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lun 21 apr. 2025
[ cerca in archivio ] ARCHIVIO STORICO RADICALE
Archivio Partito radicale
ADP - 1 febbraio 1975
Fichas de documentación del Partido radical (1)
realizadas por "ADP - archivos de documentación política"

SUMARIO: Sin pretensión alguna de ofrecer un análisis histórico y político, las fichas del Partido radical realizadas por la ADP suponen, salvando algunas imprecisiones, una base documental útil para la ubicación cronológica de los mayores acontecimientos relacionados con el Partido radical, desde 1955 hasta 1975.

Para un análisis profundo de este periodo histórico radical utilícense los demás documentos presentes en el ARCHIVO DEL PARTIDO RADICAL y en particular "Los nuevos radicales" (1318 > 1327).

(ADP - Archivos de documentación política - La documentazione italiana Editrice, 1975)

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NACIMIENTO 11-12-1955

El Partido radical - que al principio se llamaba Partido radical de los demócratas liberales italianos - nació oficialmente el 11 de diciembre de 1955 en un convenio que se desarrolló en el cine "Cola di Rienzo" de Roma. La víspera del Congreso nacional del PLI (Partido Liberal Italiano), el 8 de diciembre, los consejeros nacionales de la izquierda del partido y algunos miembros del viejo centro liberal firmaron un largo orden del día en el que se decía que "tras un profundo examen de la situación política", los consejeros habían "deliberado presentar su dimisión al Partido liberal". En la dirección del PLI se les reprendía por "haber subyugado el partido a la voluntad de los poderosos grupos monopolistas" y de haber "enturbiado su política por defender intereses creados particulares", convirtiendo el Partido, "renacido en la Resistencia y en la lucha contra la dictadura y la opresión", "en un mero aparato patronal, traicionando las 'gloriosas tradiciones del Resurgimiento' y las "nobles esperanzas y los fir

mes propósitos de renovación" que había suscitado su reconstitución.

Los disidentes liberales, bajo el liderazgo del diputado Cattani, que había sido ministro de De Gasperi, y que refiriéndose a las posturas recientes del PLI, llegó a decir que "olía a fascismo", constituyeron de esta manera el 11 de diciembre el nuevo partido, junto a la iniciativa determinante de la corriente de derecha del grupo de "Unità popolare" (Piccardi, Valiani) y al grupo de intelectuales que se agrupaba en torno a las columnas del periódico "Il Mondo" (Pannunzio, Carandini, Paggi, Pavolini, Libonati, a los que algún tiempo después se sumaría Ernesto Rossi).

La nueva agrupación política, que halló una calurosa acogida en la izquierda parlamentaria, especialmente en el PSI, suscitó las esperanzas en algunos ambientes juveniles calificados: se sumó al PR el grupo Ferrara, Sforzi, Pannella, Ungari que se había sumado a la revista "Critica liberale".

La política del nuevo partido se presentó al principio como la búsqueda autónoma de un nuevo impulso ideológico y político de las fuerzas laicas ante la masiva presencia de la Democracia cristiana y la hegemonía comunista sobre la alineación de la izquierda; pero no faltaron contrastes inmediatos en el partido entre los forjadores de dicha orientación y los que, por el contrario, sobre todo los procedentes de "Unità popolare", eran más propensos a una apertura hacia el PSI. Ya en los primeros meses del PR - cuya acción dependía casi exclusivamente de las notas y los artículos que se publicaban en "Il Mondo" y "L'Espresso" - dicha polémica resultó ser determinante para el desarrollo futuro de la nueva formación. Piccardi, en enero de 1956, escribió en "Il Mondo": "si se desea desarrollar una acción política eficaz, no se puede escapar a la siguiente alternativa: quien crea que corresponde a un partido socialista la tarea de ser instrumento principal de la transformación de nuestra sociedad, que entre en el PS

I porque las eventuales discrepancias sobre las usanzas de este partido y sus directrices forman parte de su dialéctica interna; por el contrario, quien no sea de esta opinión, no tiene más alternativa que la de buscarse otra función política".

En resumidas cuentas, se trata de un llamamiento a la unión de las fuerzas esparcidas del viejo "Partito d'azione" (Partido de acción) para proponerlas al centro de una izquierda democrática laica. En este centro propulsor, Guido Calogero, en una carta publicada en "Il Mondo" le asignaba dos tareas fundamentales: convertirse desde el principio en el "mejor centro de estudios de reforma y planificación política y social" y, al mismo tiempo "trabajar periféricamente en pro de la constitución organizativa del Partido mismo". El primer objetivo parecía de difícil realización, tratándose de un grupo de hombres de considerable valor cultural y científico cuyo bagaje era la tradición de convenios de la "Amici del Mondo" (Amigos del Mundo), que en los años siguientes dictaron una orientación concreta a la discusión de los temas más delicados de la sociedad italiana mostrando a las fuerzas de la izquierda democrática el principio y el método para aplicarlas.

Por el contrario, el segundo objetivo de carácter organizativo, resultaba más problemático, tanto que no se supieron nunca los datos sobre el número de inscritos, aunque en una reunión posterior se habló de una cifra de más de 2 mil inscritos.

El programa inicial del PR, tal y como resultaba de los intereses mismos de las dos revistas semanales radicales, tenía por objeto una posición típica de Italia en la OTAN y un relanzamiento europeo; en las relaciones entre el Estado y la Iglesia y entre los ciudadanos y el Estado; en la eficacia de la administración pública y en la preparación técnica y cultural de los jóvenes; en la lucha contra los monopolios y contra la "centralización del poder económico en pocas manos"; en el desmantelamiento de los privilegios dependientes de la estructura corporativa; en la asistencia a los "pertenecientes a los últimos estratos de la población que, no siendo política y sindicalmente organizables, están casi totalmente exentos de toda tutela económica y jurídica"; en los problemas de la agricultura y de las masas campesinas; en el "gran problema por resolver del Resurgimiento" a la conquista de un liderazgo político y moral en Italia, tomando como punto de partida el "predominio en amplios sectores de Occidente" del

radicalismo, del laborismo y del socialismo liberal.

Uno de los primeros órganos centrales del partido fue una Secretaría formada por Pannunzio, como Secretario, y Libonati, Paggi, Rossi, Valiani y Piccardi.

El PR tuvo en un principio tres puntos de fuerza: las revistas semanales inspiradas, sobre todo "Il Mondo"; la modesta estructura de partido; y la sede romana del PR, hegemonizada por el grupo de Cattani. Era considerable la posición del grupo Carandini en Milán y la de Villabruna, considerada con escaso éxito electoral y de partido, en Turín; elementos de prestigio interior fueron considerados Galli, Lili Marz y De Matteis en Roma, mientras un peso no de escaso relieve en la orientación política del PR suscitaban los dirigentes de la UGI, Ferrara, Spadaccia, Rendi, Previtali y los elementos más politizados, procedentes de la organización universitaria, Pannella y Rocella. La posición de estos últimos, sin embargo, era polémica hacia el grupo de "Il Mondo" hacia el que se pedía que el partido mantuviese una rígida autonomía de juicio.

1956-1957

En los primeros años de actividad, el Partido radical se distinguió, además de por las directrices programáticas anteriormente indicadas y que empezaron a entrar en la publicista de la izquierda democrática, incluso católica, particularmente para una más acentuada posición laicista, que brotó en otoño de 1957, en la polémica del obispo De Prato, que dominó durante algún tiempo el debate político en Italia. Pero la acción radical, en el mismo periodo, se distingue sobre todo por una fortísima polémica sobre la especulación sobre las zonas edificables, especialmente en Roma, en donde el objeto directo de las acusaciones radicales fue "l'Immobiliare" una sociedad en la que andaban metidos extraños ambientes eclesiásticos. En esta última polémica fue particularmente vivaz la acción de "L'Espresso", con los artículos de Gianni Corbi.

