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MLD - 26 ottobre 1970
MLD - Movimiento para la Liberación de la Mujer

SUMARIO: El Movimiento para la Liberación de la Mujer lleva a cabo una "publicación periódica" para informar sobre sus objetivos e iniciativas, que al principió utilizará "Noticias radicales", confiando en poder lo antes posible contar con un órgano "independiente". Se aclaran algunas de las características del MLD que es "por encima de todo un movimiento político", que tiene por objeto la "liberación" y no sencillamente la "emancipación" de la mujer, con carácter anti-capitalista y anti-autoritario, pero también anti-clerical, "federado" al partido radical que ya en 1968 había celebrado un Convenio sobre el tema "Represión sexual y opresión social" y en el congreso de 1969 había aprobado una moción que explícitamente promovía el nacimiento de un movimiento de liberación de la mujer. Los objetivos "prioritarios" del MLD (de los que se explican ampliamente las razones) se centrarán en la "abolición de los artículos del código penal que prohiben la divulgación de los métodos anticonceptivos y el recurso al abo

rto": en especial, "una política para la píldora" que luche contra 1) los abusos de la industria farmacéutica; 2) la ilegalidad "por costumbre" ampliamente difundida; 2) la pavidez de la conciencia "laica"; 4) el conflicto entre Iglesia y "disenso eclesiástico".

(NOTIZIE RADICALI, 26 de octubre de 1970)

Las razones del movimiento

Por fin, tras un periodo de reflexión, de preparación, de contactos y sondeos que ha durado varios meses, el colectivo promotor del Movimiento de Liberación de la Mujer ha decidido emprender una publicación periódica totalmente dedicada a los problemas del movimiento, a la divulgación de las noticias que le atañen y la discusión de temas políticos, ideológicos, psicológicos y sociales relacionados con este nuevo frente de lucha libertaria y socialista.

Nuestro movimiento no tiene financiadores, ni declarados ni ocultos: vive de la autofinanciación. He ahí por qué hemos tenido que aceptar la amable oferta de utilizar el órgano NOTIZIE RADICALI para poder dar vida a nuestra publicación, que consideraban necesaria para brindar un instrumento de conexión entre todos los numerosos simpatizantes repartidos por toda Italia, para brindarles a ellos y a los que puedan sumarse un punto de referencia y un arma para la lucha política cotidiana. Aunque tenemos la intención de crear un periódico nuestro independiente en cuanto las disponibilidades financieras (que lógicamente están vinculadas a la difusión del movimiento) nos lo permitan.

Sin lugar a dudas, muchos de nuestros lectores ya tienen una idea suficientemente clara de lo que es el Movimiento para la Liberación de la Mujer, pero en un momento en el que la prensa grande e incluso la radio televisión muestran estar tan interesados dando eco a los varios grupillos neo-feministas en Italia y en el extranjero, recubriéndoles - a menudo por las buenas - con una inmerecida ironía, consideramos oportuno aclarar algunas de las características que identifican a nuestros movimiento entre los muchos aparentemente análogos.

"El nuestro es un movimiento fundamentalmente político": partiendo de un análisis y de una evaluación general de la sociedad en la que vivimos (una sociedad autoritaria y enajenante) y por lo tanto con las correspondientes estructuras de poder político, económico e ideológico, nuestro movimiento ha identificado en la condición de la mujer, oprimida, reprimida y explotada, una situación especialmente explosiva, hacia la que es indispensable apuntar para abrir un nuevo frente de lucha libertaria y socialista. Las contradicciones específicas de las que es protagonista la mujer en nuestra sociedad, y de la que va cobrando progresivamente más conciencia, tienden a transformar su tradicional sujeción de pilar de la sociedad autoritaria en una mina ubicada en los mismísimos cimientos de esta sociedad. He ahí por qué el nuestro es un movimiento de liberación, y no de simple emancipación de la mujer: ya no está al orden del día la lucha por la pura y simple igualdad de derechos formales en el marco de "esta" sociedad

, sino la que tiene por objeto sentar los cimientos de una sociedad basada en estructuras y valores nuevos (inspirados en los principios de la igualdad, del antiautoritarismo y de una efectiva autogestión), en cuyo ámbito sólo se puede realizar la liberación de la mujer. He ahí por que nuestro movimiento no ha contraído ese "racismo sexista" que azota a muchos movimientos feministas contemporáneos. La lucha por esta nueva sociedad interesa de hecho no sólo a las mujeres, sino a los hombres más conscientes, que por lo tanto no son nuestros enemigos, sino que están invitados a militar en nuestro movimiento con total igualdad: el frente de la liberación de la mujer puede cobrar en el marco de la lucha por una nueva sociedad la misma función que los movimientos anti-coloniales, anti-segregacionistas y anti-racistas están cobrando en todo el mundo.

