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Agenzia Radicale - 15 gennaio 1967
1967: Año Anticlerical
Invito-llamamiento del Comité directivo de la sección romana del Partido radical

SUMARIO: Este es el texto de la carta enviada a aproximadamente 50.000 personas en la que se las invita a participar en el primer acto del "Año Anticlerical" organizada por el Partido radical en Roma el 12 de febrero de 1967 en el Teatro Adriano, con la participación de Mario Berutti, Mario Boneschi, Loris Fortuna y Marco Pannella. Es un llamamiento a la opinión pública solicitando su apoyo al ciclo de manifestaciones y de iniciativas anticlericales: "no existe sector de la vida pública italiana que no exija un compromiso anticlerical concreto para que nuestro país pueda conocer las vías del progreso civil y de la integración en la sociedad contemporanea".

(Agencia radical - Número especial - 10 de agosto de 1967)

Roma, 15 de enero de 1967

Muy Señor nuestro:

El domingo 12 de febrero a las 9,30 de la mañana se celebrará en el teatro Adriano de Roma una manifestación pública anticlerical a lo largo de la cual tomarán la palabra para solicitar la denuncia del Concordato entre el Estado y la Iglesia el abogado Mario Berutti, Procurador general de Honor del Tribunal Superior, el abogado Mario Boneschi y el diputado Loris Fortuna y Marco Pannella de la secretaría nacional del Partido Radical. Saludar a los representantes de los partidos laicos, de las asociaciones culturales laicas y de los sindicatos democráticos. Este acto señalará el inicio de una campaña con el eslógan "1967 - Año Anticlerical" que confiamos sea enérgica y popular. La campaña concluirá con una gran manifestación de masa el 20 de septiembre de 1967; confiamos en que en dicha fecha podamos contar finalmente con el reimpulso autónomo de la batalla laica en Italia y en todas partes por parte de cualquier grupo y partido laico.

Recogiendo la invitación que hemos recibido procedente de distintos lugares, el Partido radical ha decidido prestar a esta iniciativa un apoyo incondicional. Hubiese sido de desear que los demás partidos se sumasen a ésta iniciativa tomando las responsabilidades pertinentes para fomentear el ineludible renacimiento de los temas ideales y de las grandes batalllas civiles que representan una conquista histórica insuperable de todo el movimiento democrático con todos sus elementos: socialista, libertario, republicano y liberal. Por desgracia, por el momento ésto no ha sido posible.

Durante varias décadas se ha querido hacer creer en el mito de un anticlericalismo "prohibido" y anacrónico: se ha querido hacer ver, lentamente, que se trataba de la expresión de voluntades reaccionarias contra la hipótesis de una "unidad revolucionaria" de las grandes masas clericales y socialistas. O que se trataba de "enfermedades infantiles" extremistas del movimiento de liberación del hombre, que precedían a una versión más científica y moderna del socialismo. O, más aún, que se trataba de análisis anticuados de la realidad histórica contemporánea, que por el contrario debía confiar toda posibilidad de progreso única y exclusivamente a la realización de nuevas estructuras económicas y productivas de la sociedad.

En realidad, de esta manera se ha esterilizado el laicismo, se ha convertido en una tendencia subordinada y exenta de contenido. Desde hace varias décadas, y más que nunca, en Italia, desde hace veninte años, la reivindicación laica se ha convertido en una retórica vacía y limitada, en un argumento engañoso por parte de una clase dirigente que confunde el laicismo con el agnosticismo sistemático y con el rechazo de una clara dimensión real y concreta de la batalla política para la emancipación del hombre.

Nosotros afirmamos que este tipo de "laicismo" está desfasado y es vergonzoso. No es más que un simple compañero de viaje del monstruoso nuevo impulso clerical que se está produciendo en nuestro país. Dicho laicismo se corrompe y resulta política y moralmente inadecuado. Ni tan siquiera vale la pena recordar que no existe sector de la vida pública italiana que no exija un compromiso anticlerical concreto para que nuestro país pueda conocer las vías del progreso civil y de la integración en las realidad social contemporánea.

La enseñanza pública está atravesando una crisis que empeora por momentos. Las familias están asfixiadas por la subordinación de la ley del Estado a la del derecho canónigo, aplicada por los órganos jurídicos vaticanos. La asistencia y la previsión pública han sido sacrificadas y afectadas ante la restitución asistencial al mundo clerical que obtiene desmesurados beneficios alegando justificaciones democráticas y humanitarias. El inmenso peso de la especulación finaciera corre el riesgo de condicionar totalmente todo intento de reforma seria y responsable en el sector del crédito y en el de una fiscalidad moderna y eficaz.

Ante todo ésto, se hace indispensable una propuesta radical anticlerical, franca y decidida, impuesta al mundo democrático. La excusa de un pueblo insensible, de un país irresponsable, de un laicismo necesariamente agnóstico y sólo pre-político, custodia la realidad de una clase dirigente "laica", pávida, subaordinada, mucho más retrógrada e incapaz que los ciudadanos que pretende expresar y dirigir.

