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Pasolini Pier Paolo - 16 luglio 1974
LA VIOLENCIA DEL ANTIFASCISMO
Pier Paolo Pasolini

SUMARIO: Pasolini es el único que escribe un artículo de análisis sobre el ayuno que Marco Pannella está llevando a cabo desde hace más de 70 días (objetivos: derecho de acceso de la LID a la Tv en el debate sobre el referéndum sobre el divorcio; audiencia del Presidente de la República Leone; discusión en la Cámara de la propuesta de despenalización del aborto; garantías sobre la línea laica de "Il Messaggero"), Pier Paolo Pasolini afirma que la base de toda iniciativa radical es el respeto sagrado por la persona y el rechazo de toda forma de poder. He ahí el aspecto escandaloso de la praxis política radical que halla en la violencia su expresión más coherente. Pero más allá de un aparente frivolidad verbal, existe una praxis de absoluto realismo. Lo demuestra el desafío de los ocho refréndums propuestos por el Pr.

("Corriere della Sera" 6/7/1974)

Marco Pannella lleva más de setenta días de ayuno: ha llegado al límite; los médicos empiezan a estar muy preocupados y, más todavía, asustados. Por otra parte no se divisa la mínima posibilidad objetiva de que algo nuevo intervenga para consentir a Pannella que interrumpa este su ayuno que en estos momentos puede convertirse en mortal (cabe añadir que otros cuarenta compañeros suyos se han ido sumando a su ayuno). Ninguno de los representantes del poder parlamentario (tanto del gobierno como de la oposición) parece, ni tan siquiera mínimamente, dispuesto a "comprometerse" con Pannella y sus compañeros. La vulgaridad del realismo político parece no poder hallar ningún punto de conexión con el candor de Pannella, y por lo tanto la posibilidad de exorcizar y englobar el escándalo. El desprecio teológico lo rodea. Por una parte, Berlinguer(1) y el Comité central del Partido Comunista Italiano; y por otra, los viejos poderosos democristianos. En lo que al Vaticano se refiere, ya hace mucho que a los católicos se

les ha olvidado ser cristianos.

Todo ello no causa estupor, y ahora veremos por qué. Los que recogen el mensaje de Pannella son los reacios, escépticos y vilmente evasivos, incluso los "menores" (es decir aquellos que tienen "menor poder". Por ejemplo: los llamados "católicos del no"; o bien los progresistas más libres (que intervienen para apoyar a Pannella sólo en calidad de "particulares", pero no como representantes de partidos o grupos).

Ahora, te maravillarás profundamente, lector, al conocer las razones iniciales por las que Pannella y otras muchas personas se han visto obligados a adoptar este arma extrema del ayuno, en semejante estado de desinterés, de abandono y de desprecio. Nadie, de hecho, "te ha informado", desde el principio, con un mínimo de claridad y en el momento adecuado, sobre dichas razones. Y, desde luego, considerando la situación que te he delineado, te imaginarás quién sabe qué escandalosas enormidades. En cambio, ahí tienes: "1) la garantía de que la Rai-Tv le concediese un cuarto de hora de transmisión a la Lid y a Dom Franzoni(3); 2) la garantía de que el presidente de la República concediese una audiencia pública a los representantes de la Lid y del Partido radical, que la habían solicitado desde hace más de un mes inútilmente; 3) la garantía de que la Comisión de Sanidad de la Cámara tomase en consideración la propuesta de ley socialista sobre la legalización del aborto; 4) la garantía de que la propiedad del "Mess

aggero"(4) asegurase no una fidelidad genérica a los principios laicos del periódico, sino la información laica y en particular el derecho a la información de las minorías laicas".

Como puedes comprobar, se trata de pedir que se cumplan una serie de garantías de lo más normales para una vida democrática. Su "pureza" de principio no excluye esta vez su perfecta factibilidad. Vista, repito, la ausencia total de información en la que "toda" la prensa te ha dejado a propósito de Pannella y de su movimiento, no cabría maravillarse si tui creyeses que este Pannella es un monstruo. Pongamos una especie de Fumagalli, cuyas peticiones no se deben "en cualquier caso" y "a priori" tomar en consideración.

