Marco PannellaSUMARIO: Inspirándose en un artículo de Elena Croce publicado por "prospettive settanta", Marco Pannella dirige una dura arenga contra los exponentes de la cultura laica europea e italiana, los "antifascistas" y "anticomunistas" que han demostrado siempre su indiferencia ante las violaciones de los derechos humanos en el mundo, que nunca han sabido escuchar la petición de solidaridad procedente de los movimientos democráticos de liberación de América Latina, permitiéndole de esa manera al poder imperialista de las multinacionales imponer, "cargándose en primer lugar a la legalidad de Estados Unidos", "la más feroz defensa del beneficio salvaje en el Departamento de Estado y la CIA". Tras la justificación del anticomunismo han tapado los peores crímenes contra la humanidad, siempre al servicio del poder. El autor critica duramente a aquella izquierda incapaz de movilizarse si la víctima no es española, chilena o vietnamita. Hay que oponerse "contra el desinterés ( o el interés?) cada vez mayor de los que dom
inan la cultura y el poder en Italia con respecto a las libertades, a la vida de las minorías, de los exponentes de las mayorías de clase democráticas oprimidas en los países estalinistas, de feroz capitalismo de estado, de colectivismo autoritario y antisocialista". Concluye solicitando la movilización a favor de un caso ejemplar, el del matemático ruso Ploutsh, condenado a siete años por delito de opinión y encerrado en un manicomio.
(PROSPETTIVE SETTANTA, Octubre-Diciembre 1975)
Os escribo tras haber leído el editorial "A propósito de la unidad de la cultura europea" publicado en el último número de vuestra revista. No creo llamarme a engaños: esa página es de Elena Croce.
Cuando llegaban a Roma, a principios de los años sesenta, los monjes no violentos de la oposición civil en Vietnam del Sur, los budistas, cuyo sacrificio y cuya lucha impusieron más que cualquier otra, por aquel entonces, la actualidad de aquel conflicto ante la conciencia internacional, nadie les hizo ni caso.
La propaganda comunista los usó un poco, y fueron totalmente sofocados y burlados políticamente por nuestra noble cultura laica y republicana. Ni tan siquiera se dieron cuenta nuestros líderes históricos, republicanos, socialdemócratas, etc. (laicos, en resumidas cuentas), pontífices del partido-iglesia americano en Italia, codelincuentes de extrema derecha tal y como lo fueron con respecto a la realidad nacional estadounidense, elogiadores de los desembarcos en Suez y espectadores neutrales de masacres y de las torturas europeas y francesas en Argelia, tetrágonos aliados "atlánticos" de turcos, griegos y portugueses.
Recuerdo a aquellos monjes, aquellos literatos, aquellos estudiantes que nos preguntaban dónde estaba la Europa hacia la que habían acudido con tanta confianza, la Europa cristiana, la Europa de la tolerancia; la Europa de Voltaire, añadía uno... Muchos de ellos han muerto, o callan para siempre; murieron también de aquella desilusión que se llevaron. La falta de solidaridad europea, la falta de escucha europea mató a una alternativa política e histórica de gran valor para Asia entera, para todos nosotros.
Pero, quién supo escuchar durante décadas el llamamiento del APRA y de los demás movimientos democráticos de liberación de América Latina, y luego el del presidente Bosch de Santo Domingo? Y quién, mientras estuvo en vida, entre nuestros predicadores de libertad y de justicia, de intransigencia (por aquel entonces) "anticomunista" y "antifascista", oyó la ingenua, dramática, valiente, antigua llamada del patriota chileno, del burgués masón y socialista, del no violento Salvador Allende?
Allá por donde el poder imperialista y capitalista de las multinacionales, haciendo polvo en primer lugar la mismísima legalidad estadounidense, ha ido en los últimos años y décadas imponiendo la más feroz defensa del beneficio salvaje al Departamento de Estado y a la CIA, ensalzando la bandera americana sobre escombros de civilización y de humanidad, los gestores políticos de la cultura laica europea, sus gestores de Italia no lo han visto nunca, ni oído, ni juzgado. Es honesto y necesario asumirse la responsabilidad de dar nombre a estos poderosos. Son ellos mismos los que sabemos son insensibles y ajenos a todas las luchas por los derechos civiles en nuestro país, mientras no tienen las de ganar. Los mismos que en nombre de la civilización atlántica y de la cultura europea, de Guicciardini y de Macchiavelli, de la realpolitik, de la ragion di Stato y de la razón de partido, hallaban normal y de poca monta acoger en Roma a Ciombé, aún fresco del asesinato de Lumumba; y sigue pareciéndoles normal que en el
Quirinal se concedan audiencias solemnes, por parte de la Farnesina y del Santo Padre al grotesco carnicero Amin Dadá, presidente de Uganda, que en los últimos días vino con un buen refajo de dólares para comprar armas y policías en Italia. Pero tiene razón Elena Croce, para aquellos, para los que cuentan, para sus pretendidos representantes oficiales y apoderados acreditados, la cultura europea ya no existe, es una no-cultura. Ese servilismo hacia la extrema derecha imperialista y capitalista internacional no es ni tan siquiera una opción política, por mezquina que sea, tal y como podría parecer. Es el vacío, es la nada. Que otros, lamentablemente, llenan con sus intereses.