Sobre la campaña laicista, que encontró en primera línea a Ernesto Rossi, los objetivos del Partido radical se configuraron de la siguiente manera: "defensa del Estado de toda invasión confesional; efectiva igualdad de todos los cultos ante la ley; abolición del sistema de las escuelas homologadas para la concesión de licencias, diplomas y licenciaturas; enseñanza completamente laica en todos los órdenes de las escuelas públicas; propaganda libre del control de la natalidad; y divorcio regulado según las normas vigentes en los países más civilizados".

1958

Con esta caracterización y mientras se iba aplacando la polémica interna sobre las relaciones con el PSI, el Partido radical afrontó las elecciones generales del 25 de mayo de 1958 con un acuerdo electoral con el Partido republicano italiano en cuyas listas entraron los mayores exponentes radicales, según criterios particularmente formulados, en lo que se refería al PR, por parte de Max Salvadori. Las elecciones de 1958 constituyeron un fracaso para los radicales y ninguno de los seis diputados elegidos en las listas "de la hiedra" (el Partido Republicano) era radical: mientras en algunos sectores radicales se produjo un cierto malhumor, reivindicando para el PR el derecho por lo menos a un miembro elegido, la derecha pacciardiana del PRI(Partito Repubblicano Italiano) imputaba la ausencia de éxito a la "incauta alianza con los elementos agitadores y accionistas, sectarios de un anticlericalismo ya superado".

El primer Congreso nacional del Partido radical se desarrolló en Roma en la sala de la asociación artística de Via Margutta, desde el 27 de febrero hasta el 1 de marzo de 1959. La posición del PR fue ilustrada por el Ejecutivo del Partido, representado por Arrigo Olivetti, para el que el PR había introducido dos novedades en la política italiana: la primera de carácter totalmente político, que consistía en la denuncia y en la lucha hasta el final contra la Democracia cristiana; la otra, de carácter metodológico, identificada en el estudio y la profundización de las cuestiones programáticas. Tras haber recordado todas las batallas de planteamiento llevadas a cabo en los años anteriores al PR, Olivetti reivindicó para su partido el mérito de haber solicitado importantes revisiones críticas en el seno de otras formaciones, promoviendo, empezando por las elecciones en 1958, una nueva alineación, formada por los radicales, los republicanos y Unidad popular, que "fue un primer intento de reunir a las fuerzas laica

s en vistas a una sucesiva formación de izquierda democrática y socialista". El debate se limitó prácticamente a aquellos que sostenían que era más útil la transformación del partido en un movimiento que dejase a los inscritos la posibilidad de militar en los partidos afines, en los que hubiesen podido predominar las instancias radicales, y los que consideraban que el PR tenía una propia función por desarrollar "especialmente teniendo en cuenta las próximas importantes batallas contra el clerical-fascismo" consideradas muy importantes tras la constitución del gobierno Segni que recibía el apoyo parlamentario de las derechas, missinos inclusive (1). El Congreso debatió asimismo los problemas del desarrollo económico del país y el de las relaciones entre el Estado y la Iglesia; en este último, varios oradores subrayaron la necesidad de mantener firme una posición laica sin exceder en inútiles y perjudiciales excesos anticlericales. Las polémicas internas, concernientes al método de gestión del partido y a la "

cristalización" de las posturas dirigentes, encontraron especialmente vivaces a los jóvenes y a Eugenio Scalfari, que se preocupaba de definir las zonas de influencia de los distintos exponentes radicales en vistas a las futuras elecciones en el país.

Al término de los trabajos del congreso, se aprobó una moción (por unanimidad, salvo algunas abstenciones), que se detenía en el análisis de la situación política subrayando que "las fuerzas clericales y conservadoras, tras haber logrado que fracasase el tímido e insuficiente intento de Fanfani de poner en marcha una política de reformismo paternalista, consideraron que había llegado el momento de realizar esa alianza con la extrema derecha anticonstitucional patrocinada durante tanto tiempo por la acción católica y la derecha económica". La moción concluía subrayando la enorme satisfacción de que "los republicanos se hubiesen salido de la vieja mayoría centrista, de que se hubiese logrado la autonomía del Partido socialista, y de que la parte más viva de la socialdemocracia se hubiese liberado de las seducciones y los equívocos del refuerzo ministerial y que, actualmente ante peligros mayores y adversarios más aguerridos, el país dispone de un conjunto de fuerzas políticas de izquierda democrática capaces d

e conducir a fondo la lucha por la autonomía del Estado, por el desarrollo económico, por la elevación intelectual y moral de los italianos".

Los trabajos del Congreso concluyeron con la elección del Consejo nacional, que a su vez eligió a la nueva Dirección: Boneschi, Cagli, Calogero, Carandini, Cattani, De Matteis, Fonda, Salvio, Gatti, Leone, Libonati, Arrigo Olivetti, Oneto Paggi, Panunzio, Piccardi, Rossi, Scalfari, Serini y Villabruna. La secretaría del Partido estuvo formada por: Piccardi, Libonari, Arrigo Olivetti; vice secretario Eugenio Scalfari. Este último, en alianza con Piccardi, asumió prácticamente a partir de ese momento el control del Partido. Lentamente empezó a abrirse camino en el Partido radical una orientación favorable a la convergencia en el PSI; se hicieron promotores de ella Scalfari y Piccardi, que al principio había sido uno de los que más enardecidamente había apoyado la autonomía del Partido, polemizando con los demás sectores procedentes de "Unidad popular". Contra esta orientación figuraban Cattani, Carandini y Pannunzio con todo el grupo de "Il Mondo"; reservas para con el "nuevo curso" manifestaban el grupo Norte

y Sur" (Compagnia, De Caparis), los jóvenes bajo el liderazgo de Ungari (que fueron los promotores de la escisión del Partido), el grupo de Ferrara y Rodotà, que fue definido de "derecha radical", al que se acercaba la tesis de Leo Valiani, según la cual, las relaciones entre radicales y socialistas había que plantearlas y graduarlas en función de la política atlántica y de la solidaridad general con las democracias occidentales. El grupo de "Il Mondo", derecha radical y exponentes como Paggi y Valiani confluían en la hostilidad del ingreso de los radicales en las organizaciones de masa controladas por los comunistas.

1960

Sin embargo, el Partido radical se presentó unitariamente a las elecciones municipales del 6 de noviembre de 1960, fruto de un acuerdo político, con las listas del PSI, y, en las grandes ciudades, salieron elegidos 61 consejeros municipales.

Este éxito electoral parcial de los dirigentes del PR reanudó la polémica interna sobre la gestión del Partido - más acentuada todavía por la búsqueda de posiciones de fuerza para un eventual futuro escaño parlamentario. En esta lucha y sobre cuestión de la línea general a seguir estaban especialmente interesados Cattani y Piccardi en Roma; Scalfari y Carandini en Milán ; a ello se sumó una imprevista polémica de Ernesto Rossi contra el centro-izquierda y, algunos meses más adelante, contra el kennedismo, apoyado por la mayoría de los radicales.

