Leonardo SciasciaSUMARIO: Irónicamente, a propósito de un lapsus del ministro Rognoni, Sciascia denuncia que los daños más graves para Italia los causa no el "sismo" sino el "sistema". Qué sistema? El de la corrupción "que se ha insinuado en toda fibra de la vida italiana" provocando una auténtica "cuestión inmoral"....
"Noticias Radicales" reproduce, con el comentario de V.Vecellio ("al cabo de trece años seguimos viviendo la misma, idéntica, dramática situación". Pertini ha hecho bien en dirigirse directamente al país por televisión..."), un texto de Sciascia de 1968, inmediatamente después del terremoto de Belice, en el que se denuncian las carencias del Estado y la incomprensión de "algunos periódicos del norte claramente antimeridionalistas" incapaces de representar correctamente la realidad de una región "cansada, que se muere día a día..."
(NOTICIAS RADICALES, 29 de septiembre de 1980)
25 de noviembre. Un lapsus del ministro Rognoni en la Cámara: "En las zonas afectadas por el sistema". Inmediata corrección: "por el sismo"(1). Pero, obedeciendo a la verdad, era mejor el lapsus. Podemos decir con la conciencia bien tranquila - no sólo a nivel metafórico sino estadístico que mata más el sistema que el sisma.
Qué sistema?
Creo que se puede definir con brevedad y precisión: el sistema de la corrupción. El sistema de la ineficacia, del no prever las cosas, del vivir (y desvivir) al día no se explica más que con el sistema de corrupción que se ha insinuado en todas las fibras de la vida italiana, que disgrega sentimiento y razón, que por exceso de cinismo se convierte en estupidez. Es un sistema que aparece en toda su crueldad en momentos trágicos como estos, en los que se sabe que al desvalijamiento a pequeña escala - la botella de agua vendida siete veces su precio y la manta al triple - inevitablemente corresponderá el desvalijamiento a gran escala, el de los poderosos, como macroscópicamente en el valle de Belice(2). No repitamos lo que ha sucedido en el valle de Belice, invocan los periódicos. Pero, realmente creemos que no se va a repetir si no ha cambiado nada de nada desde aquel entonces?. Sí, sale a relucir una "cuestión moral": pero acaso no se trata de pedir lo imposible, si los que deberían luchar para defender la
"cuestión moral" son los mismos qua han hecho de ella una "cuestión inmoral" en su totalidad y totalitariamente? Iniciará la serie de los "inmorales arrepentidos"(3) tal y como se ha iniciado la de los "terroristas arrepentidos, y con igual credibilidad?
Mientras tanto, la cumbre sobre la "cuestión moral" ha sido aplazada: en forma de trágicos acontecimientos. O de gracia. Cabe creer en una especie de Providencia negra, que derrama una desventura tal que favorece no sólo el alejamiento de la "cuestión moral", sino a incrementar la "cuestión inmoral".
Así pues, una vez más, se trata de zonas afectadas por el sistema.
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LA CUESTION MORAL. NO HA CAMBIADO NADA. LO QUE SCIASCIA ESCRIBIO EL 16 DE ENERO DE 1968
No ha cambiado nada. Para darnos cuenta, no hay más que leer de nuevo el artículo de fondo que Leonardo Sciascia escribió en "L'Ora" el 16 de enero de 1968 treinta y seis horas después del terremoto de Belice. Al cabo de trece años, vivimos la misma, idéntica, dramática situación. Plausible la iniciativa del presidente Pertini(4) de dirigir por televisión un mensaje afligido a los italianos. Un llamamiento que ha causado desdén; aunque son precisamente los que se rasgan las vestiduras, los que causan desdén.