La vieja, cultura hecha añicos, el cultivar el poder; adorar el tótem de la violencia de las instituciones como camino obligado del progreso y de la civilización es, en resumidas cuentas, la "cultura" predominante entre intelectuales burgueses o burguesizados, entre nuestra clase dirigente. La escasa fortuna de Julien Benda por su profética denuncia de la traición de clérigos no es cierto casual ni, creo, inherente al valor de su mensaje.
Durante un par de décadas les ha sido posible hacer trampas: el anticomunismo - con sus mil y una ocasiones cotidianas de justificación, de intervención, de escándalo permitía y obligaba a los señores a gritar o a relamer la palabra "libertad" ("de la cultura" se apresuraban a veces a aclarar), las declaraciones de los derechos del hombre, sacándolas de la basura de sus comportamientos. Dichos pontífices laicos en compañía inevitable de los cardenales Ottaviani, los Leo Longanesi, los Almirante, pero con distinta, legitimidad inicial, han logrado sobrevivirse a ellos mismos gracias a Stalin y al estalinismo togliattiano (1), desenfrenado y dogmático, fiel y cínico. Todos, de igual manera, buenos burgueses "europeos", en realidad pueblerinos y subalternos coetáneos de Foster Dulles y de Vittorio Valletta. Sus clientes, y sus menores o se enganchan a estos papeles de ayer y se arraigan a la fortaleza montanelliana (2) como el Rosario Romeo del "Sí" y el Gabrio Lombardi así como Aminitore Fanfani, o intentan ha
llar equivalentes y ministros o subsecretarios de la DC, editorialistas de Piero Ottone o de Arrigo Levi, confirman ser antisocialistas y antirradicales, filoclericales y ahora filocomunistas, al servicio de dos patrones. De esta manera, ahora ya ni en Rusia se atreven a manifestar su "amor por la libertad"...
He escrito "de dos patrones"? No. Sigue teniendo razón Elena Croce: de uno sólo, del poder por el poder. De esta manera, hoy por hoy, en vez de los monjes budistas, de los liberales de los países del Magreb, de América Latina, de los socialistas libertarios, liberales, laicos, antiautoritarios, antiestalinistas, radicales italianos, objetores de conciencia contra el monopolio del gobierno del partido americano y de oposición del partido soviético, más que cualquier otro, más que los españoles, los chilenos, encontramos y reconocemos a los literatos rusos del exilio y de la cárcel, de la oposición interna de los escritores y de los científicos. Tras ellos, sólo el horizonte que logramos divisar, la inmensa y necesaria teoría sin confines de trabajadores y de personas que se quedan sin nombre, a los que un día vamos a tener que ponerles cara y por lo menos piadosa sepultura. Sólo sus asesinos los conocen.
Elena Croce, repitámoslo, tiene razón, tiene razón en su soledad y, tal vez precisamente debido a sus soledad, ni querida ni escogida, pero con tanta humildad y fuerza adoptada y preferida a la promiscuidad de la industria "cultural" de régimen administrada por cuenta de los Cefis (3), de los Agnelli (4), de los Fanfani (5), de los La Malfa (6), de los Berlinguer (7), de los Ottone y de los Levi y Casalegno, de los Rizzoli o de los Hermanos Fabbri (8).
A los Sinyaski y los Solchenitsin sólo les aplauden los "fascistas" y los montanellianos, es decir nada, pues no haya nada más que este nada en el poder "democrático" de la Europa oficial, de Roma, en primer lugar. Menos que nunca, ahora, consideran a aquellos "anticomunistas atlánticos" y europeístas, liquidadores de la Europa política, parásitos de una Europa cultural de la que no han aprendido más que los vicios, las cateterías, las servidumbres y las traiciones.
