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Pannella Marco - 1 agosto 1966
"Radicalizar" una izquierda "socialdemocratizada"
Entrevista a Marco Pannella

SUMARIO: Durante el verano de 1966, Pannella concedió una entrevista al periódico "Nuova Reppublica", órgano del movimiento con el mismo nombre fundado por Randolfo Pacciardi. Pacciardi, ex combatiente antifascista de la guerra civil española y en la post-guerra secretario del partido republicano, en aquel período había dejado el PRI y había fundado este movimiento político que luchaba por una república presidencial.

Con motivo de esta entrevista, Pannella fue duramente atacado por el Partido comunista que lo acusó de colusión con el "fascista" Pacciardi.

(Nuova Repubblica - Agosto de 1966, del libro "Marco Pannella - Escritos y discursos - 1959-1980", editorial Gammalibri, enero de 1982)

Nuova Repubblica - La evolución del PCI hacia un asentamiento progresivo en el sistema es para muchos uno de los elementos de mayor interés en el panorama político italiano. Si bien por una parte, a ritmo entrecortado, prosiguen los intentos de diálogo del PCI con los católicos, por otra, se menciona cada vez con mayor insistencia su progresiva "socialdemocratización".

Nosotros, desde lejos, hemos valorado, tal vez excesivamente, la carga revolucionaria del PCI. Tú que a menudo has participado en iniciativas conjuntas de la izquierda con el PCI, habrás tenido oportunidad, mucho mejor que nosotros, de evaluar qué es lo que hay detrás de este "posibilismo" de sus dirigentes: puro expediente táctico o, con el paso del tiempo, una segunda naturaleza?

Pannella - Creo, en efecto, que habéis valorado excesivamente el talante revolucionario del PCI, de la misma manera que habéis infravalorado su carga democrática e incluso conservadora.

No fue ni tan siquiera "revolucionaria" la opción estalinista, en la post-guerra, que ha gravado catastróficamente sobre toda la izquierda italiana y europea, en todos sus elementos. Sin embargo - fue una opción conservadora y pasiva, sustancialmente renunciataria en el seno de la misma alineación socialista y comunista, y que expresaba el abandono de una perspectiva de conquista de poder en Italia por autónoma lucha del movimiento socialista y obrero. Por otra parte, el "viraje de Salerno(1)", la actitud hacia la monarquía, la amnistías del canciller Togliatti(2) hacia los fascistas, el "extraño" comportamiento de los procesos como el de Roatta que nada desagradó a la mayor parte de nuestros militares, la votación del art. 7 de la Constitución, la colaboración con el partido vaticano buscada por todos los medios y a cualquier precio, la polémica continua y dura (paralela a la clerical conservadora) contra las concretas voluntades reformadoras que se abrían camino en el Partido de acción (especialmente en la

llamada "derecha" de "Estado Moderno"), en el Partido Republicano, en la Izquierda Liberal, en el ala moderna y laica del PSIUP, los "coloquios" del mismísimo Togliatti con Giannini(3) y su mensaje "qualunquista"(4) en el Congreso, la reivindicación al PCI contra el PLI de Villabruna sobre la continuidad con las batallas y las "banderas" del resurgimiento, las mismas objeciones de carácter nacionalista contra el "Pacto Atlántico", no pueden explicarse como una serie de actos autónomos de oportunismo individual, o como mera "táctica" sin valor concreto, sin con ello salir del campo del análisis político e histórico para entrar en el de una psicología estéril y superficial.

En el plano de las mismas estructuras del Estado, hoy por hoy es imposible negar que los comunistas han sido ellos también actores de la que con énfasis, pero con precisión involuntaria, los centristas dieron en llamar "reconstrucción".

Abandonada toda forma de reivindicación revolucionaria o incluso seriamente reformista (autogestión, cogestión, control obrero, socialización, etc.), el PCI ha sostenido, sin diferencias relevantes o alternativas, la reconstrucción y la extensión de las estructuras corporativas del capitalismo estatal, queridas por el fascismo y desarrolladas por los gobiernos centristas. Algún ejemplo no irá mal: el INPS(6) durante casi veinte años ha sido administrado de acuerdo con los sindicalistas de izquierdas y de derechas, burócratas ministeriales y de institución, representantes del patronato, todos nombrados por el Ministerio, prácticamente señalados por el partido. El IRI(7) nacido para socializar las pérdidas y garantizar la privatización de los beneficios de nuestra industria septentrional, ha continuado, sin excesivas molestias por parte comunista, su política inicial de los años 30. El ENI(8) se ha respetado y amado hasta tal punto por la izquierda, que a menudo han tenido lugar trasferencias de "mandos" del P

CI directamente a la entidad. Ni el mayor monopolio italiano, que es ridículo considerar como fuerza "privada", la Fiat, ha recibido peor trato, y los presupuestos publicitarios de ciertos periódicos de extrema izquierda pueden indirectamente confirmarlo.

