SUMARIO: Ha estallado, a partir de la divulgación de ciertos documentos en Estados Unidos, el escándalo de los sobornos pagados por la Lockheed para la compra por parte de la aeronáutica militar italiana de los aviones de transporte C-130 Hércules. Marco Pannella especifica sus acusaciones contra la Junta investigadora y al Presidente de la República italiana Giovanni Leone. La denuncia está dirigida a ese asociarse para delinquir que tiene como elemento central a los hermanos D'Ovidio Lefebvre, reconociendo que Leone los protegía políticamente.

(Noticias Radicales - Marzo de 1977 del libro "Marco Pannella - Escritos y discursos - 1959 - 1980", editorial Gammalibri, enero de 1982).

La prensa italiana sigue sosteniendo que el grupo de diputados radicales afirma que el presidente Leone es culpable de una serie de delitos y que solicita a la Junta investigadora que proteste. Ello es totalmente inexacto. Si existe polémica directa por nuestra parte, es contra la Junta investigadora. Hemos afirmado y documentado que la Junta ha omitido ver y juzgar lo que tenía ante sus narices: es decir una gigantesca asociación para delinquir en detrimento de la defensa y de la independencia, así como la honestidad del Estado; a parte de otros muchos objetivos de carácter criminal. Hemos afirmado y sostenido que en el centro de esta asociación para delinquir y del único proyecto de carácter criminal, crecido y realizado a lo largo de diez años, se hallan los hermanos D'Ovidio Lefebvre, a los que hasta el momento presente se les reconoce una sola predominante amistad y protección política: la del abogado y presidente de la República italiana Giovanni Leone. Hemos subrayado y documentado que con respecto a

los hermanos D'Ovidio Lefebvre se ha producido una omisión de investigación, en particular en lo que a la cuestión de la Lockheed se refiere, aunque no sólo en ésta.

A partir de informaciones que han demostrado ser totalmente exactas, divulgamos en el día de ayer un nuevo documento de la Junta Investigadora. Insistimos, absolutamente exacto: el cheque de cincuenta millones, la firma de Antonio Lefebvre, el destinatario Monseñor Prignon, la fecha de mayo de 1972, son exactas los datos del Monseñor. A partir de estas informaciones y de otra que se ha revelado inexacta. Noticias radicales, en el día de ayer, conjugando en condicional, de forma dubitativa, presentó la hipótesis de que existiesen relaciones entre Monseñor Prignon y el presidente Leone.

Debido a que ello ha sido desmentido por el Vaticano y el Quirinal, el documento cobra mayor pertinencia con nuestras críticas e instigaciones con respecto a la Junta Investigadora. Reviste mayor gravedad. Los hermanos D'Ovidio Lefebvre aparecen ahora claramente vinculados a aquellos intereses vaticanos que son la base del "saqueo de Roma". Dejemos por ahora caer en la extraña coincidencia el hecho de que, pocos meses después de que se instalase el presidente Leone en el Quirinal, su amigo habitual, socio y comensal D'Ovidio Lefebvre, se ocupe de una turbia operación financiera e inmobiliaria precisamente a pocos metros de su apartamento. Por el momento no nos interesa ni nos parece importante.

Pero era de imaginar y ahora parece probable, que la acción, la asociación para delinquir de la que nadie querrá negar la existencia y sus características, encuentran a sus naturales aliados en esa hacienda vaticana que desde los Monseñores Marcinkus hasta los Virgillito y los Sindona(1), a otros importantísimos institutos bancarios y financieros italianos e internacionales, constituyen un tumor de la hacienda italiana, también ella, al igual que la ciudad de Roma, sometida al saqueo sistemático de los atracadores capitalistas, pseudo-católicos y clericales, indisolublemente aliados.

El hecho de que el vaticano lo haya desmentido lo confirma, nerviosa y peligrosa para quien la ha proporcionado, porque el órgano de prensa del Estado no ha dudado en los últimos tiempos en interferir insistentemente en la cuestión Lockheed, en defensa de los acusados y los acusadores. Tras haberlo desmentido, es posible y es obligatorio, en lo que nos concierne, confirmar nuestra indignación a la Junta Investigadora, y mientras tanto para verificar y porque es de nuestra competencia, pasar este documento a la atención del magistrado ordinario, por fraude fiscal y violación de las leyes urbanas. Nada más natural que en una cuestión semejante caracterizada por muchas incursiones en delito, existan en esta fase de la investigación.