1961

En este clima se llegó al II Congreso nacional del PR, que se celebró en Roma de 26 al 28 de mayo de 1961, señalando formalmente la división del Partido en tres corrientes: la corriente bajo el liderazgo de Marco Pannella, que sostenía que "la conquista del poder por parte de la izquierda conservadora o clerical-fascista en Europa" comportaba una política que se concienciase de que "el Partido Comunista se convertía forzosamente en una gran fuerza democrática esencial para la ruptura del equilibrio conservador"; otra bajo los mayores exponentes del mundo universitario, preocupados de que la línea Pannella acabase por destruir la autonomía de los organismos representativos estudiantiles convirtiéndolos en instrumentos de corriente de partido, y que insistía en el valor de la tradición cultural y política liberal, pero insumisa, tal y como sostenía en particular Giovanni Ferrara: a) la continuación del diálogo con los católicos en vistas a la constitución de una mayoría de centro-izquierda; b) la adjudicación

al Partido radical de una función determinante de la izquierda democrática, que se uniese en una única gran agrupación, desde el PSI al PRI, sobre todo las fuerzas democráticas laicas. La tesis de esta corriente de minoría se granjeaban la simpatía en parte de la tercera corriente, la de mayoría, es decir en ese sector con el que se identificaba el grupo dirigente de la vieja izquierda liberal (Pannunzio, Carandini, Paggi, Libonari, Villabruna, Olivetti, Cattani, Cagli, Serini) el cual hegemonizaba la parte "notable" del movimiento radical y subrayaba el valor de una fórmula de Frente republicano, articulado en dos fuerzas, una de inspiración democrático-laica, y la otra de inspiración socialista.

El otro sector de la corriente de mayoría, guiada por Leopoldo Piccardi y Eugenio Scalfari, y que reunía a los dirigentes periféricos más comprometidos, los consejeros municipales escogidos en las listas socialistas y algún que otro residuo de Unidad Popular, mostraba como concebía sobre todo la función del PR como la del ala burguesa del socialismo, en el desarrollo de "una acción política ideológica y programáticamente autónoma, cuya lógica es, entre otras cosas, la de la confluencia radical en el socialismo, favorecida por la repetición de la alianza electoral de 1960", a la que este sector radical apuntaba decididamente excluyendo cualquier otro tipo de alianza.

Aun en presencia de líneas tan contrastantes, el II Congreso radical concluyó de manera unitaria en torno a la tesis de la "renovación democrática de la sociedad italiana y de sus estructuras" que suponía directrices programáticas tradicionales del PR y presentadas por toda la izquierda italiana; el comportamiento unitario resultó ser así por la atención que ponían todos en las futuras elecciones generales, que se desarrollaron el 28 de abril de 1963.

En la votación, la moción de mayoría, ilustrada por Carandini, recogió 75 mandatos; la de la minoría de derecha, firmada por Ferrara, Rodotà, Craveri, Januzzi, Gandolgi y Mombelli, 21; y la de la minoría de izquierda, presentada por Pannella, Spadaccia, Rendi, Cattaneo, Roccella, Gardi y Sacerdoti, 35. A favor de esta última, según el sistema de votación posterior, votaron algunos exponentes de la otra minoría. Una parte de la minoría volcó sus votos sobre a lista presentada por la corriente de derechas, que obtuvo en el nuevo Consejo nacional 22 escaños; 75 para la lista de mayoría y 3 para la minoría de izquierda. El Consejo nacional había pasado de 72 escaños a 100 escaños. El CN anterior había elegido 49 consejeros; en la lista de mayoría se introdujeron 39 elementos, entre los que figuraban muchos consejeros municipales del partido, la mayoría filo-socialistas.

En su primera reunión, el 3 de marzo, el Consejo nacional eligió una Dirección política puramente mayoritaria, en la que predominaban los elementos de la antigua izquierda liberal; la secretaría del Partido fue confiada al triunvirato Olivetti, Libonati y Piccardi, con Scalfari como vice secretario.

El clima unitario alcanzado se vio ofuscado inmediatamente por fuertes contrastes internos sobre algunas iniciativas adoptadas por Piccardi y Scalfari; en particular, en julio de 1961, se suscitó una polémica abierta del grupo de "Il Mondo" contra la decisión de la secretaría nacional de que el Partido radical se sumase a la "Lega dei comuni democratici", hegemonizada por los comunistas y considerada una "organización de carácter frentista". Una división más neta todavía surgió en la reunión de la Dirección central celebrada en noviembre de 1961, dedicada al examen de las perspectivas de alianza en vistas a las elecciones generales. En dicha reunión se contrapusieron dos tesis: una, sostenida por Piccardi, veía en el acuerdo con el PSI un paso obligado para los radicales, necesario gracias a la experiencia común positiva en la competición administrativa de noviembre de 1960; y la otra, motivada por Cattani que quería que el Partido se mantuviese libre de todo compromiso permanente, puesto que su política fun

damental debía seguir siendo la de la alianza entre todas las fuerzas de la izquierda democrática.

A estas razones de disenso se sumó, en diciembre de 1961, el "caso Piccardi" con motivo de la denuncia, publicada por Renzo De Felice en su "Historia de los judíos italianos bajo el fascismo", de la participación de Piccardi en un Convenio ítalo-alemán sobre el tema "Raza y derecho" que se celebró en Viena en 1939. Piccardi se defendió alegando que había sido discriminado con todo tipo de acusaciones por parte de una comisión de depuración a la que voluntariamente se sometió en 1945, y negó haber participado en el informe introductivo del convenio.

La Dirección del PR, el 12 de diciembre de 1961, se encontró con que tenía que afrontar dicha cuestión, porque Piccardi había enviado una carta presentando su dimisión a todos los órganos directivos del Partido. Una parte de la Dirección sostuvo que lo único que había que hacer era tomar nota de dicha dimisión, rechazando la propuesta de cuantos solicitaban una demostración explícita de solidaridad con Piccardi. Puesto que nadie cambió de actitud sino que perduró el disenso sobre los temas políticos de fondo, la Secreta nacional y la Dirección central presentaron su dimisión.

1962

La compleja situación fue examinada por el Consejo nacional del Partido en la ronda del 21-21 de enero de 1962, cuyos trabajos se inauguraron después de haber alcanzado un trabajoso compromiso: los distintos grupos se comprometieron a no suscitar el caso Piccardi, y estos, junto a su mayor simpatizante, Ernesto Rossi, se abstuvieron de participar en el Consejo nacional. En efecto, el CN, no mencionó para nada la cuestión Piccardi, y se limitó a afrontar los temas del centro-izquierda y de la ubicación radical con respecto a dicha fórmula. Scalfari, se presentó como nuevo líder de la mayoría y atenuó las tintas extremistas de la línea Piccardi-Rossi, y afirmó de nuevo la necesidad de establecer vínculos cada vez más estrechos entre radicales y socialistas en vistas a la batalla por llevar a cabo para la realización de la política de centro-izquierda.

Esta tesis fue vivamente contrastada por Leone Cattani que, remitiéndose a su línea de autonomía total por parte del Partido radical, exhortó a guardarse de fáciles entusiasmos por el nuevo curso político que podía poner en peligro la existencia misma del Partido. Otros, por el contrario, aun rechazando la tesis de la unidad con los socialistas, se pronunciaron a favor de la constitución de un frente republicano.

Confrontando ambas líneas, el consejo aprobó a duras penas (54 votos contra 51) una moción unificada, propuesta por el grupo Carandini y por el grupo Ferrara - Rodotà - Januzzi, adversa a una alianza orgánica con el PSI y favorable a una amplia alineación de izquierda democrática. El éxito de la moción, que parecía estar destinada a ser minoritaria, sobre todo debido a la dimisión del partido Radical, presentada el 10 de enero de 1962, por el director de "Il Mondo", Mario Pannunzio, y a la del director de "L'Espresso", Arrigo Benedetti, estuvo favorecido por la abstención de la corriente de Izquierda radical de Marco Pannella que declaró que no le interesaba la batalla política del Consejo, sino la convocación de un nuevo Congreso nacional, considerada la única fórmula idónea para definir las directrices de fondo del Partido. El Consejo nacional, en el que Villabruna y Scalfari se habían decantado a favor de una alianza orgánica con el PSI, aceptó la petición de que se celebrase un Congreso extraordinario fo

rmulado por la corriente de extrema izquierda, cuya actitud era el resultado determinante para la afirmación de la nueva agrupación de mayoría, e invitó a Pannunzio y a Benedetti a volver al Partido.