"A parte de ser anti-capitalista y anti-autoritario, nuestro movimiento es anticlerical". En primer lugar en sentido general, porque está en contra de todo "clero", de todo poder constituido a favor de las "élites" de iniciados (o de los que se lo creen), ya que ello hace del anti-autoritarismo uno de sus principios fundamentales; y en segundo lugar, es anticlerical en sentido específico, vinculado a la realidad de la sociedad italiana, en la que el peso económico y el condicionamiento ideológico directa e indirectamente ejercido por la jerarquía católica se presentan con caracteres particularmente insoportables, y gravan de forma específica sobre la mujer (piénsese en la ideología de la familia patriarcal, en la exaltación de la castidad y del pudor, en los obstáculos interpuestos a la limitación de los nacimientos, al sustancial monopolio de las instituciones educativas asistenciales para la infancia).

Todo ello explica y justifica el hecho de que el MLD haya decidido constituir un grupo federado al partido radical: este partido siempre ha manifestado especial interés por los oprimidos. En 1968, un Convenio que había organizado sobre el tema "Represión sexual, opresión social" tuvo mucho éxito, aunque no puso en marcha una auténtica fase de la lucha política, por falta de objetivos políticos concretos. El mismo colectivo que promovió el nacimiento del movimiento MLD estuvo originado por una moción presentada y aprobada en el congreso del Pr que se celebró en Milán en noviembre de 1969. Lejos de suponer una hipoteca a favor de este partido, dicha federación constituye así pues sólo un vínculo con un movimiento político que se propone básicamente nuestros propios objetivos generales, y, mientras que no legitima ninguna interferencia del partido radical en nuestra línea política, nos permite influir en la línea de este último participando en sus congresos e incluso delegando a nuestros miembros para que forme

n parte de sus organismos dirigentes. Lo cual no excluye para nada la militancia de nuestros miembros en otros partidos políticos: el hecho de que haya entre nosotros inscritos a distintos partidos, constituye una prueba concreta de nuestra contribución en potencia a la invocada reestructuración de la izquierda, en el marco de una superación de la actual grave fractura entre sociedad civil y clase política.

En otras secciones de nuestro periódico, a parte de publicar el texto del documento-base en el que se inspira nuestro movimiento, ilustramos cuáles son los objetivos prioritarios para que nuestra lucha no esté separada de la realidad socio-política actual. Pero subrayamos con fuerza que no tenemos la intención de constituir un movimiento de apoyo (aunque sea de masa) a tal o cual reforma legislativa: nuestros objetivos pretenden sólo ser un primero pero uno exclusivo punto de referencia para una movilización política, y es precisamente la movilización política nuestro objetivo prioritario, para dar inicio a un proceso de "revolución cultural" en vistas a la progresiva constitución, aquí y ahora, de los primeros núcleos de una sociedad sumamente industrializada y socialmente articulada. Aunque ahí vamos a tocar un problema demasiado importante y complejo como para tratarlo en esta sede, en términos que serían inevitablemente de corre que te pillo y superficiales, por ello prometemos será uno de los temas de d

iscusión fundamentales en los números siguientes de nuestro periódico. Pero no se tratará de una discusión puramente académica porque precisamente nuestras experiencias cotidianas de lucha, a las que invitamos a todo el mundo, y sobre todo a las mujeres, a participar en primera persona y contribuir con la experiencia y reflexión de cada cual, como íbamos diciendo precisamente estas experiencias nos permitirán comprobar dichos argumentos anclándolos en la práctica de la lucha.