Pues bien, para empezar, te diré que según el principio democrático que Pannella no niega nunca, el mismísimo Fumagalli que he nombrado "pour cause", tendría el derecho de ser tomado en consideración en el caso de que presentase peticiones de tipo "formal" como las presentadas por los radicales. El respeto por la persona - por su configuración profunda como sentimiento de libertad, cuya formalidad se entienda como algo fundamental, permite articularse y manifestarse a un nivel, por decirlo de alguna manera "convertido en sacro" por una religión laica, con respecto a las más degradadas ideas políticas concretas - es para Pannella el "primum" de toda teoría y de toda praxis política. En ello consiste su ser escándalo.

Un escándalo no integrable, precisamente porque su principio, aunque sea en términos esquemáticos y populares, está afirmado por la Constitución. Este principio político absolutamente democrático es actualizado por Pannella a través de la ideología de la no violencia. Pero lo que más cuenta no es la no violencia física (esa puede ser incluso cuestionada); la que cuenta es la no violencia moral, es decir la total, absoluta e inderrogable ausencia de todo moralismo. ("Sostenemos que la moralidad depende del cristal con el que se mire"). Dicha forma de no violencia (que se repudia a sí misma como moralista) es la que conduce a Pannella y a los radicales al otro escándalo: el rechazo absoluto de toda forma de poder y la consiguiente condena ("no creo en el poder, y rechazo incluso la fantasía si amenaza con ocuparlo"). Fruto de la absoluta y casi ascética pureza de estos principios, que se podrían definir "metapolíticos", es una extraordinaria limpidez de la mirada puesta en las cosas y en los hechos: no encuent

ra ni la oscuridad involuntaria de los prejuicios ni la querida por los compromisos.

Todo es luz y razón alrededor de dicha mirada, que, así pues, teniendo como objeto las cosas y los hechos históricos y concretos - y el consiguiente juicio sobre los mismos - acaba por crear las premisas de la inaceptabilidad escandalosa, por parte de la gente de bien, de la política radical ("a lo largo del antifascismo de la línea Parri-Sofri(5) se articula desde hace veinte años la letanía de la gente de bien de nuestra política"; "... dónde diantres están esos fascistas sino en el poder y en el gobierno)", "... dónde están los Moro, los Fanfani(6), los Rumor(7), los Colombo(8), los Pastore(9), los Gronchi(10), los Segni(11) y - por qué no - los Tanassi(12), los Cariglia(13), y tal vez los Saragat(14), los la Malfa(15)?. Contra la política de éstos, lo entiendo, se puede y se debe ser antifascistas..."). Me imagino, querido lector, que en estos momentos comprendes con claridad el "escándalo " Pannella; pero me imagino al mismo tiempo has caído en la tentación de creer que dicho escándalo es donquijotesc

o y verbal, que la postura de estos militantes radicales (la no violencia, el rechazo de toda forma de poder etc.) es amarillenta como la del pacifismo, la de la protesta, etc. y que por último lo suyo no es más que pura frivolidad, que sería incluso santo y santificable, si sus condenas y sus propuestas no estuviesen tan circunstanciadas y tan dirigidas "ad personam". En cambio, las cosas no son así. Sus principios, por decirlo de alguna manera "metapolíticos" han conducido a los radicales a una praxis política de absoluto realismo. No es debido a dichos principios "escandalosos" por los que el mundo del poder - gobierno y oposición - ignora, reprime y excluye a Pannella, hasta el punto de hacer, eventualmente, de su amor por la vida un asesinato, sino precisamente por su praxis política realista. De hecho, el Partido radical, la Lid ( y su líder Marco Pannella) son los vencedores reales del referéndum del 12 de mayo. Y precisamente por ello nadie se lo perdona.

