Entrevista a Leonardo Sciascia de Enrico DeaglioSUMARIO: Dos años después del caso Moro, sigue faltando "un testimonio directo" que enfoque las verdades y las falsedades del caso. Desde luego, detrás de todo esto existe una mente única, no "un gran viejo" sino un "mediocre, de mediana edad..." En cualquier caso, el terrorismo se ha acabado. Es posible pensar en una "amnistía", no en una gracia sino en un perdón. Declara, una vez más, que no teme que Dalla Chiesa pueda sea autor de un "golpe de Estado".
Las Brigadas Rojas le han quitado a la izquierda "voz y voto en la defensa de los derechos", y eso sólo se podrá reparar con una "oposición constitucional seria". Con respecto a la situación general, incluso a nivel mundial, se siente "optimista", ve "señales" positivas. No le entregaría el Sha a Jomeini, quién representa el espíritu de venganza del "mundo musulmán".
(LOTTA CONTINUA, 9 de mayo de 1980)
P: Sciascia, hasta dónde ha llegado el terrorismo?
R: Tenía que acabar así, esta también es una historia italiana. Pero se tiene la impresión de que al terrorismo le falta algo: tal vez se ha roto el anillo de conjunción entre los que guiaban y los guiados. Se ha roto debido a los muertos, para algunos el muerto ha venido a menos, y el muerto era el trámite. Las filas se han hallado de esta manera abandonadas a sí mismas. Yo no creo que Peci(1) haya hablado sólo para servirse del perdón. Ha hablado porque se ha sentido traicionado; no sé de qué manera, pero el móvil de dichas confesiones es el resentimiento. Y luego han hablado otros porque ahora ya se habla por contagio.
P: Al cabo de dos años, se sabe la verdad sobre Moro(2)?
R: Sobre Moro no. Todavía no. Falta el testimonio directo de alguien que ha seguido todo el acontecimiento.
P: Falta el »gran viejo?
R: Creo que una organización semejante acaba en punta, la pirámide tendrá una cúpula. Y no será un gran viejo, sino más bien mediocre, de mediana edad.
P: Se ha acabado el terrorismo?
R: No, no se ha acabado. Puesto que seguirán existiendo los obstinados, los que no quieren ser »borrados de la historia . Esta frase pronunciada por Rocco Micaletto explica muy bien las cosas, la relación de las Brigadas Rojas(3) con la historia. Pero la historia en su caso se ha convertido simplemente en literatura de mala calidad. Nos hallamos ante ciertas Bovary de la revolución. El halo de misterio, de eficacia, se ha desvanecido. Seguirán así, como en estos días: con gestas desesperadas realizadas en nombre de la desesperación más que de la revolución.
P: Y qué es lo que hay que hacer?
R: Es tiempo de consideraciones, es tiempo de amnistía. Por ejemplo, para aquellos que no han matado.
P: Y una gracia para Peci?
R: No, una gracia no. Pero que goce de un perdón sí. Y además, ahora lo dicen las leyes.
P: Del »caso Moro que espinita te ha quedado?
R: Si pienso en aquella época, lo más inquietante sigue siendo la rapidez con la que el Presidente del Consejo dijo que no iban a negociar, antes de que las Brigadas Rojas solicitasen la negociación.
D: No tiene mucho poder Dalla Chiesa(4)? No le temes?
R: Dalla Chiesa es ese tipo de oficial que en las guerras civiles se llama »lealista . Si me dicen que dará un golpe de estado, me quedo tranquilo: no lo hará nunca. Le he conocido personalmente, me habló de mi libro »Il giorno della civetta , y por la manera en que hablaba comprendí que se identificaba (y también muchos otros lo han hecho) con el personaje del oficial de carabineros del libro. Y, además, en Sicilia, con respecto a la mafia se ha portado muy bien.
P: Y si acaba con las BR, qué hará?
R: Oh, nada. Se irá a su casa.
P: Y el Estado italiano?
R: El Estado italiano deberá buscarse otro objetivo. Pero seguirá siendo lo que ya conocemos, no va a cambiar.
P: Cuál ha sido el daño más grave que las BR han acarreado a la izquierda?
