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Pasolini Pier Paolo - 26 giugno 1974
»BORRAR A PASOLINI?
Pier Paolo Pasolini

SUMARIO: Marco Pannella está en huelga de hambre. Sus reivindicaciones son: - que la Radio Televisión Italiana (RAI-Tv) dedique una transmisión de 15 minutos a la Liga Italiana para el Divorcio (LID) y otra a Dom Franzoni; - que el Pr sea recibido por el presidente de la República italiana, Giovanni Leone; - que el Parlamento italiano garantice los tiempos reglamentarios de discusión del proyecto de ley sobre el aborto y sobre el voto a los mayores de dieciocho años; - que los propietarios de el periódico "Il Messaggero" garanticen el respeto de la línea democrática y laica adoptada por la redacción. Rasga el telón de silencio sobre la iniciativa radical Pier Paolo Pasolini con un artículo publicado por "Il Corriere della Sera" como "tribuna abierta" [texto nº 1356]. Contestan a Pasolini, a través de "Il Corriere della Sera", Maurizio Ferrara [texto nº 1607 , Adolfo Battaglia [texto nº 3455] y Giovanni Spadolini [texto nº 3453] a los que replica con este artículo.

(CORRIERE DELLA SERA, 26 de junio de 1974)

Al leer la respuesta »oficial de Maurizio Ferrara(1) a mi intervención sobre Pannella, me he desanimado muchísimo. Vamos, que era verdad. Toda la polémica de Ferrara, en nombre del Partido Comunista Italiano (PCI) contra mi persona, se basaba nada más ni nada menos que en la extrapolación de una frase de mi texto (»Corriere della Sera , 10 de junio de 1974), frase interpretada al pie de la letra y simplificada de forma infantil. Dicha frase es: »La victoria del "no" es en realidad una derrota... Pero, en cierto sentido, también de Berlinguer(2) y del Partido Comunista . Ahora bien, hasta un niño hubiese entendido la »relatividad de dicha afirmación que estriba en que mientras que la palabra »derrota referida a la Democracia Cristiana (DC) y al Vaticano, cobra todo su significado literal y objetivo, la misma palabra referida al PCI, tiene un significado infinitamente más sutil y articulado. Hasta un niño hubiese entendido lo que hay de paradójico en la identificación de dos derrotas en realidad tan sustanc

ialmente distintas. Sin embargo, cabe destacar que la del PCI es en cualquier caso una »derrota , lo cual no debía ser dicho. Y si alguien lo hubiese dicho, no hubiese debido ser escuchado de ninguna manera. Hubiese debido - tal y como dice Pannella - ser borrado.

Quien sintiese la necesidad primaria de »borrarme - eliminando de un plumazo toda posible realidad, incluso figurada, la palabra »derrota referida al PCI (ingrato peso confiado a Mauricio Ferrara) - a priori se negaba a comprender cualquier otra cosa que yo dijese. Pues, tal y como saben los abogados, hay que desacreditar sin piedad alguna a la persona del testigo para desacreditar así su testimonio.

Explicada la increíble incapacidad de Maurizio Ferrara para comprender mis argumentos, incapacidad que no se debe ni mucho menos a que sea basto, ni a que esté desinformado, ni a que sea corto de entendimiento, razones que podría suponer un lector pérfido o exasperado.

Al margen de que sobre el famoso punto (»la derrota ), en el que Ferrara usa argumentos perfectamente aceptables (la presencia imponente y decisiva del PCI, etc.) pero igualmente desfasados, precisamente porque personalmente los considero tan aceptables que no pueden rebatirse sin ofender la inteligencia del lector - todo lo demás que he dicho en mis »demenciales intervenciones ha sufrido en la interpretación de Ferrara una deformación caricaturesca, a parte de achicarla de forma desleal. Nos hallamos, llamémoslo con su nombre, ante una operación de linchamiento. Pues linchar a una persona es lo que se hace cuando se dice que tacha de »vulgares a ocho o nueve millones de comunistas, mientras que lo que definía como »vulgar era la política oficial de las oligarquías dirigentes. Se lincha a una persona cuando se le atribuye la afirmación de que la DC y el PCI son »iguales en el poder resumiendo de forma mezquina un concepto mucho más complicado y dramático. Se lincha a una persona cuando se le atribuye la