"Las últimas noticias que nos dio ayer por la noche la televisión y la radio, tristísimas, compungidas y acompañadas de imagenes y descripciones del desastre realmente apocalípticas (y en Palermo, en las plazas y en los campos de la periferia, desde por la tarde hasta la noche avanzada, se respiraba un ambiente de cambio de milenio que se intentaba hacer pasar por "kermesse" alrededor de fuegos de zarzas y bancos improvisados para comer) entre tanta congoja insinuaban y es más aseguraban la rapidez y la eficacia de los auxilios y de las medidas adoptadas. Por eso, aquellos que, al igual que nosotros, a lo largo de los últimos años han sido testigos de la ineficacia y la lentitud con la que el Estado se ha manifestado en el aluvión que ha afectado a Agrigento, han tenido la impresión de que realmente algo estaba cambiado en Italia.
Sin embargo, por el contrario, la primera noticia que hemos leído esta mañana en un periódico habla de la lentitud con la que los primeros auxilios están siendo trasladados, y dice que a las cuatro de la tarde de ayer - es decir, al cabo de doce horas de la tragedia - a Santa Margherita Belice aún no había llegado "ni una tienda, ni un panecillo, ni una manta". Por lo tanto no ha cambiado nada y que nadie se llame a engaños que no va a cambiar nada.
Lo que por el contrario sí brota con eficacia matemática es el triste ritual demagógico y el llamamiento a la unidad y a la solidaridad sentimental de un país a efectos reales desunido, lleno de contrastes y contradicciones, a distintos niveles y de hecho imposibles de unificar. Y ante las imágenes de Gibellina destruida nos parecía oír los comentarios de algunas personas a cuyo corazón lanzan un llamamiento algunos periódicos del norte (conocidos por su antimeridionalismo) cuando dicen: "Viven en casas de piedra y de yeso, esa gente", etc.
La misma voz, el mismo acento, que anda diciendo que lo que hace falta en Cerdeña son una cuantas bombas de esas que los americanos utilizan contra los vietcong y que en Sicilia, salvando (no se sabe cómo) a las gentes que vale la pena que a lo mejor la hay, haría falta hasta la atómica; esta es la misma voz que a menudo pretende piropearnos diciéndonos eso de que no parecemos sicilianos.
"Esos", los de Santa Margherita, Montevago, Gibellina y Salemi, esos que viven en las casas de yeso y se mueren, esos a los que sólo les quedan los ojos para llorar la diáspora de sus hijos, polvillo humano, disperso en el viento de la emigración y que el Estado sólo pesa en la balanza de pagos internacional; los que aún siguen bregando con el arado y las mulas; los que no tienen ni colegios, ni hospedales, ni hospicios, ni calles.
Y al presidente de la República(4) que hoy se encuentra aquí y tenemos el deber de decirle que representa a un país tremendo, desgarrado por los contrastes y las injusticias que bajo sosegadas apariencias no son menos graves que las que en otros países del mundo se despliegan de forma sangrienta. Y es que Sicilia está cansada, se muere día tras día y sin necesidad de calamidades naturales".
N.d.T.
(1) SISMO . Juego de palabras del autor entre "sismo", o seísmo, terremoto, y Sistema. En el sur de Italia se produjo un terremoto a finales de los años sesenta. Fue destinada una gran cantidad de fondos para la zona declarada catastròfica, pero dichos fondos no llegaron jamàs a los ciudadanos, pues hubo gente con poderìo que acabò metiéndoselo en el bolsillo.
(2) BELICE - Lugar en el que tuvo lugar el terremoto.
(3) ARREPENTIDOS, ARREPENTISMO . Neologismo acuñado ante la "ley de arrepentidos" por la que personas que cumplen condena acceden a confesar a cambio de grandes ventajas judiciales, y que ha fomentado que gran número de detenidos se "arrepintiesen" acusando a menudo a personas exentas de culpa.
(4) PERTINI SANDRO . (Stella 1896 - Roma 1980). Político italiano. Socialista, encarcelado durante el fascismo y exiliado. De 1943 a 1945 participó en la Resistencia italiana. Secretario del Partido socialista, diputado, presidente de la Cámara (1968-1976), Presidente de la República italiana (1978-1985).