R: Haberle quitado voz y voto en la defensa de los derechos. Ha sido un gran chantaje, la ha obligado a no exigir "demasiadas explicaciones" sobre ciertas cosas. Por ejemplo, los radicales, nada más lejos del terrorismo que los radicales, y sin embargo se les hace pasar por amigos de los terroristas. Y los radicales han tenido que imponerse una cierta cautela; no un venir a menos en su vocación liberal-libertaria, pero la verdad es que en estos últimos tiempos hemos sido mucho más cautos.
P: Y sobre qué base puede renacer la izquierda?
R: La izquierda puede renacer sobre la base de una oposición constitucional, seria y despiadada. Dándole nuevo valor al parlamento.
P: Pero a un joven, a un muchacho, qué se le puede dar?
R: Tal vez sería necesario que los jóvenes tomasen conciencia de que nos hallamos en una democracia formal y que hay que luchar por una democracia sustancial. Pero los grandes ideales, las grandes utopías, los grandes nombres no existen....
P: Pero las BR son una cosa pequeña. En el mundo actual existe el »gran terrorismo .
R: Son los dos imperios, de Oriente y de Occidente. Habría que reaccionar siendo un poco bárbaros, anhelar y cultivar esos valores que en ambos imperios se avecinan a su crepúsculo. Sobre todo el conocimiento, la belleza y el pensamiento.
P: Ves síntomas?
R: Sí, algunos, pocos. El ocaso del ensayo y al acceso a la novela por parte de los jóvenes es buena señal. Lo es también el regreso a la poesía, lo es también el regreso al campo... Son señales, así...
P: Negociaciones para Moro y negociaciones para el Sha. Le entregarías el Sha a Jomeini?
R: No, el Sha no. Por un antiguo respeto de las reglas. No puedes echar a la muerte a una persona a la que has refugiado. Sería lo que en la Divina comedia se llama la »traición del convidado . Hubiese podido no recibirlo, pero no puedo entregarlo... Sus haberes sí, por supuesto. Pero tal vez los iranís no se contentarían pues en el mundo musulmán el espíritu de la venganza es fortísimo. Jomeini no logramos explicárnoslo totalmente. Para mí es el fanatismo, la »secta de los asesinos . No me gusta. Es un hombre muy viejo pero no por sus años, sino por los años del mundo musulmán.
El mundo está atravesando un momento muy feo. Yo amo mucho a los árabes, me siento casi árabe, pero un árabe que ha leído a Montesquieu. Se lo aconsejaría también a ellos.
(Ed. »Lotta Continua 9 de mayo de 1980)
N.d.T.
(1) PECI PATRIZIO . Militante del grupo terrorista italiano de extrema izquierda "Brigadas Rojas". Cuando empezó a colaborar con la justicia, las Br asesinaron a su hermano Roberto (3 de agosto de 1980).
(2) MORO ALDO . (Maglie 1916 - Roma 1978). Político italiano. Secretario de la Democracia cristiana (1959-65). Artífice de la política de centro izquierda. Ministro en repetidas ocasiones, Presidente del Consejo (1963-68, 1974-76). A partir de 1976 presidente de la democracia cristiana (DC). Preconizó el acercamiento del Partido Comunista Italiano (PCI) al gobierno delineando al hipótesis de una "tercera fase" (tras la del "centrismo" y la del "centro izquierda") del sistema político. Secuestrado por las Brigadas Rojas en Roma, el 16 de marzo de 1978, fue encontrado muerto el 9 de mayo del mismo año.
(3) BRIGADAS ROJAS . (Conocidas con las siglas BR). Organización terrorista clandestina de extrema izquierda, nacida en Italia en 1969. Proclamando la revolución obrera, intentó abrir frentes de revuelta armada contra el Estado y el sistema político, reivindicando los atentados, heridos, secuestros, homicidios de políticos, periodistas, magistrados y dirigentes industriales. Tuvo por líder a Renato Curcio. En 1978 secuestró y asesinó a Aldo Moro.
(4) DALLA CHIESA CARLO ALBERTO. (Saluzzo 1920 - Palermo 1982). General de los carabineros. Coordinador de las investigaciones sobre las Brigadas Rojas desde 1978. Afiliado, junto a su hermano, a la logia masónica de Licio Gelli "P2", aunque sostenía que se había filiado sólo para controlarla. Fue nombrado en 1982 gobernador civil con poderes especiales de Palermo para luchar contra la mafia. Asesinado junto a su mujer en Palermo el 3 de septiembre de 1982.