernos de los Estados miembros.

 
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