Bruselas, 12 de setiembre 1996
Querida colega, querido colega:
No es la primera vez que te escribimos pidiéndote que apoyes y actúes a favor de la constitución de un Tribunal Internacional Permanente. Hace ya algunos meses sometimos a tu consideración un llamamiento dirigido a las Naciones Unidas. Ahora, el 30 de agosto pasado, el Comité Preparatorio de la ONU, tras años de trabajo, ha adoptado conclusiones particularmente positivas, puesto que indican que los trabajos del Comité Preparatorio podrían concluirse al inicio de 1988 y que la Conferencia Diplomática Plenipotenciaria podría ser convocada antes del final de dicho año.
Por otra parte, el gobierno italiano ha confirmado su disponibilidad de organizar y hospedar la Conferencia. Desgraciadamente no todos los estados miembros de la ONU están todavía convencidos de la necesidad de adoptar este cuadro y los plazos que comporta. Además continúa habiendo reticencias de diverso grado en cuanto a la necesidad misma y a la urgencia de la constitución del Tribunal. Es el caso concreto de la República Popular China, de un número significativo de países no alineados y de países africanos. Pero además, dos países de la Unión Europea, Francia y Gran Bretaña, parecen insistir en maniobras dilatorias, y de esta manera amenazan con dejar pasar una ocasión particularmente favorable, similar a la que permitió la creación de los Tribunales ad-hoc para Ruanda y la ex-Yugoslavia.
En los primeros días de Noviembre, en Nueva York, la Asamblea General de las Naciones Unidas tendrá que decidir si procede adoptar las recomendaciones del Comité Preparatorio, convocando la Conferencia para 1998, o si al contrario procede ceder a las presiones y remitir la cuestión a las calendas griegas.
El momento es pues particularmente importante y delicado. En pocos días pueden resultar anulados todos los logros obtenidos en los dos últimos años por los Comités ad-hoc y el Comité Preparartorio.
Recurrimos a Vd. pidiéndole que suscriba el manifiesto que se adjunta e invitándole calurosamente a intervenir ante su Gobierno, por ejemplo quizás resultase posible la entrevista de una comisión de parlamentarios con el ministro de Asuntos Exteriores, para que actuase con energía a favor de la institución rápida de una verdadera justicia internacional.
Argadeciéndoselo desde este momento, le rogamos que acepte, querido colega, nuestros más cordiales sentimientos.
Danilo Quinto Olivier Dupuis
Tesorero Diputado del Parlamento europeo
Secretario
Se adjuntan
- El llamamiento al Secretario General de las Naciones Unidas, al Presidente de la Asamblea General y a los Estados miembros de la Asamblea General;
- La lista de los primeros firmantes.