Amigas y amigos lectores, escribidnos, inscribíos a nuestro movimiento, constituid en vuestras ciudades colectivos autónomo. elaborad propuestas para que sea más eficaz la lucha por nuestros objetivos, o eventualmente proponed otros objetivos aclarando paralelamente la línea de lucha que consideréis más funcional. Puesto que nuestro movimiento está autogestionado, y no hay "altas cúpulas" que elaboran una línea y militantes que se limitan a ejecutarla. Nuestra línea será la que se desprenda del encuentro y el debate con todos vosotros.

Píldora y aborto, objetivos prioritarios

El primer objetivo concreto que el Movimiento de liberación de la mujer propone y se propone es el de una total liberalización de la propaganda anticonceptiva y la legalización del aborto. Por qué este objetivo primario? Intentaremos resumir aquí el sentido de los debates que han conducido al colectivo a llegar a esta conclusión.

A principios de año, el colectivo radical contra la represión sexual y las instituciones psiquiátricas organizó el seminario de trabajo político sobre la liberación de la mujer. Toda reunión del seminario, en la que participó un público numeroso y atento de mujeres y hombres, estuvo dedicada a profundizar un aspecto particular de la explotación y la opresión de la mujer en la sociedad italiana actual.

Los momentos fundamentales en los que se considera detectar dicha opresión fueron tres: el económico, el psicológico y el sexual.

Esta subdivisión fue efectuada con plena conciencia de su carácter arbitrario, por motivos puramente prácticos y funcionales, puesto que se consideraba preferible una plataforma de alguna manera artificial al peligro de razonar de forma puramente abstracta. Cuando se desea afrontar un tema de tan amplio alcance y de dicha envergadura como el de la condición de la mujer, es necesario tener en cuenta en todo momento una visión global del problema incluso cuando se basa en un aspecto específico o se pone en marcha una lucha para un reconocimiento específico.

Reconocemos la importancia del aspecto económico - reivindicación de una efectiva igualdad salarial, acceso indiscriminado de la mujer a todas las carreras y a los niveles más altos, etc. - pero lo consideramos terreno más propio de una lucha sindical, necesariamente parcial y limitada. De hecho, es evidente, que si dicha igualdad de derechos se alcanzase, permanecería la condición psicológica tanto del mundo masculino, con su característica desconfianza en las capacidades productivas e intelectivas de la mujeres, como en el mismísimo mundo femenino, hecho polvo por una desconfianza ancestral en las capacidades intelectuales propias. Alrededor de la mujer, como objeto de una mistificación histórica se había creado un cierto tipo de familia. La familia de la que la psiquiatría ve surgir las situaciones neuróticas y los comportamientos que desvían; esa familia a la que se obliga a coaccionar y ser autoritaria a través de la ideología de la necesaria represión sexual.

De hecho, el papel que siempre se le ha impuesto a la mujer y en el que la mujer se ha identificado acríticamente es el de "esposa", "madre" y sobre todo "procreadora". Este papel le ha dado, en el marco de la familia, ese mínimo de gratificación que le ha hecho renunciar a cualquier poder decisional, indiscutiblemente dejado en manos del hombre. En la sociedad actual, la mujer, al rechazar cada vez más el aislamiento de la vida de ama de casa y entrando en el mundo del trabajo, empieza a darse cuenta de los falsos valores sobre los que se basaba su relación familiar y social.

La mujer, a parte de chocar con las dificultades de entrar con niveles de igualdad con el hombre en el mundo del trabajo, se encuentra con que tiene que hacer frente a un doble trabajo, el que hace en la calle y el trabajo en casa, que sigue siendo a pesar de todo "de su competencia". A parte de la inexistente educación del hombre en el marco familiar, existe una carencia total de estructuras sociales que tengan por objeto liberar a la dona de esta esclavitud. Por lo tanto, consideramos importantísimo apoyar todas las batallas que desde algunos frentes políticos han sido iniciadas para la institución de guarderías-nido, estructuras sociales colectivizadas y cualquier nuevo experimento de vida asociativa, pero son batallas que tienen valor siempre parcial si no están introducidas en un enfoque general laico y antiautoritario, y que en todo caso constituyen objetivos de reforma perseguidos por movimientos que no tienen nuestros objetivos específicos. A nuestro juicio, así pues, el primer momento de la fase de

liberación de la mujer es el que realmente reúne los tres aspectos - sexual, psicológico y económico - es decir el logre de las capacidades de autodeterminación como sujeto en todos los momentos de su propia vida.