Los órganos ejecutivos del Partido salieron del Consejo totalmente modificados: al triunvirato (Libonati, Olivetti, Piccardi) que presentó su dimisión, siguió una Secretaría Cattani, mientras en la Dirección, cuyos miembros piccardianos fueron sustituidos, entraron: Calogero, Valiani, Carandini, Paggi, Cattani, Simonelli, Antonelli, De Matteis, Leone, Libonati, Olivetti, Virgilio, Dragone, Scalfari, Oneto, Villabruna, Ferrara, Gatti, Marx, Rodotà, Luzzatto. Entre ellos, sólo Dragone, Villabruna y Scalfari pertenecían a la minoría.

Después de que tras el 16 de febrero la Secretaría del Partido hiciese pública la satisfacción de los radicales por la constitución del nuevo gobierno, manifestando alguna que otra reserva sobre las enunciaciones de política escolástica y la presencia en el ministerio de algunos hombres "notablemente contrarios a la política del centro-izquierda o pusilánimes afirmadores de ésta", los contrastes en el Partido volvieron a agudizarse; y el Secretario Cattani se vio obligado a convocar de nuevo el Consejo nacional para el 23 de marzo; en esta sesión, Eugenio Scalfari envió una carta presentando su dimisión en señal de solidaridad con Piccardi. Todo intento de acabar con el resquebrajamiento del Partido por una cuestión personal su favor fue en vano.

El Consejo nacional inició el 24 de marzo con un duro informe de Cattani, quien afirmó que la presencia de Piccardi era incompatible con los ideales y la tradición del Partido radical. Inmediatamente después, Piccardi pronunció su autodefensa, rechazando las acusaciones y reivindicando su larga militancia antifascista. Estas dos intervenciones definieron el tema y los límites del debate posterior, que se prolongó durante dos días; sin ni tan siquiera esperar a las votaciones, Cattani seguido del grupo de "Il Mondo" concluyó su réplica anunciando su salida del Partido. A esta fractura siguieron numerosas dimisiones individuales maduradas por razones políticas o por cansancio por la situación anterior. El grupo Piccardi-Villabruna-Rossi se encontró de esta manera dueño del Partido radical. El Consejo nacional, es decir, la parte que había quedado, eligió una nueva dirección central compuesta por Ascarelli, Balestrieri, Bodrero, Cagli, Carbone, Dragone, Gardi, Garofalo, Ghersi, Lo Pane, Mellini, Piccardi, Rocce

lla, Rossi, Sorrentino, Teodori, Turone, Veneziani, Villabruna y Di Maui que, a su vez, confió la Secretaría nacional a Bruno Villabruna.

En las elecciones municipales de Roma del 10 de junio de 1962, los elementos que quedaron en el PR presentaron su propia lista, que obtuvo sólo 1.608 votos, equivalentes al 0,1% de los votos válidos. El grupo que se salió del Partido confluyó, junto a elementos del movimiento "Democrazia liberale", en la lista del Partido republicano.

Los autores de la escisión de marzo de 1962, en julio del mismo año, constituyeron la "Unione radicale degli amici del 'Mondo'", cuyas posturas siguieron expresándose a través del semanal romano.

El 11 de octubre de 1962, en el Consejo nacional del PR que se desarrolló en Milán, el núcleo residuo más importante del Partido, bajo el liderazgo de Piccardi, Rossi y Villabruna, presentó su dimisión al Partido, invitando a la disolución y a la continuación de la batalla radical con instrumentos más idóneos identificados con el Partido socialista.

Sin embargo, formalmente, el Partido radical siguió vivo, bajo los cuidados de un "grupo restringido" de miembros de la vieja corriente de izquierda bajo el liderazgo de Marco Pannella, que siguió en su propia línea de unidad con la izquierda sobre todo en las organizaciones de masa, aun teniendo en cuenta que precisamente en este ámbito era necesario "dejar espacio a una mayor articulación, que permita a los socialistas, y más todavía a los radicales una fuerte autonomía de maniobra".

Lo que quedó del Partido radical intentó manifestarse a través de las páginas de una agencia radical, pero no faltaron acciones en pro de la educación y de algunas organizaciones de masa.

1963 - 1964

En las elecciones generales de 1963, el Partido radical dejó a sus simpatizantes la libertad de votar a cualquier partido comprendido en el abanico político que va desde el Partido republicano hasta el Partido comunista italiano. En las municipales de 1964, por petición de la mayoría de los inscritos, la secretaría del PR invitó a sus simpatizantes a votar exclusivamente por la lista del PSIUP (Partito Socialista Italiano di Unità Proletaria).

1965

Tras un largo silencio, a ratos interrumpido por la publicación de algunos números de la "Agenzia Radicale", el 21 de junio de 1965 el PR volvió a introducirse, a través de una declaración de Marco Pannella, en el debate político tocando el problema de la unificación socialista en la que estaba trabajando todo el abanico político de partidos desde el PCI hasta el PSDI. Según Pannella, "los ejercicios oportunistas" en los que se basaban ambas propuestas oficiales de unificación - la socialdemocrática y la socialproletaria - confirmaban que centrismo y frentismo(1), tercerforcismo (2) atlántico y estalinismo "tardan en morir e irán juntos, de la mano, hasta la tumba". Según Pannella, no cabía la menor duda de que sólo Amendola que había propuesto un Partido único de la izquierda italiana, demostraba, entre los hombres políticos italianos, saber captar con toda su amplitud y dramaticidad el problema de la renovación unitaria y socialista del mundo laico ubicado a la izquierda de la DC.

El 30 de junio, la Dirección del PR difundió un comunicado con el que se deseaba que los trabajos del IV Congreso de la "Lega dei Comuni", que iba a empezar al día siguiente en Florencia, se concluyese con el refuerzo de la "Lega" y con la ratificación de la unidad de los administradores demócratas.

Con un comunicado del 19 de agosto, la Dirección radical subrayó que veinte años de política basados en la práctica del acuerdo con la Democracia cristiana o sobre la perspectiva del diálogo con los católicos habían debilitado a la izquierda, agravado sus divisiones, proporcionado "excusas y encubrimientos al partido clerical", que había llegado el momento de hallar las bases de la renovación y de la unidad democrática de la izquierda y que, precisamente con respecto a este objetivo fundamental, no existían atajos posibles: "la política de la colaboración y del diálogo con los católicos - según el PR - en última instancia sólo sirve para retrasar la victoria de los ideales democráticos y socialistas".

Sobre la línea de la búsqueda de una nueva unidad de toda la izquierda italiana, los radicales intentaron mantener un diálogo abierto con un sector del PCI, que sin embargo no dio mucho relieve a la escasa y poco consistente organización radical. Los pocos dirigentes que quedaban en el PR intentaron, en los meses posteriores, hacer resaltar su existencia como movimiento de opinión subrayando los problemas de mal funcionamiento de la administración estatal y, en concreto, sobre el problema del divorcio, que había vuelto a salir a flote con la presentación, por parte del diputado socialista Fortuna, de una propuesta de ley divorcista, limitada a algunos casos especiales.

1966

Para subrayar su compromiso con el problema, los dirigentes del PR organizaron, en la primavera de 1966, en algunas grandes ciudades italianas, debates sobre el divorcio, invitando a Fortuna y a exponentes de los partidos mayoritarios italianos. Pero la acción de los radicales no encontró mucha acogida en algunos ambientes comunistas.

Con motivo de las elecciones municipales del 12 de junio, que afectaban a algunos grandes centros, el PR quiso solidificarse presentando candidatos radicales en las listas del PSIUP (Partido socialista italiano de unidad proletaria).

