Marco PannellaSUMARIO: Marco Pannella es acusado con motivo de la publicación de un manifiesto antimilitarista en "Noticias Radicales". A continuación, reproducimos la carta enviada a los jueces del Tribunal de lo penal de Roma en la que Pannella denuncia las violaciones de la ley formal perpetradas en perjuicio suyo y anuncia que no va a comparecer en el proceso.
(Carta al III tribunal de lo Penal de Roma - Mayo de 1974 del libro "Marco Pannella - Escritos y discursos - 1959-1980", editorial Gammalibri, enero de 1982)
Señores del tribunal:
me niego a comparecer una vez más ante ustedes para no convertirme en cómplice de un acto de violencia de las instituciones contra los derechos de los ciudadanos e incluso contra la mismísima legalidad a menudo fascista que se os pide cumpláis.
En estas circunstancias, no pueden juzgarme ustedes. Se ha usado de forma arbitraria e ilegítima, o en cualquier caso al margen de lo que prescribe el Código de proceso penal, de un rito sumarial para tomarse la justicia por su mano. Por los mismos hechos se ha ejercido contra mi persona la acción penal omitida para con otros, con los que de forma clara y manifiesta los había realizado, en el ámbito de las luchas en pro de los derechos civiles y para la defensa de la legalidad constitucional. Se ha hecho de manera que ustedes tuviesen que juzgar, e instruir en sede de debate el proceso, al margen de las garantías que, incluso como tutela de la función que ejercen ustedes, prescribe la ley. Se ha procedido incluso contra la repartición de un manifiesto antimilitarista en un periódico de partido enviado a los inscritos y simpatizantes o confiado a la difusión militante, cuando por el contrario se considera legítima y caracterizada por el ejercicio del derecho de información la misma publicación, efectuada con
tirada superior por parte de una conocidísima revista semanal de extrema derecha, de venta en los kioscos de todo el territorio nacional.
El Partido radical, su dirección nacional, sus exponentes acreditados, habían solicitado claramente en el número del periódico del que es objeto este proceso, una confrontación judiciaria para zanjar una situación de grave, reincidente y compleja ilegitimidad constitucional, para interrumpirla a través de un juicio, para que la juzgasen ustedes, en vísperas de la "truffaldina"(1) campaña electoral de 1972. El régimen se hubiese hallado entre la espada y la pared. De hecho, según los dictámenes de la ley, hubieseis debido juzgarnos antes del 7 de mayo de dicho año. La Audiencia Provincial de Roma me ha citado, por el contrario, la víspera de la campaña electoral para el referéndum, que debía afrontar como secretario nacional de la mayor organización laica y divorcista comprometida en esta dura batalla: la Liga italiana para el divorcio (LID).
Adoptado el proceso, he ignorado durante dos años ser objeto de una acción penal que no podía, por su misma naturaleza, no acabar en un envío a juicio. De esta manera ha sido posible intentar hacerme responder por hechos cometidos hace dos años, sin que yo supiese nada de ello durante este tiempo. No se me ha avisado del delito. Del 209 de marzo en adelante, he publicado cientos de números de periódico, de boletines. Con estos métodos podría, sin saberlo, tener cientos de procesos en curso. Debería, por cada publicación, cada día, contar con una documentación férrea. Es grotesco. El mismo presidente del Tribunal ha querido, en la audiencia anterior, declarar que según su parecer, este proceso, aún cuando se siguiese respetando la ley, (caso que no se da, desde luego), debería ser abolido.
Así pues, acuso a la Audiencia provincial de Roma de haber adoptado una actitud abiertamente persecutoria y política. Si por incapacidad, desventura o duelo, no me interesa aclararlo. Existen demasiados "sumarios Valpreda"(2), cada día, en curso, en nuestra ciudad para poder seguir guardando silencio y sufriendo.
Creo en el Estado de derecho republicano. La fuerza de las instituciones cuando no está regida por el más riguroso respeto de su legalidad, no es más que violencia, la peor de las violencias. El fascismo no es más que violencia pública institucionalizada. Como demócrata y no violento no tengo más que un arma: la de la no colaboración, que uso en casos como éste, por mi cuenta y peligro, obviamente. Pero armados de no violencia se pueden vencer muchas luchas, cuando la gente de un país es cívica aunque su clase dirigente sea corrupta.
