Encuentro con el animador de la contestación radicalde Alfonso Madeo
SUMARIO: Marco Pannella se lleva la palma a nivel nacional en materia de protestas, marchas, sentadas, manifestaciones, desafíos, polémicas y denuncias - Para la objeción de conciencia un ayuno "hasta el último café con leche" - compromiso civil en el filo de la navaja, sin organización de masas y sin santos en el paraíso - Una misión a la insignia del "largo camino en las instituciones" - "Con la fantasía se pueden obtener en política resultados increíbles".
(CORRIERE DELLA SERA, noviembre de 1972)
Roma, noviembre.
"La batalla para la conquista del derecho a la objeción de conciencia les cuesta a los militantes del partido radical un ayuno de 1300 días. Al final, desde luego, la cuenta será más difícil. El Parlamento ha aceptado establecer un plazo para las discusiones. Pero es el éxito lo que interesa. Un punto interrogativo. Los radicales están dispuestos a darle respuesta con otros ayunos colectivos. A ultranza, esta vez: "Hasta el último café con leche". En el cálculo de movilizar a la opinión pública y alejar la eventualidad de compromisos entre los partidos.
Por objeción declarada, actualmente, se hallan detenidos en las cárceles militares 140 personas a las que se les llamó para cumplir servicio. Dos rebeldes: Roberto Cicciomessere y Alberto Gardin, secretarios del Partido radical. Por delitos de desobediencia y de rechazo, se calcula que cada años son procesados unos 4000 soldados. Sin embargo, la importancia del problema suscitado por los radicales no estriba en la cantidad. Lógicamente, los radicales hacen hincapié en el valor civil de la reforma. E informan que al reciente llamamiento internacional sobre las finalidades del ayuno se han sumado personalidades de distintas tendencias políticas y religiosas, desde Nenni hasta el cardenal Lercaro, desde Silone hasta Montale, desde Ginzburg hasta el teólogo Balducci y al presidente de la confederación de las iglesias evangélicas italianas, Mario Sbaffi. En la lista aparecen tres premios Nobel: Heinrich Boll de literatura, François Jacob de medicina y Alfred Kastler de física".
Las minorías
"Uno se da cuenta en seguida cuando se ha embarcado en una causa justa: la gente escribe, llama por teléfono, no necesitas pedir firmas ilustres" dice Marco Pannella, animador de la protesta radical que se lleva la palma a nivel nacional en lo que a protestas, marchas, sentadas, manifestaciones, desafíos, polémicas, denuncias y ayunos se refiere. En la batalla en pro del derecho a la objeción de conciencia, junto a Gardin, ha superado todo límite razonable de prudencia: 39 días consecutivos de ayuno. Ha salido con problemas internos que el médico considera preocupantes. A Pannella no le gusta que se hable de ello ("Soy contrario a la ética del sacrificio, prefiero la retórica de la felicidad"). Pero en vía di Torre Argentina todos saben que pronto tendrá que ingresar en una clínica para ponerse en cura y someterse a algunos análisis.
Aquí, en este polvoriento edificio de via di Torre Argentina, en el segundo piso son ascensor, se halla el cuartel general de los radicales: habitaciones y pasillos repletos de periódicos y carteles, atiborrados de jóvenes militantes, un puerto de mar del que gozan del derecho de asilo todas las causas de las minorías religiosas y culturales, políticas y sociales, la roca fuerte de la no violencia laica que se propone el "largo camino de las instituciones" para intentar resolver sus contradicciones y rescatarlas de sus injusticias. Aquí, las venticuatro horas del día, Marco Pannella inventa temas de lucha, elabora motivos para procurar fastidios a los partidos, elucubra tramas contra quienes detentan el poder político constituido, estudia "agresiones pacíficas" al conformismo intelectual, lanza llamamientos, escribe artículos, plantea campañas polémicas. Aplatanado por tanto ayuno y pachucho de salud, conserva una vitalidad milagrosa. La vitalidad de quien cree en lo que vive, explica con una sonrisa de orej
a a oreja y llena de vitalidad".