Han sido los únicos que han aceptado el desafío del referéndum y los que lo han querido, seguros de la aplastante victoria: previsión que era el resultado fatalmente concomitante de un "principio" democrático inderrogable (aun a riesgo de perder) y de un "análisis realista" de la auténtica voluntad de las nuevas masas italianas. No se trata, así pues, repito, de un principio democrático abstracto (derecho de decisión desde abajo y el rechazo de toda actitud paternalista) sino un análisis realista, que es actualmente la culpa imperdonable del Pr y de la Lid. En vez de ser recibidos por el primer ciudadano de la República y en vez de recibir su agradecimiento, como reconocimiento a la voluntad del pueblo italiano, voluntad prevista por ellos, Pannella y sus compañeros son tachados de intocables. En vez de aparecer como protagonistas en la pequeña pantalla no se les concede ni un mísero cuarto de hora de "tribuna libera"(17). Desde luego, el Vaticano y Fanfani, los grandes vencidos del referéndum, no podrán adm

itir nunca una existencia semejante, Pannella es "abolido" de la conciencia y de la vida pública italiana. Entonces, la cuestión se concluye con una interrogante. La posibilidad de ayunar de Pannella tiene un límite orgánico dramático. Y nada deja presumir que quiera abandonar el ring. Qué están haciendo los hombres o los grupos de poder capaces de decidir su suerte?. Hasta que punto llega su cinismo, su impotencia o su cálculo?. Además, no ayuda para nada a Pannella el hecho de que tengan bien poco que perder, ya que su único problema, por ahora, consiste en salvar lo salvable, y en primer lugar salvarse a sí mismos. La realidad se les ha vuelto contra ellos; la barca vaticana, hacia la que confiaban conducir la travesía del océano de sus vidas, amenaza con hundirse; a las masas italianas les entra nausea, y se han convertido, incluso existencialmente, en portadoras de sus valores con los que ellos han creído estar jugando, y que por lo contrario se han revelado valores auténticos, tales que menguan los g

randes valores del pasado y arrastran en una sola ruina a fascistas y antifascistas (actuales). Incluso lo mínimo que se les podía pedir, es decir una cierta capacidad de administrar, se revela una falacia atroz: falacia de la que los italianos tendrán que darse cuenta, porque - al igual que los valores del consumo y del bienestar - deberán vivirla "en su propia piel". Son las izquierdas las que deben intervenir. Pero no se trata de salvar la vida de Pannella. Ni mucho menos todavía de salvársela haciendo que cuatro pequeñas "garantías" que el pedía y las demás que se han ido sumando sean tomadas en consideración. Se trata de tomar en consideración la existencia de Pannella, del Pr y de la Lid. Y la circunstancia exige que la existencia de Pannella, del Pr y de la Lid coincidan con un pensamiento y una voluntad de acción de alcance histórico y decisivo. Que coincidan con la concienciación de una nueva realidad de nuestro país y de una nueva cualidad de vida de las masas, que hasta el momento presente se le h

a escapado tanto al poder como a la oposición. Pannella, el Pr y la Lid han tomado conciencia de ello con optimismo total, con vitalidad, con voluntad ascética de llegar hasta las últimas consecuencias: optimismo tal vez relativo o por lo menos dramático por lo que a los hombres se refiere, pero inderrocable con respecto a los principios (no considerados ni abstractos ni moralistas).

Proponen ocho nuevos referéndums reunidos prácticamente en uno sólo. Y lo vienen proponiendo desde hace años, en un consciente desafío al propuesto por la derecha clerical (y que ha acabado en la más grande victoria democrática de la historia italiana reciente). Estos ocho referéndums (abolición del Concordato entre Estado e Iglesia, de las anulaciones eclesiásticas, de los códigos criminales, de las normas contra la libertad de prensa y contra la libertad de información televisiva, de las normas fascistas y parafascistas del código, entre las que se hallan el aborto, y la abolición de la financiación pública de los partidos), estos referéndums son ocho, y demuestran, como idea concreta y proyecto de lucha política, la visión realista de Pannella, del Pr y de la Lid (...).

N.d.T. (1) LID: Liga Italiana en pro del Divorcio.

