SUMARIO: Se propone, a modo de ejemplo, el artículo escrito por Sciascia hace trece años, con motivo del terremoto de Belice. Sciascia dibuja la imagen dramática del pueblo devastado, mientras las ayudas llegan tarde o escasean. En Gibellina, ahora, en las "casas de yeso" la gente llora y se desespera, mientras en ciertos periódicos del Norte lanzan adhesiones idiotas. "Sicilia está harta, Sicilia se muere día a día..."
(NOTIZIE RADICALI, 29 de septiembre de 1980)
No ha cambiado nada. Para darse cuenta no hay más que releerse el artículo de fondo que Leonardo Sciascia escribió en el periódico "L'Ora" el 16 de enero de 1968, treinta y seis horas después del terremoto de Belice(1). Trece años después, vivimos la misma, idéntica, dramática situación. Hizo bien el Presidente Pertini(2) al dirigir su sentido llamamiento por televisión. Un llamamiento que ha suscitado desdén, aunque son precisamente los que se rasgan las vestiduras los que provocan dicho desdén.
"Las últimas noticias que tuvimos ayer por la noche de la televisión y la radio, tristísimas, cuitadas y acompañadas de imágenes y descripciones del desastre realmente apocalípticas (y en Palermo, en las plazas y en los campos de la periferia, desde primera hora de la tarde hasta la noche, una atmósfera de año mil que se intentaba trocar en fiesta alrededor de hogueras hechas con ramos secos y sobre mesas improvisadas encima de los bancos), entre tanta pena insinuaban, es más garantizaban la rapidez y la eficacia de las ayudas y las medidas que se tenían que adoptar, por lo que, quienes como nosotros a lo largo de los últimos treinta años ha asistido a la ineficacia y a las lentitudes con las que el Estado se ha manifestado en el aluvión que ha azotado a Agrigento, habrá tenido la impresión de que de veras algo estaba cambiando en Italia. Pero la primera noticia que esta mañana hemos leído en un periódico habla, por el contrario, de la lentitud con la que la máquina de los auxilios se mueve, y que a las cuat
ro de la tarde de ayer, es decir doce horas más tarde de la tragedia, en Santa Margherita Belice no había llegado "ni una tienda, ni una barra de pan, ni una manta".
Nada ha cambiado y en ningún caso, que nadie se llame a engaños, nada cambia.
Lo que por el contrario siempre salta con eficacia puntual es el triste rito demagógico y el apelarse a la unidad y a la solidaridad sentimental de un país a efectos reales desunido, lleno de contrastes y contradicciones, a niveles distintos y de hecho inunificables. Ante las imágenes de Gibellina destruida nos parecía oír comentarios de ciertas personas a cuyos corazones se dirigen ciertos periódicos del norte (claramente antimeridionalistas): "Viven en casas de piedras y yeso, esa gente", etc.
La misma voz, el mismo acento, del que hemos oído que en Cerdeña harían falta las bombas que los americanos usan contra los vietcongs y que en Sicilia, salvo (no se sabe cómo) la buena gente que tal vez habrá, haría falta la bomba atómica; esa misma voz de la que algunas veces recibimos el piropo de que no parecemos sicilianos.
"Esa gente"; los de Santa Margherita, Montevago, Gibellina, Salemi, los que viven y mueren en casas de yeso; aquellos a los que sólo les queda los ojos para llorar la diáspora de los hijos; polvillo humano, disperso al viento de la emigración que el Estado sólo pesa en la balanza de pagos internacionales; aquellos que siguen bregando con el arado de yugo y los mulos; los que no tienen ni colegio, ni hospitales, ni hospicios, ni calles.
Y al Presidente de la República que hoy se encuentra aquí, sentimos el deber de decirle que representa un país tremendo, llagado por contrastes e injusticias que bajo sosegadas apariencias no son menos graves que los que en otros países del mundo sangrientamente suscitan. Sicilia está cansada, se muere día a día, sin ayuda de desastres naturales".
Leonardo Sciascia
N.d.T.
(1) BELICE . Región del Sicilia que sufrió un terremoto en enero de 1968 y en donde a pesar de la considerable cantidad de fondos destinados para su reconstrucción sigue tal cual.
(2) PERTINI SANDRO . (Stella 1896 - Roma 1980). Político italiano. Socialista, encarcelado durante el fascismo y exiliado. De 1943 a 1945 participó en la Resistencia italiana. Secretario del Partido socialista, diputado, presidente de la Cámara (1968-1976), Presidente de la República italiana (1978-1985).