Pier Paolo PasoliniSUMARIO: En la página que "IL MONDO" ofrece cada semana a la Liga Italiana para la Institución del Divorcio (LID), Pier Paolo Pasolini afirma que es posible por vez primera vencer el "nuevo fascismo" representado por la Democracia Cristiana (DC). La ocasión la brinda el referéndum sobre el divorcio y los "ocho referéndums contra el régimen" promovidos por los radicales.
(IL MONDO, 28 de marzo de 1974)
(A lo largo de toda la campaña del referéndum, "Il mondo"(1) le dedicará una página a la Liga Italiana para el Divorcio(2), para evitar - en la medida posible - que se le impida a la LID salir adelante con su batalla. Nos complace hacerlo, aunque las opiniones y los pareceres de la LID no siempre coinciden con los de "IL MONDO").
El Fascismo se mantuvo en el poder veinte años. Hace treinta años que cayó. Por lo tanto debería ser ya olvidado, o por lo menos desteñido, pasado de moda, impopular. Básicamente, es así. Un Fascismo como el del 1922-1944 ya no podría subir al poder en Italia: a no ser que su ilógica ideología se limitase a apuntar hacia el "Orden" como concepto totalmente autónomo, o incluso técnico. Un "Orden" ya no al servicio de "Dios", de la "Patria" y de la "Familia", cosas en las que ya nadie cree, sobre todo porque están indisolublemente vinculadas a la idea de "pobreza" (no digo "injusticia").
El "hedonismo" del poder de la sociedad de consumo ha desacostumbrado de golpe, en ni tan siquiera una década, a los italianos a la resignación, a la idea de sacrificio, etc. Los italianos ya no están dispuestos - de forma radical - a abandonar ese tanto de comodidad y bienestar (por miserable que sea) que de alguna manera han alcanzado. Lo que podría prometer un nuevo Fascismo, debería ser, precisamente, "la comodidad y el bienestar", lo cual es una contradicción de términos.
En realidad, sin embargo ha existido y sigue existiendo en Italia un nuevo Fascismo que basa su poder precisamente en la promesa de la "comodidad y el bienestar". Y es precisamente lo que Marco Pannella(3) llama el nuevo Régimen, un poco echando mano a la imaginación, pero con gran acierto. A pesar de que dicho Régimen haya basado su poder en principios básicamente opuestos a los del Fascismo clásico (renunciando a lo largo de los últimos años incluso a la contribución de la Iglesia, convertida en el espectro de sí misma) puede seguir llamándosele, con todas las de la ley, fascista. Por qué? Pues en primer lugar, porque la organización del Estado, es decir el sub-Estado ha permanecido prácticamente tal cual: es más, a través, por ejemplo, de la intervención de la Mafia. La gravedad de las formas de subgobierno ha aumentado mucho. Este peso arcaico - que el nuevo Régimen tan moderno, tan sin perjuicios, tan cínico, tan ágil - arrastra a sus espaldas, impotente para librarse de él, hace que sea perfectamente
lógica e histórica la presencia de hombres en el poder como Fanfani(4), por ejemplo. En él, el viejo (legalitarismo, clericalismo y cohecho) puede convivir pacíficamente con el nuevo (producción de lo superfluo, hedonismo, desarrollo cínico e indiscriminado). Pues dicha convivencia es un dato objetivo de la nación italiana. La continuidad entre las dos décadas fascistas y las tres décadas democristianas halla sus cimientos en el caos moral y económico, en el qualunquismo(5) como inmadurez política y en la marginación de Italia de los lugares por donde pasa la historia. Lo que ha diferenciado, formalmente, a los antiguos patrones fascistas de los nuevos patrones democristianos (que de cristiano no tienen nada de nada; se han quitado cínicamente la máscara) es el ejercicio del poder. Las dos décadas fascistas han sido una dictadura, las tres décadas democristianas han sido un régimen policíaco parlamentario. El parlamentarismo es un lujo que les ha sido permitido a los nuevos patrones («antifascistas!) por la
presencia de la Iglesia. La grandiosa mayoría que la DC ha obtenido siempre en las elecciones de las tres décadas, gracias a las masas electorales católicas subyugadas por los curas, les ha permitido esa apariencia de democracia, deshonestamente usada como prueba de disociación con el fascismo. A lo largo de los últimos treinta años, la Dc ha sufrido en las elecciones alguna que otra flexión y algún que otro bochorno: nunca una derrota.