La mujer, al rebelarse contra la autoridad masculina, niega la propiedad indiscriminada de su cuerpo al hombre y reivindica el derecho de autodeterminación completa y la libre elección de la maternidad. Cualquier lucha que la mujer puede llevar a cabo para alcanzar una fase más avanzada de liberación pasa a través de la libre gestión de su cuerpo. La reivindicación de la mujer de una vida sexual plena que la sitúe al mismo nivel que su compañero está estrechamente vinculada, es más condicionada, a la libertad del miedo de un embarazo no deseado. Por ello consideramos que el primer objetivo de un movimiento como el nuestro consiste en la abolición de todos los artículos del código penal que prohiben la divulgación de los medios anticonceptivos y el recurso al aborto. Es del dominio público que una cierta burguesía puede a menudo eludir dicha ley, pero no cabe la menor duda de que dichos problemas no se resuelven completamente para ninguna mujer de ninguna clase social y que los que más sufren por ignorancia e

indigencia de la falta de liberalización de los medios anticonceptivos y del aborto son las mujeres de las clases más pobres. Nuestro compromiso se articula en dos niveles: el político-social (igualdad para todas las mujeres) y el político-psicológico, que tiene por objeto que las mujeres sean conscientes de sus derechos individuales. Nosotros consideramos que este nuestro argumento de compromiso va más allá de sus mismos objetivos por la carga de "ruptura" que contiene con respecto a todos los esquemas, los tótems, los dogmas y los conformismos sobre los que se basa la sociedad autoritaria.

La política de la píldora

La lucha para la liberalización de los anticonceptivos se ha convertido en la política de la píldora, y esta política está forjada tanto por las casas farmacéuticas con su especulación, como por la Iglesia, especialmente en nuestra sociedad, con sus campañas sanfedistas (1).

Por "píldora" entendemos de ahora en adelante la que ingiere la mujer según ciertas modalidades para evitar quedarse embarazada y una maternidad no deseada, aunque no dejamos por ello de interesarnos por el resto de los medios anticonceptivos para que, a través de la divulgación, cada mujer pueda escoger el que le vaya mejor.

Una de las primeras cosas que cabe condenar es esta "ilegalidad por costumbre" por la que cada día se venden cientos de miles de píldoras en Italia con el tácito consentimiento de esa autoridad que sigue manteniendo en pie los artículos del código penal que prohiben la propaganda y el uso de los anticonceptivos como salvaguardia de la especie y de la raza. Por una parte se habla de reforma sanitaria y de freno a la especulación de las casas farmacéuticas, por otra cada día se introducen en el mercado píldoras anticonceptivas para total provecho de dichas casas farmacéuticas. Por lo general, se trata de píldoras y a experimentadas en el extranjero pero para las cuales se necesita una chapuza de documentación italiana, firmada por catedráticos, para obtener el permiso del Ministerio de Sanidad. De ese mismo ministerio en el que desde los primeros tiempos de un ministro socialista yace un proyecto de ley para la legalización de la píldora.

Abrimos el debate así pues sobre la píldora, en primer lugar promoviendo la abolición de los artículos del código penal que limitan la libertad de discusión y de propaganda al respecto. En segundo lugar desempolvamos eventualmente los proyectos de ley que ya han sido preparados en vistas a una producción estatal y una distribución gratuita de masas. Si la píldora es disponible, al igual que cualquier otro medicamente, lo que cada mujer tendrá que hacer es decidir si quiere tomarla o no, con el consejo y bajo la observación de su médico.

No es esta la instancia idónea para hablar de los aspectos farmacológicos de la píldora, sin embargo, para que desvanezcan las opiniones terroristas (que recuerdan los manuales de catequesis con las llamas del infierno), recordamos que los dos organismos internacionales que han llevado a cabo estudios y observaciones durante más tiempo (La OMS y The National Institute of Maternity) han aconsejado la utilización de la píldora durante el tiempo que se quiera, a pesar de que al inicio la aconsejaban durante un año sólo, y luego durante cuatro años. No olvidemos, asimismo, que la prensa (sobre todo la que se vente enfrente de las iglesias) es la misma que lleva a cabo una campaña contra "otros peligros para el Estado".