afirmación de que »Fumagalli tiene derecho de acceso a la Tv cuando dicha afirmación (que no concernía el »acceso a la Tv sino, en sentido infinitamente más liberal, se refería a los »derechos civiles ) contenida en el razonamiento - que yo reproducía - de otra persona (en este caso Pannella, que, sin embargo, hablaba en clave paradójica, en línea de principio). Se está linchando a una persona cuando se toma un concepto, se adapta tal y como a uno se le antoja, y se convierte acusatoriamente en fácil objetivo de desprecio o de la hilaridad pública: que es lo que hace Ferrara a propósito de mis ideas, que desde luego no son nuevas, pero sí dramáticas, sobre lo que es hoy en día el fascismo y antifascismo, confrontados con la masiva, impenetrable, inmensa ideología de consumo, que es la »inconsciente pero real ideología de la masa, aunque los valores se vivan sólo a nivel existencial.

Pero tal vez aquí Ferrara no haya entendido, en el sentido mental de la palabra, el problema. De la misma manera que no ha entendido el sentido de mi discurrir sobre la »culturización homologadora (de la que hablaba refiriéndome única y exclusivamente a los jóvenes, y a las culturas »particulares y reales del país). Estas cosas de no entenderse parecen estupideces. De manera que yo tengo que sentirme como si estuviese tomando el pelo debido a ideas nacidas única y exclusivamente en la mente de quién me toma el pelo (en calidad de hombre de poder - esto es lo grave - en calidad de persona que representa a ocho o nueve millones de electores).

Lo que por el contrario quisiera saber de Maurizio Ferrara, sin reservas mentales y sin maldades polémicas, es por qué los comunistas »consideran erróneo - tal y como lacónicamente anuncia Ferrara, casi como si se tratase de la opinión del papa - la petición de los ocho referéndums.

Todo lo que he dicho sobre la ideología »inconsciente y real del hedonismo de consumo con sus efectos de nivelación de todas las masas en el comportamiento y en el lenguaje físico por lo que las decisiones políticas de la conciencia ya no corresponden a las decisiones existenciales -, todo lo que he dicho sobre la violenta, represiva, terrible culturización de los centros del poder y la consiguiente desaparición de las viejas culturas particulares y reales (con sus valores) - ya había sido dicho, y para más inri (lo cual es realmente reconfortante) también »denominado ? Se han celebrado convenios internacionales de sociólogos para analizar estos problemas? Es cuanto opone amablemente Ferrarotti ( (»Paese Sera , 15 de julio de 1974) para condenarme a su vez al silencio y a la inexistencia. Pero, precisamente los nombres, precisamente los nombres que tanto y tan agradablemente le parecen exhaustivos a Ferrarotti, precisamente los nombres (»melting pot !), y precisamente las instancias internacionales en don

de dichos nombres se pronuncian, demuestran que el problema »italiano no ha sido afrontado ni de lejos. Y es lo que yo afronto. Porque lo vivo. Y no juego con un pie aquí y otro allá (la vida y la sociología) porque de ser así mi ignorancia sociológica no poseería ese »candor cautivador del que habla Ferrarotti.

