SUMARIO: En el texto se defiende la iniciativa no violenta de "objeción fiscal" a los gastos militares (no pagar los impuestos correspondientes al gasto para la defensa).

(L'Espresso - Septiembre de 1974 del libro "Marco Pannella - Escritos y discursos - 1959-1980", editorial Gammalibri, enero de 1982).

Será que los sindicatos, los partidos, la opinión pública no comprenden?. No creo. Será que tienen miedo. Ante la iniciativa de los compañeros de Milán, un interrogante (que por el momento es la única respuesta de la que se es capaz): " A dónde iríamos a parar si...". Intentemos aplicar este criterio de evaluación a la huelga tradicional: a dónde iríamos a parar si todos se pusiesen en huelga al mismo tiempo?. Por qué la huelga de trabajo o del trabajador es arma democrática, lícita y eficaz, y en cambio no lo es la huelga fiscal del contribuyente, la huelga de compra del consumidor, la huelga de pago de los servicios públicos o privados inaccesibles o no proporcionados, la huelga electoral del ciudadano, la huelga general de una comunidad agredida en su independencia y en su existencia?.

No pagar la tarifa completa del billete de transporte, el alquiler de asa, los impuestos municipales porque la ciudad no ofrece servicios básicos, los impuestos correspondientes al presupuesto de la llamada defensa-nacional que sirve para que nos espíen, discriminen, asesinen, todo esto es delito?. A lo mejor sí. Pues que nos procesen, uno por uno. A pesar de la justicia del régimen, será una buena ocasión para ir en busca de la verdad, de la responsabilidad de estas situaciones. El arsenal no violento de lucha está por explorar todavía. El uso científico de la legalidad burguesa hace estallar la contradicción básica: la existente entre lo ideal que solo el nuevo "tercer estado" proletario o proletarizado puede recoger y afirmar, y el poder que los partidos burgueses interclasistas ejercen como renegados, en la dirección opuesta, para conservarlo.

Desobedecer las órdenes injustas, violar como provocación la ley inconstitucional, elevar objeciones de conciencia contra las pretensiones de comportamientos moralmente intolerables, autogestionar libre y responsablemente los perímetros sociales, económicos y políticos en los que vivimos, prefigurar una sociedad no violenta, laica y libertaria, socialista incluso en los métodos, en los medios, han sido hasta ahora las armas de defensa y de ataque de las minorías radicales.

Pero tal vez, la principal razón por las que las hemos llevado a cabo y escogido es para que las grandes mayorías sin poder y la gente se identifique con ellas. Es una buena decisión. Serán necesarias décadas, pero empezamos a ir por el buen camino, finalmente.