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Pannella Marco - 1 settembre 1979
Detener inmediatamente el exterminio
Marco Pannella

SUMARIO: En 1979 comienza la movilización del Partido radical contra el exterminio causado por el hambre en el mundo. En su intervención en el Consejo mundial de la Alimentación de Ottawa, Marco Pannella enuncia los contenidos originales sobre los que se basará la campaña internacional en pro de la sobrevivencia que alcanzará su máximo apogeo en junio de 1981, con el manifiesto de los premios Nóbel (doc. nº 429). Mientras todas las agencias internacionales están atareadas con los proyectos de desarrollo a corto y a largo plazo, nadie parece actuar para aforntar la urgencia determinada por la certeza de que en breve, en un márgen de 12 meses, 50 millones de personas morirán de hambre. La necesidad de que se lleven a cabo intervenciones urgentes y extraordinarias para garantizar inmediatamente la tutela del derecho "subjetivo absoluto" a la vida.

(Intervención en el Consejo mundial de la Alimentación de Ottawa - Septiembre de 1979 por "Marco Pannella - Escritos y discursos - 1959 - 1980, editorial Gammalibri, enero de 1982).

Señor presidente del Consejo mundial de la Alimentación, le doy las gracias por la oportunidad brindada a la delegación de parlamentarios europeos e italianos de participar en calidad de observadores en los trabajos de la sesión de Ottawa, e igualmente quisiera dar las gracias a todo el Consejo. Estamos aquí porque antes de elegir es necesario conocer bien y es menester saber lo que no se conoce.

A partir del 11 de septiembre, nosotros, en calidad de parlamentarios, pediremos tanto al Parlamento Italiano como a la oficina de la Presidencia del Parlamento europeo que incluya en la orden del día una sesión extraordinaria de septiembre de las respectivas asambleas los resultados de vuestros trabajos y el tema del hambre y de la masacre que ésta procura progresivamente en el mundo.

Cuál es nuestro problema, señor Presidente y señores miembros del Consejo? "Alimentación": alimentación para quién? Este es el auténtico problema. Se nos dice que aproximadamente 50 millones de personas en el mundo morirán de hambre, o tal vez de malnutrición, a lo largo del presente año. Sabemos que el índice de mortalidad aumentará tremendamente y sin lugar a dudas en los próximos años, cuando no en los próximos meses. Sabemos que es absolutamente esencial y necesario que vuestro trabajo obtenga resultados positivos encaminados a garantizar una solución incluso a medio y a largo plazo del problema. Es decir, la reforma de las estructuras del mundo para que la masacre no siga siendo la señal de nuestra época.

Pero nos permitimos suscitar, preguntarnos y formularles otro problema. El corto plazo tarda algunos años en llegar. Mientras tanto, si la cifra de los 50 millones es exacta, si la cifra de los 17 millones de niños que - tal y como recordaba el delegado de Etiopía - mueren durante el año de la infancia es una realidad, entonces preguntémonos: alimentación para quién?. También para ellos o sólo para los que sobrevivirán tres, cuatro o cinco años?. No deberíamos tal vez encargarnos igualmente de la alimentación de los que en cuatro o cinco años o de diez años correrán el riesgo, día tras día, de morir sin poder alcanzar ese medio plazo del que justamente nos ocupamos? Es lógico que las estreucturas internacionales prevean intervenciones de urgencia y extraordinarias cuando una crisis política amenaza con 10 0 10.000 muertos en una región o en un país y que, en cambio, no se prevea nada ante semejantes predicciones que se convertirán en una profecía siniestra y monstruosa, que 50 millones de personas morirá

n de aquí a 12 meses y durante los próximos 12 meses? Es lógico creer que existen "declaraciones de los derechos del hombre" que valen para la libertad y la conciencia del hombre pero que no valen para la vida el hombre? No se trata, tal vez, de un derecho subjetivo absoluto?

Realmente nos hallamos ante la falta de proyectos, tal y como se ha declarado, o no será que nos falta la voluntad política de utilizar, ahora y desde ahora, los proyectos existentes? No será que nos hallamos ante la costumbre en todas partes - repito la costumbre en todas partes - del hecho de que en dicho país exista hambre y carestía, hasta que la revolución y la paz no se hagan realidad?.

Estas son las preguntas que planteamos, y, en lo que nos concierne, consideramos que no se puede seguir viviendo en un mundo en el que el civismo nos dicta el dogma según el cual la vida es sagrada y al mismo tiempo vivimos un año de masacres que son mucho más relevantes que los que la conciencia del civismo echó en cara al nazismo en los años cuarenta.

Se producían 10 o 15 millones de muertos en el pueblo alemán en los años 30 y a principios de los 40. Y se le echó en cara al pueblo alemán no haber actuado puesto que la noticia no existían noticias oficiales sobre Buchenwadld y sobre los demás campos de exterminio. Se sabía pero no se conocía oficialmente. Aquí, sin embargo, a principios de año la Unicef declaró que a partir de mañana morirán 17 millones de niños, 50 millones de personas. Todos nosotros sabemos que el Presidente Giscard D'Estaing también ha proclamado, reconocido, admitido y profetizado que sólo una catorceava parte de la cifra que dedicamos a los armamentos, es decir la llamada defensa contra la muerte (contra el enemigo que es la muerte), está dedicada al auténtico enemigo, que produce actualmente la muerte en el mismísimo momento en el que hablamos. Entonces nosotros le pedimos - nosotros laicos ante las verdades que conocéis y de las que sois cléricos - os pedimos que nos permitáis por lo menos actuar a partir de mañana, inmediatamente