En lo que a defensa nacional se refiere, no hay que olvidarlo, es suficiente remitirse a los debates de la Asamblea Constituyente y a las actas parlamentarias, a las mociones políticas, a la política de las organizaciones juveniles comunistas: el PCI ha inmediatamente cumplido y luego ha mantenido una postura anti-pacifista y tradicionalista, limitándose como todo partido moderado a pedir una mayor "democraticidad" del ejército. Es sintomático que el único partido laico que no ha presentado nunca a lo largo de los últimos veinte años ni una sola propuesta para reconocer la "objeción de conciencia" es el PCI. Puedo garantizar que quienes impiden todavía en Italia el nacimiento de un fuerte movimiento pacifista y antimilitarista, que muchos, en la izquierda, deseamos, es el PCI en primer lugar, que moviliza a su burocracia al completo, que desde 1950 se encarga del "activismo por la paz". El diputado Boldrini, el principal experto comunista en "defensa nacional" que fue uno de los principales y más valientes

jefes de la Resistencia(9), reconoció recientemente, en un nuevo convenio, que el Partido comunista ha llevado a cabo con convicción total una opción tradicionalista en este sector, por encima de los motivos "tácticos" que pudiesen aconsejarla.

Y ya para acabar, cabe recordar las características conscientemente burocráticas y funcionarias del PCI, arrinconando gran parte de la vieja clase dirigente que se ha formado en un clima y con métodos revolucionarios. Togliatti y sus colaboradores no ignoraban que una clase dirigente no puede evitar tender a administrar el poder según las experiencias en las que se ha formado y afirmado. Durante veinte años, los funcionarios comunistas se formaron en las grandes luchas en pro de condiciones más humanas y civiles de vida de grupos sociales que no podían esperar a que la "lógica de mercado" les llevase "automáticamente" trabajo, pan y dignidad, han llamado a los trabajadores italianos para que se reuniesen alrededor de banderas que fueron siempre liberales y democráticas: libertad por doquier, incluso en los puestos de trabajo, certeza del derecho incluso para los humildes, igualdad ante la ley sin discriminaciones políticas o confesionales, derecho a la educación, defensa de la educación estatal, tutela de la

autonomía de la vida pública del asalto persistente de las "aristocracias" modernas y de los "patrones del vapor". Lo habrán hecho mal, con errores, de forma insuficiente, en contradicción con su vocación internacional que la "cúpula" había llevado a cabo tal vez con la veleidosa reserva de llevar a cabo una batalla instrumental... Pero eso ya es harina de otro costal, que no mancha para nada el valor democrático que igualmente estas luchas han representado. En cualquier caso, es indudable de que se trata de lo que repetíamos algunos pocos en los años 50, es decir que Togliatti y sus compañeros habían ido construyendo paulatinamente un aparato de gobierno, no el partido revolucionario, un partido que bajo muchos aspectos serio y moderado, hasta tal punto de que constituyó, contra todo y contra todos, una fuerza filo-clerical, con connotaciones populistas. Se trataba, en resumidas cuentas, y se trata, de un gran partido de tipo socialdemocrático, que se encontró con que no podía inclinarse por el bloque esta

linista.

Desde que la oleada de la "guerra fría" se ha ido alejando de nuestro país, en ese momento, lentamente se ha empezado a ver que bajo el dramático, pero contingente, enfrentamiento entre un partido americano y un partido soviético, se había ido afirmando una realidad más profunda y duradera. Nuestras clases dirigentes, de gobierno y de oposición, por lo que tenían de "nacional" y de autónomo, habían actuado de acuerdo y se habían integrado a menudo. Nuestra clase política no ha afrontado, hasta el momento presente, ciertos temas concretos de desarrollo de nuestra sociedad, demasiado a menudo se ha limitado a escoger, en la situación internacional de los bloques contrapuestos, el alineamiento en uno de éstos. Se trataba, probablemente, de una necesidad que ha sido pobremente recibida por una clase dirigente improvisada y muy pronto interesada solo en el poder.

Nosotros los radicales luchamos, desde hace años para romper esta situación.

El auténtico problema consiste en "radicalizar" esta izquierda italiana, tan "socialdemocratizada" renovándola para constituir una gran alternativa laica y democrática al régimen clerical y paternalista, profundamente corruptor y corrupto, en el que vivimos.

Rompamos el hechizo del mito ese de la oposición total y revolucionaria del PCI al sistema y analicemos por el contrario que la historia de compromisos y de "asentamientos", a lo largo de estos veinte años es necesario si se desea dar nuevo respiro al juego democrático italiano y nuevas decisiones responsables.