Otro aspecto que estamos obligados a tomar en consideración pues estamos en un país clerical y bajo la directa influencia del Vaticano está relacionado con el revuelo que se ha armado en el seno del mundo católico debido al tema de la píldora. No sólo por parte de los católicos ingleses, holandeses y alemanes en tiempos de la Humanae Vitae, sino por parte de los teólogos. A este nivel se discute sobre la "función del matrimonio", sobre el significado de la frase "contra natura", etc. es decir que estalla un abismo entre la iglesia dogmática y autoritaria por una parte y la religiosidad por otra, entre el clericalismo y la conciencia religiosa. Al propugnar la liberalización de la píldora, proponemos en Italia el derecho de toda mujer de disponer de sí misma, su derecho a llegar a una maternidad deseada, en los tiempos y modalidades que ella elija. Para defender este derecho tenemos que confutar el pasaje automático que se hace del control de natalidad por parte del Estado. Este es un problema muy distinto: e

s política demográfica que para tener significado tiene que realizarse a nivel mundial en condiciones políticas que no son las actuales.

De la misma manera, se suele asociar bastante arbitrariamente la píldora con el Hambre en el mundo. Existe ya una política del hambre y es de carácter puramente asistencial, incluso neo-colonialista y está llevada a cabo por aquellas mismas fuerzas que han matado de hambre a los pueblos a través de la política de la colonización.

Resumiendo, afirmamos escoger una política a favor de la píldora porque sobre la misma se han presentado de nuevo las características de nuestro país:

1) industria farmacéutica, subalterna a la americana y que se preocupa sólo de la especulación;

2) ilegalidad por costumbre con la connivencia de la clase política dirigente;

3) la conciencia laica siempre pávida ante la resistencia clerical;

4) el conflicto de la iglesia dogmática y el disenso eclesiástico.

Aborto: un grave problema social

Si es difícil establecer el número exacto de las familias interesadas en el divorcio, más difícil todavía es obtener estadísticamente hablando el número de mujeres que han abortado durante el año o que abortan día a día. Ello se debe a que el aborto, salvo poquísimas excepciones, es siempre un hecho clandestino y castigado por la ley.

Según algunos ginecólogos, el aborto está relacionado en medida ínfima a las chicas "que se han metido en problemas", y se ha convertido en un problema de la mujer casada: profesional, profesora, empleada, dependienta, obrera, ama de casa, sin distinción de ningún tipo. Lo cual tiende a transformar las leyes contra el aborto en auténticos instrumentos de represión: sólo una minoría sin importancia de los casos de aborto se persigue (ni sería posible hacerlo). Esta especie de vista gorda acaba por fomentar ese régimen de extorsiones que supone nutrir a aquellos que se aprovechan de los peligros de la clandestinidad para sacarle provecho a quien se encuentra en la necesidad de abortar.

En una ciudad como Roma podemos decir que tienen lugar, a diario, cientos de abortos procurados. Existen profesionales de renombre que, al no poder organizar industrialmente su actividad - considerando el rigor de la ley - han escogido la vía del artesanado especializado. Cada médico de familia conoce los nombres de algunos ginecólogos que - sobre todo en los primeros meses de embarazo - resuelven las dificultades de una familia por un precio medio de cien mil liras italianas y con una intervención que dura unos quince minutos. Tras una breve espera en la salita de espera la paciente vuelve a su casa con la recomendación de que se quede en cama al menos tres días y con la prescripción médica de una cierta cantidad de antibióticos.

A parte de este estándar precisamente de la clase media romana, existe un círculo restringido de personas que pueden ingresar en una clínica durante ocho días y afrontar con toda tranquilidad una intervención con anestesia total: intervención motivada con presuntas razones terapéuticas cuando no es posible disfrazarlo de otra manera.

Pero por debajo de este estándar existe la masa de gente que no disponen de cien mil liras o que no conocen las direcciones útiles. Para estas mujeres el aborto es una aventura que a veces lamentablemente se cierra de forma trágica, pero que siempre es traumatizante y que acarrea consecuencias fuertes para la salud. En las clases subalternas para abortar hace falta recurrir a profesionales de poca calidad o quemados por antecedentes penales al respecto; a obstétricas y parteras de considerable experiencia, pero a menudo incapaces de capear las posibles complicaciones o los acontecimientos inesperados de última hora; o bien comadronas incompetentes; o peor todavía las mujeres que recurren personalmente a medios rudimentarios y peligrosos. Mucho más peligrosos puesto que una mujer del proletariado o del subproletariado de los barrios bajos no afronta un sólo aborto sino hasta una docena o más.