El 25 de agosto, con motivo de una polémica suscitada por la prensa comunista y simpatizante, la Dirección del Partido difundió un comunicado con el que desmentía que hubiese habido o que fuese posible la existencia de una convergencia entre los radicales con el movimiento de la "Nuova Repubblica" de Pacciardi. Con motivo de algunas observaciones publicadas por el periódico "L'Unità", órgano del Partido comunista, la Dirección aclaró que el PR era sin lugar a dudas una fuerza minoritaria, pero en absoluto disuelta ni borrada del mapa político nacional. "Si la tesis sostenida al respecto por "L'Unità" - proseguía la aclaración - fuese cierta, la organización y los exponentes del Partido comunista se hubiesen encontrado a lo largo de estos últimos años, tal y como a menudo ha sucedido, colaborando con una fuerza política inexistente".

1967

Con una propaganda bastante intensa, especialmente con carteles en las paredes, el PR inició el año 1967 con una campaña anticlerical que tenía por objeto caracterizar la actividad del partido de los doce meses. El eslógan fue precisamente: "1967 - año anticlerical". Los dos temas principales fueron los de la introducción del divorcio y contra las evasiones fiscales de la Santa Sede. A partir de dichos temas, los radicales promovieron convenios con mesas redondas en varias ciudades de la península italiana.

Con motivo de la visita a Italia del presidente de Polonia, Ochab, el 6 de abril, el PR dirigió un saludo al representante de la nación tradicionalmente amiga, que desde hacía años, en el seno del mundo socialista, manifestaba aspiraciones de paz y de democracia. En particular, el saludo pretendía expresar la preocupación de los demócratas laicos italianos por las "reivindicaciones clericales" en Polonia, en donde la perspectiva de un concordato no se presentaba, según el PR, como una mayor libertad para todos, sino como reivindicaciones, privilegios y garantías por parte de una organización determinada.

El 19 de abril, el secretario nacional del PR, Marco Pannella, presentó querella por difamación contra el redactor de una noticia publicada en el nº 15 de la publicación semanal del PSIUP, "Mondo Nuovo", y contra el director responsable de la misma, con la concesión de todo tipo de pruebas. El artículo afirmaba que Pannella, con motivo de las manifestaciones que habían tenido lugar en Roma, durante la estancia del vice presidente americano Humphrey, había asistido en compañía de jóvenes de "Nuova Repubblica" desde el balcón de la sede de dicho movimiento, afrentando y provocando a los manifestantes. Un comunicado divulgado por la Dirección del PR, aclaró que Pannella se hallaba en dicha sede para participar en un debate sobre el divorcio y que entre los once inscritos al PR arrestados y denunciados por los incidentes con la policía "se hallaba también Pannella, que había sido tenido en los locales de la policía del primer distrito de Roma desde antes de las 20 horas hasta pasadas las 24". El comunicado recor

dó la larga colaboración entre ambos partidos, que se concretó con acuerdos electorales y afirmó que el escrito de "Mondo Nuovo" era el último episodio de una campaña realizada por el periódico contra las iniciativas laicistas del PR. El 12, 13 y 14 de mayo se desarrolló el tercer Congreso nacional del PR, en la sala Bossi de Bolonia, con la participación de más de 200 delegados. EL tema del Congreso fue: "Los radicales por la alternativa laica". El secretario nacional Pannella se encargó del informe introductivo que fue no sólo una afirmación de la necesidad de luchar por un Estado realmente laico, sino igualmente un examen de los problemas concernientes a la unidad de la izquierda y a la lucha antimilitarista. El orador trató igualmente el tema del estatuto completamente nuevo que la vieja Dirección proponía a la asamblea, basado en los siguientes puntos: partido y estructura federativa (las federaciones regionales transformadas en partes autónomas); publicación íntegra de los presupuestos financieros del

Partido; vínculo para todos los inscritos de las deliberaciones del congreso adoptadas por mayoría de los tres cuartos de los votantes; libertad de toda disciplina partídica para los miembros electos a partir del momento de su entrada en función como representantes del pueblo; congresos anuales en época y lugares fijos. Pannella subrayó la oposición a la fórmula de centro-izquierda, pero también a los juicios sectarios contra las fuerzas de la izquierda comprometidas en el gobierno. También leyeron su informe el diputado Boldrini del PCI sobre la política exterior y militar de la izquierda, y el diputado Ballardini del PSU, sobre la afirmación de los derechos civiles y la política de la izquierda, y el diputado Anderlini socialista autónomo, sobre las líneas y los objetivos de la política económica de la izquierda.

Los trabajos del congreso se desarrollaron con reuniones de tres comisiones, encargadas de formular propuestas concretas respectivamente por una política internacionalista de la izquierda europea, en pro de los derechos civiles y del nuevo estatuto del Partido. En materia de política internacional predominó la postura favorable a la caracterización de la acción del PR con respecto a la lucha antimilitarista, considerada también la dificultad para un partido minoritario de aportar una contribución autónoma a nivel diplomático. La norma contenida en la propuesta de nuevo estatuto, según la cual las decisiones del congreso hubiesen pasado a ser vinculantes sólo si las aprobaban un tercio de los delegados, y la relacionada con la publicidad de los presupuestos, suscitaron algunas resistencias y críticas. Durante la segunda jornada de los trabajos, intervino el diputado Loris Fortuna, del PSU, quien aun estando de acuerdo sobre la existencia de problemas comunes a toda la izquierda italiana, no se declaró optimis

ta sobre la perspectiva de una acción común, unitaria, a corto plazo. Según el orador, había que buscar las razones de la "desunión y confusión general" en la distinta concepción de la lucha por la paz y por la libertad, por a laicidad misma del Estado. Tocando el problema del divorcio, el diputado Fortuna afirmó que también con respecto a este tema, "más allá de las convergencias que se han manifestado insistentemente", si no se aceptase una lucha común por la autonomía y la laicidad del Estado, puesta en duda "por una parte por la propensión a las iglesias de las Encíclicas papales, y por otra por la concesión a la llamada izquierda católica de la administración separada del matrimonio concordatario, reservando la introducción del divorcio sólo a matrimonios civiles" la unidad misma en la "reforma divorcista" hubiese estado exenta de todo significado. La senadora Tullia Carrettoni, del Movimiento socialista autónomo, intervino subrayando la necesidad de una confrontación real de ideas para la elaboración d

e una plataforma común, basada no "en la política de las cosas" sino en la "política de las opciones". Dicha elaboración, según la oradora, debía pasar por la renovación general de toda la izquierda, juzgando útil, asimismo, la contribución de pensamiento y de acción de "grupos aguerridos" y de "pequeños partidos" como el radical.

Como conclusión de las discusiones sobre los distintos informes e intervenciones, se sometieron a votación los documentos finales relacionados con los temas tratados e invitaba a "todos los ciudadanos demócratas a apoyar en el país la superación del nacionalismo el anticlericalismo, el antimilitarismo y la lucha en pro de los derechos civiles. Para el Congreso, dichas perspectivas eran instrumentos concretos y fundamentales para una transformación efectiva de la sociedad y del Estado".

En la renovación de los cargos, salió elegido nuevo secretario nacional el periodista Gianfranco Spadaccia, sustituyendo a Pannella que había presentado su dimisión puesto que no podía seguir manteniendo dicha responsabilidad.

