Marco PannellaSUMARIO: Tras la gran victoria del 13 de mayo de 1974 en el referéndum que las organizaciones clericales habían promovido para abolir el divorcio (el 60% de los italianos se pronunció a favor de mantener el divorcio), la izquierda toma distancias del movimiento de los derechos civiles para preparar la política de las alianzas con el mundo católico. El Partido radical, sin embargo, vuelve a lanzar al política de los derechos civiles a partir de la recogida de firmas para los ocho referéndums (abolición del Concordato, de los tribunales militares, de los delitos de opinión contenidos en el Código penal, de aspectos de la ley- sobre manicomios, de la ley que atribuye a la policía poderes especiales en materia de arrestos, pesquisas y teléfonos interceptados, de la ley que atribuye a los partidos una consistente financiación pública, de la "Comisión investigadora" - el especial "tribunal" compuesto por parlamentarios para el juicio preventivo sobre los delitos efectuados por los ministros). Marco Pannella inicia
un ayuno para solicitar que se interrumpa la censura de la Rai con respecto a las iniciativas radicales y para obtener, a título de reparación informaciones adecuadas sobre los contenidos de las propuestas referendarias sobre las que se está llevando a cabo la recogida de firmas.
En este artículo, Marco Pannella ilustra el significado de los objetivos y de los eslóganes del actual compromiso del Partido Radical. La política del movimiento en pro de los derechos civiles constituye actualmente un aspecto avanzado de la lucha democrática de clase y de liberación social contra el régimen y el sistema. Si la actual batalla radical se salda con una victoria, el voto de la legislatura y de la política italiana quedará profundamente marcado. El nexo entre los diez objetivos de la acción no violenta en curso y el proyecto de los ocho referéndums anti-régimen. Consideraciones y apuntes para un debate y para la acción en curso.
(Noticias Radicales, nº 289 del 23 de julio de 1974)
"Restaurar la legalidad republicana", "derrotar las violencias de las instituciones"; "no a los abusos", "estado de derecho", "para una república auténticamente constitucional", "estado institucional", "salvar el eslógan y los objetivos legitimistas, o como mucho reformistas"?.
Tiene sentido para los radicales, los revolucionarios, comprometerse "a ultranza", arriesgando la vida, colectiva y personal, usando la última de las armas no violentas, cuando la salida política positiva de la lucha, en el mejor de los casos, no lograría más que establecer o restablecer un orden y métodos no liberales ni democráticos, ni libertarios, ni socialistas, ni laicos?.
Mientras otros preparan, ya a nivel organizativo, estructuras y partidos "para la revolución", "para la conquista del poder", "para el comunismo"?. Responden con convicción y seguridad que sí. No solo este régimen (y es ésto lo que hoy nos interesa) sino el sistema de producción y de organización social capitalista no toleran en realidad el rigor democrático y liberal, no solo en condiciones de respetar las condiciones exigidas por la revolución francesa, burguesa y jacobina, de la igualdad, de la fraternidad y de la libertad. Lo que cuenta es que en términos estructurales e históricos la explotación del hombre por el hombre, la organización autoritaria de la producción industrial y de toda forma de trabajo productivo o distributivo, la necesidad de un sistema que produzca plusvalía por secuestrar y robar han hallado nuevas expresiones de clase comprometidas en apoyarles: ya no sólo la burguesía calvinista, europea, capitalista y "liberal", sino la burocrática, procedente de la clase social católico-campesi
na, comunista y "leninista" se han vinculado históricamente a modelos productivos, estructurales, socio-políticos, superestructurales, distributivos y culturales, infraestructurales, de carácter autoritario, estatalista, centralizado y nacional. En nuestro país, la estructura ideológica y estatal portadora del mito del consumo y de la justificación capitalista es la corporativa, idealista y populista, que vincula sin rupturas de continuidad objetivas la fase fascista y la democristiana de construcción del Estado Corporativo.
EL REGIMEN Y EL SISTEMA NO TOLERAN EL RIGOR DE LAS REIVINDICACIONES DEMOCRATICAS TRADICIONALES.
No es una coincidencia. Ahora ya no queda ningún partido antiguo ni grupo moderno o movimiento estudiantil y proclamación leninista que no declare y recuerde, en Italia, que la defensa de las libertades burguesas, del método democrático, de la esperanzas socialdemocráticas no es posible que en el ámbito de una alternativa revolucionaria socialista (o "comunista") y Lelio Basso(1) ya no es el único que considera como mero "valor añadido" de la perspectiva socialista y clasista democrática sino la condición y justificaciones esenciales de la propuesta "obrera" de constituir la única perspectiva y el marco político en el que los aspectos ideales de la revolución burguesa pueden defenderse, realizarse y superarse.
