Marco PannellaSUMARIO: Pasquale Frezza, ex detenido y ex internado en manicomio, a modo de provocación candidato a las listas radicales, es indicado como miembro de las brigadas rojas, y el Pr colabora en las investigaciones para hallarlo. Frezza ha sido escogido entre otras mil personas como pretexto y justificación de una operación turbia, en un pantano de comportamientos siempre iguales, desde De Lorenzo hasta los siniestros de Milán, Brescia y Peteano. Frezza, saqueado por el Estado o por el Paraestado, probablemente hubiese debido ser puesto en libertad, su arresto es un gaje del oficio. En casa radical la vigilancia funciona. Funciona en otras partes? Se vigila lo suficiente para que al periodista que ha detectado a Frezza se le garantice la vida, y no caiga en "depresiones" que lo impulsen al suicidio, tal y como aconteció con el coronel Rocca y los demás mezclados en las cuestiones del poder?
(SECOLO XIX, 13 de febrero de 1979)
(El Partido radical, en cuyas listas había sido candidato Pasquale Frezza, ha colaborado en las investigaciones directas para localizar al presunto miembro de las Brigadas Rojas indicado por el periodista Viglione. Publicamos al respecto un artículo de Marco Pannella.)
Han bastado cuarenta y ocho horas a partir de la lectura de las revelaciones de "L'Espresso" para que un periodista de "Il Secolo XIX" partiendo de una sospecha fundada hiciese saltar los mecanismos necesarios para descubrir la identidad del miembro de las brigadas en cuestión, en teoría buscado por todas las policías italianas desde hace más de seis meses. Han bastado algunas horas para permitirle al grupo parlamentario radical, con la colaboración de aquel periodista y del colega de "L'Espresso" autor de dichas revelaciones, entregar a la magistratura la solución del misterio, la identidad del "miembro de las brigadas", la dirección, hasta el lugar en el que se hallaba en esas mismas horas. A partir del momento en el que se indica que un de los ex detenidos y de los ex internados en el manicomio con los que contábamos, con provocadoras proclamaciones y decisiones ante la RAI estatal, introducido en nuestras listas electorales, podía ser el "miembro de la Brigada" de Viglione, Piccoli, Cervone, Dalla Chiesa
(1) la verdad, la verdad, esta verdad, ha sido adquirida en un santiamén para la justicia y la opinión pública.
El escándalo empieza ahora. Mientras no se conocía la identidad y la personalidad de Pasquale Frezza que, no por casualidad, era celada con sumo cuidado por parte de Viglione, que la conocía muy bien, tanto que nuestros servicios de seguridad o el general Dalla Chiesa al no descubrirla no es de sorprender que tuviesen sus dudas, incredulidad pero también prudencia al sacar ilaciones sin ninguna prueba concreta con hechos. Pero ahora, es evidente que Pasquale Frezza no ha sido más que un pretexto, una justificación, un utensilio para una acción turbia y preocupante como no se podría producir mejor ni con él ni con otros en este ya de por sí grave y escandaloso acontecimiento.
Se ha escogido entre el montón de los mil y un fanfarrones, mitómanos, estafadores lo que mejor les parecía de los otros, lo más explotable y utilizable, tal vez por motivos logísticos para obtener una operación que ahora tiene que ser totalmente explorada y aclarada y en la que se hallan implicados y están implicadas estructuras y hombres por encima de toda sospecha. Esta vez no hacen falta ni tan siquiera pasaportes falsos del ministerio del interior ni de exteriores: desde Bordighera, en Francia, hasta Munich, se va en un abrir y cerrar de ojos, por mil vías.
Y desde Munich se vigila bien, con facilidad, como si se pusiese sobre la mesa de trabajo lo que está en juego. Por qué ha montado Viglione toda esta historia? Cómo puede ser que no le pidiesen ni tan siquiera que procurase en seis meses de encuentros las huellas digitales, por lo menos del "miembro de las brigadas"?