Salieron elegidos miembros de la Dirección: Marco Pannella, Angiolo Bandinelli, Carlo Oliva, Aloisio Rendi, Massimo Teodori, Franco Sircana, Lorenzo Strik Lievers, Luigi Del Gatto, Giovanni Bombaci, Giuseppe Loteta, Stanzani, Luca Boneschi, Domenico Baroncelli, Leonida Balestrieri, Gianfranco Donadei, Marcello Baraghini, Silvio Pergamano, Gianni Lanzini, Stefano Silvestri. Fue elegido tesorero del Partido Andrea Torelli. En una entrevista a "L'Astrolabio", Marco Pannella manifestó que le complacía el hecho de que la prensa hubiese difundido la fecha, e "incluso" la radio y la televisión en el Congreso nacional del Partido. Refiriéndose a los trabajos y a las conclusiones de las jornadas del congreso, Pannella subrayó: "se ha hablado de un nuevo Partido en pro de los derechos civiles que introduce en sus programas de la lucha inmediata, con valor político y característica, objetivos como el del divorcio, de la educación (y de la libertad) sexual, de la objeción de conciencia, de una libertad de prensa total c

omo así mismo libertad de pensamiento y de expresión, la denuncia del Concordato, el reimpulso de la familia, de la escuela y de la seguridad social". El entrevistado aclaró que para lograr una alternativa al régimen vigente, el Congreso, casi por unanimidad, había declarado indispensables las "luchas anticlericales, antimilitaristas y antiburocráticas, que representaban las opciones políticas peculiares del PR radical en la estrategia común de la izquierda". Por consiguiente, el Congreso había expresado unánimemente su propio consentimiento a la política de oposición al centro-izquierda; además - prosiguió Pannella - "el objetivo de una unidad de alternativa a la DC nos parece estrechamente vinculado a una visión menos parlamentarista y oficial e la compleja situación política del país".

Debido a las novedades estatutarias, Pannella afirmó que el nuevo estatuto configuraba un "Partido abierto, federativo y libertario y por lo tanto profundamente unitario no sólo por el valor que damos a los objetivos que nos hemos propuestos, sino por el método y las estructuras a través de las que deberán proponerse y ser perseguidos".

El 19 de mayo, la Dirección del Pr difundió un llamamiento en el que "considerando la gravedad de la situación internacional, se invita a las fuerzas democráticas a renovar la lucha antimilitarista y pacifista en Italia, teniendo por objeto la efectiva conversión de las estructuras militares en estructuras civiles de paz".

Igualmente, el 19 de mayo, la comisión de las juventudes nacionales del PR envió su adhesión a la manifestación de protesta "contra la injustificada invasión, por parte de tropas americanas, de la zona desmilitarizada en la frontera con Vietnam del norte".

El 24 de mayo tuvo lugar, en una de las terrazas que dan al monumento del Altar de la Patria, en Roma, una reunión en la que participaron exponentes del PR, escritores y periodistas, demócratas, pacifistas y anarquistas. El tema de la reunión fue: "Para que no haya más guerras, para que no haya más soldados desconocidos". En el comunicado difundido por el PR se afirmaba que el objeto de la reunión y del debate era "proporcionar un testimonio concreto de cómo fuerzas democráticas pueden expresarse y trabajar por la paz en el pleno respeto de la Constitución, en el ejercicio de sus deberes civiles centrándose en las más graves y determinantes páginas de nuestra historia y de nuestras tradiciones".

El 11 de julio de 1967, se hizo público que el IV Congreso nacional del Partido radical se iba a celebrar en Florencia del 3 al 5 de noviembre de 1967 sobre el tema general: "La izquierda contra el régimen". Aceptaron encargarse de los informes el diputado Luigi Anderlini, de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de los Diputados italiana, exponente del PSI-PSIDI unificados y presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de los diputados, y el diputado Arrigo Boldrini del PCI, miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara de los Diputados. Los informes de los tres parlamentarios estaban relacionadas con la política económica de la izquierda, la política de la izquierda en el campo de los derechos civiles, y la política exterior y militar de la izquierda.

El 3 de agosto de 1967 la "Agencia Radical" hablaba largo y tendido sobre el anunciado Congreso del Partido especificando en primer lugar que "al fijar la fecha de la convocación de la Dirección se atenía a la deliberación conclusiva del III Congreso nacional (Bolonia 12/13/14 de mayo de 1967) y a las normas del nuevo estatuto que preveían un Congreso anual con fecha fija, que se debería celebrar antes de la primera semana de noviembre". Partiendo del hecho que "el debate deberá reanudarse, profundizarse y desarrollar los resultados del II Congreso nacional, que indudablemente han supuesto para la vida del Partido novedades importantes, confirmando la nueva línea política que los radicales habían experimentado en los años anteriores", la "Agencia Radical" se remitía a las conclusiones del congreso de Bolonia. A saber: "a) la lucha en pro de los derechos civiles que ha hecho del Partido radical uno de los promotores y de los más importantes protagonistas de la batalla por el divorcio comprometiéndose y trabaj

ando constantemente para reivindicar una legislación democrática, en la acción de apoyo de los objetores de conciencia, contra la ordenación y las estructuras autoritarias que sobreviven y se consolidan en la escuela, en el comportamiento de la policía, en la administración pública, en los puestos de trabajo, y en la organización del tiempo libre; b) el anticlericalismo; c) el internacionalismo y federalismo; d) el antimilitarismo y el pacifismo". Tras haber afirmado que el Congreso de Bolonia "ha afirmado la política de alternativa laica, democrática y socialista que el Partido persigue coherentemente desde febrero de 1963 y la decidida oposición a toda forma de colaboración de coloquio o de diálogo tanto con el partido clerical como con fuerzas católicas que directamente (izquierdas democristianas) o indirectamente (ACLI) aceptan la unidad política de los católicos que se expresa en la Democracia cristiana y en el apoyo que las jerarquías eclesiásticas proporcionan a este partido", la agencia subrayaba com

o "con el nuevo estatuto aprobado por el II Congreso nacional, el Partido se ha configurado normas de organización y de vida democrática que constituyen una absoluta novedad en la organización política italiana".

El órgano radical especificaba los objetivos del IV Congreso escribiendo que, tras un largo período de casi cinco años, en los que la continuidad y la actividad de reimpulso del Partido habían sido confiadas principalmente a la iniciativa autónoma de las secciones, las novedades constituidas por dichas conclusiones del congreso requerían un compromiso colectivo de debate y de iniciativa política, que no podía considerarse concluido en el Congreso de Bolonia. Para darse cuenta de ello era suficiente, por una parte, elaborar el informe con las deliberaciones del II Congreso de 1961 y, por otra, tener bien presentes nuestras enormes dificultades organizativas. El plazo del mes de noviembre, establecido por el Congreso, ofrecía la oportunidad de sacar adelante, al mismo tiempo sin solución de continuidad, la iniciativa política radical y el desarrollo y la profundización del debate iniciado en Bolonia. El IV Congreso debía constituir otra etapa fundamental en la reorganización del Partido y en sus programas de

lucha. Precisamente por el retraso con el que se había celebrado, el Congreso de Bolonia había desarrollado el papel casi de segunda asamblea constituyente radical, sobre todo en lo que se refiere a la definición de algunos grandes puntos sobre la lucha y las nuevas condiciones estatutarias. Era necesario escoger aquellas iniciativas nacionales que, en el espíritu del estatuto, debían constituir el compromiso común de todos los radicales hasta finales de 1968. Era necesario aclarar el carácter específico y original de la contribución de la izquierda, garantizando el desarrollo y el éxito de la campaña de afiliación al partido, que la Dirección lanzaba con este documento al mismo tiempo que convocaba el Congreso.

El 10 de agosto, la "Agencia radical" salió a la luz con un número especial con el eslógan "1967, año anticlerical" en el que, a parte de la polémica exclusivamente anticlerical, se aclaraban algunas posiciones, evidentemente previsibles, con respecto al divorcio, al Concordato y a los problemas de la educación.

El I de septiembre, tres dirigentes del Partido radical fueron denunciados, pero sin ser arrestados, por "vituperio del Jefe de Estado extranjero y manifestación no autorizada". Se trataba del secretario del Partido radical Gianfranco Spadaccia y de los profesores Aloisio Rendi y Angiolo Bandinelli. Con ellos fue denunciado Carlo Silvestro, uno de los jóvenes que habían participado en la manifestación de protesta contra el régimen griego y el rey Constantino por los radicales.