Hoy, por vez primera, se delinea para la DC la posibilidad de una derrota: las masas de consumidores que se le han escapado de las manos, formándose una nueva mentalidad "moderna" y el desmoronamiento de la organización eclesiástica y su prestigio exponen a la DC a aquella derrota que le obligará a quitarse la máscara de la democracia, y la colocará ante una única alternativa: la de recurrir a los mismos instrumentos de poder del fascismo clásico. Lo cual - creo - es históricamente irrealizable. La amenaza para Italia consiste en todo caso en un golpe de Estado perecido al etíope ( o portugués?), en el que el ejército se ubica al margen - creo - del viejo universo ideológico fascista. De hecho podría basarse únicamente en el "eslógan" del "orden". Pero un "orden" mantenido como protección no ya de un estado de miseria y de injusticia (como el fascismo y la DC de los Años Cincuenta), sino como protección del "desarrollo", tal y como desean los industriales.
Por todas estas consideraciones, yo estoy a favor de una confrontación directa, que conduzca a la DC a la primera derrota. Por lo tanto, no sólo no temo el "referéndum", sino que estoy a favor del gran desafío lanzado por los radicales de los "ocho referéndums". A parte, naturalmente, de otras dos consideraciones que de por sí serían más que suficientes para adoptar una posición semejante: 1) las aboliciones solicitadas por los "ocho referéndums" son sagradas, son lo mínimo que se puede hacer para emprender un camino "real" de democratización de la vida pública (yo, personalmente, tengo alguna que otra duda sólo a propósito del aborto); 2) no hay que temer nunca, en ningún caso, la inmadurez de los electores, éso es brutalmente paternalista. Es el mismo razonamiento de los censores o los magistrados cuando consideran al público "inmaduro" para ver ciertas obras.
N.d.T.
(1)
IL MONDO . Publicación semanal de política y cultura, fundado en Roma en 1949 por Mario Pannunzio. Durante diecisiete años fue expresión y símbolo de la mejor tradición laica, liberal, radical y democrática italiana. Gran parte de sus periodistas participaron en la fundación del Partido radical. Interrumpió sus publicaciones en 1966, y las reanudó de la mano de Arrigo Benedetti en 1969. Posteriormente se transformó en una publicación semanal de carácter económico.
(2) L.I.D. Siglas de la Liga Italiana para el Divorcio. Fundada en 1965 por Marco Pannella, Mauro Mellini, Loris Fortuna (diputado socialista) y Antonio Baslini (diputado liberal) organizó a las fuerzas que apoyaban la introducción de la ley presentada por los dos parlamentarios, sobre todo basándose en las energías de los separados y de todos aquellos que necesitaban resolver sus problemas familiares. Desempeñó un papel determinante en la movilización de los divorciados y de los militantes que permitieron que se introdujese dicha ley en Italia. Fue el primer ejemplo, en Italia, de organismo nacido en torno a los temas de los derechos civiles. Federada al P. radical.