Nuova Repubblica - A lo largo de los últimos años se ha hablado mucho y con bombo y platillo de los "comunistillas de sacristía" y del filocomunismo de la izquierda católica. Pero, si tal y como dices, el PCI ha entrado desde hace tiempo a formar parte del sistema, formas de colaboración mucho más comprometedoras se deberían haber instaurado ya entre el PCI y los centros de poder católico oficiales. A veces nos parece que se puede y se deben distinguir dos funciones distintas del PCI en la vida política italiana. Una es la típica por la que recibe la adhesión de los comunistas convencidos. La otra es la que le ha salido espontáneamente con el paso de los años por el simple hecho de ser el más fuerte partido político en la oposición y por lo tanto seguido, como posible vengador de los errores cometidos por la partidocracia dominantes, incluso por muchos que en realidad no son comunistas. Ahora empiezan a tener la impresión de que el impulso del PCI hacia la inserción se está canalizando a través del paso obli

gado de los compromisos con las formas políticas de poder. Y que por lo tanto los dirigentes del PCI, en el esfuerzo de establecer un posible clima de colaboración sobre todo con las fuerzas católicas ya están renunciando a aquel papel moralizador que, aunque solo sea por razones contingentes e instrumentales, parecían adoptar hace algunos años, denunciando escándalos, situaciones anormales etc... Qué opinas?

Pannella - Por supuesto. Las campañas radicales, desde las de Ernesto Rossi contra los "patrones del vapor" y los emperifollamientos "corporativos" del Estado, hasta las más recientes contra la política del ENI, contra el saqueo de la previsión social y de la asistencia pública por parte de instituciones confesionales, contra la corrupción de los entes locales y en particular de la clase dirigente de la DC romana, en muy pocas ocasiones han sido bien acogidas por parte de los comunistas. El PCI está como paralizado cada vez que una campaña de moralización afecta a ciertos centros de poder vaticanos, o en cualquier caso a intereses de altos dignatarios de la Iglesia y de sus clientes más directos. Pero en general no se trata de corresponsabilidades efectivas institucionales realizadas "en" el sistema, aunque hubiesen podido serlo; era una connivencia "por omisión" de ataque y de lucha. Existe además la convicción errónea de algunos de que de esta manera se defiendan algunas delicadas posturas para poder ser a

dquiridas en la sociedad de la izquierda, como las estructuras cooperativistas contra las que el poder ejecutivo cuenta siempre con posibilidad de chantaje, o, las ambiguas financiaciones que los Ministros de Trabajo amplían a los patronatos sindicales, o el sistema de corrupción de la prensa que funciona en todo el abanico político desde el fascista hasta el comunista...

Puedo garantizar que, en estos casos, siempre, al interlocutor no se le suele tachar de "comunistilla de sacristía" sino de vigoroso acusador. Los mismos dignatarios católicos que han usado una de cal y otra de arena - permitidme la expresión - la cal con la "excomunión fácil" han estado defendiendo en realidad sus propias posturas con la arena de la corrupción y el paternalismo. Son ellos los que necesitan la complicidad de los adversarios para poder defender sus enormes intereses mundanos, y por ello cuentan con la posibilidad de ofrecer algo a cambio. Y, arropados bajo formas de anticomunismo llamado visceral (sobre el que no hace falta profundizar), habían intentado exaltar conscientemente las tradiciones anti-estatales, anti-democráticas y anti-resurgimiento(5) presentes en el mundo socialista, a costa del grado de civismo y del progreso en nuestro país.

Pero esto es un proyecto (además de ser una práctica) que precisamente la continua, valiente, solitaria y desconocida obra de los radicales puede hacer fracasar. Semejantes convergencias monstruosas necesitan silencio y sombre para vivir: sacadas a la luz del día son derrotadas inmediatamente. Un episodio típico es el de las recientes elecciones municipales romanas en las que los dirigentes burocráticos del PCI han asistido al "coloquio" que se ha celebrado en el teatro Adriano, intentando sofocar en la izquierda nuestra dura y documentada polémica contra los Petrucci(10) y la DC romana. Hoy por hoy, si se volviesen a celebrar las elecciones, la base de los mandos intermedios del PCI, por gran mayoría impondrían una línea opuesta e incluso un cambio de dirigentes. En el PCI se sabe, de hecho, que en Roma no pocos votos comunistas han confluido en los candidatos del Partido radical, y otros muchos se expresan con papeletas blancas o nulas.

La gran garantía contra el régimen, y contra los "coloquios" entre clericales y estalinistas, reside en primer lugar en las grandes masas democráticas que se disponen a dar el 50% de los votos a los partidos laicos de la izquierda, a pesar de los graves errores de sus dirigentes.