El 20 de septiembre, los acuerdos pactados entre los presidentes de los grupos parlamentarios de la mayoría de la Cámara, fueron comentados negativamente por parte de la junta ejecutiva del Partido Radical. Esta, en un comunicado, subrayando que "en el orden de prioridades establecido para los trabajos parlamentarios ha sido ignorado el proyecto de ley Fortuna para la institución del divorcio en Italia", denuncia a la opinión pública democrática y laica esta prueba más de la falta de autonomía y responsabilidad ante la exigencia de llevar a cabo una renovación laica de nuestro país proporcionada por las presidencias de los grupos parlamentarios republicano y socialista". La junta ejecutiva radical lanzaba un llamamiento a todos los demócratas laicos, y en particular al PSU, al PRI y a sus electores, afiliados, dirigentes o parlamentarios para condenar rápida y firmemente "este comportamiento, devolviendo con este gesto al debate parlamentario su dignidad ante los insistentes intentos de prevaricación y sabot

aje por parte de las fuerzas del régimen clerical".

El IV Congreso nacional del PR se desarrolló en Florencia del 4 al 5 de noviembre, sobre el tema la "Izquierda contra el Régimen".

El secretario del Partido, Gianfranco Spadaccia, inició con un informe afirmando que la evolución de la política en Italia a lo largo de los últimos años, al margen incluso de la esencia del Estado italiano tal y como se había configurado en la Constitución, justificaba el nombre de régimen dado a la situación de por aquel entonces, y ello se debía a la hegemonía de la DC en la vida política italiana, y al papel subalterno que desempeñaban las fuerzas de la izquierda. Los radicales, continuaba Spadaccia, promoviendo la alternativa de todo el ala a la izquierda de la DC y del Estado clerical, interpretaban las exigencias de renovación de la sociedad italiana. En esta perspectiva, laica libertaria, se comprendía la reciente reforma del Partido con la adopción de un carácter federativo. El Congreso escuchó los informes de Boldrini, Ballardini y Anderlini, que fueron leídos por tres congresistas pues los tres parlamentarios no habían podido intervenir en Florencia, trataban los temas de la política económica, po

lítica internacional y militar y la lucha por los derechos civiles. El segundo y último día del Congreso fueron escuchados los tres informes de Pergameno, Pannella, Felice Accame, Boneschi y Carlo Oliva.

En una nota de "Noticias radicales", a finales de diciembre de 1967, se comentaba favorablemente el acuerdo entre el PCI y el PSIUP para la presentación de candidaturas comunes al Senado. La nota decía que los radicales no estaban acostumbrados a "infravalorar los problemas de agrupación, a diferencia de otras minorías de la izquierda". De todas maneras, aclaraba la nota, en el seno de la agrupación de izquierda seguían estando abiertos los problemas del método y del contenido que las fuerzas de izquierdas hubiesen tenido que afrontar.

1968

A principios de febrero de 1968, la Junta ejecutiva del PR decidió presentarse a las elecciones generales de 1968 de las listas autónomas "por los derechos civiles, el divorcio, la laicidad y la moralización del Estado". En las listas figuraban, además de conocidos exponentes radicales, representantes pacifistas, divorcistas y minorías religiosas, así como los periodistas Jannuzzi de "L'Espresso" y Loteta de "L'Astrolabio".

"Noticias Radicales" del 14 de febrero además de publicar que el Partido radical se negaba a que sus dirigentes se presentaran candidatos con las listas de otros partidos de la izquierda, condenaba tajantemente la declaración de los Obispos italianos que invitaban a los católicos a votar firmemente por la DC.

A lo largo de los días siguientes, inició la presentación de las listas "para los derechos civiles", que tras una controversia con el ministerio del Interior, adoptaron el símbolo del PR. La Junta del PR, tomando nota de esta situación publicó un documento preelectoral en el que proponiendo para la V legislatura el tema de la unidad de la izquierda italiana como alternativa a la DC, criticaba la política que habían seguido hasta ese momento los partidos de la izquierda, sobre todo PSU y PRI, por la escasa preocupación de dichos partidos con respecto a los problemas relacionados con la laicidad y la moralización del Estado. El 29 de marzo se hizo público en todas las circunscripciones electorales, excepto en las de Milán, Roma y Pescara que el Partido radical iba a apoyar al PCI y al PSIUP.

Con respecto a los resultados de las elecciones legislativas del 19 de mayo, la Secretaría nacional del Partido radical publicó el 23 de mayo una declaración en la que se afirmaba que el voto del electorado había determinado una ulterior radicalización hacia la izquierda de la política italiana, considerada por el Partido radical una consecuencia positiva y coherente de la radicalización de la lucha política que se había determinado anteriormente en Italia. La izquierda - afirmaba el comunicado - se había beneficiado de esta situación obteniendo un resultado que, más que un premio a su política, era la expresión por parte de los electores de izquierdas de una clara voluntad de alternativa. Mientras los socialistas unificados - continuaba el comunicado - pagaban justamente un duro precio por la colaboración con las fuerzas clericales, el PCI y el PSUP se equivocaban al considerar estos resultados como éxito de su política de diálogo. Al contrario, el voto demostraba que sólo una clara política de alternativa

en el país podía determinar las condiciones de un avance de la izquierda.

El PCI y PSIUP habían avanzado por doquier pero sus éxitos eran más netos y marcados allá en donde la lucha obrera se había reanudado. Si bien no cabía duda sobre la influencia que había ejercido la reanudación de las luchas obreras y las agitaciones de masa del movimiento estudiantil en estos resultados - proseguía el comunicado - menos aparente pero no menos importante era el disenso católico que había nacido y se había desarrollado a partir de posiciones declaradamente laicas y de la nueva izquierda. La Secretaría del Partido radical consideraba la batalla divorcista que había permitido a miles de ciudadanos tomar conciencia de su injusta condición civil, igualmente importante aunque difícilmente evaluable. Prueba de ello, según el Partido era el éxito de los votos preferenciales obtenidos por Fortuna en las listas del PSU en Milán, indicación considerada significativa si se compara con el "fracaso de su Partido". El comunicado concluía invitando a las oposiciones de izquierda a no olvidarse de las papele

tas en blanco.

Los resultados de las elecciones legislativas fueron examinados por los radicales en un convenio convocado en Milán el 25 de mayo.

El 2 de junio, con motivo del desfile militar en Roma, un grupo de jóvenes radicales organizó una manifestación contra las fuerzas armadas. A continuación, la policía arrestó a 14 jóvenes entre los que figuraban Gianfranco Spadaccia, secretario del Partido Radical que fueron juzgados, sin tenerlos detenidos, por vituperación de las Fuerzas armadas. Sobre el episodio en cuestión, el Partido radical difundió un comunicado en el que afirmaba, entre otras cosas, que había mandado a su propios abogados para que denunciasen a la Magistratura por el comportamiento de la policía con motivo del 2 de junio y lanzaron un llamamiento a los demás partidos solicitando solidaridad. "De hecho no es admisible - afirmaba el comunicado - que un Partido, aunque no esté representado en el Parlamento, esté limitado de forma tan estrepitosa en su propia actividad hasta el punto de que la policía venga a su sede y prohiba la libertad de acceso a la misma" (La sede del Partido estaba ubicada en la calle Via XXIV Maggio en donde habí

an tenido lugar parte de los incidentes).