Este aumento de la toma de conciencia y de la fuerza teórica sigue existiendo, desde el punto de vista de la praxis, abstracta enunciación y elemento de contradicción. Las luchas en pro de los derechos civiles siguen estando consideradas como algo "más", hipotético e instrumental para todos nuestros compañeros comunistas, desde el PCI hasta Il Manifesto-PDUP(2). La "izquierda de clase", al igual que la "derecha" berlingueriana(3) o lamiana(4), viven en la praxis las luchas democráticas y liberales como algo marginal e instrumental, ondean banderas sólo cuando se ven acechados por el asalto iliberal y antidemocrático de las instituciones, sin auténtica convicción y sin eficacia. El PCI, además, es víctima de una auténtica alucinación: no es una coincidencia que precisamente su "izquierda" a finales de los años cincuenta y a principios de los sesenta, en el intento de hacer que estallasen las contradicciones de clase y las disposiciones históricas de la burguesía italiana fue a recoger no ya las virtualidades
democráticas y liberadoras del capitalismo altoburgués, europeo, protestante y puritano, sino de las autoritarias y populistas, anti-industriales y anti-humanistas de la Iglesia contrarreformista, del capitalismo estatal, del interclasismo burocrático y corporativo.
Y la patética teorización de las "vías nacionales" con la instrumentalización del pensamiento gramsciano, con la atribución de una especie de necesario dominio del "mundo campesino" al "mundo católico" de la DC y de la Iglesia del "obrero" al PC, cubría una salida política inmovilista y conservadora de los enfrentamientos sociales en curso. En los años sesenta, y en estos días en particular, el mito obrero y estructuralista cobra forma y vigor.
No se capta ni tan siquiera el peligro de que basando actualmente en la fase "estructural" obrera el enfrentamiento social y político se creen necesariamente las premisas para una "integración" de tipo americano de las élites o de las capas más estrictamente obreras para el régimen y el sistema. La nueva confianza en una catástrofe (espontánea o procurada) de sistema, en que termine la capacidad de la organización capitalista de la sociedad de responder a las exigencias de bienestar, de orden y de progreso social y económico a nivel internacional y nacional de las clases medias y de los desheredados está, desde hace cincuenta años, "más motivada" y a punto de producirse; eso es lo que parece. Tememos que, una vez más se quede solo apoyando todo el enfrentamiento político, un movimiento obrero cuya dirección, gracias al "poder ideológico" que grava sobre él y lo contamina, se convertirá cada día en "más burgués" e inepta.
SIGUEN SIENDO MARGINALES E INSTRUMENTALES PARA LA IZQUIERDA, PARLAMENTARIA O REVOLUCIONARIA, LAS LUCHAS EN PRO DE LOS DERECHOS CIVILES
Ante el impresionante conjunto corporativo y "público" que el capitalismo y la "burguesía" italiana han llevado a cabo, las luchas "estructurales" que apuntan sobre todo a la ruptura del mecanismo económico, corren el riesgo de ser absorbidas o de aislamiento con respecto a la mayoría de las masas. Son por el contrario las luchas "generales", superestructurales, políticas las que poseen en dichas condiciones el potencial subversivo más elevado, así como de alternativa, su carácter imbatible, lo explosivo de las contradicciones interiores del poder burgués, que no es totalmente público y corporativo, sino que sigue proponiendo virtualidades no solo librecambistas sino liberales y civiles.
LA IDEOLOGIA DEMOCRATICA Y PROGRESISTA ES LA MAS VASTA PLATAFORMA DE UNIDAD ACTUALMENTE CONCEBIBLE Y PUEDE PROVOCAR UNA CRISIS DE REGIMEN....
En la sociedad de consumo, sociedad que todo capitalismo está destinado a necesitar, que ideológicamente es homogénea con la ideología y los intereses reaccionarios e interclasistas, despolitizadores y corporativos del poder tradicional en Italia, la ideología democrática, liberal, humanista y progresista posee una función de crisis, desordenadora, del régimen actual, constituye la plataforma de unidad popular más amplia y fuerte actualmente posible y factible. El 13 de mayo fue una demostración. Ese trece de mayo que la izquierda de clase, superior, suficiente, distraída no ha luchado en absoluto para poder afianzarse, de la misma manera que el PCI se movilizó para desconjurarlo. Y que ha sido posible porque, durante años, los patrones burgueses y tradicionales, los Perrone, los Crespi, los Agnelli(5) han jugado la carta "liberal" en vez de la autoritaria y corporativa.