La política anticlerical debe representar la expresión necesaria de los ideales laicos. Para tal fin, hemos empezado a eleborar un primer esquema de programas. A título de ejemplo, en Roma, paralelamente al costoso trabajo de organización del acto que se celebrará en el Teatro Adriano, se están detectando los tejemanejes realizados contra los monumentos y las lápidas que testimoniaban a través de declaraciones públicas las tradiciones seculares de opresión del poder clerical. A partir del 12 de febrero, con pequeñas actos públicos, se colocarán de nuevo las lápidas y las inscripciones que recuerdan el asesinato de herejes, masones, carbonarios y patriotas en la ciudad. En Mantana, en donde el sagrario garibaldino está prácticamente cerrado, en este año, aniversario delel centenario de la batalla, si es posible, acudirán fuerzas laicas, republicanas y populares, el 12 de febrero por la tarde, para celebrar un mitin conmemorativo y de protesta laica. Se está estudiando la posibilidad de publicar recopilaciones

de escritos anticlericales, conmemoraciones históricas, etc...

La organización de una reunión de 10.000 personas para el 20 de septiembre debe realizarse inmediatamente si no queremos exponernos a fracasar.

Por consiguiente, es necesario que esta serie de iniciativas se organice en otoño con la contribución directa de dinero, de energías y de sugerencias de todos aquellos que sienten el valor de este programa y la necesidad de que se lleve a cabo. Dirigimos un insistente llamamiento a todos los amigos laicos y demócratas, a las ciudadanas y a los ciudadanos de buena voluntad, que no se resignan a ser súbditos de una república vaticana que es la expresión de las peores fuerzas clericales de todo el mundo.

Las dificultades financieras son enormes: una manifestación como la del teatro Adriano en Roma, que tendremos que repetir obviamente en otras ciudades, aún organizándola modestamente, no costará menos de un millón de liras. El simple envío, en territorio italiano, de 50.000 cartas cuesta como mínimo lo mismo. Cifras análogas, si no superiores, son necesarias para financiar las publicaciones y los carteles. Así pues, hemos optado por abrir una subscripción pública que permita a los organizadores que su trabajo no sea inútil. Tendremos continuamente informados a los amigos y a los subscriptores no sólo sobre los resultados de la subscripción, durante su desarrollo, sino del modo en que se gastarán, íntegramente en actividades, las sumas obtenidas. Que cada cual contribuya según sus posibilidades. Las modalidades de pago se dejan a gusto del subscriptor: desde el envío de sellos, hasta el envío de cheques o de giros postales. Suplicamos a los subscriptores que nos indiquen como quieren que figure su nombre en l

os informes, es decir nombre y apellidos o bien las iniciales u otras calificaciones. Las cartas se enviarán a Roma, al "Fondo Autónomo para el año Anticlerical". Este primer esfuerzo concreto de organizar a gran escala el encuentro de auténticos laicos italianos confía principalmente en el sentido de la responsabilidad de cada cual. El Partido radical quiere figurar en esta iniciativa sólo como organizador en nombre de ciudadanos laicos, independientes o inscritos a otros partidos. Al igual que en otras ocasiones, respetará íntegramente la autonomía de esta acción. El trabajo de promoción y de servicio prestado a la Liga Italiana para la Institución del Divorcio totalmente independiente en la actualidad y expresión del encuentro de ciudadanos procedentes de todos los puntos del abanico laico, puede constituir un ejemplo útil del espíritu que nos anima en este campo.

Que el partido radical inaugure su campaña para el carnet de 1967 con el eslógan "Año Anticlerical", que su inminente II Congreso Nacional lo considere el tema central, que en todas partes los radicales estén invitados a dedicar con absoluta prioridad sus energías a esta iniciativa, no constituye más que la aportación autónoma y justa que algunos de los promotores se compromenten a dar a dicho objetivo para impulsar la iniciativa laica en el país.

Confiamos en que la campaña a favor del Año Anticlerical contribuya a superar definitivamente la acción de una clase dirigente que ha pretendido amputar la lucha del ala democrática, en todos sus elementos tradicionales y enérgicos, de las conquistas históricas de libertad y de modernidad del anticlericalismo. Confiamos en que la resignación, la pasividad, el sentido cuplable de impotencia o de derrota, desaparezcan de nuestras filas.

En esta ocasión, estamos seguros de que nuestra confianza en la conciencia y en la responsabilidad del país se hallará correspondida y justificada.

Le rogamos, apreciado señor, que nos conteste lo más pronto posible, y que nos envíe sus sugerencias y propuestas si así lo desea, como así mismo que apoye activamente esta difícil e importante iniciativa. Aprovechamos la ocasión para saludarle atentamente.

 
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