"No soy un político"
"Un personaje así, dicen los amigos, si no existiese habría que inventarlo. Los comunistas lo consideran con desconfianza, los católicos lo vigilan con inquietud, los fascistas lo desprecian, los extraparlamentarios de izquierda lo discuten con rabia, los qualunquisti(1) lo tachan de pelmazo, los burgueses biempensantes lo tratan como a un goliardo. Quién es Pannella?.
"No soy un político, me considero un sociólogo de la política". Así pues, sería lícito considerarlo alguien fuera de juego, colocarlo en un papel ambiguo. Cuando, de golpe va y dice: "Siempre ho creído en la política, pero nunca he creído en la cultura". Entonces, a uno le surge la duda de que se trata de un juego paradójico, en el que Pannella intenta llevar a cabo la operación de remozar el lenguaje convencional de los significados más desgastados y abusados. En la cultura peripatética, por ejemplo, se oye pronunciar un acto de fe: "Porque es cultura popular". Es su clavo fijo, el discurso al que recurre en sus ejercicios dialécticos: vivir en la plaza como en el único lugar superviviente de la libertad, otorgar la ciudadanía a todos los hechos del pueblo, ruptura de los esquemas burgueses y leninistas para recuperar el aspecto libertario.
No es fácil seguirle el ritmo, seguir a este intelectual que de la contestación radical hasta los equívocos del sistema hace una razón de vida, una "misión" política dentro del sistema mismo. Parece navegar en un mar de contradicciones y de ingenuidades. Por el contrario, tras el placer agresivo de la provocación, el razonamiento se desarrolla coherente, lúcido, riguroso: "Es necesario el valor de la trivialidad para afirmar una vez más que la clase dirigente ha perdido contacto con el país real. Con todos sus problemas, el país ha distanciado a sus representantes democráticos. Estos ya no son sensibles ante los problemas de la gente. Precisamente, a partir del terreno de los problemas lanzamos nuestro desafío. Debemos buscar a nuestro nuevo interlocutor en el diálogo directo y constante con el pueblo, pasando por encima de las barreras institucionalizadas del profesionismo político y los esquematismos de la contraposición clasista".
Si la vocación jacobino-romántica y el elemento laico-moralista pueden constituir un argumento de discusión interminable para realizar una análisis de la acción política radical en la realidad contemporánea, no debe caber la menor duda con respecto a la coherencia y al compromiso por parte de Pannella para detectar los problemas y plantearlos, a nivel de conciencia nacional. Su nombre está estrechamente relacionado con una serie clamorosa de batallas civiles. Ello explica por qué se identifica con los avatares del partido de Via di Torre Argentina. Es la suerte que corre quien nace líder.
"Cuando sostenemos la exigencia de dedicarse a la política de forma distinta, pensamos en las nuevas técnicas de protesta": la novedad ofrecida al italiano indiferente, como recurrir a las sentadas, por ejemplo. "Los poderos se nos reían en la cara, al principio - recuerda Marco Pannella luego empezaron a reírse amargamente porque la gente llena de curiosidad nos prestaba ayuda". Una ocasión para despertar y estimular la fantasía popular, el descubrimiento de una nueva posibilidad de comunicación. Dice Pannella: "Con la fantasía se pueden obtener en política resultados increíbles". La batalla para el divorcio, añade, debe parte de su éxito inicial al espíritu de las primeras pancartas que paseamos por Piazza Navona en pleno quince de agosto. Acudieron fotógrafos a la caza de imágenes insólitas y los eslóganes divorcistas acabaron en las páginas de todos los periódicos. Si hubiesen querido publicarlas pagando, los radicales no hubiesen podido pues no disponían de medios. El partido cuenta con un presupuesto a
nual de unos treinta millones de liras al año.
Como compensación, tanto el presupuesto como el balance son públicos y especificados con todo detalle.