Pues bien, considero poder afirmar razonablemente (al igual que los sociólogos anglosajones) que el problema italiano no tiene equivalentes en el resto del mundo capitalista. Ningún país ha poseído como el nuestro una cantidad semejante de culturas »particulares y reales , una cantidad semejante de »pequeñas patrias , una cantidad semejante de mundos dialectales. Ningún país, repito, en el que se haya producido un »desarrollo tan devastante. En los demás países ya se habían producido anteriormente imponentes »culturizaciones , de las que la última y definitiva, la del consumo, se superpone con una cierta lógica. Incluso en Estados Unidos están culturalmente compuestos a lo grande (subproletarios concentrados procedentes del mundo entero), pero en sentido vertical, y, por así decirlo, molecular. No en el sentido tan perfectamente geopolítico como en Italia. Por lo tanto del problema italiano no se ha hablado nunca. Y si se ha hablado de él, no nos hemos enterado. El feliz nominalismo de los sociólogos parece

agotarse dentro de su círculo. Yo vivo en las cosas, e invento como puedo la manera de nombrarlas. Desde luego si intento »describir el aspecto terrible de una nueva generación al completo, que ha sufrido todos los desequilibrios posibles debido a un desarrollo estúpido y atroz, e intento »describirlo en »este joven , en »este obrero , no se me entiende: pues al sociólogo y al político de profesión no le importa nada personalmente »este joven , »este obrero . En cambio, a mí, personalmente, es lo único que me importa.

Incluso algún joven »extremista de izquierdas ha entendido mal mis palabras (he recibido cartas, muy apreciadas, desde Milán, Bérgamo). Pero que quede claro. Yo he condenado la identificación de los extremismos opuestos tras el 13 de diciembre de 1969(3). Y al pronunciar el nombre de Saragat(4), inaugurador oficial de dicha identificación, he hecho de su condena algo solemne (en la poesía Patmos, escrita precisamente al día siguiente del atentado de Milán y publicada por »Nuovi Argomenti , nº 16 de octubre-diciembre de 1969). No son los antifascistas ni los fascistas extremistas los que se identifican. Entre otras cosas, los pocos miles de jóvenes extremistas fascistas son en realidad fuerzas estatales: lo he dicho ya varias veces, y muy claramente.

La más desagradable de las intervenciones que han acarreado confusión, destrozándola, en una discusión que podía ser útil a todo el mundo, es la de Giorgio Bocca(5). Mi amigo ha hecho, él también, ilaciones personales, reconstruyendo a su antojo, al estilo abogadil, un episodio de mi biografía. Si una muchedumbre de estudiantes, tal y como dice en una reseña inexacta y por lo tanto desleal, me agredió en 1968, hubiese debido coger papel y lápiz y defenderme impávidamente, puesto que precisamente él en ese periodo había escrito, a propósito de los intelectuales, que yo «»era el mejor de todos ! «Qué fácilmente ha cambiado de opinión nuestro amigo! Le ha bastado que el índice de popularidad, por lo visto, se hubiese puesto contra mí. La lógica de Bocca se basa además en un buen sentido pragmático muy sospechoso. Por lo visto, mientras yo charlo, el se arremanga y trabaja. De una forma tan basta que podría ser comprensible o explicable en Ferrara, pero no en él, por ningún motivo, Bocca se ha tomado al pie de l

a letra - tal vez a través de una reseña oral de lo más simplificada de algún que otro colega (pues no me parece posible que haya leído lo que yo escribo) - la identificación entre fascistas y antifascistas (en el sentido anteriormente mencionado) y la calificación de fascista del nuevo poder nominalmente antifascista. Bocca ha adaptado estos conceptos convirtiéndolos en objetivo blasfemo, y él también se ha dedicado al linchamiento. Yo grito como ágila solitaria y mientras tanto él humilde e indefenso trabaja. Trabaja, actualmente, en un »reportaje sobre el fascismo. »Reportaje que yo defino deberes mal hechos y aburridos. Ahora añado, mal hecho, aburrido y además copiado. De hecho, en el mismo número de »Il Giorno (7 de julio de 1974) en el que me ataca, se halla el segundo capítulo de dicho »reportaje que ha sido copiado casi todo de Valpreda(6) más cuatro elaborados por la »Magistratura democrática con presentación de Giuseppe Branca (edit. Nuova Italia), naturalmente no citado. Todo celo esconde po