Si es verdad que sólo la alternativa socialista y libertaria, democrática de clase puede salvar y realizar los ideales burgueses la fuerza es igualmente cierto el hecho de que sólo defendiendo y dando cuerpo social y político real también a ese conjunto de ideales y a este patrimonio, dicha alternativa puede, inmediatamente, salir adelante.
La distracción y la extrañeza reales con respecto a las instituciones políticas, que son característica de gran parte de la izquierda de clase; su uso transformista y meramente instrumental y táctico por parte de la gran derecha de clase del PCI, que en ésto se homogeneiza con la ideología portadora de tradiciones anti-estatales y antiparlamentarias del mundo católico basado en la defensa de las capas más parasitarias y retrógradas, son motivo de la debilidad y de impropiedad dramática por parte de la izquierda en su conjunto en la actual crisis de las instituciones, y por lo tanto, en el enfrentamiento social que se está produciendo, no se es capaz de hallar una salida política inmediata más avanzada y positiva.
De esta manera, el papel hegemónico del movimiento democrático de clase sigue siendo una petición de principio y la política de las alianzas es un fracaso, y se deja la iniciativa a la burguesía liberal, y la administración al sindicato y a las corrientes más conservadoras que lo dirigen.
Las "grades reformas sin gasto", las "reformas institucionales", las "aplicaciones constitucionales" la defensa de las libertades y de la honestidad democráticas de las instituciones republicanas, las luchas en pos de una distinta calidad de vida (desde el divorcio hasta el aborto pasando por los códigos civiles y militares), siguen siendo totalmente ajenas al sindicato, totalmente marginales para el movimiento político de clase en su conjunto y en todas sus articulaciones tradicionales, comunistas-leninistas o socialdemócratas.
Mientras todo el mundo sigue teorizando o prentendiendo hallar una mayor participación de las masas en las luchas, políticamente no se hace más que fotografiar (o "hacer frente" o "apoyar") el reflejo tradicional de defensa de las condiciones de trabajo y de vida, y las luchas consiguientes.
... Y SIN EMBARGO LA POLITICA DE LAS ALIANZAS ES UN FRACASO, SE DEJA LA INICIATIVA PARA LA BURGUESIA LIBERAL (Y LA ADMINISTRACION PARA EL SINDICATO)
A parte de la huelga y las manifestaciones en las calles, en realidad, no se les quiere dar más instrumentos posibles de lucha, o no se comprende la importancia de hacerlo. Cuando los radicales, a todo nivel, y compatiblemente con las situaciones institucionales y políticas existentes, proponen sumar la de los referéndums populares, y para tal fin llegan a crear incluso estructuras e instrumentos de agrupación y unidad; o cuando, más todavía, proponen o imaginan nuevas técnicas y posibilidades de intervención masiva y desde la base (huelga fiscal, en parte lanzado a nivel de pocos miles de militantes en otoño de 1972), o desde un punto de vista de sugerencia o experimento, el de la movilización "telefónica" para paralizar centros de poder particularmente, por el momento, expuestos (periódicos, ministerios, comisarías, etc.) no se dan cuenta de lo que se trata. La ideología de la no variación, del uso y consumo de lo existente, la ideología burocrática está profundamente arraigada: de esta manera queda la alt
ernativa de siempre, en los momentos de enfrentamiento dramático que podría ser de masas, entre la no violencia tradicional de la huelga y de las manifestaciones "ordenadas" y la inercia, por una parte, y "la violencia" por otra. Es decir, en realidad, ninguna alternativa: sólo la inercia o el uso tradicional y pasivo de las masas en el enfrentamiento político.
Igualmente ignorado, en la praxis, y a modo de letanía como una moción, es el compromiso para las reformas institucionales que aumenten el potencial político de hegemonía y de lucha democrática de clase.