El 21 de agosto, con motivo de la invasión armada soviética y de otros países comunistas en Checoslovaquia y de los demás países radicales declaró que la agresión soviética y de los satélites del pacto de Varsovia contra Checoslovaquia era en primer lugar una agresión contra el socialismo y contra todo fermento revolucionario y de libertad en el mundo, así como una traición a la lucha llevada a cabo por el pueblo vietnamita contra el imperialismo y el colonialismo. "La agresión confirma que los llamados ejércitos populares de las llamadas repúblicas socialistas - prosiguió Pannella - no son, al igual que cualquier otro ejército, más que instrumentos de guerra civil y de opresión y de autoritarismo contra el pueblo y contra las luchas emancipadoras de las grandes masas socialistas y libertarias del mundo". Pannella continuó, afirmando que, al igual que en Grecia los militares y las castas dirigentes americanas habían utilizado la OTAN como instrumento esencial para llegar a la dictadura de los coroneles, en C

hecoslovaquia el Pacto de Varsovia había confirmado ser expresión ya no de las voluntades y de las necesidades defensivas de los pueblos socialistas sino instrumento de opresión y de agresión antisocialista. Pannella concluyó invitando a la izquierda a condenar unánimemente y a luchar incansablemente contra los responsables "de esta empresa vergonzosa y criminal, apoyando al pueblo checoslovaco en su lucha para la construcción de una sociedad socialista por la libertad, contra el imperialismo en todas sus formas, contra el autoritarismo, el militarismo y el dogmatismo que trágicamente parecen propagarse por el mundo".

El 26 de agosto, algunos exponentes del Partido radical iniciaron una huelga de hambre para apoyar al Partido comunista checoslovaco. Ese mismo día, un comunicado del Partido tomó nota con esperanza de las "reconfortantes noticias que llegan de las negociaciones entre Moscú y los legítimos representantes del Estado y del Partido comunista checoslovaco", invitando asimismo a las fuerzas políticas y a la opinión pública democrática a no dejar de movilizarse puesto que en la mesa de las negociaciones era necesario que la fuerza del ala socialista amonestase con su evidencia a los representantes del Estado Soviético. El comunicado añadió que en Italia y en Francia "las justas decisiones de los partidos comunistas" reforzaban el carácter popular y socialista de la condena contra la operación de los países del Pacto de Varsovia. El Partido radical invitó a la izquierda a no limitarse a "declaraciones y análisis adecuados" sino a permitir inmediatamente que las masas democráticas se manifestasen organizadamente.

Marco Pannella, el escritor de artículos de fondo Marcello Baraghini, el estudiante Antonio Azzolini y la profesora Silvana Leonardi, que volvieron el 27 de septiembre de Sofía en donde habían organizado una manifestación de protesta contra la invasión de Checoslovaquia por parte de las tropas del Pacto de Varsovia, contaron el 28 de septiembre su aventura a lo largo de una rueda de prensa que se desarrolló en la sede del Partido Radical en Roma. Pannella subrayó que la acción organizada de común acuerdo con la "War resisters' international" de Londres, lo logró tanto desde el punto de vista técnico como político y observó que las demás manifestaciones organizadas paralelamente en otras tres capitales de países que ocupaban Checoslovaquia habían tenido un carácter concreto, en contraste con la extrema prudencia con la que en Italia el PCI y el PSIUP demostraban su disensión. La acción de los radicales italianos había provocado la intervención de la policía búlgara que les había detenido en un primer momento

para luego expulsarlos del país.

En relación con tales hechos, el 26 de septiembre, el diputado Loris Fortuna, del directivo del PSU en la Cámara había solicitado que fuesen puestos en libertad los italianos con una interrogación al ministro de asuntos Exteriores. Ese mismo día, una delegación del Partido Radical se llegó hasta la embajada búlgara para ilustrar a los representantes del gobierno de Sofía el significado de la manifestación de los cuatro arrestados.

Del 2 al 4 de noviembre se celebró en Rávena el quinto congreso nacional del Partido radical, La mayor parte de los oradores, aun reconociendo que era conveniente llevar a cabo acciones políticas junto a los partidos de izquierdas, rechazó la posibilidad de anclarse establemente en alguno de estos partidos, de los cuales fue criticada incluso la estructura centralizada, la escasa elasticidad de relaciones entre la base y el ejecutivo, el dogmatismo y le excesivamente lenta asimilación de los problemas reales del país. Los congresistas decidieron dar una estructura federativa al Partido para dejar libertad de acción a los distintos grupos locales, limitándose en la moción final a fijar las líneas de fondo de acción: lucha por los derechos civiles, divorcio y control de la natalidad. El Congreso sostuvo la necesidad de llevar a cabo una acción articulada "contra el régimen, sostenido por las fuerzas clericales burguesas, por las estructuras del neo-capitalismo privado y del capitalismo de Estado y por la corru

pción". En particular, el rechazo del capitalismo de Estado se indicó como elemento de diversificación por parte de los partidos de la izquierda marxista. El Congreso examinó el propósito manifestado por Acción Católica de promover la adopción legislativa del referéndum para recurrir a dicho instrumento para abolir el divorcio en caso de que el Parlamento decidiese aprobarlo. A este propósito, los delegados, con un documento aprobado casi por unanimidad, decidieron que si se aprobaba la institución del referéndum iban a solicitar al electorado que aboliese el Concordato. Sobre este tema, se decidió enviar un mensaje a Carlo Arturo Jemolo para invitarlo a presentar su dimisión a la Comisión nombrada por el Gobierno Leone para el estudio de una simple revisión del Concordato. Como conclusión de sus trabajos, el Congreso, bajo propuesta del secretario Gianfranco Spadaccia, eligió secretario nacional del Partido a Mauro Mellini, uno de los mayores promotores de la Liga italiana para la institución del divorcio.

Angiolo Bandinelli fue elegido nuevo tesorero del Partido. La dirección general estaba compuesta, además de por los ex secretarios nacionales Pannella y Spadaccia, por Antonio Azzolini, Angiolo Bandinelli, Marcello Baraghini, Cipriano Bartoletto, Luca Boneschi, Vittorio Carena, Roberto Cicciomessere, Gianfranco Donadei, Ferdinando Landi, Giuseppe Loteta, Mauro Mellini, Enrico Pesci, Giuseppe Ramadori, Aloisio Rendi, Giuliano Rendi, Lorenzo Strik Lievers y Massimo Teodori.

La lucha contra el neocapitalismo, la corrupción y el clericalismo, la abolición del Concordato con la Santa Sede, la salida de Italia de los bloques militares y la institución del divorcio fueron los argumentos principales afrontados el 14 de noviembre por el Secretario del Partido radical, Mauro Mellini, en una rueda de prensa. En dicha ocasión se hizo saber mediante una carta que el Partido radical había solicitado al profesor Carlo Arturo Jemolo, a quien el gobierno había llamado para formar parte de la comisión de estudio para la revisión del Concordato, que rechazase el encargo, considerando que "el nombramiento de una comisión compuesta por técnicos confirma la intención del gobierno de mantener la cuestión de la revisión al margen de la una clara confrontación de responsabilidades políticas". Mellini aclaró que Jemolo había contestado negativamente a la petición.

El 27 de diciembre, la Dirección del Partido radical declaró que había retirado su delegación del congreso del PSIUP a causa del "comportamiento incorrecto de la presidencia del congreso, que a diferencia de lo sucedido en el resto de los partidos y movimientos de la izquierda de oposición y sin dar justificación alguna, le impidió saludar a los congresistas". La Dirección del Partido radical, en cualquier caso, y "a pesar del comportamiento político general del grupo dirigente burocrático", juzgó "extremadamente positivo" el debate del congreso, que situaba al PSIUP "como un partido que se vincula a la mejor tradición obrera de nuestro país". La Dirección del PR aprovechó la ocasión para subrayar que "el gran espacio vacío" que la izquierda debía llenar estaba relacionado con "la vida de los trabajadores a través de las estructuras del tiempo libre, de la asistencia pública, de la justicia, de la familia, de la educación, del ejército, de las comunicaciones de masa y del poder clerical".

N.d.T. (1) Missinos: MSI, "Movimento Sociale Italiano"; de extrema

derecha.

(2) Frentismo: (it. frontismo): tendencia a crear fuerzas

políticas de izquierda basada en el PCI.

(3) Tercerforcismo (it. Terzaforzismo): creación de una

tercera fuerza política alternativa a la DC y al PCI,

en los años sesenta.

 
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