Y la policía? Y el general Dalla Chiesa? Pero cómo? Nadie piensa en comprobar si a caso no se trata de un político con antecedentes o no? No se sigue a Viglione? No se le pregunta al presidente Piccoli (2) que ha considerado inoportuno desmentir el haber confirmado su aprecio por este nuestro colega periodista, en las fases calientes de esta su acción si acaso no puede ayudar mejor a que la justicia siga su curso, en esta ocasión? Quién tenía miedo y por qué de echarle las manos encima a este "miembro de las brigadas" verdadero o falso, auténtico o no? Pero, por el amor de dios, se le hubiese dado un mínimo de crédito, un máximo de caso a Viglione desde el momento en que se movilizaban repartos especiales para hipotizar reuniones en Toscana de obispos, y carabineros, terroristas y políticos, parlamentarios y periodistas, presentados como el estado mayor de las BR. Por qué? Si Frezza hubiese sido desenmascarado inmediatamente, tal y como se debía y podía fácilmente, y también viglione, qué iba a falt
ar y a quién?
Qué chantajes, qué dramas, qué juegos podridos y peligrosos para la República cubren estos pantanos de comportamiento siempre iguales desde Del Lorenzo hasta nuestros días, desde Milán hasta Brescia, desde Peteano hasta Verona hasta Padua, desde Roma a Catanzaro?
Entonces, es relevante actuar inmediatamente con claridad. Profundizar todo mínimo detalle. Empezando por esta historia de un millón dado a Frezza que parece por el contrario haya logrado resolver situaciones personales algo preocupantes y enrevesadas de lo que no se resuelven con dicha suma.
Ha circulado otro dinero de Estado o paraestado? Cuánto? Es posible que un mitómano, un farsante que acepta dejarse implicar en el siniestro de Via Fani (3) y en el asesinato de Moro (4), cuya petición de enrolarse es aceptada con tanta celeridad, pida sólo dinero para tabaco y algún que otro viajecillo a Roma o a Munich?
Ha habido un gaje de oficio de por medio, como de costumbre, para los organizadores y las operaciones de Moro y demás. Un accidente de trabajo. Frezza no tenía que ser pescado. Hacía falta libre y misterioso. Ahora lo han pescado o deberían haberlo pescado (de lo contrario se planterían ulteriores interrogantes). En casa de los radicales la vigilancia funciona. Confiamos en que suceda lo mismo en otros lugares. A propósito, se vigila bastante el aislamiento de Viglione (creo que no) o la salud de Viglione? No quisiéramos que a nuestro colega le pasase algo malo, cayese en depresiones, tal y como aconteció con el coronel Rocca y otros implicados en los asuntos del poder.
N.d.T.
(1)DALLA CHIESA CARLO ALBERTO . (Saluzzo 1920 - Palermo 1982). General de los carabineros. Coordinador de las investigaciones sobre las "Brigadas Rojas" desde 1978, nombrado en 1982 supergobernador civil de Palermo para la lucha contra la mafia fue asesinado junto a su esposa.
(2) PICCOLI FLAMINIO . (Kirchbichl, Austria, 1915). Político italiano. Secretario de la Democracia cristiana (DC) 1969, 1980-82). Presidente de la Comisión de Asuntos exteriores de la Cámara.
(3) VIA FANI . Calle romana en la que fue secuestrado Aldo Moro. En dicha ocasión, las Brigadas Rojas asesinaron a la escolta de Moro.
(4) MORO ALDO . (Maglie 1916 - Roma 1978). Político italiano. Secretario de la Democracia cristiana (1959-65). Artífice de la política de centro izquierda. Ministro en repetidas ocasiones, Presidente del Consejo (1963-68, 1974-76). A partir de 1976 presidente de la democracia cristiana (DC). Preconizó el acercamiento del Partido Comunista Italiano (PCI) al gobierno delineando al hipótesis de una "tercera fase" (tras la del "centrismo" y la del "centro izquierda") del sistema político. Secuestrado por las Brigadas Rojas en Roma, el 16 de marzo de 1978, fue encontrado muerto el 9 de mayo del mismo año.