Ahora lo vemos. Quienes han vivido postrados ante la razón de Estado y de partido y sólo por este motivo ha hecho alguna que otra manifestación y sólo "anticomunista" ahora no puede más que callarse. Tras los contratos y los comercios del capitalismo Estatal y privado italiano con el este europeo, tras Helsinki y sus acuerdos, tan útiles cuanto mezquinos, tras el 15 de junio y los gobiernos regionales de centro-izquierda-abierto podrá como mucho mirarlos como posible mercancía de intercambio, como armas de chantaje en los nuevos juegos de poder entre nuevos cómplices. Por ello todavía no estoy seguro de poder compartir a fondo la crítica que se hace, por rigurosa y convincente que sea, contra los literatos rusos. Acaso, realmente, el suyo no es más que orgullo? y si fuese un orgullo acertado? Tal vez les han dejado ciegos, pero por qué no esperar, para estar seguros, a que tengan algo que ver? Los hay, y son muchos, los científicos racionalistas y marxianos, otras fuerzas del disenso nacional o del disens
o militante. No. Tenemos que oponernos contra el desinterés ( o acaso interés?) cada vez mayor de los que administran la cultura y el poder en Italia con respecto a las libertades, a la vida de las minorías, a los exponentes de las mayorías de clase y democráticas oprimidas en los países estalinistas, de feroz capitalismo de estado, de colectivismo autoritario y antisocialista.
Con las armas de su profesión, Elena Croce nos entrega dos paginitas más que consabidas, repetitivas y sobadas: por lo que a mí respecta, no conozco denuncia más convincente, densa y conclusiva de una realidad intolerable, ni explicación más profunda.
Cientos de miles de personas, en todo el mundo, cientos de miles se han tirado a las calles de Roma para luchar, a su manera, en estos días contra un viejo general embalsamado en el poder, regalándole hasta la perspectiva de muerte que tenía que rogar a su señor que le diese: le bastaron cinco nuevos asesinatos para darle la trágica celebridad que pagó en otra época con el exterminio de cientos de miles de opositores. Si la violencia no fuese siempre necesariamente estúpida también les hubiese bastado algún que otro día de paciencia, un par de procesos del tipo de los que Italia el Tribunal de Segunda instancia y los Tribunales militares celebran cada día, para poder apoyar la patente podredumbre de las críticas que lo atacan. Para muchos sería un mártir y un ejemplo de injusticia. Contra treinta y cinco militares ajusticiados por las oposiciones en un sólo año, contra la primacía de un Jefe de Gobierno enviado al cielo con un atentado sin un muerto en la otra parte, cuál era el balance de equidad y de mod
eración Franco podía reivindicar? Si la pena de muerte es admitida, de hecho, si la pena de tortura es dada sin protestas y sin luchas que se le oponen, qué injusticia contra este viejo, "honesto" general católico y nacionalista.
Pero de él se ocupan muchos. Era hora, la verdad. Sus enemigos son defendidos como tales: no importa mucho lo que hacen, lo que han hecho, la legalidad, la justicia de los medios que usan contra este exterminador de españoles. En resumidas cuentas, Franco está acabado. Y la URSS? Sinyaski y Solchenitsin son defendidos, comprendidos y ayudados? No. Se hallan entre nosotros, con los que encuentran. Y con quién si no? Sajarov? Su mujer ha logrado hasta que la curasen médicos italianos. Y habla mucho...
Y el matemático Ploutsh? Condenado a siete años por delito de opinión, desde hace más de tres lo están aniquilando, día a día en el manicomio especializado en curar las desviaciones políticas.
Desde hace más de un año, dos mil matemáticos de todo el mundo, con todos los medios, súplicas, cartas, intentos respetuosos pidiendo la gracia, alguna que otra campaña de prensa, intentan obtener la verdad, arrancar la gracia, y el derecho al exilo para él y su familia. Es un caso, un ejemplo. Pero también es una persona, como cada uno de los fusilados de Madrid.
Permitir que la intervención de Elena Croce se quede sin moraleja política y colectiva, sin el seguimiento que la inteligencia exige si tiene respeto de sí misma, sería nuestra costumbre, en la de nuestra "cultura", la de los hechos aunque no la proclamada y abusada como justificación por nuestros queridos amigos. Propongo, por el contrario, que se debata este tema inevitable con una praxis distinta y más severa. Salvemos a Ploutsch mientras tanto. Actuemos cada día, con iniciativas públicas y declaraciones, para que una campaña adecuada, humilde y con confianza, le arranque al poder esta víctima, aunque no sea española, chilena o vietnamita. Sino rusa, soviética, europea, en resumidas cuentas.
La violación de los derechos del hombre proclamados en San Francisco está clara. Las violaciones del mismísimo tratado de Helsinki, también; al igual que a la convención europea.
