Sábado 20 de enero, 10-13 horas, 16-19 / Domingo 21 de enero, 9,30-13 horasLA LUCHA POR LA LIBERTAD SEXUAL Y LA POLITICA EN PRO DE LOS DERECHOS CIVILES
Gianfranco Spadaccia
SUMARIO: Presentando el convenio sobre el tema "Opresión social y represión sexual", el secretario del Partido radical Gianfranco Spadaccia afirma que en Italia se ha creado una nueva opinión pública que ya no acepta las ataduras de una legislación clerical y autoritaria. Partiendo de esta nueva situación política, el tema de la libertad sexual puede convertirse en una gran victoria contra todos los instrumentos de represión sexual y de opresión social.
(Agencia Radical, nº 145 - 13-1-1968)
El convenio que se desarrollará el 20 y el 21 de enero sobre el tema "Opresión social y represión sexual" había sido previsto inicialmente como parte de las actividades del la iniciativa "1967 año anticlerical " lanzada por el Partido radical a principios del pasado año.
Al igual que todas las manifestaciones del año anticlerical iba a estar abierta a un amplio abanico de fuerzas democráticas sin discriminación alguna de partido o de ideología.
El primer planteamiento sirvió para poner en marcha la iniciativa. Si bien hoy el convenio nace bajo el patrocinio de un Comité de presidencia en el que están presentes, junto a políticos de tendencia radical o socialista, investigadores de distintas disciplinas - pedagogos, sociólogos, psicoanalistas, historiadores, higienistas, etc - en resumidas cuentas ello garantiza un mayor enriquecimiento del tema tratado por el convenio así como la posibilidad de integrar en una iniciativa común dos experiencias distintas: la de los políticos comprometidos en una acción de reforma de la legislación y de las costumbres y la de los investigadores en los que la búsqueda de las causas que determinan en nuestro país el fenómeno de lal represión sexual y de los nexos que vinculan este fenómeno a otros fenómenos represivos y opresivos presentes en nuestra sociedad. En este escenario, cobra especial relieve la presencia en el comité de presidencia de representantes de importantes asociaciones en pro de los derechos civiles,
desde los divorcistas como Fortuna y Mellini hasta el presidente de la asociación para la libertad religiosa en Italia, Luigi Rodelli.
La primera cosa que esperamos de este convenio - en calidad de radicales y de promotores del año anticlerical, sin problemas de etiquetas y sin patriotismos o celos de partido - es precisamente esta confrontación, esta experiencia común. Confiamos en que sirva para superar las desconfianzas existentes, sobre todo esa desconfianza que divide a los investigadores y científicos de la política.
Esta desconfianza queda clara en este número de Agencia radical, en el artículo de Fausto Antonini que ha contribuido de forma esencial en esta iniciativa participando con De Marchi en el grupo de actividades del año anticlerical, en un primer debate sobre el tema "clericalismo y sexofobia". No vamos a decir que dicha desconfianza sea totalmente injustificada. La política oficial italiana está dominada por los problemas de poder y los intereses creados, impidiéndoles el acceso a aquellos que no están directamente relacionados con el tema. Todo lo que pueda turbar o modificar el equilibrio de poder es eliminado o combatido, sin diferencias sustanciales entre las fuerzas del gobierno y las de la oposición.
Pero cometeríamos un grave error si identificásemos la política con el actual equilibrio político o con el ejercicio de poder; la tarea de llevar a cabo una política laica en un país en el que sigue dominando una política confesional, nosotros los radicales tenemos el deber de llevar a cabo una política de izquierdas en un país en el que las fuerzas de derechas son sobre todo las fuerzas clericales organizadas en la Democracia Cristiana, y no debemos sufrir el actual equilibrio político, sino modificarlo.
Existe en Italia una opinión pública que ya no acepta los vínculos de una legislación autoritaria y clerical, de una ideología y una educación conformistas y provincianas. Se trata de una opinión pública de ciudadanos que se sienten mayores de edad y europeos, que no se contentan con el desarrollo económico sino que pretenden un idéntico desarrollo civil. Batallas en pro de los derechos civiles, del divorcio, de la libertad religiosa, del control de nacimiento, todas esas batallas que hasta hace pocos años eran iniciativas de pequeñas minorías (cuando constituir un consultorio matrimonial o hacer propaganda de anticonceptivos eran arriesgados actos de valor individual) se han convertido en reivindicaciones populares, impuestas por las nuevas condiciones sociales del país.
La cuestión de la libertad sexual parte de esta nueva situación política y social y puede convertirse en una gran victoria para el libre desarrollo de la personalidad individual, contra el gran número de tabúes, contra los viejos cepos legislativos e ideológicos que siguen siendo instrumentos de represión sexual y de opresión social. La contribución de los hombres del mundo de la cultura y de la ciencia puede ser determinante al dar fuerza política a estas exigencias que nacen de la sociedad.
El convenio, que se desarrollará el 20 y el 21 de enero en el teatro Parioli nace caracterizado por un fuerte compromiso político y un riguroso planteamiento científico. Será un exitazo si supone una premisa importante para la acción futura solo si cuenta con el apoyo popular de todos aquellos que lucharán para garantizar en este campo condiciones de mayor libertad a todos los individuos, si junto a los análisis y las propuestas de los políticos y de los investigadores, se hace eco también la voz de los jóvenes.
A ellos sobre todo - que son el centro de las contradicciones existentes entre las viejas superestructuras y las nuevas exigencias de la sociedad y advierten más que los demás lo muy injusto, corrupto e hipócrita que es - va dirigido nuestro llamamiento para la participación en la manifestación que puede convertirse en una amplia iniciativa democrática.