Roberto RoversiSUMARIO: La desaparición de Pasolini ha dejado "un vacío de lectura y de participación". De los muchos problemas que él suscitó y que se han quedado "por resolver" existe el de los "derechos civiles", que se "remitía a los radicales". "El radicalismo de Pasolini era algo aproximado", aunque "lleno de rabia comprensible". Esta "aproximación" expresaba su convicción" de no tener que "calcular la necesidad de instrumentos específicos político-ideológicos" para afrontar ciertos problemas. A él le bastaba una "sincera ansia democrática", la búsqueda de una "obediencia a leyes futuras y mejores", una voluntad de "reconstrucción" que es la verdadera tarea del PCI y de los radicales de Pannella. En el terreno "político" Pasolini llamaba a los radicales a su deber de "seguir" defendiendo los "derechos civiles" sobre todo los de los demás, la "libertad de los demás": "una idea de libertad que es conmovedora y... religiosa".
(»Rinascita del 20 de julio de 1979 - vuelto a publicar en "I RADICALI: COMPAGNI, QUALUNQUISTI, DESTABILIZZATORI?", a cura di Valter Vecellio, Edizioni Quaderni Radicali/5, 1981)
Contrariamente a lo que afirmaba Camon, creo en "Il Giorno", en una conmemoración entre otras cosas comprensiblemente conmovida, no creo que tengamos que sentirnos huérfanos de Pasolini (1). En todo caso, algo culpables por algo que no hemos hecho por él. La desaparición de Pasolini, ni que decir tiene, ha dejado un vacío de lectura y de participación todavía por colmar, en el marco del periodismo de ideas, desde la improvisación de otros personajes que se han propuesto y se disponen. Por supuesto, el Pasolini "corsario" está recopilado en volumen y por lo tanto habría que leerlo entero, si se desea; pero es igualmente válido el grupo de los problemas que él ha ayudado a detectar, a circunscribir, a reconocer que están por resolver. Y no solo: están aplicados a medias, pues nadie se ha comprometido a trabajar duro en ello. Uno de estos problemas en primer plano se refiere a los "derechos civiles" y se remite a los radicales. Al creer que es útil confutar todo ello, acepto efectuar algunas consideraciones en
calidad de lector honesto. El radicalismo de Pasolini era algo aproximado, muy aproximado, como su marxismo. Pero también estaba lleno de la comprensible rabia y de una justa verdad. Por lo que era justo y útil en particular y en general y por ello podemos, es más debemos, hablar al respecto. Al reconocer inmediatamente que en el ámbito de la cultura oficial las cotizaciones de Pasolini, en este momento, parecen decrecer; con la misma intensidad con la que aumenta la atención de los jóvenes con respecto a él. He hablado de aproximación, que es por supuesto un límite pero que es también un mérito si está determinado por la convicción de no querer adoptar compromisos demasiado teóricos y argumentados y no calcular, adrede, la necesidad de instrumentos específicos político-ideológicos para afrontar determinadas cuestiones. «Le bastaba la "sincera ansia democrática!; le basta actuar y pensar "en nombre de una tolerancia real", tal y como escribió en una carta a Pannella publicada por el "Corriere della Sera" del
18 de julio de 1975. En el mismo contexto, cabe indicar otros dos puntos de relieve: la referencia a los poderosos democristianos que "aceptan y asimilan imperturbables, y conscientes, el cinismo de la nueva revolución capitalista (la primera gran revolución de derechas); y ello les hace perfectamente nuevos y modernos, los más nuevos y modernos de todos". Es la conclusión parcial: "sin embargo, está claro que lo que hoy por hoy cuenta es detectar y vivir una "obediencia a leyes futuras y mejores" - parecida a la que, tras Piazzale Loreto (2), nació de la Resistencia (2) - y la consiguiente voluntad de "reconstruir". Fundar la posibilidad de esta obediencia, concluía Pasolini, "es el verdadero gran papel histórico del Partido comunista italiano pero también lo es tuyo y de los radicales, y de cada uno de los intelectuales, y de cada hombre solo y de buena voluntad". Esta es una indicación realista (metodológica) que a penas deshoja las razones del sentimiento para transferirse inmediatamente al terreno de u
na práctica política que pide compromiso pero sobre todo duración, cansancio y tal vez fuego (es decir, la tensión prolongada) de la reflexión. Con la consiguiente capacidad y voluntad (una indiferencia cansina) de ser poco popular; es decir de proponer tesis o conclusiones contra la norma de las buenas costumbres ideológicas en curso. Pero lo gordo de estas ideas-conclusiones, orgánicamente dispuesto en ocho parágrafos, Pasolini lo trasladó a la intervención leída en el congreso del Partido radical, que se celebró en Florencia si no me equivoco. En dicha ocasión, ofreció dos afirmaciones concretas: "Estoy aquí - dijo al principio - como marxista que vota por el Pci y confía mucho en la nueva generación de comunistas. Confía en la nueva generación de comunistas por lo menos tanto como confía en los radicales". Y al final concluyó "contra todo esto vosotros no tenéis que hacer nada más (creo yo) que seguir siendo sencillamente vosotros mismos; lo cual supone seguir siendo irreconocibles. Olvidar inmediatament
e los grandes éxitos; y seguir impertérritos, obstinados, eternamente contrarios, pretendiendo, queriendo, e indentificándonos con el que es distinto; escandalizando, blasfemiando".