r lo general algo poco hermoso: incluso el celo antifascista. Si Ferrara y bocca han comprendido »mal lo que he escrito - adaptándolo y cambiándolo a través de una horrible simplificación - Prezzolini ha comprendido exactamente lo contrario. El escándalo de Pannella consiste en luchar en nombre de todas las minorías, no sólo Dom Franzoni(7), sino también los mahometanos, budistas, tal vez fascistas y tal vez los mismísimos adversarios del momento (Prezzolini inclusive). Por lo tanto Prezzolini desafía con baja ironía a Pannella a hacer algo que de hecho Pannella hace, a partir de un principio supremamente formal de democracia que Prezzolini no es capaz de comprender. De la misma manera que no ha comprendido que el país en el que ha vivido durante treinta y dos años no es el reino de la democracia, sino del pragmatismo. En nombre de dicho pragmatismo Prezzolini (con gran satisfacción por mi parte, es una némesis) apoya a Bocca.

Ultimo (por el momento) el republicano Adolfo Battaglia, que me tacha de »bufón sólo porque soy un intelectual-literato. No sé si la cosa es de derivación "scelbiana"(8) (»cultura de pacotilla ) o sociológica (Schumpeter, Kernhauser, Mannheim, Hoffer, von Mises, De Juvenel, Shils, Veblen, etc...) Sin embargo, cabe suponer que se trata del clásico moralismo a la italiana, gracias al cual automáticamente el »bufón se convierte en »chivo expiatorio , restableciendo de esta manera (oh, por supuesto involuntariamente) la verdad.

Pido disculpas al lector por haberlo arrastrado por este laberinto de »conciencias infelices , en esta fragmentación de un razonar que hubiese podido ser civil y profundo.

N.d.T.

(1) FERRARA MAURIZIO . (Roma 1921). Hermano de Giovanni, exponente del Partido Comunista Italiano (PCI), diputado. Escribió una biografía elogiativa de Palmiro Togliatti.

(2) BERLINGUER ENRICO . (Sassari 1922 - Padua, 1984). Político italiano. Diputado desde 1968, secretario general del Partido comunista italiano (PCI) desde 1979 hasta su muerte, tras la crisis y el asesinato de Allende forjó el "compromiso histórico", que produjo desde 1976 hasta 1979 la llamada "mayoría de la no-desconfianza", máxima realización de la estrategia togliattiana para un acuerdo orgánico con la Democracia Cristiana. Su proyecto de dar vida al que se ha dado en llamar "Eurocomunismo", es un intento de proyectar en occidente un reformismo que no renegase del todo la experiencia comunista.

(3) 12 diciembre 1969, día en que se produjo el atentado de Piazza Fontana, "Banco dell'Agricoltura di Milano".

(4) SARAGAT GIUSEPPE . (Turín 1898- Roma 1988). Socialista, exiliado en Austria bajo el fascismo. Ministro del primer gabinete Bonomi (1944), presidente de la Asamblea Constituyente (1946). Líder de la escisión del ala derecha del Partido socialista Italiano, constituyó el PSL (Partido Socialista de los Trabajadores) Italiano en 1947 y posteriormente el PSDI (Partido Socialista democrático Italiano). Vicepresidente del Consejo (1947-50; 1954-57). Presidente de la república (1964-71).

(5) BOCCA GIORGIO . (Cúneo 1920). Periodista italiano, colaborador de "La Repubblica", autor de libros y biografías, entre las que figura la de Palmiro Togliatti.

(6) VALPREDA PIETRO . (1933) Bailarín italiano, anarquista acusado junto a sus compañeros del atentado terrorista a "Banca della Agricoltura" de Milán, en 1969, atentado que provocó 17 muertos. Procesado, fue declarado inocente.

(7) FRANZONI GIOVANNI . Ex-abad de la basílica de San Pablo extramuros, participó en el compromiso de renovación eclesiástica tras el Concilio Vaticano II. Se salió de la orden y se sumó al Partido comunista.

(8) SCELBIANA, de SCELBA . Nombre de un ministro que dio nombre a una ley que prohibe que el partido fascista se vuelva a formar.

 
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