(3) PANNELLA MARCO . Giacinto Pannella, conocido como Marco. (Téramo 1930). Actualmente Presidente del Consejo Federal del Partido radical, del que fue uno de sus fundadores. A los veinte años fue representante nacional universitario del Partido liberal, a los veintidós Presidente de la UGI, la unión de los estudiantes universitarios italianos. A los 24 frecuenta, en el ámbito del movimiento estudiantil y del Partido liberal, la fundación del nuevo partido radical, que nació en 1954, en el que confluyeron prestigiosos hombres del mundo de la cultura y grupos políticos democráticos minoritarios. Activo en el partido salvo un paréntesis (1960-1963) en el que trabajó como corresponsal de "Il Giorno" en París, en donde entró en contacto con la resistencia argelina. A su regreso a Italia se compromete a reconstruir el Partido radical, liquidado por su misma clase dirigente para el adviento del centro-izquierda. Bajo su indiscutible liderazgo, el partido llegó a promover (y vencer) importantes batallas en pro de l
os derechos civiles, introduciendo en Italia el divorcio, la objeción de conciencia, el voto a los dieciocho años, importantes reformas del derecho de familia, etc. Luchó por la abolición del Concordato entre la Iglesia y el Estado. Fue arrestado en Sofía en 1968 mientras manifestaba en defensa de la Checoslovaquia invadida por Stalin. Abrió el partido a las recién nacidas organizaciones homosexuales (FUORI), promovió la formación de los primeros grupos verdes y ecologistas. El nuevo Partido radical organizó, durante años, difíciles campañas proponiendo numerosos referéndums (unos veinte, aproximadamente, en total) para la moralización del país y de la política, contra la financiación pública de los partidos, contra las centrales nucleares, etc. pero en particular para llevar a cabo una profunda renovación de la administración de la justicia. A causa e estas batallas, todas ellas llevadas a cabo con métodos estrictamente no violentos de inspiración gandhiana - su Gandhi no es un místico ni un ideólogo sino m
ás bien un político, riguroso y al mismo tiempo flexible - ha sufrido procesos que en la mayor parte de los casos ha vencido. Desde 1976, cuando por vez primera se presentó, ha salido elegido siempre diputado, dos veces en el Senado, dos en el Parlamento europeo. En repetidas ocasiones candidato y electo concejal municipal en Roma, Nápoles, Trieste y Catania en donde ha llevado a cabo batallas e iniciativas ejemplares y demostrativas. Ha recurrido al arma del ayuno siempre que ha sido necesario, no sólo en Italia sino en Europa, en particular a lo largo de la gran campaña contra el exterminio causado por el hambre en el mundo para la que movilizó a unos cien Premios Nobel y exponentes del mundo de la ciencia y de la cultura para obtener un cambio radical en la orientación de la gestión de los fondos destinados a los países en vías e desarrollo. El 30 de septiembre de 1981, obtuvo en el PE que se votase sobre una resolución en dicho sentido, y tras ella leyes análogas en el Parlamento italiano y en el belga.
En enero de 1987 se presentó candidato a la Presidencia del parlamento europeo, obteniendo 61 votos. Actualmente, mientras el Partido radical ha asumido el compromiso de no presentarse a las elecciones nacionales, se mueve hacia la creación de un partido "transnacional" y "transpartídico", en la óptica del desarrollo federal de los Estados Unidos de Europa y de la promoción de los derechos civiles en el mundo.
(4) FANFANI AMINITORE . (Arezzo 1908). Político italiano, profesor de historia económica, personalidad eminente de la democracia cristiana, de la que fue secretario desde 1954 hasta 1959 y posteriormente desde 1973 gasta 1975 otorgándole un fuerte carácter corporativo con la utilización de la industria pública como punto del desarrollo económico. Jefe de gobierno (1958-59; 1960-62; 1962-63; 1982-83), en repetidas ocasiones ministro de asuntos exteriores (1964-65; 1965-68), presidente del Senado (1968-73; 76-82).
(5) QUALUNQUISMO . Movimiento político creado en la Italia de la postguerra por el periodista y comediógrafo Guglielmo Giannini (el nombre se lo debe a su órgano de expresión, la revista "L'Uomo Qualunque" cuya traducción no literal sería "el hombre de la calle"). El qualunquismo, al que rápidamente prestaron su apoyo los descontentos, pero moderados, de la clase media, aquellos que habían sido fascistas no por convicción, sino por conformismo, desapareció de la escena política a los pocos años. No obstante, en Italia sigue empleándose la palabra para designar al magma electoral que, en términos más actuales se conoce como la "mayoría silenciosa".