. Creo que debemos saber cómo intervenir inmediatamente. Contamos con Parlamentos cuyo honor y cuyo futuro exigen un pronunciamiento contra este exterminio; y nosotros pedimos saber cómo y cuáles son los proyectos para hoy y no para mañana. Creemos que en alguna medida es perverso pensar en una alimentación mejor para el mañana, mientras que hasta que el mañana llega, dicha atención, si es unívoca, no es más que una coartada de nuestras conciencias ante los miles de millones de hombres y de mujeres que mueren. Qué hemos de hacer a partir de mañana, nosotros que contamos con el poder, al menos teórico, de hacerlo? Qué deben hacer el Parlamento europeo y el Parlamento italiano?

Nosotros hemos asumido nuestras responsabilidades solicitando a nuestro país no que garantice el 0,07%, sino el 0,2% de la ayuda pública. Y el nuestro es un país que conoce el desempleo y, en algunos lugares del Mediodía, roza el hambre, se muere de enfermedades que son fruto de la malnutrición. Pues bien, nosotros pedimos a nuestro país que convierta el servicio o las servidumbres militares en ayuda extraordinaria. Quién y dónde se lo sigue preguntando?, qué país aceptaría que dicha conversión de nuestras actividades, incluso las de defensa nacional, se realice inmediatamente con infraestructuras para salvar inmediatamente, si es posible, del hambre a todos aquellos que pasado mañana podrán ser ayudados gracias a la eficacia de los proyectos a medio y a largo plazo?.

Tenemos la honestidad de decir que no actuamos movidos por ciertas convicciones políticas. Calculamos que sería sano reconocer que para muchos hombres lo que parecería casi una blasfemia intelectual en el mundo eurocéntrico, el pauperismo y la depauperación absoluta es una realidad de este siglo y de estos años. Es decir, el hecho de que se muera de hambre en este siglo y en estos años, allá en donde no se moría de hambre en tiempos anteriores. En todo ello, para nosotros, existe un aspecto de clase: también aquí ustedes registran lo que las multinacionales significan como hipoteca del poder incluso de nuestros gobiernos, sobre nuestros poderes oficiales con respecto tal vez a la realización de nuestras voluntades, de nuestras buenas voluntades. Pero es evidente que no podemos creer siempre que se puede seguir diciendo que hay muerte en donde hay un asesino, cuando sería técnicamente fácil salvar a alguien y no se le salva; pues bien, ahí se produce un asesinato, ahí se realiza un genocidio.

Así pues, no les pedimos que nos ayuden, nosotros que sabemos que no sabemos, sabiendo que ustedes saben. No les pedimos que no se resigne an que vuestras buenas voluntades y vuestras esperanzas, a que vuestra sabiduría se quede en los cajones del poder internacional; y, al contrario, que otros proyectos que no se llaman así y que no se proclaman tales - los proyectos de las multinacionales o del beneficio - consigan realizarse, en lugar de vuestras exigencias.

A partir de la próxima semana, en septiembre, nosotros consideramos que nuestra acción de parlamentarios no puede seguir siendo simplemente una acción política de ordinaria administración. Así pues, acogemos lo que proviene de un mensaje de civismo de un mundo que actualmente más que cualquier otro paga este desorden asesino, internacionalmente establecido, y emprenderemos un nuevo camino siguiendo el "Satyagraha" gandhiano empezando el mismo día en el que activemos las voluntades y los reglamentos de nuestros parlamentos. Algunos de nosotros iniciarán una huelga de hambre aunque pueda parecer grotesco y ridículo cuando se habla del hambre y de la muerte de 50 millones de personas. Tal vez existen en nuestras civilizaciones extrañas vías de movilización que vinculan la vida de algunos de nosotros a la vida de algunos cientos de miles y de millones que nosotros confiamos en poder salvar, que debemos salvar. Tal vez nuestras opiniones públicas, tal vez nuestros Parlamentos, tal vez nuestros gobiernos, para

salvar algunas de las vidas que les pertenecen se decidirán a moverse para salvar las demás vidas.

De alguna manera, todo ello es perverso, puede parecer monstruoso, puede parecer un pretexto, pero hemos de decir con toda franqueza a los delegados de los países que sufren este desorden establecido, este asesinato de masa - que sufren la incapacidad o la ausencia de voluntad del poder y de los poderes internacionales de resolver dichos problemas suyos - que nosotros los necesitamos extremadamente. La solidaridad es una cosa sólida.

Nosotros intentamos ser algunos de entre los cincuenta millones con la esperanza y con la voluntad de estar representados por aquellos que aquí, demasiado a menudo, deberían ceder ante el chantaje de los más ricos o ante el chantaje ideológico de aquellos que se otorgan la conciencia tranquila y barata en nombre de una revolución de ayer, y que, hoy, se niegan a comprometerse efectivamente en la acción en defensa de la vida, haciendo depender de manera evidente su ayuda alimentaria de sus intereses políticos más inmediatos.

Señor Presidente y señores del Consejo, les damos las gracias profundamente por su atención y sepan que existen algunos parlamentarios italianos sy algunos parlamentarios europeos que actualmente eligen estar representados por aquellos que se definen los más pobres, aquellos que deberían ser los más ricos en la voluntad y en la capacidad de lucha.

 
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