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Pannella Marco - 1 febbraio 1975
El cordero, el zigoto y Pasolini
Marco Pannella

SUMARIO: En plena campaña para la despenalización del aborto, Marco Pannella detalla los objetivos de la iniciativa y sus convicciones. EL aborto no puede y no debe ser un medio de contracepción. Durante años los radicales fueron los ùnicos que organizaron manifestaciones en pro de la píldora y contra el aborto. Actualmente, los radicales están trabajando árduamente en la campaña para la despenalización del aborto por una cuestión de "realpolitik", tal y como polemiza Pasolini. Luchan precisamente contra la "realpolitik" de todas las fuerzas políticas que permiten, que toleran que el aborto clandestino sea el único medio de control demográfico de masa, que permiten la inmunda especulación de las "cucharas de oro"(1) en la piel de las mujeres. Los radicales se limitan a defender a la víctima y a desarmar a los que desean pisotearla. La opción actual estriba entre defender la vida de un persona, viva y presente, y la de un zigoto.

("L'Espresso" - Febrero de 1975, del libro "Marco Pannella - Escritos y discursos - 1959-1980" editorial Gammalibri, enero de 1982).

"Y la eutanasia, para cuándo?" me preguntaron en un reciente debate sobre el aborto. Lamento decepcionar a los enemigos que están siempre al quite y a los amigos impacientes, pero estoy en contra de la eutanasia. Nadie tiene derecho a escoger la muerte de otros mientras en quién sufre exista un ténue resplandor, o se vislumbre una ténue esperanza, de voluntad o de conciencia. Administrar con absoluta libertad el propio cuerpo es el destino indiscutible de la persona, es una opción obligada antes que una reivindicacián y un derecho de cada cual. Ninguna ley impedirá nunca el suicidio. Se puede como máximo obligar al suicida pobre a destrozarse horrendamente bajo un coche o a precipitarse desde lo alto de una ventana, o haciendo que salte por los aires con el gas un edificio entero, mientras que el rico podrá siempre concederse una muerte serena y dulce sin poner en peligro, si no lo desea, la vida de otros.

Ninguna ley, igualmente, impedirá nunca, de por sí, la interrupción voluntaria de la maternidad. Pasolini se equivoca cuando piensa que queremos despenalizar la "realpolitik". Durante más de diez años, hemos sido los únicos, junto a Gigi De Marchi que hemos luchado por una sexualidad libre y responsable, por la enseñanza sexual, por el control de natalidad, por una política de responsabilización demográfica. Lo seguimos haciendo. Ibamos a San Pedro con carteles en los que se leía "Sí a la píldora, no al aborto".

Le hemos pedido a una mujer, madre de ocho niños, que viniese con nosotros al Tribunal de Segunda Instancia, a firmar la petición para la celebración del referéndum. Por motivos de conveniencia (no de oportunismo), que no comparto pero que respeto, no ha venido. De esta manera queríamos subrayar que estamos ferozmente en contra de que se confunda la batalla, urgente y necesaria, para el control de la natalidad, con la de la despenalización del aborto. Estamos a favor de una maternidad libre y responsable, y de una administración libre y responsable del propio cuerpo y no unidireccional. Nos comprometemos a convencer a todos a que reflexionen antes de procrear.

Pero ya estamos aquí y ahora movilizados para que la sociedad tutele plenamente, como cualquier otra, incluso la opción de tener muchos hijos, con la que tendencialmente no estamos de acuerdo. Siempre y cuando sea, precisamente, una elección y no una condena, al menos para la madre (y para los niños que vengan).

Es este régimen democristiano, clerical, capitalista el que hace del aborto clandestino de masa el arma demográfica absoluta (así como la expulsión del embrión o del feto, el aborto clandestino garantiza de hecho un alto porcentaje de esterilidad, de enfermedades, y un índice de mortalidad elevado; beneficios "liberales" de casi un trillón al año); la "realpolitik" es eso.

En cuanto a nosotros, nos limitamos a defender a la víctima dispuestos a desarmar al que la aplasta. Después discutiremos. La actual ley clérigo-fascista no disuade sino persuade al aborto porque priva a la sociedad y a la mujer, a cada cual, de la posibilidad de diálogo humano, de mútuo intento de consejo y de convicción que son el alimento esencial de nuestra moralidad concreta, histórica, de nuestras opciones diversas, disuasiones posibles; el terrorismo y la violencia no ayudarán más que a la muerte, no a la vida.

Diré a Pasolini, a este hombre y compañero profundamente bueno, que hay algo más que se debe pedir y por lo que se puede y se debe ser absuelto; le confieso que la vida me pide cada día quie afronte problemas de conciencia más graves que el de reconocer a la mujer el derecho a interrumpir en la clínica, en vez de hacerlo en la mesa de la cocina, el desarrollo del código genético, del proyecto biológico de un zigoto, es decir de un óvulo, fecundado desde hace pocos días o semanas. Por ejemplo el de comer y vivir cuando sé que el 80 por ciento de los niños traídos al mundo en vastas regiones de esta Tierra y en este año, lo han sido en la única e ineliminable perspectiva del hambre y de las enfermedades, que sufrirán en las próximas semanas, que sufren en estos momentos mientras escribo estas líneas. Gracias también a la Humanae Vitae. Pero aún hay más y más grave. Pasolini escribió sobre la desaparición, el "genocidio" de las luciérnagas. Yo no quiero ser irónico. Me creerá si le aseguro que una noche, hace

ya algunos años, amando, le hablé de las luciérnagas desaparecidas, como si fuese una fábula, a la persona que estaba a mi lado?. Así pues, soy de los que han comprendido su artículo publicado por "Il Corriere della Sera". Pero Pasolini me comprenderá, a su vez, cuando afirmo que si tuviese que escoger entre salvar a un cordero vivo, dulce, trepidante, con sus ojos y sus balidos, y salvar un zigoto casual y no deseado, y tuviese que hacerlo en homenaje y por respeto a la vida, es a la "criatura del Señor" a la que probablemente salvaría. Y sin embargo, mañana comeré cordero al horno. "Agnus Dei tollis peccata mundi...". Esta es la vida: en el drama yace su nobleza, nuestra nobleza. Escoger qué dolor: a menudo no podemos hacer nada más, para honrarla e intentar la bondad y la felicidad.

Gianfranco Spadaccia y Adele Faccio están todavía en la cárcel. Nosotros hemos reanudado, con el DISA, el MLD y el PR, la práctica de abortos clínicos para impedir lo más posible los abortos bárbaros de régimen. Necesitamos urgentemente que ginecólogos y médicos honestos se asuman su responsabilidad y sirvan realmente a la vida y no a la muerte. Que nos escriban, que se comprometan, que no nos dejen solos. Radicales y feministas del MLD (Movimiento de liberación de la mujer) están organizando para mediados de mayo un seminario reservado a médicos para aprender a practicar el "Método Karman": Karman en persona dirigirá el curso.

Pero todo será un sacrificio inútil si la Italia de la victoria del 13 de mayo no vuelve a movilizarse, no se organiza inmediatamente, expontáneamente, desde abajo, para sostener esta campaña en pro del referéndum, esta grande campaña de liberación social y política. Grupos, secciones, miembros democráticamente elegidos, ciudadanos de a pie, sindicatos, partidos y movimientos que recuerden que no encontraremos en un futuro ni próximo ni lejano lo que ahora no sepamos proporcionar y sembrar. Su compromiso y su adhesión concreta son urgentes.

N.d.T. (1) Cucharas de oro: aborto clandestino realizado por

médicos que se declaraban antiabortistas y que cobraban

millones de liras por cada operación.

 
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