Mis defensores, los abogados De Cataldo y Mellini, compañeros y amigos de toda la vida y de cada día, me indujeron a confiar en ustedes, a pesar de que yo considerase haber sido perjudicado irremediablemente en mis derechos de defensa. Consciente del privilegio de que me aconsejasen, les hice caso y comparecí ante ustedes en la audiencia anterior.
Pero ustedes rechazaron, con una orden que ya parecía contener en sus motivos la sentencia de condena, no solo toda posibilidad de prueba en mi defensa, sino la posibilidad misma de devolverles a su memoria y a su conciencia todos aquellos datos que no pueden ustedes ignorar si desean juzgarme "como si" el proceso se celebrase y se concluyese antes de los treinta días de la denuncia de los hechos de la acusación, "como si" su juicio tuviese lugar en el contexto del que se les ha privado y que era y es necesario conocer.
Mientras confirmen esta actitud y estas opiniones, será imposible ir "en pos de la verdad", tras haber sido perjudicada la misma desde un primer momento. Así pues, voy a ir al aula, pero en calidad de ciudadano que tiene el derecho a asistir a la manera que tienen ustedes de hacer justicia, pero desde luego, no en calidad de acusado.
Por consiguiente, les informo que no voy a pronunciar llamamiento contra la causa de su sentencia. Sea la que fuere, de condena o de absolución, desde el punto de vista moral, este proceso ya no atañe más que a vosotros. Añado que no estoy dispuesto a consentir conciencias tranquilas a buen precio. Desde hace años se me está mandando a juicio con acusaciones absurdas, con riesgos teóricos o condenas elevadísimas, para posteriormente contrabandear condenas de "buena voluntad" como prueba de equidad. Este es el juego escogido para meter entre rejas a un opositor incómodo.
El expediente de una condena mínima con el beneficio de la libertad condicional ni podrá ser usado. Puesto que les declaro pública y formalmente desde ahora no considerar delitos sino imprescindibles deberes cívicos, los hechos de los que se me acusa, tanto si los he cometido como si la responsabilidad recae sobre otros, y seguiré cumpliéndolos puesto que son necesarios para acabar con la violencia anticonstitucional de este régimen, que se va agravando progresivamente desde el 72 hasta nuestros días.
Llegados a este punto, sería lógico que revocase a mis defensores, pero todavía conservo un hilillo de esperanza en que este proceso, gracias a sus excepcionales capacidades, en su esfuerzo por ir siempre en pos de la verdad, se convierta en lo que debería ser: un proceso a la acusación pública. Así pues, confirmo el nombramiento del abogado Franco De Cataldo y ratifico la del abogado Mauro Mellini; revisaré esta decisión si es necesario.
Como militante radical y demócrata, aprovecho este proceso para intentar atacar a las leyes fascistas que se han usado de forma masiva. Para la conciencia democrática, para la ley suprema de la República, son de hecho teóricamente abolidas. Luchamos para que lo sean en la práctica, para que no existan más posibilidades y justificaciones técnicas por procesos como este.
Y confiando en que, al menos en esto, Señores de la Corte, haya acuerdo, aprovecho la ocasión para volverles a invitar - si lo consideran oportuno - para que se lleguen hasta la cancillería del tribunal para entregar sus firmas para la petición de ocho referéndums populares abolitivos de estas y otras normas antidemocráticas y anticonstitucionales promovidos por el Partido radical y por la Liga Italiana para el Divorcio. Precisamente por aquellas organizaciones laicas y progresistas que a través de ustedes se intentan, aquí y ahora, "abolir" porque han impedido, a lo largo de los últimos años, y el 13 y 13 de mayo, la abolición de la severa y cívica ley que instituye el divorcio.
Atentamente.
N.d.T.
(1) TRUFFALDINA: personaje de la antigua comedia italiana, por extensión embrollo.
(2) VALPREDA: anarquista acusado del siniestro de la Banca de la Agricultura de Milán.