En estos momentos, los radicales están a favor del referéndum abolitivo, no porque se hayan convertido a la indisolubiliad del matrimonio, en absoluto, no se les pasa ni por la imaginación: "Es que estamos convencidos de que vamos a ganarlo - explica Pannella - basándonos en dos elementos. El divorcio ha entrado a formar parte de la costumbre de los italianos sin haber provocado el cataclismo anunciado por los apocalípticos. El segundo elemento desciende del primero y lo confirma. Un sondeo Doxa atribuye 9 buenos puntos de ventaja al ala antidivorcista. Quieren una confrontación?. Se medirá el nivel de flexión de la influencia clerical en la sociedad italiana".
Los "noes" a la indisolubilidad han estado acompañados del no al recurso represivo del folio obligatorio contra quien llevase el pelo largo hasta el cuello, del no al concordato, del no a las incongruencias de la norma de legislativa sobre el consumo y el uso de sustancias estupefacientes, del no a las limitaciones de la libertad de prensa a través de la obligación del director responsable profesional. Paralelamente tiene lugar la primera protesta de base en el congreso psiquiátrico de Milán (problema de la asistencia a los disminuidos) y a la inauguración del año judicial de Roma (problema del funcionamiento de la justicia). Siete han sido las marchas antimilitaristas que han precedido a los ayunos para la objeción de conciencia".
Un hombre incómodo
"De esta manera, firmando los periódicos no autorizados y perseguidos por las querellas, en las marchas, con los ayunos, participando en los síes y en los noes acusando y protestando, Marco Pannella se ha visto implicado en una serie de procesos penales. También en esto se lleva la palma: 12 absoluciones con fórmula plena, 31 procesos en curso, más una avalancha en movimiento. Un compromiso civil sobre el filo de la navaja, sin una organización política de masas a sus espaldas y sin santos en el paraíso, en un país de listillos y gorrones.
Sin un duro, Pannella vive en el centro más caótico de Roma. Vive de libros y de política. Poco cine, poquísimo teatro. Muchos amigos, muchísimos enemigos. Ninguna perturbación procedente de la condición de imputado-stajanovista. Por la noche, en Roma, es más fácil encontrárselo en las trattorie con menú del día que en los salones mundanos. Cuando cambia la estación, viste de prestado. Tiene pinta de predicador vagabundo. Así es Pannella, un personaje incómodo en la vida pública italiana.
La convicción de que la ideología de los partidos y la ideología del poder están en plena crisis irremediable, irreversible, le hace repetir constantemente: "Hay que salir adelante con proyectos útiles para la interpretación y la resolución e los problemas del pueblo". De esta manera nace la estrategia radical. Antes de recuperarse de los efectos devastadores del último ayuno-récord, Pannella prepara el programa de luchas civiles por desencadenar en la adormecida sociedad italiana. De qué se trata?. "La no violencia debe presionar en el régimen actual sin tregua. Somos un partido con 1400 inscritos pero la fuerza política procede de lo que representamos como movimiento de opinión. Somos capaces e recoger 700 mil firmas ante el notario. A cada uno les haremos firmar más de una petición de referéndum. Antes de 1975 calculamos que podremos obligar al poder a afrontar paralelamente 6-7 referéndums sobre temas vitales para el país. El referéndum es nuestra arma pacífica. Lo utilizaremos de forma sistemática para
cambiarle la cara al sistema. Y si para los italianos no fuese más que una molestia, y si optasen por la vagancia?. "A los italianos no les hemos procurado nunca molestias. Si organizamos una manifestación, desfilamos por las calles para no poner nervioso al tráfico automovilístico. Sin contar con que el pueblo ha logrado movilizarse mucho con respecto a los problemas reales" concluye Marco Pannella".
N.d.T.
(1) QUALUNQUISMO: Movimiento derechista creado en la Italia de la postguerra por el periodista y comediógrafo Guglielmo Giannini (el nombre se lo debe a su órgano de expresión, la revista "L'Uomo Qualunque" cuya traducción no literal sería "el hombre de la calle"). El qualunquismo, al que rápidamente prestaron su apoyo los descontentos, pero moderados, de la clase media, aquellos que habían sido fascistas no por convicción, sino por conformismo, desapareció de la escena política a los pocos años. No obstante, en Italia sigue empleándose la palabra para designar al magma electoral que, en términos más actuales se conoce como la "mayoría silenciosa".