La dramatización de la necesidad del referéndum, de la lucha contra las leyes Carettoni, con las que se intentaba impedirlo; de la necesidad de otorgar inmediatamente el derecho al voto a los dieciocho años; la eliminación de toda posibilidad de gestión de compromiso del itinerario de reforma del derecho de familia, con el arraigo paralelo definitivo e insuperable del enfrentamiento sobre el tema del aborto en el panorama político y parlamentario que constituirá una vez más la chispa explosiva de una acción deseada, imaginada, preparada y desarrollada en absoluta soledad por parte del Partido Radical y las fuerzas libertarias federadas, en primer lugar el Movimiento de Liberación de la Mujer, que por sí solo durará años, y durante años debilitará el régimen y paralizará todo "compromiso" o hará que su gestión sea catastrófica; de los problemas relacionados con la exclusión anticonstitucional de las minorías por el uso del monopolio público de la información, que desde ahora se encuentran con que han registra
do una solución de por sí irrisoria, pero que representa una plataforma avanzadísima de lucha con respecto a ayer, todo ello y mucho más es el resultado de menos de un año de lucha del Partido Radical y de la LID, con la unánime hostilidad de toda la prensa de la izquierda, de la otra "izquierda", de las neo (y paleo) leninistas, a las tradicionales del PCI, y del PSI, a la de "L'Espresso".
En lo "otro" que íbamos a dejar, por saturación, cabe contar por lo menos la campaña en pro de los ocho referéndums que, en pleno verano, lanzamos con gran fuerza, y hasta el 26 de septiembre, de cuya hora se empieza a hablar en todas partes y que en cualquier caso ha comportado la recogida con quince mesas de más de un millón de firmas autentificadas (de los cinco millones necesarios) que equivalen a al menos diez millones de firmas recogidas en libertad, del estilo "peticiones para Vietnam" o análogas. Son cien mil los ciudadanos que han ostentado, firmado en estas condiciones, una adhesión total e incondicional a un proyecto político y a una propuesta alternativa al régimen.
Podemos, tal vez, sin parecer monomaniacos, apuntar algunas consideraciones incluso sobre la no violencia, y sobre el ayuno. Durante un mes por lo menos, a pesar de la censura general a la que se nos sometió, por parte de "Lucha continua" y "Il Secolo", la prensa de régimen y la opinión pública han compaginado los conceptos de izquierda y de no violencia (o por lo menos de denuncia de la violencia y de las instituciones del Estado) y ha empezado a tener noción de que la ilegalidad y la lucha contra las situaciones injustas, contra los abusos y la corrupción, pueden ir de la mano.
LAS LUCHAS "ESTRUCTURALES" Y OBRERAS PUEDEN SER ABSORBIDAS POR EL CONJUNTO CORPORATIVO DEL REGIMEN, SIN UNA COMPARACION POLITICA GENERAL
Mientras escribimos estas líneas, no sabemos si realmente el arma del ayuno colectivo, de las acciones directas no violentas, habrán permitido totalmente y sin pagar un precio excesivamente alto, alcanzar una serie de objetivos que, tal y como hemos visto, una vez más no han sido evaluados en su efectiva importancia por parte de los compañeros de la izquierda "revolucionaria". Por el momento, a nivel militante, la acción ha comportado menos daños que una dura manifestación cualquiera con "incidentes", incluso de una sola hora, un gran paso importante en el conocimiento y la simpatía por los objetivos, los métodos, y los planteamientos radicales y de la LID, un mayor número de firmas, para los ocho referéndums, la apertura de frentes de confrontación y enfrentamiento nuevos y particularmente arduos, y una movilización de solidaridad política en el seno de grupos parlamentarios y de las fuerzas partídicas a los que no hay que restarles importancia. En particular, con el PSI se han logrado sectores convergentes
inéditos que pueden resultar de gran envergadura para un diálogo político sobre la política de consolidación de los derechos civiles. Todo esto a partir de una situación de gravísima crisis que está todavía por resolver, consiguiente a la violencia del ostracismo político practicado contra el PR y la LID de forma masiva y total por parte de todas las demás fuerzas políticas de un año a esta parte, acentuadas en vísperas del referéndum.
Cabe dudar que se consiga, así pues, alcanzar ese objetivo general, de enorme interés para el futuro político del país, al que, muchísimos militantes vinculan su compromiso en el PR: el éxito del proyecto de convocatoria para la próxima primavera de los ocho referéndums anti-régimen.
Conocemos, evidentemente, dificultades casi desesperadas. En verano, en el mes de agosto y en las primeras tres semanas de septiembre - recoger quinientas mil firmas autentificadas es infinitamente más difícil que hacerlo, tal y como lo hicimos sin lograrlo, en primavera y durante una campaña política que acentuaba la sensibilidad democrática y, multiplicaba las ocasiones de encuentro y de manifestación de masas.