Nuova Repubblica - Entre las distintas campañas que has promovido o a las que te has asociado, una particularmente intensa e insistente es la del divorcio. También en este sentido la actitud del PCI parece ambigua. Mientras la opinión vulgar concibe el comunismo como el "partido del amor libre", en realidad parece estar más cerca de la definición de partido del art. 7.

Pannella - En parte es verdad. Pero precisamente la cuestión de la lucha divorcista, si seguimos sus últimos desarrollos, autoriza esperanzas de renovación positiva. Tal y como se sabe Togliatti estaba contra el divorcio y otras reivindicaciones "burguesas" (en realidad muy cercanas a la conciencia y a la vida de las grandes masas trabajadoras, que cuentan con cinco millones de "fuera de la ley del matrimonio"). El mismo Nenni ha sufrido serias encarnaciones anti-divorcistas, a lo largo de sus metamorfosis. La "Unione Donne Italiane" (Unión Mujeres Italianas) ha estado durante quince años duramente en contra de esta reforma, hace tan solo dos años, una nueva mayoría que se había formado en un congreso nacional del UDI, que se calificó como radical, empezó a imponer una postura distinta, contrastada, por ejemplo, por el diputado Cinciari-Rodano, vicepresidente comunista de la Cámara, que está en contra del divorcio.

Pero cuando nuestra campaña. tras años de aparente fracaso, se concreta en auténticas manifestaciones masivas, surge la Liga italiana para el Divorcio, las fuerzas progresistas en el seno del PCI han podido hacer predominar finalmente la tendencia actual. A lo largo de los últimos meses, el PCI ha adoptado una neta postura laica, expresada, en repetidas ocasiones, con claridad y valentía, especialmente por la diputada Nilde Jotti. Para no entorpecer el debate sobre el proyecto del diputado Loris Fortuna, el PCI ha renunciado a presentar un diseño de ley para la reforma del derecho familiar, ya listo desde este invierno.

De esta manera, el padre Lener va de tourné por toda Italia diciendo que los auténticos enemigos son "los cuatro gatos radicales" que corren el riesgo de arrastrar "contra el Concordato" incluso a "los más responsables y serios" dirigentes comunistas y socialistas.

N.d.T.

(1) SALERNO: sede del primer desembarco aliado en Italia. Desde abril de 1964 hasta la liberación de Roma fue sede del gobierno de Badoglio.

(2) Palmiro TOGLIATTI: (Génova - 1893- Yalta 1964). Secretario del PCI desde 1927 hasta su muerte. Transcurrió largas temporadas en el extranjero, en Moscú (en la secretaría del Comintern) y en España (durante la guerra civil española). Volvió a Italia en 1944, puso en marcha la política nacional del PCI con el acercamiento de otras fuerzas antifascistas, el reconocimiento del papel desempeñado por los católicos, la participación en los gobiernos del 44 al 47. Ministro en repetidas ocasiones, tras las elecciones del 48 fue el cabeza de la oposición de la izquierda. Inspirador de la "vía italiana al socialismo" fijó las premisas de la autonomía del PCI con respecto a la URSS.

(3) Guglielmo GIANNINI: (Pozzuoli 1891 - Roma 1960) peridosta. Fundó la revista semanal "L'uomo qualunque" y el "Fronte dell'uomo qualunque" que en el 46 logró un gran éxito electoral.

(4) QUALUNQUISMO: Movimiento derechista creado en la Italia de la postguerra por el periodista y comediógrafo Guglielmo Giannini (el nombre se lo debe a su órgano de expresión, la revista "L'Uomo Qualunque" cuya traducción no literal sería "el hombre de la calle"). El qualunquismo, al que rápidamente prestaron su apoyo los descontentos, pero moderados, de la clase media, aquellos que habían sido fascistas no por convicción, sino por conformismo, desapareció de la escena política a los pocos años. No obstante, en Italia sigue empleándose la palabra para designar al magma electoral que, en términos más actuales se conoce como la "mayoría silenciosa".

(5)RESURGIMIENTO: el movimiento que condujo en el siglo XIX a la unificación de Italia y a la proclamación de la independencia nacional.

(6)INPS: Instituto nacional de previsión social. Seguridad social.

(7) IRI: Instituto para la reconversión industrial.

(8) ENI Ente nacional italiano de energía.

(9) RESISTENCIA: lucha popular, política y militar llevada a cabo durante la II guerra mundial en los países europeos ocupados por las tropas de la Alemania nazi y de la Italia fascista.

(19) Americo PETRUCCI: alcalde democristiano de Roma, encarcelado por corrupción.

 
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