Nosotros consideramos así pues que para el aborto existe una situación clasista objetiva. Sobre todo porque se llega siempre al aborto con motivo de una escasa o pésima información y educación sexual, ambas obstaculizadas y castigadas por el tan cacareado artículo 553 del c.p., cuyos dones han sido ampliados abundantemente y en repetidas ocasiones a los criminales del AIED. (2).

Naturalmente, nosotros estamos convencidos de que es siempre mejor prevenir un embarazo que interrumpirlo, pero consideramos inútil afrontar el problema del aborto sacando a relucir casos patéticos y dignos de piedad, violencia carnal, peligro de muerte, fetos focomélicos. Dejamos a los órganos oficiales de la hipocresía burguesa estas facilonas trincheras. Para nosotros sólo los padres - y de forma muy especial la madre - tienen derecho a escoger el momento de que nazca un hijo, con todos los problemas relacionados. La maternidad tiene que ser un hecho consciente y deseado, no impuesto por la casualidad de la vida o la falta de educación sexual contra la que hemos despotricado. La legalización del aborto, en este contexto, va más allá de sí misma, pues rompe una situación clasista ya consolidada y, tal y como hemos visto, iría básicamente a favor de la mayoría de las mujeres sin medios económicos, evitándoles experiencias debilitadoras y humillantes.

Por iniciativa de dos jóvenes profesores, atentos a los problemas de la primera infancia, se ha abierto en Roma una "guardería de la libertad" que se remite al modelo promovido por Neill en Summer Hill, en Inglaterra. La guardería acoge a niños comprendidos entre los 18 meses y los 5 años, desde por la mañana hasta última hora de la tarde.

Al ser este el primer encomiable intento en Roma de abrir una escuela libertaria que rompa el "trust" de las guarderías-nido dirigidas o en cualquier caso condicionadas por las monjas, invitamos a los que estén interesados en el experimento a que se dirijan a: Scuola Libertaria, Via San Marino, 23 (Quartiere Trieste-Nomentano) Roma - Teléfono 86.45.18.

El MLD tiene su sede en Via Torre Argentina 18 - 00186 Roma. Para apuntarse al MLD es necesario aceptar el documento que reproducimos en las siguientes páginas y pagar una cuota que no puede ser inferior a 500 liras mensuales.

La supervivencia del Movimiento y su potenciación, como instrumento de lucha libertaria dependen exclusivamente de las capacidades de autofinanciación del Movimiento y de las contribuciones de sus socios.

El dinero puede ser depositado mediante giro postal o con un cheque a nombre del MLD - - Movimento per la Liberazione della Donna - Via Torre Argentina 18 - 00186 Roma o a través de la c/c postal 1/20932, a nombre de Franca Martinucci (la tesorera del Movimiento).

N.d.T.

(1) SANFEDISTAS en la zona de Nápoles, la gente del pueblo creó un "Ejército de la Santa Fe" capitaneado por el cardinal Ruffo, contra la República de 1799. Dicho nombre pasó a denominar a una secta clerical que dos décadas más tarde surgió en el Estado de la Iglesia.

(2) A.I.E.D. Asociación italiana para la educación demográfica. Fundada en la postguerra por Luigi De Marchi, desempeñó una tarea divulgativa y de presión fundamental. Encargada de algunos consultorios médicos. Fundada, entre otros, por Luigi de Marchi, escritor, sociólogo, uno de los primeros investigadores en Italia de los problemas sexuales, traductor de las obras de W. Reich.

Cabe recordar, asimismo, la existencia del CISA . (Centro italiano sterilizzazioni ed aborti). Centro italiano de esterilización y aborto, fundado por Adele Faccio y Emma Bonino en 1974, promotor de abortos en un primer momento clandestinos y luego abiertamente ilegales. Como sujeto federado al Partido Radical desempeñó una labor esencial en la batalla para la legalización del aborto. Sufrió en la piel de sus dirigentes procesos de gran resonancia.

 
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