Nuestro gobierno tiene que intervenir, de alguna manera. Pero concreta e inmediatamente. Agnelli y Cefis, Berlinguer y Vecchietti, también. Los Ottone y los Levi y, más que cualquier otro, y adecuadamente, con debates de alta escucha y audiencia, la RAI-TV estatal. De lo contrario, será difícil sostener ante la historia la mirada trágica y homicida de los Franco y los Pinochet, así como el apagado de los ministros anticomunistas-criptocomunistas, anticlericales-criptoclericales, antifascistas-criptofascistas que nos gobiernan.
Roma, octubre de 1975
N.d.T.
(1) TOGLIATTI PALMIRO . (Génova - 1893- Yalta 1964). Colaborador en Turín de Antonio Gramsci, uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano. Secretario del PCI desde 1927 hasta su muerte. Transcurrió largas temporadas en el extranjero, en Moscú (en la secretaría del Comintern) y en España (durante la guerra civil española). Volvió a Italia en 1944, puso en marcha una política "nacional" a partir del voto sobre los Pactos de Letrán, enfrentándose con las fuerzas laicas italianas. Estuvo en el gobierno de 1944 a 1947, incluso como ministro. Tras las elecciones de 1948 monopolizó el papel de la oposición pero favoreció igualmente la prioridad del "diálogo" con la Democracia Cristiana y el mundo católico, sin romper nunca con el Vaticano. El proyecto de "vía nacional hacia el socialismo" no logró el objetivo de fondo, es más condujo al estancamiento del sistema político e impidió a la izquierda conquistar una "alternativa" de gobierno a la Democracia Cristiana.
(2) MONTANELLI INDRO . (Fucecchio 1909). Periodista y escritor italiano. Famosas sus corresponsalías desde Hungría en el 56. Tras una larga colaboración en "Il Corriere della Sera" dejó periódico en 1974, pues ya no compartía la línea del mismo, para fundar "Il Giornale Nuovo". Por discrepancias con Silvio Berlusconi, ha abandonado la dirección del mismo y ha fundado "La Voce". Ha escrito libros con éxito.
(3) CEFIS EUGENIO . (Cividale del Friuli, 1921) presidente del ENI (Entidad nacional de hidrocarburos) (1967-71) y de la Montedison (1971-1977). Protagonista de la reconstrucción económica italiana, favorecida por su política petrolífera y metanífera, utilizó sistemas de poder y corrupción para lograr sus fines.
(4) AGNELLI . Familia de industriales italianos del automóvil. Giovanni (Turín 1866-1945) fue el fundador de la FIAT. Su nieto Giovanni - conocido como Gianni (1921) - es actualmente presidente de la sociedad, mientras que su hermano Umberto (1934) es el vicepresidente. Entre 1974 y 1976, Gianni fue también presidente de la Confindustria, la asociación sindical de los industriales, mientras Umberto ha sido senador desde 1976 ahasta 1979. Gianni Agnelli fue nombrado senador vitalicio en 1991 por el ex-presidente de la República Italiana, Francesco Cossiga.
(5) FANFANI AMINITORE . (Arezzo 1908). Político italiano, profesor de historia económica, personalidad eminente de la democracia cristiana, de la que fue secretario desde 1954 hasta 1959 y posteriormente desde 1973 gasta 1975 otorgándole un fuerte carácter corporativo con la utilización de la industria pública como punto del desarrollo económico. Jefe de gobierno (1958-59; 1960-62; 1962-63; 1982-83), en repetidas ocasiones ministro de asuntos exteriores (1964-65; 1965-68), presidente del Senado (1968-73; 76-82).
(6) LA MALFA UGO . (Palermo 1903-Roma 1979). Político italiano. Uno de los fundadores del Partido de acción (1942), se sumó posteriormente al Partido Republicano Italiano (1948) transformando su fisionomía para intentar crear un partido liberal moderno ligado a las fuerzas productivas. Fue secretario del mismo (65-75) y presidente. Ministro en repetidas ocasiones y vicepresidente del consejo (1974-76).
(7) BERLINGUER ENRICO . (Sassari 1922 - Padua, 1984). Político italiano. Diputado desde 1968, secretario general del Partido comunista italiano (PCI) desde 1979 hasta su muerte, tras la crisis y el asesinato de Allende forjó el "compromiso histórico", que produjo desde 1976 hasta 1979 la llamada "mayoría de la no-desconfianza", máxima realización de la estrategia togliattiana para un acuerdo orgánico con la Democracia Cristiana. Su proyecto de dar vida al que se ha dado en llamar "Eurocomunismo", es un intento de proyectar en occidente un reformismo que no renegase del todo la experiencia comunista.
(8) editorialistas y casas editoriales.