Hay rigor en la identificación hecha del papel de los radicales en el contexto italiano; un contexto plantado en el fango del ritualismo arrogante de todo tipo (a nivel de poder). No agregado, sino libre, ágil patrulla de vanguardia, el radicalismo es auténtico, es tan auténtico que tiene que desempeñar su función inigualable de perro de guardia y de ataque en pro de los derechos civiles. Derechos, y que quede bien claro, no son los que nos sirven sino los que debemos querer que sirvan a nuestros adversarios. Y que son tales, afirmaba Pasolini en el tercer párrafo de su intervención, en su utilidad de fondo, sólo si son distintos; si son derechos nuevos; y no los que promueven, pueden promover al rango de aquellos que ya tienen estos derechos. Pues de esta manera se produce sencillamente una adecuación a las instituciones actuales y nada de revolucionario; es decir no cambia nada. tutelar el derecho de los demás significa tutelar la libertad de los demás,y esta es la única "justa" democracia: de esta manera
se identifica también correctamente en los radicales un franciscanismo político no abstracto ni triunfalista, sino militante, resistente, nunca indiferente; realmente propio del "beso al leproso". Es una identificación moral muy sobada y repetida, que se ciñe en torno a una idea de libertad que es conmovedora y, yo diría, religiosa. Pues radical es que quiere dar todo pero también quiere saberlo todo.
Pido disculpas por estas indicaciones sumarias, que cabría desarrollar; pero pueden hacer intuir la hermosa complejidad de problemas abiertos que todavía están por afrontar directamente. Es cierto que Pasolini estaba dentro y los promovía. Pero ahora, en la dirección que el mantuvo, es igualmente cierto que hay un silencio incómodo. O motivado.
N.d.T.
(1) PIER PAOLO PASOLINI . (Bolonia 1922 - Ostia 1975). Escritor, guionista y director de cine. Su inquieta experimentación existencial, ideológica y lingüística condujo el realismo por derroteros expresionistas. Con elevada capacidad crítica puso de relieve la realidad social de las clases bajas. Fue un hombre polémico que denunció las chapuzas de la "burguesía" y criticó duramente a la izquierda italiana por su incapacidad. Simpatizante del Partido Radical, sobre el que escribió páginas de gran belleza, el día de su muerte tenía previsto trasladarse a Florencia para intervenir en el Congreso de dicho partido. * Novelas: Raggazzi di vita, 1955, que trata del subproletariado romano; Una vita violenta, 1959. * Ensayos: Passione e ideologia, 1960; Empirismo eretico, 1972. * Teatro: Calderon, 1973. * Poesía: La meglio gioventù, 1954; Le ceneri di Gramsci, 1957; L'usignolo della Chiesa Cattolica, 1958; La religione del mio tempo, 1961; Poesia in forma di rosa, 1964; Transumanar e organizzar, 1971. * Cine: Accatto
ne, 1961; Mamma Roma, 1962; La Ricotta, 1963; Vangelo secondo Matteo, 1964; Uccellaci e uccellini, 1966; Edipo Re, 1967; Teorema, 1968; Medea, 1969; Il Decameron, 1971; Il fiore delle Mille e una Notte, 1974; I racconti di Canterbury; Salò e le 120 giornate di Sodoma, 1975.
(2) PIAZZALE LORETO . Plaza de Milán en la que, tras la liberación de la ciudad, los cuerpos de Benito Mussolini y de su amante Claretta Petacci fusilados por los partisanos en Giulino di Mezzegra, en el lago de Como, fueron exhibidos colgándolos de los pies.
(3) RESISTENCIA . Nombre que indica la lucha popular, política y militar llevada a cabo durante la II guerra mundial en las regiones de Europa ocupadas por las tropas de la Alemania nazi durante la II guerra mundial.