No hay que llarmase a engaños contando con una movilización de los grupos leninistas. Salvo "Vanguardia Obrera (AO)" que ha proclamado su acuerdo y que le da salida política, ningún otro grupo comunista presta la más mínima atención a esta perspectiva y esta lucha.
Se hace lo imposible para que los militantes y simpatizantes ignoren la iniciativa y expresen un juicio político sobre el compromiso negativo al final adoptado por las cúpulas.
AL IGUAL QUE EL TRECE DE MAYO LOS DERECHOS CIVILES, EL REFERENDUM, LAS INICIATIVAS NO VIOLENTAS, LAS REFORMAS "SIN GASTO" POSEEN UNA POTENCIALIDAD UNIFICADORA, PERMITEN UNA CONFRONTACION-ENFRENTAMIENTO CON LA D.C. Y CON EL ADVERSARIO DE CLASES.
Pero, por otra parte, la acción en curso puede proporcionar, indirectamente, otras soluciones políticas, estructuras organizativas e instrumentos operativos. La exigencia de contar con páginas de publicidad gratuita en los periódicos nacionales de mayor tirada, a título de reparación por las censuras inconstitucionales sufridas y contrarias a los compromisos con los lectores, si se satisface, puede representar una palanca de gran fuerza para el nuevo impulso de la iniciativa. Además, debemos exigir y obtener de la Comisión de Vigilancia parlamentaria sobre la RAI-TV una autorización inmediata a una serie de servicios y debates sobre cada uno de los referéndums y reportajes periodísticos sobre la larga y dramática acción no violenta del ayuno colectivo. Es probable, asimismo, que el PR haya anteriormente infravalorado la posibilidad de hallar en el panorama sindical y político socialista consensos para por lo menos uno o varios referéndums.
Los objetivos con los que abríamos esta serie de consideraciones y de apuntes para el debate del PR y para su iniciativa política no son así pues retrasados, ni ajenos, ni irrelevantes o marginales para una iniciativa democrática de clase y plantean nuevas perspectivas para el movimiento en pro de los derechos civiles, para la izquierda y para la democracia en el país.
N.d.T.
(1) Lelio BASSO: (Varazze 1903 - Roma 1978). Antifascista, secretario del Partido Socialista Italiano (PSI) (1498-49), en 1964 se sumó al Partido socialista de unidad proletaria (PSIUP) del que fue presidente. Dicho partido se creó con motivo de una escisión de grupos de izquierda del PSI y se disolvió en 1972.
(2) IL MANIFESTO: Movimiento político surgido en torno a la publicación mensual del mismo nombre, fundado en 1969 por exponentes del Partido Comunista Italiano, posteriormente expulsados del partido. 69-70; 70; 73-74;
PDUP: Partido democrático de unidad proletaria. surgido en 1972 de la fusión entre el grupo de "IL MANIFESTO" con exponentes del disuelto PSIUP, y confluido en 1974 en "PDUP para el comunismo" bajo la dirección de L. Magri.
(3) Enrico BERLINGUER : (Sassari 1922 - Padua, 1984). Secretario de la Federación Juvenil Comunista (1949 -56), diputado desde el 68, secretario general del Partido comunista italiano del 68 al 72. Artífice del eurocomunismo.
(4) Luciano LAMA : (Gambettola 1921) sindicalista. Secretario de la Cgil (sindicato comunista).
(5) PERRONE, CRESPI, AGNELLI:
- Alessandro PERRONE: (Roma 1920-80) director y propietario del periódico "Il Messaggero" (1952-74) posteriormente editor de "Il Secolo" hasta 1978.
- Cristoforo Benigno CRESPI: (Busto Arsizio 1833, Milán 1920) industrial. Pionero de la industria algodonera. Su hijo Silvio Benigno (1868-1944) fue presidente de la Banca Commerciale Italiana (1919-30)- Mario (1879-1962), primo de Silvio Benigno, fue desde 1925 hasta su muerte gerente de la sociedad editorial de "Il Corriere della Sera".
- Giovanni AGNELLI : (Turín 1921), empresario industrial, presidente de la FIAT desde 1966 y de la Confindustria (Confederación general de la Industria italiana, organización sindical de los empresarios italianos) (1974-76).