SUMARIO: Crítica al PCI y a su estrategia de diálogo con el mundo católico. Desde la incapacidad de los comunistas de hallar un punto de encuentro con las posturas socialistas democráticas europeas, el mayor obstáculo para la unidad de las izquierdas....
(AGENZIA RADICALE, 23 de julio de 1964)
No es cierto que este gobierno es peor que el anterior. Un mínimo de cohesión, de eficacia y de duración del ejecutivo es exigencia de la mismísima democracia.
Un gobierno que elimina progresivamente sus contradicciones internas no comete un gesto inadecuado sino que responde a una responsabilidad que ni puede ni debe eludir. La justificación lombardiana era demasiado clara; una justificación para la mayoría y una ingenuidad (como mucho) por parte de quién se disponía a incrementarlo.
Es justo y serio que los socialdemócratas estén con los socialdemócratas y que a la espera de unificarse desde el punto de vista de los aparatos, lo hagan en el gobierno; que los socialistas que pretenden conservar y granjearse de nuevo la unidad de acción con el PCI se encuentren, todos, en la oposición.
Los esquemas políticos en nuestro país no han cambiado mucho, desde hace tiempo demasiado fácilmente juzgados remotos del "centrismo" y del "frentismo" (1). La esencia de estas dos posturas sigue invariable, en la izquierda lamentablemente tanto cuanto en la derecha. Sólo que en el contexto internacional que ha cambiado, los elementos internos de crisis de las dos posturas se han ido reforzando. Entre los nuevos elementos de la situación, puestos de relieve por la constitución del segundo gobierno Moro (2), tal vez lo más destacado es el refuerzo de las posturas socialdemócratas. El furor de los compañeros comunistas es comprensible; han seguido - a lo largo de estos últimos años - ignorando que su problema principal es precisamente el de hallar un punto de encuentro con las posturas y las masas socialistas-demócratas de la Europa occidental, insular y escandinava.
Al ver como les crecen el en regazo, ahora, podría descubrir el error de fondo. La estrategia del diputado Togliatti (3) sigue siendo la del encuentro y el coloquio con el mundo católico: tal vez porque así no surgirán rivales demócratas? El instrumentalismo y la desconfianza básica que todas las posturas de izquierda no alineadas mecánicamente a las del PCI parecen provocar en este partido constituyen un atentado constante contra la cada vez más necesaria unidad de las izquierdas; esa unidad nueva y vasta que cobra valor sólo en caso de que se la proyecte hacia objetivos de conquista democrática del poder, de alternativa contra el partido único de los católicos y no sea en cambio, la última, tardía trinchera en la que se enraízan los derrotados.
("Argomenti Radicali", que vuelve a salir dos veces por semana, seguirá analizando en profundidad este aspecto de la vida democrática al que hoy sencillamente mencionamos.
N.d.T.
(1) FRENTISMO . (it. frontismo). Política que tiende a realizar amplias alianzas antifascistas entre fuerzas de izquierdas, partiendo del Partido comunista. Esta tendencia se difundió en Europa sobre todo en la época de la guerra de España con el llamado Frente Popular (del que proviene la palabra).
(2) MORO ALDO . (Maglie 1916 - Roma 1978). Político italiano. Secretario de la Democracia cristiana (1959-65). Artífice de la política de centro izquierda. Ministro en repetidas ocasiones, Presidente del Consejo (1963-68, 1974-76). A partir de 1976 presidente de la democracia cristiana (DC). Preconizó el acercamiento del Partido Comunista Italiano (PCI) al gobierno delineando al hipótesis de una "tercera fase" (tras la del "centrismo" y la del "centro izquierda") del sistema político. Secuestrado por las Brigadas Rojas en Roma, el 16 de marzo de 1978, fue encontrado muerto el 9 de mayo del mismo año.
(3) TOGLIATTI PALMIRO . (Génova - 1893- Yalta 1964). Colaborador en Turín de Antonio Gramsci, uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano. Secretario del PCI desde 1927 hasta su muerte. Transcurrió largas temporadas en el extranjero, en Moscú (en la secretaría del Comintern) y en España (durante la guerra civil española). Volvió a Italia en 1944, puso en marcha una política "nacional" a partir del voto sobre los Pactos de Letrán, enfrentándose con las fuerzas laicas italianas. Estuvo en el gobierno de 1944 a 1947, incluso como ministro. Tras las elecciones de 1948 monopolizó el papel de la oposición pero favoreció igualmente la prioridad del "diálogo" con la Democracia Cristiana y el mundo católico, sin romper nunca con el Vaticano. El proyecto de "vía nacional hacia el socialismo" no logró el objetivo de fondo, es más condujo al estancamiento del sistema político e impidió a la izquierda conquistar una "alternativa" de gobierno a la Democracia Cristiana.