(2) Enrico Berlinguer: (Sassari 1922 - Padua, 1984).

Secretario de la Federación Juvenil Comunista (1949

-56), diputado desde el 68, secretario general del

Partido comunista italiano del 68 al 72. Artífice del

eurocomunismo.

(3) Dom Franzoni: ex-abad de la basílica de San Pablo

extramuros.

(4) "Il Messaggero", periódico italiano de gran tirada.

(5) Parri-Sofri: Ferrucio Parri, comandante militar de

todas las formaciones partisanas en Italia durante la

resistencia al nazismo.

Adriano Sofri, líder del movimiento de extrema

izquierda italiano "Lucha Continua".

(6) Aldo Moro: (Maglie 1916 - Roma 1978). Secretario de la

Democracia cristiana (1959-65), ministro en repetidas

ocasiones, presidente del consejo (63-68). Artífice de

la política de centro izquierda. Ministro de asuntos

exteriores (69-74). Jefe del gobierno (74-76),

presidente de la DC desde el 76, favoreció el

acercamiento del Partido Comunista Italiano al

gobierno. Secuestrado por las Brigadas Rojas el 16-3

-78, fue encontrado muerto el 9-5-78.

(7) Amintore Fanfani: (Pieve S.Stefano 1908). Secretario

de la Democracia cristiana (1954-59; 73-75),

presidente del Consejo italiano (1958-59; 60-62; 62

-63; 82-83), ministro de asuntos exteriores (64-65;

65-68), presidente del senado (68-73; 76-82).

(8) Mariano Rumor: (Vincenza). Secretario de la Democracia

Cristiana (1964-69), presidente del Consejo (68-69;

69-70; 70; 73-74; 74).

(9) Emilio Colombo: (Potenza 1920). Democristiano.

Ministro del tesoro (1963-70 y 1974-76), presidente

del consejo (1970-72), ministro de asuntos exteriores

desde 1980.

(10) Giulio Pastore: (Génova 1902-Roma 1969) sindicalista,

democristiano, secretario general de La CISL

(sindicato democristiano) (1950-58).

(11) Giovanni Gronchi: (Pontedera 1887 - Roma 1978). Uno de

los fundadores del Partido popular (1919) y de la

Democracia cristiana (43), presidente de la cámara

(48.55) y de la república (55-62).

(12) Antonio Segni: (Sassari 1981- Roma 1972)

Democristiano, ministro de agricultura (1946-51),

elaboró la reforma agraria (ley del 49). Presidente

del consejo (55-57 y 59-60), presidente de la

República en el 62, dimitió (64) debido a una grave

enfermedad.

(13) Mario Tanassi: (Ururi 1916) secretario del Partido

Socialdemocrático Italiano (PSDI) (1963) y co

-secretario del Partido Socialista Unificado (PSU)

(66-69); ministro de defensa (68-69; 70; 70-72; 73

-74), condenado por el tribunal constitucional por

corrupción por el escándalo Lockheed (79).

(14) Antonio Cariglia: (Vieste 1924). Del Partido

Socialdemocrático Italiano. Senador; diputado del

Parlamento italiano y del Parlamento europeo.

(15) Giuseppe Saragat: (Turín 1898- Roma 1988). Socialista,

ministro del primer gabinete Bonomi (44), presidente

de la asamblea constituyente (46). Líder de la

escisión del ala derecha del Partido socialista

Italiano, constituyó el Partido Socialista Liberal

Italiano. Vicepresidente del consejo (47-50; 54-57).

Presidente de la república (64-71). Presidente del

PSDI.

(16) Ugo La Malfa (Palermo 1903-Roma 1979), uno de los

fundadores del Partido de acción (1942), se sumó

posteriormente al Partido Republicano Italiano (48)

del que fue secretario (65-75) y presidente. Ministro

de transportes (45), del comercio con el exterior (46;

51-53), de presupuesto (62-63), del tesoro ((73-74) y

vicepresidente del Consejo italiano (74-76).

(17) Tribuna libera: un programa de televisión italiano en

el que se discuten temas de política actual.

 
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